Capítulo 13

Virginie Delvaux se interesó sinceramente en Jean Garré y él estaba ya totalmente fascinado por ella. Era distinta a todas las mujeres que había conocido. Ambos se entendían bien. Por aquellos días Jean consideró dejar su vida criminal y tal vez conseguir un trabajo. Virginie le hacía creer a Jean que otra vida era posible para él.

Aunque por ahora solo tenían una buena amistad, Jean quería que las cosas entre ellos avanzaran. Durante varios días Jean no salió a robar y Angeline estaba molesta. Todavía tenían comida pero ella sentía que Jean estaba a punto de dejarlo todo por Virginie.

Angeline temía que Jean al casarse con una mujer como Virginie la olvidara por completo y dejara de darle dinero. Además, Virginie quería que Jean tuviese un empleo pero Angeline sabía que le pagarían poco y ese dinero iría a parar a las manos de Virginie y si tenían hijos sería peor.Todo sería para Virginie y sus hijos ¿Y ella? ¿se quedaría con las manos vacías? No, eso nunca.

Una tarde Virginie fue a visitar a Jean pero él había salido. Era la oportunidad de Angeline.

-Mi hijo no está interesado en formar una familia. La mujer que piense que atrapara a Jean está muy equivocada-dijo Angeline de forma chocante.

-Pero en algún momento querrá formar una familia. Es lo natural, así como la formó usted-dijo Virginie con firmeza.

-No. Él no se casará con nadie. Su vida la dedica a mí. Él me prometió que todo lo que obtuviese sería para mí y que yo sería su única prioridad-dijo Angeline elevando el tono de voz.

-Me parece bien que Jean ayude a su madre pero es natural que él desee casarse y formar una familia-repitió Virginie.

-Mire señorita, seré clara. Mi hijo no es para usted. Deje de buscarlo y de rogarle. Él solo es amable con usted pero no busca nada más, así que no se confunda. Deje de perder su tiempo. Búsquese otro pretendiente por allá lejos en la ciudad donde usted trabaje...pero no moleste más a mi hijo-le gritó Angeline.

-Yo no molesto a su hijo,él también busca mi amistad y compañía-dijo Virginie ofendida.

-Seré más clara aún. Lárguese de mi casa y no vuelva jamás a buscar a mi hijo. Y no pierda su tiempo contándole lo que le dije. Él no creerá en usted porque me idolatra. Lárguese,usted se cree muy fina porque trabaja e intenta llenarle la cabeza a mi hijo con estupideces, le dice que busque un trabajo. Usted no sabe nada de la vida de los pobres, uno necesita mucho más que un mísero salario-dijo Angeline rabiosa.

Virginie se sintió horrorizada al escuchar las palabras de Angeline. Era un ser tan obtuso y cruel que no quiso seguir escuchándola. Al día siguiente se marcharía y quería despedirse de Jean, quería crear una correspondencia con él y ¿quien sabe? tal vez en el futuro podrían formar una pareja. A Virginie no le importaba el pasado de Jean ni tampoco su pobreza ella veía en él un gran potencial. Sin embargo, el encuentro con la madre de Jean había sido demasiado desagradable y por eso se lo contó a su tía.

-Angeline bajo su aparente docilidad esconde mucha maldad, querida Virginie. Ella solo hacía oficios del hogar si su abusivo marido estaba ahí.Eĺ los molía a palos ante sus ojos y ella jamás hizo nada. Como madre ha sido un desastre. Hace poco su hijo menor murió ahogado y ella no le importó en absoluto. Ni siquiera fue al sepelio...-dijo la tía de Virginie.

-¡Qué horror! ¿ pero es cierto que Jean la idolatra?-preguntó Virginie.

-Sí, desde niño hace todo lo que ella quiere. Desde niño comenzó a robar para traerle comida a ella, ella siempre lo supo y lo sabe y nunca le ha dado un consejo. Al contrario, con sus continuas exigencias disfrazadas de necesidades lo incita al delito. Es el único de sus hijos que sigue ciego ante la maldad de Angeline porque los demás se marcharon de la casa y no la visitan nunca-

-Eso es terrible, sin duda. Tal vez deba alejarme de él-dijo Virginie con expresión triste

-Sí, querida es lo mejor para ti. Dicen las malas lenguas que Angeline estuvo incitando a su hija Lily a que vendiera su cuerpo y por eso la jovencita se fue de la casa. Angeline solo quiere vivir de sus hijos a toda costa. Y Jean está atrapado en su manipulación, él está ciego y tal vez nunca pueda ver la verdad de su madre-

Virginie estuvo varias horas pensando en el asubto. Sin embargo, al día siguiente dejó una nota con su dirección bajo la puerta de la casa de Jean. A pesar de todo ella hubiese querido mantener algún tipo de contacto con él.

Mientras tanto Jean se había extrañado de que Virginie se fuera sin despedirse.

-¿Virginie no pasó por aquí?-le preguntó Jean a su madre

-No,ella no vino-mintió Angeline con semblante sereno.

-Supe que se fue. Y es extraño que no vino a despedirse-dijo él apesadumbrado.

-No es extraño. Esa mujer no te conviene. Su tía me dijo que ella te aborrece y que dijo que alguien como tú no merecía amar ni ser amado. Es falsa y presuntuosa. Odia a los pobres solo porque tiene un trabajo. Y no sabe todo lo que los pobres tenemos que pasar...-dijo Angeline para luego ponerse a llorar

Jean sintió como su corazón se partió en ese instante. No pensó que Virginie fuese una mujer tan falsa.

-No llores madre. No vale la pena. Yo no buscaba nada con ella. Estoy bien como estoy-dijo Jean

-Su tía me dijo que ella tiene un novio en la ciudad, creo que trabaja con ella en el hospital-dijo Angeline para terminar de matar las ilusiones de Jean.

-Bueno que le vaya bien. Ella no me importa.Todas las mujeres son iguales-dijo Jean con resentimiento.

-Hijo, la vida del pobre es dura. Ya la comida se va a acabar-dijo Angeline cambiando el tema.

-No te preocupes madre, como siempre lo solucionaré- dijo Jean.

Esa noche Jean lloró como nunca pero Angeline estaba contenta. Sabía que él se había decepcionado profundamente de Virginie.

Al día siguiente Jean salió a robar. Había vuelto a ser Jean Garré,el matón. Se entregó al vicio, a la bebida y a las mujeres de la calle. Jean pensó que podía pasar el resto de su vida así. El amor no era para él. Cualquier prostituta le podría dar un rato de placer, no necesitaba a una esposa. Lo más importante sería seguir dándole dinero a su mamá. Aunque sus hermanos la abandonaron él siempre estaría ahí para ella.

Luego de que Jean le trajera comida y dinero a Angeline ella aprovechó un momento que tuvo a solas para quemar la nota que había dejado Virginie.

Ella miraba como el trozo de papel se consumía. Estaba satisfecha.

-Adiós, Virginie. Nadie se interpone en mi camino. La única mujer en la vida de Jean soy yo-dijo Angeline en voz alta mientras el papel se reducía a cenizas.

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