Sarah llegó a su casa con diez minutos de retraso. Luego de pasar por la librería y ver a Julien con otra joven sintió que perdió las fuerzas para avanzar pero apuró el paso solo en frente de ellos. Luego redujo el paso pues se sentía mal, estaba mareada y tenía muchas ganas de llorar. Sarah se preguntaba ¿Qué había hecho para que Julien cambiará con ella? ¿Acaso había un problema en ella? ¿Acaso era demasiado fea? Sarah sintió el peso de las palabras de su abuela: La ilusión era demasiado peligrosa... y también dolorosa. Ahora mismo sentía un dolor en su pecho que era indescriptible.
Cuando llegó a la casa su abuela no le recriminó nada por haber llegado con algunos minutos de retraso. Adele Balzac observó fijamente el rostro de Sarah, ya sabía lo que había ocurrido.
-¿Qué tienes? Parece que viste un espanto-le preguntó Adele que nunca solía preguntarle como se sentía.
Sarah no quería contarle nada a su abuela pero se sentía muy mal y no tenía a nadie más con quien hablar.
-Vi a Julien pero ni siquiera me saludó. Y además estaba con otra chica. Su cambio hacia mi fue tan radical...no entiendo-dijo Sarah consternada.
Adele se sintió satisfecha. Todo había salido tal como lo esperaba.
-Ahora entiendo porque jamás vino a hablar conmigo. No es tan díficil de entender Sarah, él nunca estuvo realmente interesado en ti-dijo Adele con seguridad.
Sarah se sintió muy mal al escuchar estas palabras ¿Nunca estuvo interesado en mí? Pensó ella.
-Pero él se acercó a mí y me dijo que era bonita, que quería visitarme y hablar con usted. Sentí que era sincero-dijo Sarah con voz temblorosa.
-Eres demasiado ingenua, Sarah. Ese hombre solo se estaba burlando de ti. He escuchado que es un hombre vanidoso y mujeriego. Solo quiso jugarte una broma pesada-dijo Adele mirando a Sarah con falsa compasión.
-¿Una broma? No puede ser...-dijo Sarah sintiendo como las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
-Sí, ya te había dicho que no creas en los que te digan que eres bonita o especial. Eso no es cierto, Sarah. Mienten. Yo soy la única persona en este mundo que desea tu bien y por ello te hablo con la verdad-dijo Adele para terminar de causar el efecto deseado.
-Gracias...-dijo Sarah de forma confusa.
-Tienes suerte de tenerme. Tu vida sería un horror sin mí. Ahora deja de llorar y ponte a trabajar tenemos que entregar un pedido y como te he dicho antes "Las lágrimas no sirven para nada"-dijo Adele frotándose las manos.
Sarah obedeció inmediatamente y comenzó a trabajar de forma mécanica. Por varios meses estuvo así, casi sin pronunciar palabra y trabajando arduamente. Adele no podía estar más satisfecha. Así tenía que transcurrir el resto de sus vidas, sin ningún tipo de amenaza.
Luego de tres meses Sarah comenzó a enfermar y Adele se preocupó. No le servía de nada si estaba enferma. Sarah estaba muy deprimida. Adele extendió su tiempo para hacer las compras a veinte minutos. Pensó que tal vez le hacía falta caminar pero esto no bastó. Al poco tiempo supo que Julien Samain se había casado y Adele entendió lo que ocurría. Pensó que debía moderar su estrategia. Como los mandatos corruptos Adele tenía que darle a Sarah un poco de esperanza para que la maquinaria siguiese andando pero solo un poco. Esperanzas falsas. Una y otra vez hasta que ella finalmente se cansara al ver que ninguna ilusión se cristalizaría. Las decepciones y el paso del tiempo la harían rendirse. Después de que cumpliera treinta años Adele sabía que Sarah se resignaría a permanecer soltera el resto de su vida.
-Creo que puedes conocer a otro pretendiente más adecuado para ti. Tal vez alguien rico como Edmund Gavras, el hijo del comerciante más próspero del lugar. Su madre viene a aquí, creo ustedes podrían conocerse-dijo Adele con falso entusiasmo.
A Sarah le sorprendió que su abuela estuviese hablándole de posibles pretendientes y sobre todo de uno tan rico. Sin embargo, quiso creerle a su abuela. Su salud y ánimo mejoraron.
Adele orquestó algunos acercamientos entre la madre de Edmond y Sarah. La señora era amable y Sarah creyó ver en esto una buena señal. Un día vino el mismo Edmond a la tienda y se comportó con tanta cortesía que Sarah no pudo más que admirarlo. Por aquellos días Sarah trabajó más que nunca. Estaba albergando otra ilusión, aunque un poco débil.
Su abuela la confundía. Todo el tiempo le repetía que no era bonita ni especial y que además de ello era pobre. También le decía que no debía ilusionarse jamás y ahora ella misma había promovido la ilusión con Edmund Gavras. Él era guapo, amable y un excelente partido pero Sarah estaba confundida por los cambios de opinión de su abuela.
Pasaron meses y nada había ocurrido. Sin embargo, su abuela se mostraba entusiasta respecto al tema pero Sarah sentía que algo no andaba bien. Adele Balzac animaba a Sarah a ilusionarse con Edmund porque ella bien sabía que el joven estaba comprometido desde niño con una joven muy rica que pronto llegaría de Inglaterra. Adele siempre lo supo y por eso mismo incentivó a que Sarah se ilusionara con él. No habría peligro alguno. Y mientras tanto Sarah se había mantenido productiva y sana.
Adele pensó que la ilusión era útil usada en su justa medida. Pasado un tiempo llegó a la tienda la madre de Edmund acompañada por una elegante joven. Querían encargar varios vestidos entre ellos: un vestido de novia.
-Jane puede encargar su vestido de novia en el atelier más lujoso de Francia o de Inglaterra pero le hablé de las manos de Sarah y me dijo que quería que ella hiciera su vestido de novia-dijo la madre de Edmund.
Sarah se puso nerviosa al ver a la joven y miró a su abuela en busca de una explicación pero Adele evadió su mirada y se dedicó a halagar a la señora y a la joven.
-¿Qué esperas Sarah? Tómale las medidas a la señorita. Ella es la prometida de Edmund-dijo Adele observando la reacción de Sarah.
Sarah tomó la cinta métrica que casi resbala de su mano. Tendría que confeccionar el vestido de novia para la prometida de su supuesto pretendiente...Sarah observó a su abuela que parecía estar contenta... Recibiría una buena paga por los encargos y trabajarían con hermosas y lujosas telas que la joven había traído de Inglaterra.
Sarah no se sentía bien pero ya sabía lo que tenía que hacer: Trabajar y callar.
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Comments
Sandra Robles
que bruja esa mujer hacerla sufrir de esa manera 😔
2024-02-04
1
Lorena Larios
🤬🤬🤬par de viejas
2024-01-09
0
Eliana Cardona
Este par viejas son unas desgraciadas abusadoras ojala tengan un final bien merecido 😡😡😡
2023-12-07
1