MARTÍN
Mi domingo estaba siendo demasiado aburrido. Mi mente no dejaba de pensar en Ludo y en si me daría una oportunidad o no. Dios, deseo tanto que me dé una oportunidad. Me estaba desesperando tanto tener que esperar su decisión, que ya no soportaba estar solo en mi casa. Es por eso que termine viniendo a la casa de mi mejor amigo, Eric.
Eric vive en una enorme mansión de tres pisos, con una enorme piscina y cinto de habitaciones, una de las cuales es un playroon, una sala de juegos que tiene un gigante televisor, una PlayStation, un equipo de música muy potente, un mesa de billar, varias máquinas de juegos retros, una gran L formada por sillones increíblemente cómodos y puffs, un minibar repleto de bebidas de todo tipo y una máquina expendedora de golosinas. La casa de Eric es genial y tiene todo lo que quiere, sus padres que siempre viajan por trabajo y compensan su ausencia llenándolo de cosas materiales. También le dejan dinero en su cuenta bancaria y mucho personal que atiende sus necesidades.
Hace casi una hora que estamos tirados en un sillón jugando videojuegos mientras nos atiborramos de golosinas y comida chatarra. Es relajante concentrarse en otra cosa que no sea en cómo diablos voy a lograr que Ludo me dé esa oportunidad que tanto anhelo. Sin embargo, mi amigo no se ha olvidado de la tonta apuesta que hicimos y después de ganarme la partida me pregunta por los avances en la apuesta.
- Creo que voy bien. - Digo mientras me llevo una papa frita a la boca.
- ¿Creo que voy bien? ¿Eso es todo? - Me mira inquisitivamente\, sabe que hay más\, es mi mejor amigo y me conoce bien. - Vamos\, Martín somos mejore amigos desde los 5 años\, puedes confiar en mí. Sabes que si no quieres que el resto del grupo sepa algo\, de mi boca no saldrá.
- Mis trucos con ella con funcionan. - Digo con pesar. - Ella es diferente por lo tanto yo debo ser diferente… mejor. Ayer\, le dije que me gustaba pero ella no me cree\, fui sentimental como nunca lo he sido y le pedí que me diera una oportunidad para demostrarle que me gusta de verdad… todavía no me ha dicho nada.
- Bueno amigo\, lo has hecho bien. - Me palmea el hombro y por un segundo creo que podría abrirme a Eric\, dejar la apuesta pero cuando abre la boca de nuevo\, desecho la idea. - Ludovica es un gran reto. Tienes que hacer y decir lo que sea para ganar la apuesta\, cierto?. - Me sonríe y se levanta para buscar una lata de Coca-Cola en el minibar.
- Si… cierto. - Susurro lo último\, aunque dudo que Eric me haya escuchado.
No quiero ganar la maldita apuesta, no me interesa la apuesta, solo quiero que ella me crea. Quiero que vea que puedo ser el chico que merece estar a su lado. Maldita sea, la quiero para mí, quiero estar con ella...
- Demos una fiesta. - Me dice Eric dejándose caer a mi lado y ofreciéndome una lata de Coca-Cola que recibo\, mientras el abre su lata.
- Ya dimos una fiesta el domingo pasado. - Le recuerdo.
- Y hoy vuelve a ser domingo… Tenemos una mansión para nosotros solos y nada que hacer. Es perfecto. - Me guiña un ojo y sonríe. Eric ama las fiestas\, más si él puede darlas.
- Bien\, demos una maldita fiesta. - Eric me incita a chocar los cinco con él y no puedo dejar colgado a un amigo. - Eso sí\, no invitemos a los del Circulo\, solo a los del colegio.
"El círculo" es un grupo elitista de WhatsApp en el que mi grupo de amigos y algunos de mis compañeros de escuela son miembros. Al igual que personas de clase alta que asisten a escuelas de élite y personas que no son de nuestro nivel socioeconómico, pero que son guapas y modelos y se codean con nosotros. Y sí, dentro del Círculo está Carla y no quiero verla, me está acosando por Instagram, es más pesada que Soledad.
-¿Por qué no quieres invitar a los del Círculo?
- Recuerdas el lunes pasado cuando todos nos despertamos aquí\, deje una morocha durmiendo en una de tus habitaciones de invitados.
- La recuerdo… sexy. - Sonríe y niego con la cabeza.
- Bueno\, es la prima de Ludovica y está loca. Se ha obsesionado conmigo. No quiero tener que soportarla. Además\, el hecho de haberme acostado con Carla ya me ha restado puntos con Ludovica y la apuesta. Si quiero que ella se enamore de mí\, necesito tener lo más lejos posible a la loca de su prima.
- Increíble que Ludovica tenga una prima tan sexy que se codee con nosotros. - Dice impactado y ruedo los ojos. Ludo es más hermosa y sexy que Carla. - Pero está bien amigo, invitamos solo a los del colegio… y a un par de personas más, pero no al Círculo.
Eric se encarga de avisarles al resto de nuestros amigos, escribiendo en nuestro grupo de WhatsApp y en menos de media hora, Tomás y Alejandro se hacen presente en la casa de Eric listos para organizar una fiesta legendaria.
- Puedes usar esta fiesta para avanzar con Ludovica y así mostrarnos cómo va la apuesta. Ya sabes ver con nuestros propios ojos que ella está cayendo. - Los ojos marrones de Alejandro se fijan en mí y odio su mirada divertida y petulante. No tengo que demostrarles nada, menos a ti, idiota.
- Nunca he visto a Ludovica en una fiesta. ¿Qué tan seguro es que venga a esta? - Miro a Tomás porque tiene razón. Ludo nunca he asistido a una fiesta de élite. ¿Cómo hago para que venga a esta fiesta?
- Tal vez hoy nos sorprenda y venga. Mejor si viene con la sexy de Belu\, así también puedo hacer mis movimientos con ella. - Comenta Eric y dudo que la colorada se deje conquistar por mi mujeriego amigo.
Deseo tanto verla hoy, en nuestra fiesta. No ha dicho nada en el grupo de WhatsApp del colegio y solo espero que no le haga hecho caso al mensaje de Soledad, aunque me encargue de dejar en claro que TODOS eran bienvenidos. Ahora que pienso que ella puede venir a la fiesta, la ansiedad me consume.
Mientras una gran cantidad de personas preparan la sala de abajo y el patio para la fiesta, nosotros nos preparamos para la noche. Cada uno toma una habitación de invitados para ducharse y cambiarse con la ropa que hemos mandado a traer de nuestras casas. Mientras me ducho pienso en mi rubia, más bien fantaseo con que me dé una oportunidad o con verla hoy… me encantaría tanto que todos supieran que es mía. Quisiera tanto que todo fuera sencillo, pero para eso debo de dejar de ser un imbécil superficial.
Cuando salgo del baño en suite, me visto con un pantalón negro y una camisa negra, me paso la mano por el cabello y desisto de afeitarme. Me siento en la cama para ponerme las zapatillas y la notificación de un mensaje me hace dejar lo que te estaba haciendo y coger mi móvil rápidamente, puede ser Ludo, pero para mi sorpresa el Belu.
Chat - BELU
Belu: A la fiesta de hoy va a asistir gente del El Circulo?
Martín: No, solo los del colegio
Martín:Vienes a la fiesta?
Belu: Ludo y yo vamos!
El corazón se me acelera al leer por quinta vez el mensaje de Belu, mi rubia viene. Voy a poder verla, hablar con ella, porque no creo poder mantenerme alejado de Ludo. De repente mi humor cambia, mi cuerpo se renueva de energía positiva. Termino de vestirme, me perfumo, me observo en el espejo, estoy algo nervioso por volver a verla y quiero estar bien para ella. Me tomo una foto y la subo a Instagram con la frase: “Waiting for you”. Claramente es un mensaje para mi rubia. Desactivo los comentarios porque a veces hay chicas que comentan mis fotos y ahora que Ludo y yo nos seguimos por esta red social, no quiero que vea eso.
Guardo mi celular en el bolsillo y salgo del cuarto, listo para bajar a la sala. En el camino, otra notificación llega a mi celular, con el corazón desbocado lo consulto, tal vez le ha dado me gusta a mi foto, tal vez me ha envidado un mensaje diciendo que viene a la fiesta… pero no es ella, es Eric que me ha etiquetado en su historia de Instagram, una foto de la sala ya despejada de muebles, con las luces de colores danzando por el lugar como única luz. Bajo las escaleras y compruebo que todo esté listo, hay snacks y comida chatarra en la cocina y un sinfín de bebidas alcohólicas. En la sala comienza a sonar fuerte la música y esto ya se siente como una completa fiesta.
Mientras me reúno con mis amigos, apiñados a un costado preparándose unos tragos, consulto mi móvil. Cero mensajes de Ludo, ni siquiera le ha dado me gusta a la última foto que subí a Instagram. Me debato entre escribirle o no. Lo cierto es me muero por saber de ella pero no quiero ser pesado y que piense que la estoy presionando para me dé una respuesta y me saque de mi agonía.
La gente comienza a llegar, las chicas se pasean con sus micros vestidos y sus rostros maquillados, pero ninguna de ella es Ludo. Es en todo lo que me he estado fijando desde que la puerta se abrió por primera vez. Eric vuelve a mi lado y me entrega otro vaso de plástico rojo con alguna bebida alcohólica, le doy un trago sin saber que es, pero no me importa, necesito el alcohol para bajar mi ansiedad.
- Todavía no ha llegado. Pero vienen\, las dos. - Sé que habla de Ludo y Belu. Y sé que viene\, pero ¿cómo sabe él que vienen? Creo que nota la pregunta en mi cara y me responde sin que la formule. - Belu ha subido una historia\, le reaccione con un fueguito pero me dejo en visto. - Me rio e inmediatamente saco mi celular del bolsillo de mi pantalón para ver esa historia. - ¡Fosforito! - Grita Eric y se va a molestar al pobre colorado que hemos obligado a venir a la fiesta.
Busco la historia de Belu y la abro… Wow si la de plateado es Ludo voy a estar babeando toda la noche. Esta bellísima y sexy, es una lástima que no se le vea bien la carita. Pero no importa porque en poco tiempo la voy a ver en vivo y en directo. Me quedo observando la foto más tiempo del necesario y después me paso casi 30 minutos consultando mi móvil cada dos minutos. Los únicos mensajes que tengo son mensajes directos de Instagram de algunas chicas y Carla.
Mis amigos se reúnen conmigo y me entretengo molestando a Fosforito. No planeamos que este toda la fiesta, no somos tan crueles... O creo el coloradito. En el instante en el que mandamos a Fosforito a traernos algo para picar, la puerta de entrada se abre revelando la presencia de Belu y Ludovica. Casi se me cae la mandíbula cuando la veo. Está bellísima, hermosa y sexy.
- Esa colorada esta cada día mas atractiva. - Suelta Eric que se come con los ojos a Belu. - Ya regreso. - Lo vemos marcharse para recibir a las chicas\, cosa que solo ha hecho con las mujeres que le parecen atractivas\, sino fuera porque sé que le gusta Belu\, ahora mismo estaría muy celoso de que se acerque a Ludo.
- ¿Quién es la chica con la que esta Belu? - Pregunta Tomás que ya está medio ebrio. ¿Es idiota? ¿Cómo no la reconoce?
- Es Ludovica. - Contestó fríamente.
- ¿Esa es Ludovica? Bueno es un cambio… La verdad\, la rubia es muy atractiva. - Dice babeando por mi chica.
- Sí que sabe producirse la "huerfanita becada". - Alejandro se la come con los ojos. Idiota.
Lo fulmino con la mirada, odio que la llame "huerfanita becada" y que hable así de ella. Y son unos idiotas por pensar que hoy luce atractiva y sexy. Ludo, es hermosa con cualquier cosa que vista, hasta con el uniforme del colegio, es bella. Antes de que mis celos se noten, o peor, que haga algo al respecto por sus comentarios, me alejo de ellos y decido acercarme a mi rubia, pero me detengo en seco cuando veo que las chicas se reúnen con el idiota de Fernández. ¿Qué mierda hace Fernández aquí? No suele asistir a nuestras fiestas. Me coloco a un costado y observo todo a la distancia, cual acosador. Ludo le da una de sus radiantes sonrisas al saludarlo, mientras que Belu apenas lo mira y se retira en dirección a la cocina, dejándolos solos.
- Maldita seas Belu\, ¿Qué haces? No los dejes solos. - Aprieto mis manos en puños\, odio verla hablar con él y darle sus sonrisas. Quiero sus sonrisas para mí. La quiero lejos de cualquier chico que no sea yo. Mierda.
Me llevo el vaso a la boca y esta vacío, suspiro y me dirijo a la cocina, no solo a buscar más alcohol sino también para cruzar dos palabras con Belu. ¿Cómo se atreve a dejar a mi rubia con el idiota de Fernández? Además, si Belu me ve le puede decir a Ludo que estoy aquí, ya que la vi recorriendo la sala, ¿tal vez me estaba buscando? Ojala que sí.
- Hola Belu. - La saludo\, ella me observa por un instante y después corresponde mi saludo.
- Hola Molina. Ludo está en la sala con Lucas.
- Lo sé. - Siseo entre dientes porque odio verla junto a él.
- Genial. - Contesta para después tomar tres vasos entre sus manos y alejarse de mí.
Me apresuro a prepararme otro trago y salir de la cocina para retomar mi posición anterior y esperar el mejor momento para acercarme a mi rubia. Observo detenidamente a Ludo y como actúa con Fernández. Muero por ir a hablar con ella. Quiero sus ojitos verdes solo para mí.
- ¿Bailamos Martín? - Un pequeño cuerpo se coloca en mi campo de visión y enfoco mis ojos en la persona que me ha interrumpido preguntándome si quiero baila. Es Soledad. Paso de bailar con ella. Paso de hablar con ella.
- ¿Qué? No\, Soledad. Busca a alguien más para molestar. Déjame en paz.
- Idiota. - Me escupe furiosa y se aleja balanceando sus caderas. Ruedo los ojos y vuelvo a llevar mis ojos a donde pertenecen… a Ludo.
¡No me jodas Belén! ¿A dónde diablos te has ido ahora? Belu ha vuelto a dejar a solas a Ludo y Lucas. Los observo un poco más, pero no soporto verlos juntos y mas el alcohol que tengo en sangre no le hace bien a mis celos. Decido alejarme un poco de ellos para tranquilizarme, no quiero cagarla con ella. Una vez que mi mente se calme, me acerco a Ludo. El tema es que mi cabeza no se calma. ¿Y si ella lo prefiere a él? A Lucas. ¿Si ese idiota le dice que le gusta y ella le cree y le corresponde? No. Ella... ella es mía, no pienso dejar que el idiota de Fernández me la gane.
Calmarme me toma más tiempo del que me gustaría y cuando pienso acercarme a ella, la veo caminando entre la multitud en dirección al baño que está cerca de las escaleras. Mis ojos se toman el atrevimiento de recorrer, con deseo, su cuerpo y babeo. El vestido la hace lucir tan sexy que duele, su escote que deja apenas ver que hay detrás de la tela, me está volviendo loco. Una vez que ha entrado al baño sana y salva, camino hasta allí y me apoyo en la pared de enfrente a esperarla.
Mientras espero bebo algunos tragos más de mi bebida. Cuando Ludo sale del baño y sus ojitos se fijan en mí, me pierdo en su belleza. Y sí, le miro el escote, sus pechos no son grandes, más bien son pequeños, pero la manera en la se asoman por la tela me hace volar la imaginación. Subo mis ojos a su rostro y noto que ella también me ha mirado, sonrió mentalmente. También le gusto… por lo menos físicamente. Luce tímida, pero con Lucas lucía de lo más relajada y divertida.
Nos acercamos el uno al otro, ella me saluda con timidez, pero la imagen de ella con Lucas me impide corresponderle como me gustaría. En cambio, los celos se hacen presentes y le termino reclamando que haya estado toda la jodida noche con el idiota de Fernández y no puedo evitar preguntarle si le gusta Lucas. Ahora mismo veo rojo de los celos, si me dice que sí, me destruye.
- ¡Respóndeme! - Grito y me arrepiento al segundo que la veo sobresaltarse.
Estoy siendo un completo imbécil. Ese reconocimiento no me permite calmarme porque Fernández interviene haciendo que me hierva la sangre de rabia. Todo pasa demasiado rápido, en un minuto le estoy gritando a Lucas y al otro lo tengo agarrado de su camisa y a Ludo intentado separarnos. Bueno intentando separarme de Fernández. Cuando ella quita su mano de mi pecho para girarse y mirar a Lucas, es mi límite. Ella lo prefiere a él y eso me lastima, me destruye y no pienso quedarme a ver como ella lo elige a él. Antes de irme, golpeo con furia la pared lastimando mis nudillos y rápidamente me alejo de ellos.
Una vez que el aire fresco del patio me golpea la cara, respiro profundamente. Mis ojos recorren el lugar en busca de un espacio para calmarme sin ser molestado por nadie. Aquí hay muchas personas bebiendo, bailando, riendo, enrollándose, bañándose en la piscina y ahora mismo no quiero lidiar con eso. Camino entre la gente en dirección al fondo del patio, pero me detengo al pasar por el lado de una grupo de personas, que no conozco, que beben y fuman. Decido que no me vendría mal un trago y un cigarrillo para aplacar mi ira.
Me acerco a uno de ellos, que luce algo intoxicado por el alcohol y la marihuana que se percibe en el aire, me siento a su lado y a pesar de que el tipo ni me conoce me recibe como si fuera su amigo. Me ofrece fumar de su marihuana y lo rechazo sacando un cigarrillo de mi bolsillo, mi nuevo amigo me lo enciende y otro me comparte una botella de whisky que acepto dándole un largo trago. Justo lo que necesitaba.
Me quedo con ellos por no se cuento tiempo, pero no me importa. Sinceramente no sé de qué hablan pero sus risas con contagiosas y me rio de sus malos chistes. Como si mi cuerpo sintiera su presencia, mi corazón se acelera, mi piel se eriza y mis ojos se fijan en la chica más hermosa y sexy que he visto en mi vida. Ludo. Se me cae la baba al verla caminar hacia a mí. Es jodidamente hermosa. Ludo se detiene frente a mí ignorando las miradas de mis nuevos amigos. Nuestros ojos conectan, los de ella son cálidos y los míos fríos, aún estoy dolido por quedarse con Fernández, aunque ahora este aquí buscándome. Le doy una calada más a mi segundo cigarrillo.
- Martín\, ¿podemos hablar? - Su dulce voz sale débil\, está nerviosa.
- Ahora estoy ocupado con mis nuevos amigos. - Le doy otra calada a mi cigarrillo. A mi alrededor se siente risas suaves que solo me confirman lo idiota que estoy siendo ahora mismo.
Rechazarla me duele, más cuando veo que sus hombros decaen y su mirada se vuelve triste. Ludo asiente una vez con su cabeza y gira sobre sus talones para comenzar su camino de vuelta a la casa. ¿Por qué estoy siendo un idiota con ella?
- Tu novia es sexy\, amigo. - Lo es. Comenta uno de los tipos a mi lado y ríe.
Tiro mi cigarrillo al suelo y me pongo de pie para ir detrás de ella para rogarle que me perdone por ser tan idiota. En realidad si quiero hablar con ella. Me muevo lo más rápido que puedo, esquivando gente mientras no pierdo de vista su melena rubia. Ella se detiene o más bien es detenida por un idiota que la toma por sus hombros y acerca su fea cara al rostro de Ludo. La está por besar, sobre mi maldito cadáver. Mi pecho ruge y corro hasta ella que forcejea con el tipo. Mi puño impacta de lleno en la nariz del tipo que cae al suelo. Cómo se atreve a tocarla.
Me giro para ver a Ludovica que me observa entre sorprendida y agradecida. Respiro de alivio al ver que está bien y tomo una de sus manos entrelazando nuestros dedos para después comenzar a caminar al fondo del patio, donde hay un gran árbol, bancos de madera y cero personas a nuestro alrededor.
- ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? - Le pregunto preocupado y recorriendo su rostro con mis ojos.
Ludo tiene los ojitos aguados, me mira por un segundo y rompe a llorar. Me mata verla llorar. La atraigo a mí rodeando su cuerpo con mis brazos mientras ella esconde su carita en mi pecho. La abrazo fuerte, volviéndome a sentir en paz, completo, al tenerla entre mis brazos. Me alegro de haber ido detrás de ella, porque no sé qué hubiera hecho si ese tipo la besaba.
- Shh ya paso\, hermosa. Tranquila. - La consuelo mientras le acaricio el cabello con cariño y siento sus lágrimas mojar mi camisa.
Ella me envuelve la cintura con sus brazos y suspiro de felicidad. Todo el enojo, la rabia, la frustración, los celos… todo, abandona mi cuerpo al sentir su calor contra mí, al sentir su olor a lavanda envolverme. Mi lado protector aflora fuerte y deseo que ella busque refugio en mis brazos siempre. Ella fue por mí, yo fui por ella, y ahora estamos juntos… ella me elige.
Después de unos minutos ella logra calmarse un poco y casi hago un berrinche cuando ella se separa de mí para limpiarse la humedad de su carita con sus dedos. Vuelvo a envolver unos de mis brazos a su alrededor y silenciosamente la invito a sentarse en un banco. Nos acomodamos uno al lado del otro, Ludo me deja abrazarla y se funde contra mi costado. Su cuerpo se relaja mientras acaricio suavemente su brazo. Quiero poder abrazarla siempre. No quisiera que ella abandonara mis brazos jamás.
- Lo siento. - Le digo rompiendo el silencio que nos envolvía. Rompemos el abrazo para poder mirarnos de frente\, pero me niego a dejar de tocarla\, así que tomo sus manos entre las mías. - Lo siento\, fui un imbécil hace rato. No tendría que haberte tratado así\, ni hablado de esa forma tan horrible. No te mereces eso. - Juego con sus dedos porque estoy nervioso. - Estaba muy celoso y… actué mal. Pero Ludo\, me estoy volviendo loco. Me mata no saber si me quieres o no. Sé que te dije que te daría tiempo para que pienses en nosotros\, pero necesito que me
saques de mi miseria y me digas si me das o no una oportunidad. - Le estoy rogando y ni siquiera me da vergüenza. Ya no puedo más. La miro entre impaciente y desesperado por una respuesta.
- Sí. - Una simple palabra que casi me provoca un infarto. Espera… ¿dijo que si?
- ¿Sí? ¿Si me das una oportunidad? - Pregunto con incredulidad\, no quiero que mi mente me juegue una mala pasada.
Ludo sonríe tiernamente mientras asiente con su cabecita confirmando su respuesta. Mi sonrisa es tan grande que temo que mi rostro se divida en dos. ¡Me ha dicho que sí! Soy tan feliz como hace mucho no lo era. Muero por besarla. Y es lo que hago. Tomo su carita entre mis manos y me acerco lentamente a su rostro, dándole a entender mi intención, espero a ver si ella me rechaza o se aleja, pero no lo hace. Así que pego mis labios a los suyos en un suave, ansiado y delicado beso.
Me tomo mi tiempo sintiendo la suavidad de sus delicados labios. Jamás he besado así, por lo general siempre prima la pasión y son besos lujuriosos y necesitados. Pero sé que Ludo es especial y todo en ella me causa ternura y besarla suavemente parece ser lo correcto. Mis labios se mueven sobre los suyos que poco a poco me corresponden, torpemente, pero se siente jodidamente bien. Un gemido retumba en mi pecho cuando su boca se abre un poco más, permitiéndome sentir el sabor al ron con coca que ha estado bebiendo, mi control sufre y me dejo llevar, le meto la lengua pero ella se asusta y termina el beso apartándose de mí. No.
- Lo siento. - Susurra avergonzada.
-¿Nunca te habían besado antes? - Le pregunto suavemente mientras vuelvo a tomas sus manos.
- No. Este fue mi primer beso. Lo siento si lo hice mal. - Baja la cabeza con vergüenza. ¿Hacerlo mal? Eso jamás, fue hermoso y fui su primer beso. Mi lado cavernícola salta de felicidad.
- Lo hiciste increíble Ludo. - La tomo de la barbilla para que fije sus ojos en mí. - Fue un beso hermoso. Gracias por dejarme ser el primero. - Sus mejillas se sonrojan y sonríe tímidamente. - Siento haber usado la lengua\, me deje llevar. - Ludo jadea sorprendida por mis crudas palabras y sonrío.
Ha sido el mejor beso de mi vida. Y eso que he besado mucho. Pero besar a Ludo se sintió como si un millón de fuegos artificiales exploran dentro de mí. Mi corazón bailaba de felicidad, mis labios codiciaban sus labios con desesperación, mis manos picaban por recorrer cada centímetro de su cuerpo. Nuestro primer beso fue especial y
ninguno de los dos lo va a olvidar jamás. Ahora se con certeza que no quiero besar otros labios, nunca más.
- Eres preciosa sonrojada. - Acaricio su mejilla con dulzura. - Y estas guapísima con ese vestido\, no tuve la oportunidad para decírtelo antes.
- Gracias. - Me responde con una tierna sonrisa.
- Ven. - Me acerco más a ella para pasar uno de mis brazos sobre sus hombros y abrazarla mientras sostengo su mano. - Me gusta abrazarte. - Confieso al tiempo que Ludo se funde contra mi costado.
Nos quedamos así abrazados mientras hablamos para conocernos un poco más, aunque no tocamos temas profundos. También la hago reír con algunos malos chistes o anécdotas graciosas de mi infancia. Y mientras hablamos no dejamos de mirarnos nunca. Me fascinan sus ojos… y sus labios. Aunque todavía no me he animado a besarla de nuevo, no quiero asustarla.
- ¿Te duele? - Mi pregunta tomando mi mano entre las suyas e inspeccionando los pequeños cortes que adornan mis nudillos. No debí golpear así la pared… sí al borracho que intento propasarse con mi rubia. Ludo pasa\, suavemente\, la yema de sus dedos sobre la piel lastimada.
- No. No me duele. No es nada\, no es la primera vez que me lastimo la mano. - Mis palabras no parecen tranquilizarla porque se queda viendo mi mano por unos largos segundos. - Siento haberme portado tan violentamente frente a ti. No me arrepiento de golpear al tipo\, sino de lo de antes de eso. - Ludo asiente sin
dejar de acariciar mi mano.
- Deberías limpiarte la herida. - Me dice mirándome a los ojos. Es tan tierna.
- ¿Te preocupas por mí? - Le pregunto juguetón\, ella se sonroja y luce más hermosa aun.
- Sí. - Nos miramos intensamente y le prometo curarme más tarde, ella asiente y sin poder seguir aguantando las ganas, le robo un tierno beso. Nada de lengua, por ahora.
El sonido del celular de Ludo rompe nuestro momento de paz. Me obligo a dejar su boca cuando también suena mi móvil. Ambos consultamos nuestros celulares, en mi caso son varios vídeos y fotos de Fosforito cumpliendo una prenda. Se me escapa una risa entre dientes.
- Debo irme. Belu se quiere ir. - Sus palabras me hacen abandonar la pantalla de mi celular y mirarla a ella. No quiero que se vaya\, siento que no hemos estado juntos el tiempo suficiente.
- No quiero que te vayas aun. - Le digo entrelazando sus dedos con los míos. - Pero algo me dice que no voy a poder convencerte de que te quedes. - Ella niega con la cabeza. Lo sabía. - Suspiro, quiero más tiempo con ella. - Bueno, las llevo. ¿Te quedas en casa de Belu? - Me niego a terminar aquí mi tiempo con ella. Quiero todos los segundos que pueda obtener a su lado.
- No\, debería volver a mi casa\, mañana hay clases. - Sí, mi chica es una noña hermosa.
Los dos nos ponemos de pie, ella se acomoda el vestido, mientras yo me doy cuenta de que con la charla, el aire fresco y los besos de Ludo ya no me siento borracho, no es que lo estuviera antes. Cuando termina con su vestido, tomo su mano para caminar juntos de vuelta a la casa. Su piel es tan suave que no quiero dejar de sentirla. Cuando entramos a la sala, Ludo me suelta la mano tímidamente, frunzo el ceño pero no digo nada, solo coloco la palma de mi mano sobre su espalda baja para guiarla entre la multitud y protegerla con mi cuerpo, no deseo que ningún imbécil vuelva a tocarla. A medida que nos acercamos al centro de la sala, nos damos cuenta que la gente ha hecho un circulo, dentro esta Belu y Eric que le exige que cumpla una prenda.
- Bésame Belu. - Le exige Eric divertido\, ofreciéndole sus labios para que la colorada lo bese.
Belu rueda los ojos molesta y se acerca al rostro de mi mejor amigo. Vacila un instante pero después pega sus labios a los de Eric, besándolo, sin profundizar, mientras todos cuentan hasta 10. Cuando la cuenta llega al 9, Eric la toma de la nuca y profundiza el beso. La colorada se zafa y le da una fuerte cachetada, mi mejor amigo le sonríe disfrutando del momento.
- Agh que asco. - Dice Belu limpiándose los labios con el dorso de su mano. Después sus ojos dan con nosotros por lo que se acerca a donde estamos. - Ludo\, ¿Nos podemos ir? Tengo que desinfectarme la boca. - Ludovica asiente sin entender mucho. Yo tampoco entiendo cómo llegaron a esto\, pero estoy seguro de que Eric me lo va a contar con lujos de detalles.
Las acompaño afuera y cuando pasamos por el lado de mis amigos, ellos me levantan el dedo pulgar en aprobación por irme con Ludo, por suerte ella no los ve. Afuera, una tambaleante Belu se acerca a un auto con un hombre que aguarda en la puerta de atrás y le dice a su amiga que su chófer las llevara a casa.
- Debería volver a mi casa\, mañana hay clases. Tengo que aprovechar que mi tía no está. - La voz de Ludo suena temerosa. Supongo que su tía no la deja salir a fiestas.
- Yo llevo a Ludo a su casa. - Mi afirmación sale firme\, no es una opción.
Ellas se miran como si hablaran en algún lenguaje mental de mejores amigas que no conozco. Y después de unos largos segundos, Belu se despide de Ludo y sube a su auto, mientras que yo vuelvo a entrelazar nuestros dedos y guío a mi rubia hasta donde deje estacionado mi Audi.
Se siente bien tenerla en mi auto, sentada a mi lado. Se siente natural y… correcto. Coloco algo de música para llenar el silencio que nos envuelve y emprendo el viaje a su casa. Lastimosamente le trayecto no dura mucho, no hay tráfico y tampoco puedo ir tan abajo del límite de velocidad. Me detengo frente a su casa, ya que me opongo a dejarla en la esquina como ella quería. La convencí diciendo que a esta hora nadie la vería bajar de mi auto y así se con certeza que ha llegado bien y está a salvo.
- Gracias por traerme.
- Un placer hermosa. - Me inclino un poco hacia ella y le coloco un mecho rubio detrás de su oreja. - Prometo demostrarte que me gustas de verdad y que puedo ser el chico que te mereces.
Mis palabras flotan entre nosotros mientras nos miramos intensamente. Finalmente ella asiente con una leve y tierna sonrisa, me cree y no la voy a defraudar. Como sé que este es el momento de despedirnos y que aún faltan largas horas para volver a verla de nuevo, me tomo el atrevimiento de acariciar su mejilla con delicadeza e inclinarme para besar sus deliciosos labios. Sentir la calidez de sus labios se ha vuelto mi adicción, juro que la besaría más y con más pasión pero quiero hacer las cosas bien con ella, es por eso que sólo le doy un suave beso que guardo en mi memoria, junto con el primer beso que le di.
A duras penas la dejo ir y solo me tranquilizo cuando la veo entrar a su casa. Una enorme sonrisa se dibuja en mis labios, que aun pueden sentir los labios de Ludo, y comienzo mi viaje a casa, no pienso volver a la fiesta, quiero irme a la cama y soñar con mi linda rubia. Además no deseo lidiar con mis amigos, ahora mismo. No quiero escuchar sus preguntas sobre Ludo o peor aún, escucharlos hacer comentarios que me harían terminar nuestra amistad.
Aun no puedo creer que ella, por fin, me haya dado una oportunidad. Voy a hacer de todo para que ella confié en mí, para demostrarle lo importante que es para mí, lo mucho que la quiero en mi vida.
Una vez que estoy en mi casa, subo sigilosamente las escaleras que me llevan a mi cuarto, donde me curo la mano, después me desvisto y me meto en la cama. Repaso como un idiota todo lo que pasó esta noche, le envió un mensaje de buenas noches a mi chica y me duermo con la certeza de que ella siente algo por mí, me ha elegido. Mi último pensamiento es la sonrisa tierna de mi chica después de besarla.
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Bella Mark
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Comments
Eva Zuñiga
te felicito autora,está muy interesante la historia,el lo personal es demasiado largo,los capitulos,siento que no avanzo en la lectura,repito en lo personal,lo demás está excelente,gracias
2024-10-05
0
Jessica Flores
que padre tener todo eso, pero me imagino el vacío emocional tan grande que erick y sus amigos pueden tener por que esas cosas materiales las puede disfrutar y llenar sus vacios... pero cuando la ráfaga o emocion de tener esas cosas materiales se va vuelve la tristeza y el vacío que tiene en su interior, el puede que se sienta herido y por eso molesta también a los demás,
nota:rafaga es como una cortina, por ejemplo tengo vacíos emocionales. y me compro una bolsa de marca o aunque no sea de marca o un carro .y pues estoy muy emocionada , pasan los dias y yo disfruto mi auto ...pero van pasando los días se me va apagando esa emoción de tener un auto nuevo y a las 2semanas o 1semana se me quito la rafaga, entonces lo que debo de hacer es sanar mis heridas y vacíos emocionales pero no con cosas materiales. si no meditando, y hacer acciones que me ayuden a sanar
2024-04-26
1
Bella Mark
Gracias por sus lindos comentarios! Es muy gratificante que les guste mi historia! ❤️❤️ En un rato estaré subiendo otro capítulo! 😊
2023-07-12
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