CAPÍTULO 19 - LOCO DE AMOR

MARTÍN

Unas semanas después…

Han pasado unas semanas desde que Ludo y yo estamos oficialmente en una relación y hasta ahora están siendo los mejores días de mi vida. No me canso de pasar tiempo con ella, de hecho nunca tengo el tiempo suficiente con ella. Cada vez que debemos separarnos me siento ansioso y vacío. Mi corazón la extraña y mi cuerpo la anhela, todo eso me produce intranquilidad, lo que me lleva a desear fumar, lo que descarto de inmediato, no sólo por el básquet, sino también por mi rubia, que no ha hecho más que ayudarme a dejar de fumar. No quiero defraudarla.

Mi linda novia ha sido un gran apoyo en mi lucha contra dejar el cigarrillo. Ella investigó cómo ayudarme y al otro día que nos vimos vino con toda la información. Me morí de amor por mi chica. Recuerdo que apenas la vi, la besé mucho y después de que Ludo se recuperó del beso me entregó unos chicles y parches de nicotina que había comprado para mí.

- Investigue mucho. Además de usar los chicles y los parches\, también leí que cuando sientas deseos de fumar te tomes 10 minutos para distraerte con otra cosa y así olvidarte de tu deseo de fumar. - Comenta emocionada y me estoy muriendo de amor por mi chica. - También dice que es bueno meditar. He descargado algunas meditaciones

que te pueden ayudar. Y bueno… siempre que desees fumar, puedes llamarme… hablar conmigo… puedo distraerte o ayudarte a calmar tu ansiedad.  - La última parte lo dice con timidez, sonrió enamorado y tomó su pequeño y hermoso rostro entre mis manos.

- Gracias amor mío. Por investigar\, por los chicles y parches… Voy a hacer todo lo que digas\, amor. Aunque tú eres mi cura\, cada vez que estoy contigo no siento deseos de fumar.

- Quiero ayudarte. - Susurra con dulzura.

- Y lo haces\, amor. Soy muy afortunado de tenerte\, hermosa. -  Pego mis labios con los suyos antes de que suelte las dos palabras que muero por decirle. “Te amo”. Pero, aún no es momento.

No sé cómo diablos he conseguido tener la suerte de ser el novio de Ludo. A veces siento que Andrés la puso en mi camino y otras, que estábamos destinados a estar juntos desde siempre. Sé que la amo y quiero decírselo, pero quiero esperar el momento correcto para hacerlo. Ahora mismo, disfruto de su dulzura y su ternura. No pienso defraudar a mi chica, incluso pienso meditar - aunque eso no vaya conmigo - si eso hace que deje de fumar y que Ludo se sienta orgullosa de mí.

Además de pasar tiempo juntos en la escuela, - siempre y cuando Belu me lo permita y no me robe a mi chica con algunas de sus tonterías - también pasamos tiempo fuera del colegio. Hemos tenido algunas citas, no tantas como me gustaría, pero siempre aprovecho cada segundo que puedo tener al lado de Ludo y memorizo cada risa, cada beso y cada abrazo que comparto con mi rubia. A veces es frustrante cuando no podemos vernos por culpa de su tía, casi siempre mi novia debe inventarle una excusa a su tía para que la deje salir… la mujer es muy controladora y estricta y ni siquiera sabe que sale conmigo. Pero ese es otro tema.

A pesar de que nuestras citas son sencillas, las disfruto mucho. Sé que podría llevar a mi novia a lugares exclusivos y lujosos, pero sé que a Ludo eso no le gustan esos sitios. Por lo tanto, planeo nuestras citas basándome en lo que a ella le gusta, porque no hay nada que me guste más que verla sonreír y con los ojitos brillantes de ilusión. Solemos ir a tomar helado, a merendar o al cine a ver alguna película de Disney, mi chica ama esas películas y yo encuentro eso adorable. Y eso no hace más que confirmar lo enamorado que estoy de ella.

Mierda, estoy tan enamorado de mi rubia que haría lo que fuera por ella. Ahora mismo, ella camina hacia mí con una enorme sonrisa en su rostro y los ojitos brillantes de amor. Ella lanza sus brazos alrededor de mi cuello apenas está a unos pocos centímetros de mí y rodeó su cuerpito con mis brazos. Entierro mi nariz en su cuello para aspirar su aroma.

- ¿Ahora sí\, estará conmigo\, amor? - Le pregunto aún con el rostro enterrado en su cuello. Ella asiente y se separa un poquito de mí para verme a los ojos.

- Sí. Lo siento\, pero Belu me necesitaba.

- Fernández es un idiota… puedo golpearlo. - Le ofrezco por decimoquinta vez.

- No vas a golpear a nadie\, prometiste portarte bien. - Me regaña y me señala con su dedo índice mientras trata de no darme una linda sonrisa\, porque sabe que estoy jugando. Nunca voy a romper una promesa que le haga. Además se preocupa por mí\, ya se enteró que debo “portarme bien” o me puede expulsar del colegio. Cosa que dudo que suceda\, pero tampoco voy a preocupar a mi chica.

- Y lo hago\, amor. Soy un angelito. - Comento mientras dibujo un circulo sobre mi cabeza y sonrió de esa forma sexy que tanto le gusta a mi chica. Ella rueda sus ojos y sonríe\, sonrisa que beso con mis labios.

Cuando nos separamos, mi novia me pide dulcemente que la acompañe a la biblioteca por un libro. Amo lo ñoña que es. Me enorgullece lo mucho que se esfuerza por su futuro, me hace querer hacer lo mismo. Obviamente que aceptó acompañarla, no hay cosa que le pueda negar. Tomó su mano en la mía y mientras caminábamos hasta la biblioteca, no puedo evitar pensar como la vida de todos ha cambiado un poco desde que Ludo y yo estamos de novios. Belu y Fernández están en una relación rara que tiene a mi rubia de un lado al otro consolando a sus dos amigos. Aún no puedo creer que a Fernández le guste Belu, por un momento llegué a pensar que el ñoño gustaba de mi novia, lo cual me ponía enfermo de celos. Igualmente no le quito ojo de encima cada vez que está cerca de mi novia.

En cuanto a los M.E.T.A, Alejandro ha vuelto al grupo y volvimos a ser los de siempre. El castaño no trata mucho a mi novia y es mejor así. No me gusta tenerlo cerca de Ludo, cada vez que estamos todos juntos estoy muy atento a las palabras que dice y a cómo mira a mi novia. Tanto él, como su hermana parecen entender que no deben meterse con mi rubia. La castaña se ha mantenido alejada de nosotros y no pienso dejar que moleste a mi novia. Eric sigue fascinado con su misteriosa chica, la cual lo trae loco y es divertido ver a mi mejor amigo perdiendo la cabeza por una mujer que ni conoce en persona. Tomás, sigue siendo tan reservado como de costumbre, es un amigo presente, pero no sabemos mucho de su vida privada.

Mi mente vuelve a la realidad cuando llegamos a la biblioteca y recuerdo que no puedo entrar ahí por culpa de mi mejor amigo. Inmediatamente detengo mi andar.

- ¿Qué sucede amor? - Me pregunta confundida mi novia. No puedo decirle, pero tampoco quiero mentirle. Tampoco quiero que piense mal de mí, aunque lo más probable es que se ría de mí por lo sucedido.

- Es que… - Antes de que pueda seguir hablando somos impactados por un pequeño cuerpo que sale de la biblioteca. Inmediatamente sostengo a mi novia para evitar que se caiga. - ¿Estás bien amor?

- Lo siento mucho. - Dice la persona que choco con nosotros\, y dirijo mis ojos a ella para arremeter contra ella por chocarnos\, pero me encuentro con una tímida chica que nos observa preocupada.

- No te preocupes\, estamos bien. ¿Tú estás bien? - Le pregunta mi novia mientras le dedica una sonrisa a la chica.

- Sí. Lo siento\, no los vi. - La chica se agacha a recoger los libros que cayeron al suelo cuando se estrelló contra nosotros.

Mi chica se agacha para ayudarla y la imito. Ludo tranquiliza a la chica y es la primera vez que la observo. Ella es bajita, con pinta de nerd. Su cabello es marrón con destellos dorados, sus ojos son marrones y están enmarcados por gafas de montura transparente. Cuando se pone de pie observo que es una chica con curvas. Le doy los dos libros que tome y ella los acepta sin mirarme. Tímidamente se despide de nosotros y la vemos desaparecer por un pasillo. Los ojitos verdes de Ludo vuelven a mí y recuerdo que no puedo entrar a la biblioteca.

- Amor… ¿puedo esperarte aquí? - Le preguntó inseguro.

- ¿Por qué no quieres entrar ahí? - Me pregunta entrecerrando los ojos\, sabe que algo pasa.

- No quiero mentirte. La bibliotecaria nos odia… paso algo con Eric y ella nos prohibió la entrada.

Veo la pregunta en sus ojos, quiere saber qué paso y se lo cuento todo. Sólo omito lo que vimos en el móvil de la bibliotecaria porque no me incumbe contar eso, es algo personal. Luego, de terminar la historia y de que mi rubia se riera de lo sucedido, ella se apiada de mí, acaricia mi brazo para luego ponerse sobre la punta de sus pies y dejar un lindo beso en mis labios que me hace suspirar como idiota.

- Está bien\, espérame aquí. No quiero que tengas problemas con Edna. No tardó nada\, amor. - Me dice y la veo entrar a la biblioteca. Definitivamente soy un maldito afortunado. Mierda, la amo.

Luego de unos minutos mi rubia sale de la biblioteca con un libro en la mano que inmediatamente le quitó para llevarlo. Le doy un beso en la mejilla y entrelazo nuestros dedos, aún nos quedan unos minutos hasta que suene el timbre que pone fin al receso. Nos condujo hasta un área del patio en donde nos permite estar solos por unos minutos. Me siento en un banco junto a Ludo, tomo sus piernas y las coloco sobre una de las mías y así poder tenerla más cerca. Sin más nos perdimos en nuestras bocas en un beso intenso y largo que acaba con el aire de nuestros pulmones.

Sin darle más de unos segundos para recuperarse, atacó de nuevo sus hermosos labios, que son mi perdición, pero el sonido insistente de mi celular me obliga a dejar de besar a mi chica para ver quién llama tanto. Ambos miramos el número que se refleja en la pantalla. Mierda, Carla.

Esta chica no para. Siempre se las arregla para mandarme mensajes, llamarme, acosarme en redes sociales y todo eso, por más que la haya bloqueado de todos lados. Hasta se ha aparecido por “El Club un par de veces. No le importa que le haya dejado mil veces en claro que tengo novia, sigue molestándome. Temo que la actitud de “la acosadora” me traiga problemas con mi novia.

-¿Por qué te llama mi prima? - La miro confundido porque no agende a Carla. - Me sé de memoria el número de Carla y el de mi tía. - Mierda. Suspiro y cortó la llamada.

- No ha parado de acosarme. - Silencio mi celular para que no nos interrumpa más. - Ha estado mandando mensajes\, fotos\, audios\, por WhatsApp y por redes sociales. Me llama y se aparece a veces en el bar del “El Club” cuando estoy con mis amigos. La he bloqueado de todas partes pero de alguna manera consigue volver a molestarme. Ya le he dicho que tengo novia\, pero tu prima sigue insistiendo.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Porque... es tu prima y pensé que iba a parar\, en algún momento\, pero no se rinde.

- ¿Te gusta ella? ¿Le has respondido los mensajes? - Noto la inseguridad en su voz y eso no me gusta. No me gusta que dude de mi amor por ella.

- No. Ni me gusta ni le he respondido nada. - Ludo me observa y sé que me cree\, pero necesito ser sincero con ella. - Sólo le respondí al principio para decirle que no estaba interesado\, después de eso me he dedicado a ignorarla.

- Ella me dijo que hablaban. - Morocha mentirosa. Ludo baja la mirada a sus manos que retuerce con nerviosismo. Colocó una de mis manos sobre las de ellas.

- No es cierto\, amor. - Levantó con mi otra mano su carita para que me mire. - Y amor\, Carla no me gusta…

- Te acostaste con ella. - Susurra con dolor y es algo de lo que siempre voy a arrepentirme.

- Eso fue un error. Algo de lo que me voy a arrepentir toda la vida. - Ella asiente\, suspira y me abraza\, envuelvo su pequeña cintura con mis brazos. - Estoy muy enamorado de ti\, amor. No lo dudes.

No me gusta nada que la morocha despierte inseguridades en mi novia. Ya me tiene harto y no sé qué hacer para que pare de una maldita vez. Llevo un tiempo queriendo decirle a la morocha que Ludo es mi novia, pero mi rubia no quiere que su prima lo sepa… ni su tía. De hecho, ha insistido en que les pida a mis amigos que no comentan nada de nosotros, ya que Carla se mueve en nuestro mundo y puede ser que ellos se crucen con ella en algún antro, fiesta o evento social.

- Ya lo hablamos\, amor. Ella está obsesionada contigo. Si sabe que soy tu novia me va a hacer la vida imposible y... yo vivo con ella. - Es cierto que ella tendría que soportarla más que yo\, pero jamás dejaría que la morocha le hiciera algo.

- No te va a hacer nada\, no lo voy a permitir.

- Conozco a Carla\, sé lo que es capaz de hacer. Por favor\, amor. No quiero que ella arruine lo que tenemos. - No me gusta escuchar el miedo que se refleja en su voz. Pero tampoco quiero que se sienta angustiada.

- Está bien\, amor. Está bien. - Le doy un tierno beso y la abrazo llenando mis pulmones de su aroma a lavanda.

Finalmente, con el correr de los días, puse en marcha un plan para tratar de disminuir el acoso de Carla. Se me ocurrió subir fotos con Ludo, donde no se le ve la carita, pero las imágenes dejan en claro que ella es mi chica. Yo amaría presumirla y que todos sepan que es mía, pero respeto el pedido de mi novia. Sin embargo, debo decir que mi plan funcionó un poco, los mensajes y llamadas se redujeron, sin embargo, Carla no se da por vencida totalmente. Está loca.

***

La semana que viene cumplimos un mes de novios. El mejor mes de mi vida. Mi rubia no ha hablado del tema, pero la conozco lo suficiente como para saber que esa fecha será un día especial y quiero hacer de nuestro primer aniversario de novios algo inolvidable para ella… y para mí. En mi cabeza ya he planeado el día perfecto para nosotros y desde ayer ya tengo su regalo guardado en un cajón de mi vestidor. Ya muero por darle el obsequio y ver su carita. Por el momento no voy a sacar el tema, recién es jueves y tenemos varios días para hablarlo… más bien para darle pistas de lo importante que es para mí también ese día.

- ¿Amor\, estás bien? - Le pregunto una vez que entramos a mi habitación.

Hoy por suerte Ludo pudo zafar de su tía y luego de la escuela fuimos a mi casa a almorzar y pasar tiempo juntos hasta que deba llevarla a su trabajo. Como otras veces, después de comer subimos a mi cuarto a ver alguna película de Disney que tanto le gusta a mi chica. Ya he perdido la cuenta de cuántas películas hemos visto ya, pero adoro tenerla entre mis brazos y ver la felicidad en su carita cuando compartimos ese momento.

- Sí\, estoy bien. - Dice pero su respuesta no me convence.

Me acerco a ella y beso sus labios suavemente, luego tomo una de sus manos y la guio hasta mi cama donde ella se sienta. Le quito sus zapatos, beso su mejilla y camino al otro lado de la cama para acostarme a su lado. Mi cuerpo se relaja cuando me giro y me topo con su carita sobre la almohada mirándome. Sonrió y sin poder evitarlo bajó mi rostro hasta el suyo para besar sus deliciosos labios. Amo besarla, podría pasarme todo el día perdido en sus labios.

De repente el beso, como los muchos que nos damos últimamente, se vuelve intenso. Mi cuerpo se calienta, mi pecho se agita, y cuando nuestras lenguas se unen, siento electricidad recorrer cada centímetro de mi anatomía. En la habitación sólo se escucha nuestras respiraciones agitadas y el sonido de nuestras bocas besándose. Ludo suelta suaves gemidos de sus labios que me ponen al límite. Me dejo llevar por el momento y sucumbo a mi deseo.

Una de mis manos viaja al muslo de Ludo que lentamente elevo sobre mi cadera para tenerla más cerca. Quisiera fundirme en su lindo cuerpo. Mi novia se aprieta más a mi cuerpo e instintivamente mis dedos se hunden en la suave piel de su pierna. Siento el cuerpo en llamas y cierta parte de mi anatomía crece, palpita y duele por mi sexy novia. Empujo mis caderas contra la intimidad de Ludo y juro que recibo una descarga eléctrica por todo mi cuerpo.

Esto es lo más lejos que hemos llegado, estoy muy seguro que me siente y me gusta que no se aleje de mí. Está tan perdida en el momento como yo.

Las manos de Ludo se aferran a mi cuello mientras me empuja más cerca de ella. Gimo sobre sus labios, al tiempo que mi mano sube de su muslo hasta su cintura, donde lentamente comienzo a deslizarme hacía arriba, hasta llegar a uno de sus senos, que amasó delicadamente sobre la tela de su camisa blanca, entra perfecto en mi mano. Quiero tanto hacerla mía. El deseo es tanto, que largo un ronco gemido de lo más profundo de mi garganta al empujar más fuerte mis caderas con las suyas, lo que provoca que mi novia reaccione.

Ludo rompe el beso y rápidamente se aleja de mi cuerpo que se hiela por la falta de su calor. Mi rubia se sienta en la cama, alisa su falda lo más abajo que le permite la tela, mientras trata de recuperar el aliento. Su pecho sube y baja rápidamente mientras respira, sus labios están rojos e hinchados y su rostro y cuello están enrojecidos. Me siento, sintiéndome algo incómodo entre las piernas. Fui muy lejos y la asusté. Tomó un almohadón y lo colocó sobre el bulto prominente de mis pantalones, tomó una respiración profunda y me acerco a ella para buscar sus ojitos, no me ha mirada desde que se alejó de mí.

- Lo siento\, amor. Me deje llevar. - Me disculpo con ella colocándome detrás de ella para poder rodearla con mis brazos. Suspiro cuando me permite tocarla. Soy un idiota caliente. Ella no ha estado con nadie y ahora la he asustado. Soy idiota.

- No\, está bien… - Responde bajito mientras apoya su espalda en mi pecho. - Ammm\, me puse nerviosa y me asusté un poco. Lo siento. - Mi dulce chica. La invito a moverse para que estemos de frente y poder mirar sus ojitos verdes. Cuando lo hace me derrito de amor, luce apenada y tierna. Le sonrío para que sepa que todo está bien.

- No tienes nada que sentir\, amor mío. Es normal que te asustes o te pongas nerviosa. Aún no estás lista para ese paso y lo respeto. - Ludo no parece estar más tranquila\, de hecho no deja de retorcerse los dedos y no me mira. Colocó una de mis manos sobre sus manos y llevó mi otra mano a su barbilla para elevar su rostro y que pueda ver mis ojos que le hablan con sinceridad. - No te sientas mal por detenerme. No te voy a negar que me gustaría ser el primero\, pero….

- Quiero que seas el primero\, pero no estoy lista todavía. - Acaricio su hermoso rostro y sonrió.

- Está bien\, amor. Para mi va ser un gran honor ser el primero. Y vamos a esperar lo que haga falta\, porque jamás te voy a apurar ni presionar a hacer algo que no quieras hacer. - Le aseguro con convicción. Ella asiente y\, por fin\, su cuerpo se relaja.

- Gracias. - Susurra dulcemente.

- Nada que agradecer\, amor. - Le doy un casto beso en los labios y dejando a un lado el almohadón\, me acomodo en la cama invitándola a unirse a mí. Ella me dedica una dulce sonrisa y se acuesta a mi lado.

Enciendo el televisor y busco una película de Disney que le encanta a Ludo. Aprieto mi agarre sobre sus hombros y ella se acurruca más en mi pecho. Sonrío feliz, esto es perfecto. Sin embargo, pese a que el ambiente está más relajado, noto a Ludo algo pensativa y distraída.

- ¿Qué sucede amor? - Ella levanta la cabeza para mirarme. - ¿En qué piensas que no te deja concentrarte en la película? Te encanta esta peli. - Ella suspira y se apoya en su codo para poder mirarme mejor.

- Es sólo que… ¿Qué pasa si… no soy buena en… el sexo? - Susurra las últimas dos palabras. ¿A qué viene esto? - Quiero decir\, has estado con muchas chicas. Tanto de la escuela\, como Soledad\, como fuera de la escuela\, como Carla. Ellas sabían lo que hacían\, sabían cómo complacerte y… - Interrumpo sus divagaciones\, no me gusta que tenga esos pensamientos.

- No sé porque estás pensando en eso\, pero ella no tiene nada que ver con nuestra relación.

- Hoy… - Ella suspira. - Hoy\, en el baño\, Soledad… fue un poco explícita con su experiencia contigo. Creo que sólo buscaba  molestarme porque sabe que tú y yo\, aún no hemos…. - No termina la frase. Me incorporo en la cama\, ella hace lo mismo y tomo una de sus manos entre las mías.

- Amor\, no hagas caso a lo que Soledad o ninguna otra te diga. Tengo un pasado y lamentablemente no puedo borrarlo\, Ludo. - Coloco un mechón de su cabello detrás de su oreja. -  No quiero que te sientas insegura. Estoy 100% seguro que vas a ser muy buena en el sexo\, digo con sólo mirarte me pongo duro. - Las mejillas de Ludo se tornan rojas.

- Martín. - Me regaña mientras sonríe avergonzada. Me encanta que me regañe usando mi nombre. Estoy loco de amor por mi rubia.

- Amo hacerte sonrojar\, amor. - Le digo sonriendo. Pero después me pongo serio\, porque necesito que ella comprenda que con la única que quiero estar es con ella. - No tienes que preocuparte por nada. Lo que nos guste a los dos en el sexo\, lo vamos a descubrir juntos\, cuando llegue el momento\, si? - Ella asiente más relajada. Me vuelvo a acostar en la cama y la atraigo a mi pecho\, donde vuelve a colocar su cabecita. Ludo se acurruca más cerca colocando su brazo sobre mi cintura y la aprieto más cerca de mí. - El día que hagamos el amor va a ser mágico y hermoso. Te lo prometo\, amor. - Le doy un tierno beso en la cabeza.

Sé que esperar va a valer la pena. Ludo es especial y se merece una primera vez especial. Quiero que se sienta segura, deseada y... amada por mí. Ella es todo para mí, me ha hechizado completamente en tan poco tiempo.

***

Estoy agotado mentalmente, creo que si paso un segundo más cerca de Fernández me voy a volver loco… del aburrimiento. Aún me cuesta creer que Belu esté enamorada del ñoño. Son la pareja menos convencional del mundo. Él es tan tranquilo y ñoño y ella es tan… revoltosa. Pero lo que más me cuesta creer que esté en una cita doble con ellos. Pero, haría cualquier cosa por mi rubia, más si eso significa pasar tiempo a su lado.

- Hablamos después\, amiga. - Dice Belu después de despedirse de nosotros y de mi novia por tercera vez.

- Si\, amiga. - Le responde Ludo abrazando - por tercera vez - a su amiga.

La colorada toma la mano de Fernández que no le quita ojo a su nueva novia y por fin, ambos desaparecen de nuestra vista. Puede que ahora ellos sean novios, pero siempre voy a mantener un ojo en el ñoño cuando esté cerca de mi chica. De hecho mientras estábamos en el local de juegos, siempre me aseguré de tener a Ludo conmigo, excepto cuando Belu se las ingeniaba para separarme de mi chica. Para mi suerte, esta salida llegó a su fin y ahora puedo tener a mi bella novia sólo para mí, por tiempo ilimitado… bueno, hasta que debamos separarnos cuando la deje en su casa.

- Amor\, ¿me acompañas a comprar algunas cosas? Quiero aprovechar que estamos en el shopping para comprar algo de ropa. - Le pido y ella me sonríe mientras asiente con su cabecita.

- Sí amor\, aún no quiero que termine nuestro tiempo juntos. - Dice tiernamente y mi corazón se derrite de amor. Entrelazo nuestros dedos y dejó un suave y dulce besito en su nariz. - ¿La pasaste bien hoy? - Me pregunta tiernamente mientras me observa con sus fascinantes ojos verdes. Y me pregunto, ¿cómo hago para decirle que fue una tortura estar con su amigo ñoño, sin hacer que se sienta mal? Fácil, no puedo.

- Sí\, mi amor. La pase bien\, siempre la paso bien cuando estoy contigo. - Dejó un beso en su mejilla. Ella sonríe y con su otra mano me toma del brazo mientras apoya su cabecita en mi hombro. Feliz es la única palabra que resuena en mi cabeza y en mi alma cada vez que estoy con ella.

Entramos a tres tiendas distintas en las que compré algunas camisetas y pantalones. Me gusta que mi novia me acompañe a hacer estas cosas, lo que no me gusta es que no me haya dejado comprarle nada. Ni siquiera me dejó comprarle una blusa. Es más, cuando pasamos por una tienda de peluches, tampoco me permitió entrar a comprarle uno y muero por regarle algo.

- No te enojes\, amor. - Me pide una vez que nos detenemos a ver el escaparate de una tienda cualquiera.

- Quiero regalarte algo y no me dejas. - Estoy haciendo un berrinche y qué.

- Amor\, no necesito que me regales nada… - La interrumpo besando sus labios brevemente.

- Pero quiero hacerlo. - Susurro sobre sus labios.

- Ya me regalas tu tiempo.

- Mi tiempo siempre es tuyo\, amor. - Digo besando otra vez sus labios. - Por favor\, amor… déjame regalarte algo.  - Le pido mientras beso su mejilla\, su boca\, bajando por su cuello… beso su piel mientras le ruego que me deje comprarle algo.

- Vale... - Susurra pérdida por mis pequeños besitos. Sonrío como idiota por salirme con la mía. Inmediatamente tomó su mano y la guió a la tienda que quiero para comprarle su regalo.

Hacer un berrinche valió la pena. Ver sus ojitos verdes brillar, sus labios dibujar una sonrisa y sentir su calorcito al abrazarme efusivamente, por regalarle una simple blusita roja que quiero que use en nuestro aniversario. Claro

que no le dije eso, arruinaría mi sorpresa, en cambio, le pedí que la usara en nuestra próxima cita. Ahora que me he salido con la mía, le sugiero a mi chica que vayamos a merendar y ella acepta con una sonrisa.

- Martín. - Esa maldita voz, mierda.

Oír la voz de mi padre hace que me detenga, cierro los ojos y suspiro para girarme y toparme con los ojos celestes de mi padre. Luce elegante e importante como el empresario que es. Lleva un traje gris, el cabello marrón perfectamente peinado, sus ojos celestes pasan de mí a Ludo mientras se acerca más a nosotros.

- Hola hijo. - Saluda educadamente y ruedo los ojos.  - ¿Ella es tu novia?

- Sí. - Suspiro al ver que espera que le presente a mi rubia. - Ella es Ludovica\, mi novia. - Miro a mi chica. - Él es Gustavo\, mi papá.

- Es un gusto conocerte Ludovica. - Saluda amablemente mi padre.

- Mucho gusto señor Molina. - Responde con educación mi novia.

- Sólo Gustavo\, por favor. - No soporto esto. - ¿Qué tal si tomamos un café? Me gustaría conocer a la novia de mi hijo.

- No\, nos tenemos que ir. - Lo rechazó de mala manera. Ludo nota mi incomodidad y aprieta mi mano.

- ¿Podemos hablar un segundo? - Me pide mi padre y no me da tiempo a decirle que no\, porque empieza a alejarse unos pasos. Suspiro y me giro hacía Ludo.

- Ahora regreso. - Dejo un beso en su frente y camino hasta donde se encuentra mi padre.

Gustavo, no tarda nada en reprocharme mi actitud. Me reclama el hecho de que mi madre ya conoce a mi novia y se queja de que tiene el mismo derecho y que es mi jodido padre. Pues, se acuerda tarde que es mi jodido padre.

Respiro profundamente, no quiero arruinar el día con mi chica con una discusión con mi padre, por lo tanto término aceptando que tomemos un café con él. Me alejo de él para volver con Ludo.

- Amor ¿Te molesta que tomemos un café con mi papá? - Le pregunto.

- No me molesta\, mi amor. - Ella me acaricia el rostro y me relajo. - ¿Estás bien? - No quiero verla preocupada por mí\, así que asiento con la cabeza y le sonrió.

- Sí\, amor. - Tomó su pequeña mano\, donde deposito un suave beso y caminamos hasta dónde está mi padre.

Mi padre nos guía hasta una cafetería y ocupamos una mesa. Esta situación no me gusta nada, me siento terriblemente incómodo y parece que no lo ocultó muy bien, porque mi novia toma mi mano debajo de la mesa y acaricia mi piel, eso hace que fije mis ojos en ella y que mi cuerpo se relaje. Ludo me da una linda sonrisa y me siento mejor al tenerla a mi lado.

- Debo decir que me da mucho poder conocerte Ludovica. Valeria me ha hablado de ti\, comento que asistes al “Bristol School”\, ¿tus padres son empresarios o se dedican a otra cosa? - Lo fulmino con la mirada. ¿Es idiota?

- Mis padres fallecieron cuando tenía doce años. - Ludo le responde amablemente.

- Lo siento mucho\, no sabía. - Dice apenado mi padre y ruedo los ojos.

- No hay problema. Mi padre era abogado y mi madre era maestra\, aunque se dedicaba a muchas cosas. Desde hace unos 6 años vivo con mi tía Leticia y mi prima Carla.

- De verdad lo siento Ludovica. Esa información no me la dijo Valeria. Aunque sí dijo que eras una chica adorable que hacía muy feliz a nuestro hijo. ¿Puedo preguntar cómo es que terminaron siendo novios? - Pregunta interesado.

- ¿Le vas a hacer un interrogatorio? - Intervengo de mala manera. - Nos hicimos de novios como cualquier persona normal. - Nos lanzamos miradas desafiantes.

- En realidad\, todo empezó por una apuesta. - Mi padre dirige sus ojos a Ludo y yo también. No pensé que le contaría lo de la apuesta a mi padre. - Bueno a mí me gustaba desde hacía mucho tiempo\, pero jamás dije nada. Ninguno de los dos se animó a dar el primer paso antes y por una tonta apuesta nos acercamos… y después todo se dio bastante natural. - Resume la historia.

- Me alegro que mi hijo haya encontrado el amor. Jamás pensé que fuera a conocer a una novia suya. - Dice mi padre y ruedo los ojos.

- Bueno\, no es el primero que lo dice. Pero siento que pocas personas conocen realmente a su hijo. Por suerte yo soy una de esas personas afortunadas que lo conocen tal como es. - Ella me mira con sus ojitos verdes brillantes y después vuelve la mirada a mi padre. - Su hijo es un hombre increíble\, es bueno\, protector\, inteligente\, y gracias a él estoy conociendo lo que es el amor y la felicidad. - Sus mejillas se tiñen de un leve rosado. Amo sus palabras.

- El afortunado soy yo. - Digo sin quitarle los ojos a mi hermosa novia. - Tengo que llevar a Ludo a su casa. Gracias por el café. - Me levanto de la silla\, ella hace lo mismo.

- Fue un placer conocerte Ludovica\, espero verte pronto. - Ella asiente y le sonríe a mi padre. - Gracias por dejarme conocer a tu novia\, espero verte pronto hijo. - Asiento una vez y de la mano de Ludo camino fuera del shopping.

Mis pies se mueven rápido en el estacionamiento, desesperado por encontrar mi Audi, quiero privacidad para besar a mi novia con gran pasión. Sonrió cuando lo encuentro y sin poder evitarlo, suelto las bolsas que caen al suelo, tomo su cintura y pego su cuerpo contra la puerta del copiloto y beso sus deliciosos labios, con gusto a café. La boca de Ludo se abre para recibirme y devoró su boca con pasión. Nuestras lenguas se enredan, sus manos se aferran a mi camiseta y las mías aprietan ligeramente su cintura. El beso está cargado de amor y deseo, acerco mi cuerpo más al suyo, quiero fundirme en ella.

Mi corazón parece que va a salirse de mi pecho en cualquier momento. Mi estómago cosquillea fuerte y mis pulmones arden, reclamando aire. Es en este preciso instante que me doy cuenta que no puedo callarlo más. Estoy enamorado de ella y la amo muchísimo. Nos separamos cuando el aire se hace necesario para respirar, despego mi boca de la suya, pero no suelto su cuerpo. Cuando Ludo abre sus ojitos vidriosos por el beso, me pierdo por un breve segundo en su mirada. Sus mejillas rojas son adorables y sus labios hinchados son de lo más sexy.

- Te amo. -  Le digo y sus ojitos se agrandan de sorpresa\, pero al mismo tiempo su mirada es tierna. Contengo la respiración esperando que diga algo y ojala sea que también me ama.

- Yo también te amo. - Susurra dulcemente y suelto el aire que estaba conteniendo. Sonrío tanto que mi rostro duele.

Bajo mi rostro hasta el suyo y beso profundamente sus labios. Me pierdo en su boca y cuando nos separamos para recuperar el aliento me quedó contemplándola por un momento. Es hermosa, sus ojos brillan, sus mejillas están dulcemente sonrojadas y sus labios están rojos por nuestros besos. Ella me sonríe con tanta dulzura y amor que podría ponerme de rodillas.

- Te amo. - Ella acaricia con sus labios esas dos palabras que hacen que mi corazón quiera salirse de mi pecho. Me guardo en la memoria el sonido de su "Te amo" y sonrió feliz.

- No sabes lo feliz que me haces\, amor. ¡Te amo! - La abrazo fuerte escondiendo mi rostro en su cuello y aspirando su aroma a lavanda que me fascina.

Jamás imaginé amar a nadie más que no fuera mi madre, mi padre - en su momento - y mi hermano mayor. El sentir amor romántico por una chica nunca estuvo en mi planes, pero sentir amor por Ludo es inevitable. No sólo es

hermosa, es buena, inteligente, amable, adorable, única, preciosa, es imposible no enamorarse de ella y no amarla.

Está hermosa rubia de bellos ojos verdes me tiene loco de amor.

------

Bella Mark

Más populares

Comments

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Ya habrá hecho los meses para su cumpleaños,,,creo yo🤷🏻‍♀️🤷🏻‍♀️

2024-03-02

1

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Pues eso ya está hecho,,ay,si supieras como la trata,,no te lo puedes ni imaginar

2024-03-02

0

Valentina anches

Valentina anches

💖💖💖💖💖

2023-09-03

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play