Capítulo 7

Leda

En el centro comercial todo fue bastante divertido, primero vimos tiendas, lo que era bonito y cosas parecidas, yo me antoje de un helado, entonces me lo compre con muchas ganas para seguir caminando y viendo más tiendas.

—¿Entonces a cuál discoteca vamos a ir? —Le mostré el lugar y les dije lo que e había dicho Armin.

—¿Tendremos zona VIP? —Asiento, y todos celebran.

—Dile que sí.

Rio, y le mando el mensaje para confirmar que iremos donde él dijo.

—Esos novios de las amigas —Indica Julia mientras levanta el pulgar en señal de afirmación.

—Todo se puede —Asiento varias veces, no estaba para nada segura de como había conseguido que él se fijará en mi, lo que si me daba un poco de risa, era como tuvimos química.

—¿Quién entrará para comprar la prueba? —Jugamos piedra, papel o tijera. Al final yo entro con Julia, la persona me da dos pruebas.

—Es mejor verificar —Asiento para darle la tarjeta que me dio él, con la contraseña.

—¿la vamos hacer ya? —Suspiro mirando la bolsa donde estaba la prueba.

—Sí, pero no veré el resultado hasta la noche, ¿qué dicen? —Todos nos miramos y asentimos.

Me voy al baño del centro comercial, mientras las mujeres del grupo, los hombres estaban fuera esperando que todo se fuera dando. Cuando termino de hacer lo que indicaba la prueba, guardamos la prueba en la bolsa y luego se mete en el bolso que traía.

—Lo sabremos en una horas —Se emociona Julia.

—Si terminas embarazada, ¿qué harás?

—Me lo busque, porque tal vez no sea de esa vez, si no de las otras veces.

—¿No se estan protegiendo?

—Tenemos condón.

—Eso previene solo el 99%

—En conclusión, no tienes casi nada.

—Exacto, no me niego a ser madre, sería lindo, aunque mi estudio también es importante. Aunque tengo esa maldita deuda, no sé como saldré de eso —Suspiro recordando todo lo que se podía venir encima.

—Tranquila, nos tendrás a nosotras.

—La cosa es esa, no sé si lo tendría aquí.

—¿Qué quieres decir?

—Es de Alemania, sus hijos están en Alemania, ¿cómo lo voy a separar de su familia? Solo sería un capricho.

Fue un momento de la verdad, no solo era que estoy joven, son más cosas de las que uno se imagina que llegarían, no tengo pasaporte, ¿cómo se haría?

—Son muchas cosas, ¿por qué no pensaste eso al principio?

—En medio de lo caliente que andaba, ni siquiera me acorde que uno utiliza condón, la pastilla era algo que me podía poner peor con la migraña, sumado lo irregular que podía poner.

—Estaremos para ti, así este a 9.000 kilómetros de nosotros.

Cuando salimos, los chicos estaban asomados para ver el primer piso del centro comercial, nos acercamos a ellos y se asustaron.

La tarde paso tranquila hasta llegar el momento en que íbamos a ir a la discoteca, le avise a Armin, para que llegará primero que nosotros. En medio del trayecto me dio un hambre terrible, todos paramos para poder comprar las papas.

Cuando Armin me vio no pudo evitar soltar una carcajada.

Baile y mucho licor, me hizo sentir el sexo sin pensar en absolutamente nada, simplemente disfrute el momento. La próxima quería hacerlo sin licor encima.

Mientras hablábamos, el celular de Armin empezó a sonar como loco, el contesto, hablo en otro idioma que no estaba segura de cual era, pero sonaba más italiano. Luego de unos segundos casi eternos colgó y me miro.

—Me tengo que ir.

—¿Qué sucedió?

—Tengo que volver a Alemania, no puedo decirte mucho. Puedes utilizar la tarjeta, la casa, te dejaré personas para que puedan recogerte.

—No te preocupes —Le digo con una sonrisa —Yo puedo venir e irme sola, solo sería comida y eso, estaré bien.

—¿Estas segura?

—Claro que sí, estaré bien —Me da un beso en la frente para seguir organizando todo lo que puede, empieza a llamar por teléfono, fueron horas donde el hablo por celular, cuando colgaba llamaba a otro.

Ya casi a la media noche, me dio un beso.

—Dich lieben (te amo)  —No había entendido, pero me dio un beso profundo para luego salir hacia al ascensor hablando por su celular con una cara totalmente seria, cuando se puso frente a frente, su semblante se tranquilizo.

Toda esa semana organicé lo que tenía que hacer, estudiar para los próximos exámenes que se venían encima. No me di tiempo para extrañarlo, porque esa semana que estuve en descanso de la universidad no me hablo casi nada, solo para avisar que había aterrizado y estaba bien, que estaría más ocupado de lo normal.

La luna de miel, había terminado.

Al principio sentí mucho su ausencia, pero las salidas con amigos, y ver un montón de series me hizo por un momento olvidar todo. Una semana se hizo dos, donde empecé nuevamente la universidad, y gané cada examen luego de horas de estudio, estaba valiendo la pena todo el tiempo que dedicaba a mi vida.

Aprendí nuevas recetas para hacerlas en un futuro, en medio de un hueco de la universidad mis padres me llamaron.

—Hija, ¿cómo estás? ¿Te ha ido bien?

—Sí, ¿ustedes? —Respondí un poco seca, para seguir con lo que estaba haciendo.

—Sí, es que queríamos verte.

—Estoy ocupada con la universidad, no sé si pueda —No estaba motivada para escuchar sus quejas, y que ella tratará que los viera.

—Por favor —Suspiro pensando en una alternativa para verlos, pero no pasar mucho tiempo.

—Esta bien, nos podemos ver en un centro comercial.

—¿Por qué no en la casa? —¿Debería? Mis padres no estaban locos, no eran unos psicópatas, pero había hecho mucho para tener cierta distancia de ellos.

—Esta bien, ¿es hoy?

—Sí puedes, apenas termines la universidad.

—De acuerdo, yo llegaré, pero no me puedo quedar mucho porque tengo que llegar rápido al apartamento.

—¡Claro! No te preocupes.

Termino la llamada y Julia me esta mirando, bastante curiosa por lo que había escuchado.

—¿De verdad irás a ver tus padres?

—¿Tengo opción? Son mis padres, no puedo decir que son los peores.

—Bueno, no te han golpeado, ni nada parecido.

—No, pero en ocasiones se les olvida que cada cosa que dicen le afecta en futuro —Mi papá jamás me había levantado la mano, aunque tenía un carácter tan fuerte y controlador que siempre creía tener la razón, incluso cuando me enojaba me decía "El que manda manda, aunque mal mande" La rabia ante ese tonto dicho me hacía entender que nunca sería una mala persona.

—Es lo común —Responde ella mientras se estira en la silla —Toca tener paciencia.

Sentada mientras mi madre me servía un plato de comida, me hizo comprender lo que ella me quiso decir.

—¿Te ha ido bien? —La miro unos segundos, para asentir mientras me llevo una cucharada a la boca —¿Te llevas bien con tu novio? —vuelvo asentir sin prestar mucha atención.

—Mamá, ¿por qué me has buscado? ¿necesitan algo?

—Solo quería saber de ti, tu papá también esta preocupado.

—¿De verdad lo está? Pensé que luego de cruzar esa puerta, no sería más su hija.

—Sabes que no es así, te ama más de lo que dice o demuestra.

—Lo entiendo, pero nunca va a justificar las actitudes que tiene con nosotras en ocasiones.

—Lo sé, tiene sus lados positivos.

—Créeme que lo tengo en cuenta, pero eso no soluciona casi nada.

—Nadie es perfecto —Pone una mano en mi hombro —Leda, te amamos, hemos cometido muchos errores y por eso lo lamento.

—De alguna forma pensamos que lo mejor para cuidarla es tenerla en una burbuja de cristal —Escucho la voz de mi padre —Lo siento, por haberte tratado así, soy tu padre, no tu dueño.

—Yo los quiero, los respeto por todo lo que me han dado, es una de las razones por las que no soy capaz de irme del todo —Me levanto de la silla, para darles un abrazo —Ya no tengo miedo de decirles las cosas, por esa razón —Señalo a mi hermana que esta en el pasillo escuchando a escondidas —Ella no tiene derecho a interferir en mi vida, me puede dar consejos, me puede decir las cosas de buena manera, pero no es mi mamá, tal cual decía ella de pequeña. Así como no soy nada en su vida, ella tampoco debería ser en la mía, la quiero, la amo y al respeto —Hago un ademán con la mano —Tiene que saber que las cosas son difíciles, no le den todo tan fácil. Ella no va a mejorar de un momento de otro, así como yo en algún punto hice.

—¿por qué dices eso? —Mi hermana me mira con una rabia inmensa.

—No voy a permitir que hagas lo que quieras.

—¿Quieres que tenga una vida igual a la tuya? —Suelto una carcajada.

—No, trato de evitar que tengo traumas innecesarios —Suelto con frialdad —No necesito que me agradezcas, a tu edad solo me vas a ver como enemigo. Mi madre ha hecho todo por ti, es hora que entiendas que tus cagadas las solucionas tu, sin mentir y ocultar para evitar un regaño —pongo una mano en su hombro muy despacio, pero ella se separa con rabia.

—¡Andrea! —Mi madre reprende a mi hermana por esa actitud.

—No te preocupes, ya estoy acostumbrada —Suspiro para ver la hora, no había llegado hace mucho y ya estaba aburrida y agotada de estar aquí, lo mejor era irme —Me voy a ir, tengo que terminar algunas cosas.

—¿Si te esta dando el tiempo para estudiar? Puedes volver cuando quieras —Miro a mi papá por las palabras que mi mamá estaba diciendo.

—Estoy muy bien donde estoy, se ha vuelto una rutina divertida de alguna manera —Respondo para darle un beso en la mejilla a mis padres, en la puerta muevo mi mano para despedirme de mi hermana que seguía parada en el mismo lugar por orden de mi padre —Tengan cuidado con ella, es buena niña, sin embargo, a su edad no se puede suponer que seguirá así.

Esa noche ya estaba en el apartamento viendo alguna serie, no tuve ganas de hacer más, había quedado rendida, y solo estaba viendo alguna serie coreana que me parecía buena, mi celular empezó a vibrar, cuando vi era una videollamada con Armin.

—Amor —Fue el primer saludo de parte de él, que me hizo sonrojar un poco.

—¿Todo esta bien? —Le pregunte con una sonrisa, no podía evitarlo, lo extrañaba.

—Sí, ya pude solucionar un poco el problema.

—¿Fue muy grave? —El empezó a contarme todo con lujo y detalle —En unas horas tendré la cita con el presidente del país para esta vez pedir que dejé retirar el avión y los pasajeros que gusten también irse.

—¿Ya habías tenido una? ¿cierto? —En internet la información estaba como loca.

—Sí, pero esa solo fue para pedir un lugar aceptable para los pilotos, las azafatas y algunos pasajeros que no tenían la economía para ir a un hotel y tener comida.

—Debe ser muy duro.

—Un poco, pero tus mensajes me motivaban —Me sonrojo un poco —Era agradable tener un día horrible, pero ver tus fotos de como avanzabas en la cocina, como verías una serie, como te ibas para la universidad, como salías a comer con tus amigos o incluso ibas sola para no quedarte tan encerrada, tus palabras tan bellas indicaban el día que habías tenido, o los audios diciendo que me extrañabas.

—¿Veías todo eso?

—Claro, esa era mi motivación para seguir con mis días tan complicados, siempre eras tu —Se acerca un poco a la cámara —Siento mucho no siempre responder, estaba tan inmerso en el —trabajo, que por eso no pude dedicarte el tiempo que merecías.

—No te preocupes, yo comprendo la situación —Lo miro con una sonrisa.

Seguimos y seguimos hablando, tendría que pasar una semana más en Alemania, para asegurarse que cumplieran con su palabra, así se hicieron casi cuatro semanas, aunque esta vez para esperar las vacaciones de sus hijos, para poder regresar con ellos aquí.

—Maldita sea —Murmuró mirando las cajas de pruebas de embarazo.

—¿En que momento pasó? —Pregunta Julia.

—El día de la fiesta, nos descuidamos demasiado, luego tuvo la emergencia para irse del país, no pensé que sería tanto tiempo, ¿sabes? —Jadeo asustada, tendría que esperar un mes para poder verlo —Carajo, ¿qué hice? —Miro a mi amiga con ojos llorosos, ¿qué mierda paso conmigo? ¿Cómo hice esto?

Muchas cosas habían mejorado, como la situación familiar, mi hermana me estaba escuchando un poco, mis padres estaban avanzando mucho más de lo esperado. Pero con esto me iban a desheredar.

Mis amigos entran al baño de mujeres de la universidad, y miran las tres pruebas.

—¿Dos rayitas significan que tendrás un bebé?

—Sí.

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