Armin
No podía describir lo que había sentido con ella, la primera vez que le hice una inspección, su cabello ondulado hasta sus caderas, tenía unas caderas que me hacían querer dejar mis dedos marcados en ella. No tenía un vestido, tenía unos jeans pegados a su cuerpo, una camisa que se la había puesto por dentro, unos tenis que la hacía ver más juvenil, su leve maquillaje me hizo sentir amor a primera vista.
Subí a la sala VIP, habían muchas personas también, mis guardaespaldas estaban a mis costados, y yo estaba bastante aburrido, me levante de la silla para mirar por el balcón, dando una vista rápida, cuando encontré a la chica que encontré en la entrada, estaba riendo con una de sus amigas, era un grupo un poco grande.
El primer chico que la saco a bailar, ella se le noto en la cara las ganas de no querer bailar con él, y no la quería soltar, vi toda esa escena, con unas ganas terribles de agarrarlo y darle un golpe que lo dejará en el otro mundo, estaba apretando cada vez más fuerte la baranda del balcón.
Cuando su amiga la salvo de él, pude ver como salía, quería salir para buscarla, pero había visto como la mayoría de sus amigos la cuidaban, tanto con los tragos como la gente que se le acercaba. Si no hubiera sido por ellos, muchos la hubieran sacado a bailar desde el principio.
—Der Chef (Jefe) —Giro mi cabeza para mirar al hombre —Du willst mit niemandem tanzen? (¿no quieres bailar con nadie?) —Niego con mi cabeza mientras veo como un chico le pone un papel en el bolsillo trasero, podía jurar que era su número, siento una rabia un poco irracional por ese chico.
—Verdammt (Maldito) —Giro mi cabeza para mirar a las chicas que estaban buscando bailar conmigo, cada una con pelo liso, algunas pelinegras, otras pelirojas y otras rubias teñidas, me parecía estar en Alemania viendo las mujeres, lo único diferente era el tipo de cuerpo, pero no me gustaban, solo podía imaginar esa linda chica encima mío sin nada de ropa, me mordí el labio inferior para calmar ese pensamiento.
Volví mi mirada a la chica, la cual cruzo por segunda vez su mirada con la mía, se veía tan hermosa con su expresión de confundida.
Cuando la vi salir con su amiga, suspire, tal vez iba a perder la oportunidad, fueron segundos después que vi a la amiga llegando donde sus amigos, aproveche esa oportunidad para salir donde ella, me encontré al primer hombre agarrándola, iba a interrumpir, pero ella le proporciono un golpe en la boca del estómago de una manera sensacional. Lo insulto y le dio otro golpe en la pierna y se giro a verme, su cabello se movía por el viento, lo acomodo detrás de su oreja para mirarme.
Era demasiado guapa, quería agarrarla y ponerla contra la pared, pero comerme esa boquita suya, unos labios jodidamente calientes.
Su forma de responder me hizo querer domarla, y ella sin hacerme nada me domo.
—Señor, es mejor no meterse con una joven de aquí —Habla uno de mis guardaespaldas.
—Eso no le va a gustar a la señora —Lo miro unos segundos.
—A ella no le debe importar, total la que se va acostar con ella, soy yo —Respondo cortante para ir por el carro, ya no valdría la pena entrar nuevamente a esa fiesta.
—Las de aquí son bastante fáciles, no debe olvidar eso.
—No abras la boca —Contesto tajante, él baja la cabeza y me sigue.
No pude hablarle en los siguientes días porque tenía razón, mi madre se volvería como una bestia donde le dijera que metí con una chica que no era alemana, me iba asesinar si tenía la oportunidad. Sumado que este mundo era bastante cruel para una chica promedio como ella, sin embargo, podía destacar que tenía la suficiente fuerza para sobrevivir.
Una vez la observe de lejos, su risa junto a su familia, padre y madre aún juntos, su hermana menor que era casi igual a Leda. Se podía notar que no tenía la confianza para casi nada, sabía en que universidad estudiaba, su futura profesión, debía destacar que era una mujer sensacional, que tal vez le podría afectar demasiado este mundo.
—Su madre lo esta llamando —La llamada de mi madre fue lo que me hizo distraer de los pensamientos sobre Leda.
—¿Sí, madre?
—¿Cuándo vas a volver?
—¿Tienes mucha prisa?
—Tus hijos están preguntando por ti —Suspiro mientras me peino el cabello hacia atrás, había otro problema en todo esto.
Era un hombre viudo que se enamoro con locura en sus años de juventud y ahora tenía tres hijos que estaban como locos en la mansión de mi madre.
—No sé cuando me iré.
—¿A quién quieres?
—¿Qué?
—Cuando te quieres quedar en una ciudad es porque encontraste una mujer, ¿quién es?
—No te responderé eso.
—Dímelo, Armin.
—No, no voy a entrar a discutir contigo, porque me dirás "Acuéstate con ella y ya"
—Ya conoces mis consejos, ¿por qué no lo haces?
—Ella es diferente.
—Puedo apostar que no conoces nada de ella, ¿por qué apegarte?
—Madre, te estas metiendo demasiado en mi vida.
—Sí, cuando me dejas a tus hijos a mi cargo, haré lo que quiera.
—Jodida mierda —Respondo mientras miro por el ventanal.
—¿ya la investigaste?
—Sí.
—Debes contarme tu o le diré alguno que me cuente —Suspire bastante estresado, estaba bastante consciente que ella era capaz de eso y más.
—Se llama Lada, tiene 19 años, estudia pedagogía infantil, tiene un buen promedio en la universidad, es seria con gente desconocida, pero con amigos y familia es bastante risueña.
—Es una niña de bien, ¿cierto?
—En pocas palabras —Le digo mientras observo como el sol se esta escondiendo luego de un largo día.
—¿Qué piensas hacer?
—¿no me darás el consejo de siempre?
—No puedo, ese consejo te lo digo con chicas que serán desechables —Suspiro por la forma de hablar de mi madre —En este caso a ella la vas a lastimar si te metes en su vida, puede que no terminé bien.
—Lo sé, podría ocasionar mucho dolor a alguien que no estaba viviendo con eso —Un largo silencio se hace en medio de la llamada.
—Tráela aquí —Es lo que dice mi madre —Ella será una gran madre para la economía no la dejes ir.
Cuelga sin más, y siento mi cabeza a punto de explotar, mi madre había sido la hija de la economía, de las pocas mujeres que fueron líderes en ese mundo, pero la más despiadada, sin temor a destruir a alguien dentro de la organización por traición. Era hermosa, inteligente y talentosa en todo lo que podía, dando lo mejor de ella, contrario a la madre de mis hijos.
Sin pensarlo más le escribí a la chica, la cual contesto rápido, y pude ver su foto de perfil, bastante linda a decir verdad.
Días y días llenos de mensaje, me había comentado que comenzó la universidad y estaba un poco estresada por este nuevo semestre, ya que tenía que tener buenas notas para tener la oportunidad de algo que quería.
En la discoteca la había conocido sin lentes, me comentó que era por el montón de gente que había en ese lugar que pensó que lo mejor era irse sin ellos, aunque lo necesitaba por no ver de lejos.
Era animada, era capaz de hablar de varios temas, como evitar otros, bastante llamativa, cuando reuní valentía le dije para salir, dudo en responderme, pero al final me pregunto "¿Dónde? ¿Cuándo?"
Acordé una salida a un centro comercial para que estuviera calmada, ella acepto e indico cual le quedaba más fácil, quería recogerla, sin embargo, algo me decía que no le dijo la verdad a sus padres a donde iba, por eso no me quise entrometer demasiado.
—Muchas gracias por invitarme a comer —Me dijo con una sonrisa cuando salimos del restaurante.
—Con mucho gusto, Meine Königin (Mi reina) —Ella me miro y ladeo su cabeza.
—¿Cuál es ese idioma?
—Alemán.
—¿Entonces eres alemán?
—¿Desde cuándo tuviste esa duda? —Puedo ver como su rostro se pone rojo mientras gira la cabeza —Sí, lo soy.
Fueron otras dos salidas, ella poco a poco se fue abriendo a mi. En la tercera, me pregunto lo que uno siempre pregunta.
—¿Usted y yo que somos?
—¿Qué quieres ser? —Me miro sorprendida por mi respuesta, suelto una leve risa mientras meto una cucharada de mi helado a mi boca —¿Por qué te sorprendes? ¿Soy el primero en decirte eso? —Ella me mira unos segundos y luego retira su mirada.
—Sí, ¿por qué?
—Me gustas, me gusta la forma en que me cuentas algo, la manera en que te ríes, la forma en que miras lo que te gusta, me gustan muchas cosas sobre ti, ¿qué esperabas? Me pareces una mujer muy atractiva, y puedo decirte con seguridad que eres la más hermosa que he visto en lo largo de mis años.
—Debería creerte, después de todo ya estás viejo —La miro con una ceja enarcada, para acercarme a su rostro.
—Un viejo que te pone —Su rostro se pone totalmente rojo y baja la mirada para seguir comiendo su helado.
Ambos estábamos jugando con fuego, y era algo peligroso seguir con este coqueteo, no estaba seguro si quería dañarle por completo su futuro.
Le llevaba 11 años, que a la hora de verdad si preocupa bastante.
Suspiro para decidir que hacer, tenía la opción de decirle que se fuera conmigo, que no perdiera el tiempo y se fuera a Alemania conmigo, que le iba a dar todo, que la iba a tratar como diosa.
Una noche donde ella no me hablo en toda la tarde, recibí una llamada.
—¿Qué sucede? —Preguntó al leer su nombre en la pantalla.
—Ven, por favor —Escuché sus sollozos.
—¿Dónde estás? —Me indico donde estaba y salí sin pensarlo dos veces, cuando la vi, me di cuenta que era una niña, una niña que conocía nada del mundo —¿Qué sucedió, Meine Königin? —Ella levanta su mirada al verme y me abraza mientras solloza en mi pecho, estaba fuera de su edificio, la agarre con cuidado y la subí al auto para llevarla al pethouse, estuvo encima mío, no se movió, solo cubrió su rostro con mi pecho.
—Mis padres se dieron cuenta que estaba hablando contigo.
—¿Muy mal?
—Me dijeron que era una puta, que solo por ver un hombre con dinero y extranjero me acostaría con cualquiera, que era una fácil, ¿de verdad soy tan fácil? —Sus ojos se llenaron de lágrimas —¿lo soy?
—No, estás lejos de serlo —Acaricio su mejilla, tratando de contener la rabia que sentía por la forma en que la habían tratado, ¿qué padre era capaz de decir esas tonterías? Quería asesinarlos.
—¿Estás seguro?
—Sí, muy seguro —Ella me mira unos segundos y apoya su cabeza en mi pecho.
—¿por qué? ¿por qué me tratas de esta forma?
—¿Quieres saber la verdad? —Ella asiente sin mirarme.
—Quiero que seas mía, no solo en el sentido de acostarme contigo, quiero que cada sonrisa, que cada risa, que cada prenda que lleves puesta sea por mí, si quieres algo te lo daré, si quieres una mansión, te la daré —Levanto su rostro hacia mi sosteniendo su mentón —No sabes las ganas que tengo de indicarle al mundo que eres totalmente mía —Ella me mira y siento como su cuerpo tiembla.
—No me digas eso —Susurra ella.
—¿por qué?
—Porque te voy a creer, me voy a ilusionar y no quiero hacerlo —La mirada tan triste que me dio me hizo sentir un nudo en la garganta.
—Hazlo, porque te bajaré el cielo, y arrasaré con la tierra si eso me permite ver tu sonrisa —Vi como sus ojos se iluminaron al decirle esto, me gustaba de esa forma, hacerla sentir amada y respetada.
—¿Estás seguro? —Asiento mientras acaricio sus mejillas, ella cierra los ojos para sentir bien mis caricias.
—A la mierda —Murmura ella, parar mirarme totalmente decidida, agarra mi mano y la lleva a sus piernas —¿No me puedes tocar un poco más?
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Comments
Zuliner Chacon
Santooooooo, salió tímida la muchacha 🤣🤣🤣🤣
2024-11-05
0
Maris Benitez
UPS 😍
2024-10-05
1
Maria Victoria Ruiz Alcaide
La niña tiene tela marinera por Dios no se corta va directa al grano uffff jajajaja 🤣🤣🤣
2024-06-08
3