El tiempo había pasado y tal como lo había temido Sor Lucía la vida de Angeline Moureau había empeorado radicalmente. Ya tenía cuatro niños y se encontraba embarazada del quinto. El mayor de los niños se llamaba Jean y tenía gran amor por su madre, aunque por su padre solo sentía miedo y rechazo. Al poco tiempo de casados Gerard Carré abandonó su empleo, se pasaba el día echado en un viejo sillón y frecuentemente tenía accesos de ira. Sin motivo alguno golpeaba a sus hijos y a su esposa. La comida escaseaba y solo cuando ya no le quedaba opción realizaba algún trabajo eventual. La mayoría del dinero que ganaba lo destinaba al alcohol y una pequeña cantidad para alimentos. Él comía grandes raciones y los pequeños solo comían lo que sobraba...Jean fue desarrollando en silencio un gran resentimiento hacia su padre mientras que, por otro lado, idolatraba a su madre.
Sin embargo, Angeline era descuidada y negligente con sus hijos. No hablaba con ellos, no se preocupaba por asearlos en demasía. Jean fue asumiendo algunas responsabilidades con sus hermanos pequeños. Sentía que su madre era una víctima y que debía ayudarla...Sin embargo, a Angeline solo le importaba Gerard, cuando él salía de fiesta con sus amigos se sentaba a esperarlo toda la noche con la mirada perdida. El mayor temor de Angeline era que Gerard no regresara a casa. A veces sus fiestas duraban días enteros y Angeline se encerraba en un estado de mutismo. Solo atendía al hijo más pequeño y le daba de mamar sentada hasta que ella misma se mareaba o se quedaba dormida. Estos días eran buenos para Jean, no había golpes ni gritos pero su madre estaba más distante que nunca. Ella observó que Jean la idolatraba y comenzó a manipularlo para que él se encargara de todos los oficios de la casa. Alegaba que estaba "muy cansada" y Jean era feliz al ser tomado en cuenta por su madre. Hacía todo para complacerla. Todo marchaba bien para Jean hasta que su padre regresaba. La violencia regresaba pero su madre parecía más contenta y se paraba del sillón para atender a su padre. Le quitaba las botas, le hacía de comer y se dejaba insultar y pegar por él con suma docilidad. Por las noches Jean veía que su padre ponía su cuerpo sobre el cuerpo de su madre y parecía hacerle daño. A veces estaban desnudos. Él y sus pequeños hermanos miraban todo pero ninguno parecía siquiera notar la presencia de ellos. Muchas veces mientras su padre le hacía cosas a su madre la halaba del cabello y le daba cachetadas mientras la insultaba. Al día siguiente su madre se levantaba muy temprano para hacerle el desayuno a su esposo. Su cuerpo estaba lleno de moretones pero ella no se quejaba. Solo solía quejarse cuando su padre se marchaba...
Jean soñaba con una vida donde su padre no estuviera. Muchas veces Gerard Garré pateaba a sus hijos sin motivo alguno frente a la mirada impasible de Angeline. Él gritaba cuando no tenía dinero para comprar alcohol y los culpaba de su pobreza. Entraba en largas crisis de ira y en ese momento Angeline peinaba sus largos cabellos, se hacía un moño y se ponía un viejo vestido y salía. Le pedía ayuda a Sor Lucía que casi siempre le daba algo de dinero. Angeline le entregaba todo el dinero a Gerard. Él lo tomaba y a veces a plena luz del día hacían lo que solían hacer por las noches.
Jean comenzó a salir con los chiquillos del lugar. Hacían travesuras y por momentos se olvidaba de su padre.
-¿Por qué siempre estás sucio y desaliñado?-le preguntó otro niño.
-Soy pobre, por eso estoy así-dijo Jean
-¿Tu madre no te asea? ¿No te lava la ropa? La mía sí y también somos pobres- dijo el niño
Jean se sintió incómodo pero no dijo nada.
-¿Tu padre no trabaja? Mi padre trabaja mucho aunque no gana demasiado- dijo el niño.
-¿Y tu padre te pega?-preguntó Jean con curiosidad.
-No, solo nos reprende cuando hacemos algo que no está bien-dijo el niño.
Jean volvió a sentirse incómodo.
-¿Tu madre te cuenta cuentos antes de dormir?-preguntó el niño con inocencia
-No- dijo Jean pensando que su madre solo le dirigía la palabra cuando quería que él se encargara de algo en la casa.
-Nuestra casa está allí ¿Quieres verla?-dijo el niño señalando una sencilla casa.
Jean asintió.
Entró a la casa y todo estaba muy limpio. El niño solo tenía otro hermano y su madre era muy dulce y agradable. Ella le regaló a Jean un pastelillo muy sabroso. Jean tuvo vergüenza de su ropa sucia y de sus manos mugrientas. Llenó todo de migajas y de repente sintió ganas de llorar pero las reprimió. La madre del niño los dejó solos.
-¿Tu padre y tu madre duermen en una habitación?-preguntó Jean.
-Sí, pero no nos dejan entrar allí. En la noche cierran con llave. Supe que de vez en cuando ellos hacen cosas para tener bebés, pero los niños no debemos ver eso. A Dios no le gusta-dijo el niño como contando un secreto.
Jean comenzó a temblar.
-Creo que debo irme-dijo Jean incómodo.
-Espera, mi hermano está en la escuela y su maestro le regaló un libro de cuentos ¿Quieres verlo?-dijo él niño sonriendo.
-¿La escuela?- Preguntó Jean dudoso
-Sí, pronto iré yo también para aprender a leer y a escribir y otras cosas. Papá dice que debemos estudiar para que seamos mejor que él-dijo el niño.
-Mejor me voy ahora-dijo Jean
-¿Irás a la escuela?-dijo el niño.
-Sí, seguramente- dijo Jean alejándose del niño.
Cuando llegó a casa, su padre estaba allí esperándolo con el cinturón en la mano.
-¿ A dónde estabas sanguijuela? Ustedes son mi desgracia, han arruinado mi vida- dijo Gerard para luego comenzar a golpear a Jean salvajemente.
El dolor era tanto que Jean le rogó piedad pero él siguió golpeándolo. Entre lágrimas vio el rostro inexpresivo de su madre observando la escena.
-Por favor mamá, ayúdame. Haz que se detenga-suplicó Jean.
Pero su madre se quedó inmóvil, no se movió ni un centímetro. No dejaba de observar la escena.
Luego de un rato, la vista de Jean se nubló y cayó inconsciente.
Al cabo de un rato escuchó a lo lejos la voz de su padre.
-Creo que lo maté. No hiciste nada-le decía Gerard a Angeline.
Ella no dijo nada.
-Trae al menos una sabana para envolverlo.Eres una inútil-gritó él.
Lo envolvieron en una sabana y Jean sintió que lo movían.
-Déjalo frente al internado. Si está vivo se ocuparan de él y si está muerto le darán sepultura-dijo Angeline sin expresión.
Y así lo hicieron. En medio de la noche lo dejaron a las afueras del internado. A la mañana siguiente Sor Lucía lo encontró y milagrosamente Jean estaba vivo.
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Updated 112 Episodes
Comments
Sandra Robles
pobre Jim con razón era una persona sin piedad por nadie 😭
2024-02-04
2
Lorena Larios
jean sufrió mucho con este par de animales
2024-01-09
0
KAMELIA
LA ODIO, LA DETESTO Y QUIERO SE MUERA LA INFELIZ 😤😤🤬
2023-09-22
2