Milagrosamente, Jean había sobrevivido. Sor Lucía se encargó de cuidarlo personalmente. Aunque ella regentaba un internado para niñas huérfanas no podía dejar al pequeño en la calle y menos en la condición que se encontraba. El proceso de recuperación fue lento, pero cuando el niño estuvo consciente no quiso decir nada sobre él. Sor Lucía le preguntó sobre sus padres y el niño se volvió más reticente a hablar. Luego de un tiempo, cuando el niño ya se encontraba más recuperado, Sor Lucía le preguntó si sabía leer y escribir. El niño negó con la cabeza y a partir de ese momento ella se dedicó a enseñarlo.
Sor Lucía se encariñó con el niño. Era voluntarioso y aprendía rápido. Sin embargo, ella sabía que lo adecuado sería enviarlo a un internado para jovencitos. Mientras sopesaba en su mente las opciones de internados recibió la visita de Angelino Móreau.De nuevo acudía a ella para pedirle ayuda, en específico:quería dinero.
Jean al escuchar la voz de su madre se escondió pero se quedó cerca para oír la conversación.
-Buenos días, Sor Lucía vengo aquí para apelar a su buen corazón. No hemos comido por varios días...mis hijos, mis pobres pequeños no tienen ni un trozo de pan para llevárselo a la boca-dijo Angeline de forma dramática.
-Angeline, yo te lo advertí. Hiciste una muy mala elección. Además de eso te has alejado de Dios, ya ni siquiera vas a misa-le dijo Sor Lucía.
-Solo los ricos pueden ir a misa tranquilos. Usted sabe que Dios ama a los pobres y es el deber de una religiosa brindar caridad a los pobres-dijo Angeline de forma manipuladora.
Sor Lucía sabía que Angeline la presionaba. Sin embargo, siempre terminaba cediendo. La ayudaba en lo que podía.
-Solo soy una humilde servidora de Dios,no tengo bienes terrenales.No puedo ayudarte demasiado-le dijo Sor Lucía.
-Hay que ayudar a los pobres-dijo Angeline de forma lacónica tomando la pequeña bolsa de monedas que la religiosa le entregó.
Después de recibir el dinero Angeline se fue inmediatamente. Jean tuvo sentimientos encontrados, por un lado no le agradó ver a su madre presionando a Sor Lucía. Él sabía que ella le daría el dinero a su padre, pero por otro lado su amor hacia su madre y su gran necesidad de afecto materno hizo que decidiera regresar a su casa.
A los pocos días se escapó del internado. Sor Lucía lo lamentó profundamente y lloró en silencio la ausencia del niño. Ella sentía que algo muy malo podría ocurrirle al pequeño si regresaba al sitio donde lo lastimaron tan brutalmente pero ya nada podía hacer. Solo le quedaba rezar por él.
Cuando Jean volvió a la casa, nadie pareció notarlo. Su madre no tuvo ninguna reacción al verlo y su padre solo le dijo"
-¡Apártate de mi vista mocoso!
Jean obedeció y no pudo evitar notar que sus pequeños hermanos estaban más delgados. Esa tarde Gerard Carré se preparó para salir, se afeitó con navaja y hasta se perfumó mientras silbaba frente al espejo. Angeline Moureau lo observaba fijamente.
-Deja de mirarme y ve a hacer algo de utilidad-le gritó él a su esposa.
Ella dejó de mirarlo pero lo único que hizo fue sentarse en el sillón con la mirada perdida mientras el bebé lloraba de hambre.
Gerard Garré no volvió en dos semanas. Y Angeline se comportaba con total indolencia. Le habló a Jean solo para pedirle que hiciera los quehaceres de la casa.Ella estaba muy cansada. Le había dicho que tenía fuertes dolores en las piernas. El pequeño Jean hacía todo, preparaba rudimentarias comidas, trataba de alimentar al bebé y de asear a sus hermanos y les rogaba que guardaran silencio. Angeline Moureau le había dicho a Jean que callara a sus hermanos pues a ella le dolía la cabeza.
Jean pensaba que haciendo todo por su madre ella iba a amarlo más. Finalmente, su mamá lo amaría. Por eso, se esforzaba al máximo. Tras dos semanas Gerard Carré regresó. Su madre se levantó del sillón, él le entregó una bolsa con provisiones y ella se fue directo a la cocina. Los dolores de sus piernas habían desaparecido, también el dolor de cabeza. Gerard gritaba y hacía ruido constantemente pero Angeline nunca se quejaba. Él se echó en un roto sofá y ella fue a llevarle una taza de café. Él lanzó al suelo taza luego de darle un sorbo.
-¿Cómo te atreves a darme esta basura? Está amargo, no tiene azúcar-gritó él.
-No hay azúcar-dijo ella
- ¿Y por qué no le pediste a la monja? Eres una estúpida-le dijo él.
Angeline se inclinó para recoger los trozos de la taza.
Esa noche hicieron lo que hacen los padres para hacer bebés. Jean trató de que sus hermanos no los viesen. Ya sabía que no debían ver eso.
Sus padres se quedaron dormidos pero Jean no lograba dormir, pensaba en Sor Lucía, en las sabrosas comidas y en lo que había aprendido.
De un momento a otro escuchó la voz de su padre decir.
-Madeleine, eres mi conejita. Te amo.
Lo dijo varias veces mientras daba vueltas en la cama. Parecía estar hablando dormido.
Angeline lo escuchó todo. Le tocó el hombro para despertarlo pero él seguía soñando con Madeleine. Angeline lo sacudió por los hombros y él despertó abruptamente.
-¿Qué diablos te pasa? ¿Por qué me despiertas así?-gritó él.
-¿Quién es Madeleine?-dijo Angeline mirándolo fijamente.
-¿Qué te pasa? Pareces una demente-dijo él
Ella siguió preguntándole hasta que él se cansó y comenzó a golpearla. Esa noche Angeline perdió a otro bebé.Había dado luz hace poco pero rapidamente se había embarazado de nuevo. No era la primera vez que ocurría.
Gerard al verla sangrar se vistió con prisa y se fue de la casa. Estuvo tres días fuera. Cuando regresó ocurrió lo mismo de siempre Angeline lo atendió como si nada hubiese pasado y esa noche se fueron a la cama...
Jean se desanimó y pensó que nunca su padre los dejaría de verdad. Pero un día el milagro sucedió.
-Me largo de esta casa. Estoy harto de ti. Mírate das asco-le dijo Gerard Angeline.
-No puedes dejarme,Gerard-dijo ella angustiada
-Sí, que puedo. Amo a una bella pelirroja llamada Madeleine y ella me ama a mi. Es una jovencita deliciosa... En cambio tú...te esforzaste tanto en darme gusto, lo permitiste todo pero me cansé de ti, de esta miserable casa y de estos sucios mocosos-dijo Gerard agarrando su maleta.
Esa noche Jean durmió feliz. Los milagros existían. Su padre se había ido y tal vez para siempre.
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Updated 112 Episodes
Comments
Lorena Larios
ella prefirió ser mujer y después madre y de que le sirvió el simplemente la dejo
2024-01-09
2
Anonymous aless
la madre de jean dejo de amarse y amar a sus hijos por estar mendigando amor a un hombre sin escrúpulo y vicioso, prefería mejor al hombre que a sus hijos
2023-09-02
1
Gladys Zapata
por fin van a tener paz los niños
2023-09-01
0