CAPÍTULO 17 - AMOR

MARTÍN

Cada minuto lejos de ella es una tortura. No me conformo con verla de lejos, la necesito. Necesito tenerla cerca, perderme en sus ojos y en sus deliciosos labios, en su aroma a lavanda y en su caricias. Aunque intenté mantenerme lejos de ella y darle espacio, no lo logré. A penas tuve una oportunidad me cruce en su camino, con la patética excusa de saber si vio la clasificación de historia. Un poco desesperado, lo sé. Pero sentía que no podía respirar sino sentía su aroma otra vez.

Me morí de celos de verla junto al imbécil de Fernández y el idiota se interpuso entre nosotros casi que moto una enorme escena de celos… Bueno, monté una pequeña escena, no pude controlar mis celos. Pero me asegure de dejarle en claro, tanto a él como a ella, que sigue siendo mía. Me costó todo mi maldito autocontrol no besarla y estrecharla entre mis brazos, pero sé que hacer eso me restaría puntos con ella y ahora mismo no puedo cagarla más. Una pequeña chispa de esperanza se instaló en mi corazón al ver que ella no rechazó mi cercanía y hasta puedo decir que un poco se derritió cuando deje un beso en la comisura de su boca. Tuve que controlar mi temperamento y apretar mis manos en puños mientras luchaba con volverme loco al verla irse con el imbécil de Fernández. No lo quiero cerca de mi novia, me importa una mierda que ella vaya a darle clases a su hermanito.

Luego que vi el auto de la familia de Fernández desaparecer de mi vista, entro a la escuela sintiéndome, un poco esperanzado y al mismo un poco frustrado por no poder tenerla conmigo. Entreno consciente de que se avecina el primer juego de la temporada, sin embargo, a mi entrenador no le parece que esté dando el 100% de mí… y pude que tenga razón. Para que esforzarme si mi rubia no va a verme. Un segundo, ese puede ser mi siguiente movimiento, invitarla al juego.

- ¿Me has oído Molina? - La voz profunda del entrenador me saca de mis pensamientos.

- Eh… Sí. - Comentó distraído.

- Jodidos niños. - Se queja el entrenador en voz baja pero logró escucharlo. - Deja de fumar Molina\, o juro por Dios que no me va a importar que seas el capitán del equipo y el mejor jugador\, vas a ir a la banca. ¿Entendido?

- Sí\, entrenador.

Suspiro pesadamente y giro sobre mis talones para ir al vestuario, ducharme y cambiarme de ropa. Deja de fumar, deja de fumar, como si eso fuera tan fácil. Maldita sea. No sé cómo carajo lidiar con mi ansiedad si no es fumando… Bueno, ayudaría si tuviera a mi novia conmigo, cuando estoy con ella no me apetece fumar. Para cuando salgo del Bristol, me encuentro con Eric sentado en el capo de mi Audi, esperándome.

- Ya dime quién eres. Me estoy volviendo loco sin saber. Vamos, chica misteriosa apiádate de un pobre chico. - Envía su audio y sonríe ajeno a mi presencia.

- Quita tu culo de mi auto.

- Uh estamos de mal humor. ¿El entrenador te regañó? - Ruego los ojos ante su burlón comentario y paso de él entrando a mi auto. - ¡Oye no te enojes! - Dice bajándose de mi auto y subiéndose en el asiento del copiloto\, levanto una ceja interrogante y él se encoge de hombros. - ¿Qué? Tengo hambre\, he estado una hora esperándote para ir por una hamburguesa.

- ¿Esperándome? - Le pregunto sin creerle\, ya que nunca me espera después de los entrenamientos. Él rueda sus ojos.

- Vale\, fui engañado otra vez por mi chica misteriosa. ¿Estás contento\, ya?

- Sí. ¿A dónde te envío está vez? - Le pregunto mientras salgo del estacionamiento del "Bristol School".

La chica misteriosa de Eric está jugando con él. Mi amigo se muere por saber quién es su chica y ella lo hace sufrir enviándolo a sitios con la promesa de encontrarse ahí, pero ella jamás esta en esos lugares y Eric termina muy frustrado, lo cual es gracioso para mí.

- A una puta granja a las afueras de la ciudad. Conduje una maldita hora para nada. - Me río de su desgracia y Eric me da un golpe en el hombro. - Sí\, ríete de mí\, cabrón.

- Lo siento…. ¿Ya le diste las gracias por eliminar el vídeo de Internet? - Le pregunto. Resulta que la chica misteriosa es una experta en informática y logro eliminar el vídeo de Ludo rápidamente. Le debo una muy grande.

- Sí\, y hasta quise enviarle un detalle de agradecimiento pero se niega a darme su dirección\, o su nombre\, o su apellido\, o su edad… Es jodidamente frustrante\, pero no puedo dejar de hablar con ella.

- Te entiendo. Te tiene a sus pies y ni siquiera te molesta eso.

- ¿Sigue sin responderte?

- Sí\, y hoy me tocó verla irse con Fernández. Ella iba a darle clases a su hermano. - Comento amargamente.

- Mierda\, amigo\, lo siento por ti.

- Ya… Odio todo esto. La extraño demasiado y me jode no poder acercarme a ella. Belu probablemente me golpearía si me ve cerca de Ludo.

Llegamos a nuestro lugar favorito para comer hamburguesas, me estacionó y ambos bajamos para entrar al establecimiento. Hacemos nuestro pedido y nos sentamos en una mesa alejada del gentío. Eric se pone de pie y busca dos refrescos y mientras se sienta nuevamente me pregunta qué planeo hacer para que mi novia me escuche.

- No lo sé. Quiero invitarla al juego del sábado\, ¿Crees que ella acepte ir?

- No lo sé\, pero podemos ayudarte. Tú no puedes acercarte a ella\, pero nosotros tal vez sí.

- Gracias hermano.

Luego de cenar, llevo de nuevo a Eric hasta su auto, nos despedimos y conduzco a mi casa. Al llegar encuentro a mi madre sentada en el sofá rodeada de papeles, seguro está trabajando en algún caso. Me acerco a ella para saludarla y me mata ver que aún sigue decepcionada y enojada conmigo. Suspiro con pesar y subo a mi habitación. Me recuesto en mi enorme cama y planeo como invitar a mi novia al juego del sábado. Luego de varios minutos me decido por enviarle pequeñas notas, ya que no recibe mis mensajes y siempre está rodeada de Belu o el imbécil de Fernández.

Busco mi móvil en el bolsillo de mi pantalón y entró al chat con ella. Aún no aparece su foto de perfil, me ha bloqueado y no voy a mentir, eso duele, pero no puedo culparla. Como ayer, dejó un mensaje que nunca va a leer. Sin embargo, un segundo antes de enviarlo la fotito de su carita aparece. Ella me desbloqueo.

Chat - NOVIA MÍA

Martín: Ludo?

Martín: Hermosa, habla conmigo… por favor.

Vamos, amor mío habla conmigo. Suspiro frustrado al ver que me deja en visto. Maldita sea. Estrelló mi celular contra el colchón y me pongo de pie, me cambio de ropa y me meto en la cama, enciendo el televisor y finjo ver una película cualquiera, aunque en realidad estoy pendiente de mi móvil. Cuando por fin me rindo y asumo que ella no va a responderme, le envío un último mensaje.

Martín: Buenas noches novia mía. Recuerda que te extraño y te pienso.

Ludo no lee mi mensaje, pero me alegro que ya no tenga mi número bloqueado. La chispa de esperanza se hace un poquito más grande. Me duermo fantaseando con que ella me perdona y volvemos a estar juntos.

***

Mi plan de perseguir a mi rubia, siguió por los dos siguientes días. Le envié sus golosinas favoritas y pequeñas notas escritas por mí, donde le decía lo mucho que la extraño, lo hermosa que se veía, lo mucho que la pienso y hasta la invite a mi juego del sábado, más bien le rogué que fuera para que jugará bien, siento que sin ella no puedo hacer nada bien. Lastimosamente, esas interacciones quedaron en manos de Fosforito y de mis amigos, ya que cierta colorada revoltosa no me deja acercarme a mi novia.

El jueves observé su reacción de lejos, pero el viernes me perdí de ella. Básicamente ese día no la vi demasiado. El entrenador reunió al equipo por todo el maldito día. El tipo no nos dio un respiro, nos hizo entrenar a muerte y

además nos obligó a tener reuniones de estrategia. Juro que el hombre planea las jugadas como si fuéramos a la guerra, es sólo un maldito partido de básquet. En serio, necesita relajarse.

Cuando el entrenamiento termina, el entrenador nos hace saber el equipo definitivo para el juego y suelto un suspiro de alivio cuando dice mi nombre. Este viejo es imprescindible y realmente dudaba que me dejara jugar, ya que no he cumplido con su orden de dejar de fumar.

Salgo del colegio y me monto en mi auto para conducir a casa. Cuando estacionó en el estacionamiento del edificio, entró a la recepción, saludo a Dionisio y presiono el botón del ascensor. Mientras espero me llega un mensaje de Eric, es un mensaje de voz.

Chat - ERIC

Eric: "Amigo, hoy hablamos con tu chica y… bueno, puede que le hayamos suplicado que vaya al juego de mañana y hablé contigo al finalizar. Estoy un 85% seguro de que asistirá y hablará contigo".

Martín: "Gracias hermano. Espero que mi rubia asista. Les debo una".

Su respuesta es un emoji de una carita guiñando un ojo y sacando la lengua. Adoro a mis amigos, su apoyo es importante para mí. Ahora mismo el grupo está fragmentado, Alejandro se ha alejado de nosotros y lo agradezco porque no creo poder soportar que haga algún comentario sobre mi novia.

El ascensor llega y subo, antes de que la puerta se cierre una mano se cuela entre las puerta de metal y me encuentro con mi vecino y colega de mi madre, Rodrigo Torres.

- Buenas noches\, Martín.

- Buenas noches\, Rodrigo.

Cruzamos un par de palabras más, entre ellas me pregunta por la escuela, ya que él también asistió al “Bristol School” y le hablo del juego del sábado, finalmente él se baja en su piso mientras yo sigo hasta el mío. Antes de entrar a mi casa, otra notificación llega a mi móvil, es el recordatorio de que mi novia sale de trabajar y me maldigo por no estar atento. Desisto de entrar al penthouse y vuelvo a bajar al estacionamiento. Conduzco hasta "El Club" y observó desde lejos a Ludo que sale del complejo. Desde ayer he estado viniendo para asegurarme de que llega a salvó a su casa. Sí, soy un completo acosador, pero juro que se me hace difícil no verla y no saber si llega bien a su casa. Ella me preocupa mucho.

La observó caminar y enviar un mensaje. Estoy muy seguro que es a Belu, ellas dos hablan toooodo el tiempo. Una vez que veo que Ludo está a salvo en su casa, vuelvo a la mía. Me reúno con mi madre en el comedor para cenar juntos. El ambiente está menos tenso que en los anteriores días, pero cuando mi madre me informa que no podrá ir a mi juego porque tiene que ver un cliente importante fuera de la ciudad, sé que sigue decepcionada.

- Lo entiendo. - Mi voz no oculta mi desánimo. Esperaba que ella asistiera para apoyarme\, pero su enojo es más fuerte. De repente se me fue el apetito.

- Hijo\, mi cielo... de verdad que quería ir. - Ella coloca su mano sobre la mía. - Hice lo que pude para cancelar ese compromiso\, pero ya sabes cómo son las personas de poder… Unos idiotas.

- Pensé que no querías ir porque estás enojada conmigo. - Digo mirándola a los ojos y noto que su rostro se contrae con dolor.

- No estoy enojada contigo\, mi amor. - Me asegura con sinceridad y vuelvo a respirar. - No estoy de acuerdo con lo que le hiciste a esa chica\, pero sé que estás tratando de enmendar lo sucedido y eso me hace sentir orgullosa de ti.

Mi madre aprieta mi mano y mi cuerpo se relaja y sonrió. Gracias al cielo que mi madre no me odia, estar bien con ella es sumamente importante para mí. No soportaría que ella me odiara. Ahora sólo me queda rogar porque Ludo vaya mañana, quiera verme y escucharme. Y ojalá me perdones, amor mío.

***

Estoy que trepó por las paredes de los nervios y no es por el juego de hoy. Me duele el estómago y siento mi corazón acelerado. Término de vestirme con el uniforme del equipo de básquet que consiste en un shorts azul con dos líneas rojas a los costados y una camiseta sin mangas azul con líneas rojas en el cuello y en el contorno de las aberturas de las mangas. En mi espalda se lee mi apellido MOLINA y el número 8, mi número de la suerte. Sujeto mis zapatillas y cuando terminó, mi móvil suena con la llegada de un mensaje, inmediatamente lo reviso.

Chat- ERIC

Eric: Amigo, tu chica está en las gradas con nosotros

Martín: Bien amigo, cuídala y gracias

- ¡Si viniste\, amor mío! - Susurro feliz mientras no dejo de sonreír.

La adrenalina se dispara por mi cuerpo, mi corazón se agita de felicidad. Mi chica está entre el público y ahora más que nunca quiero salir a la cancha y dar lo mejor de mí para ganar este juego. Quiero que mi chica se sienta orgullosa de mí.

Por fin llega el momento de hacer nuestra entrada al gimnasio, mi cuerpo se agita de anticipación, salto en mi lugar, me acomodo la camiseta y cuando el nombre de nuestro equipo resuena por los altavoces, doy un pequeño aplauso y trotó hacía el gimnasio. Las voces resuenan alentándonos, pero sólo me concentro en buscar a mi novia entre el público. Me desesperó cuando no puedo dar con ella, pero en cuanto mis ojos conectan con sus preciosos ojitos verdes vuelvo a respirar. Está sentada al lado de su amiga y ambas están rodeadas por mis amigos que agitan pompones de color azul y rojo. Idiotas.

Ludo, luce hermosa. Lleva unos jeans negros y una blusa corta verde militar. Su cabello rubio está suelto enmarcando su rostro y cayendo por sus hombros, sus ojos verdes me sostienen la mirada y me pierdo en ellos. Literalmente me quedo como imbécil mirándola mientras le sonrió. Ella apenas me devuelve la sonrisa o eso quiero creer.Una palmada en la espalda me saca de mi trance y giro mi rostro hacía mi compañero de equipo que me avisa que el juego está por comenzar.

Llevo mi atención al partido, el cual no resulta ser difícil. La escuela con la que jugamos no es rival, pero aun así me cuesta correr y mantenerme activo los 40 minutos que dura el partido. Agradezco los pequeños descansos entre los intervalos de 10 minutos. Intervalos en los que además de recuperar el aire también me giro para observar a mi chica. El pecho se me calienta al encontrarme siempre con su mirada, ella me observa tanto como yo a ella. La chispa de esperanza aumenta considerablemente.

Finalmente ganamos el juego. El entrenador está más que feliz de obtener una victoria en el primer partido de la temporada. El público nos grita sus felicitaciones, nos abrazamos entre nosotros y me cuesta muchísimo abandonar el gimnasio porque eso significa dejar de mirar a mi chica. Maldigo este momento, pero debo ir al vestuario a ducharme, apesto y no quiero que ella huya de mí por mi olor. Sin embargo, mi ducha se retrasa porque el entrenador nos dirige unas palabras a todos y un regaño especial para mí. En realidad sé que va decirme y tiene razón.

- Hoy te costó mantener el ritmo. Sigues matando tus pulmones con esa mierda. Es mi última advertencia\, o dejas de fumar o pasas la temporada en la banca. No estoy jugando\, niño. ¿Entendido?

- Sí\, entrenador. - Susurro y está vez pienso cumplir con su advertencia\, no quiero pasarme la temporada sin jugar.

Cuando el entrenador me deja ir, me ducho rápidamente, me seco y me visto de deprisa. Casi me caigo al ponerme mis jeans. Luego me siento para ajustar mis zapatillas y por último me coloco una camiseta verde. Me perfumo a conciencia, me pasó la mano por el cabello húmedo, tomo mi bolso y salgo del vestuario para ir por mi chica. Le ruego al cielo que aún esté aquí y quiera hablar conmigo.Cuando dobló la esquina su voz me detiene en seco.

- Hijo. - Cierro los ojos al oír su voz. ¿Qué carajo hace aquí? Me giro para encontrarme con mi padre. Sus ojos celestes me miran con cautela, como midiendo mi reacción. Siempre lo hace.

- ¿Qué haces aquí? - No me molesto en ocultar lo poco que me agrada verlo.

- Vine al juego. Felicitaciones por ganar\, estuviste increíble. - Hay orgullo en su voz y eso me desagrada.

- Gracias. - Digo fríamente.

- ¿Quieres ir… a comer algo? Vine sólo. - No armes un escándalo Martín, me repito a mí mismo para controlarme.

- No. - Contestó entre dientes. - Tengo planes con mi novia.

- ¿Tienes novia? - Pregunta con asombro. - Tu madre no me lo dijo.

- Ella tampoco lo sabe. Y si quieres comer con alguien ve a comer con tu mujer y tu hija\, yo ya tengo planes. - No le doy oportunidad a que me responda porque giro sobre mis talones y me voy rápidamente de ahí.

Gustavo Molina Zarate acaba de joderme el humor. No sé porque sigue insistiendo en querer acercarse a mí, ¿por qué no lo deja estar y se enfoca en su nueva familia y a mí me deja en paz?. Mientras camino para salir del colegio acepto las felicitaciones de algunas personas que me reconocen, pero no me detengo a hablar con nadie, solo quiero llegar a mi rubia.

- Martín. - La voz de Eric me hace levantar la mirada.

Mi mejor amigo está a unos metros de mí, en el patio delantero del Bristol. Está junto a Tomás, Belu y mi hermosa rubia que está mirándome. Amo tener sus ojos sólo para mí. De repente me siento de mejor humor al verla. Me acerco a ellos sin importarme si me veo desesperado.

- ¡Qué juego\, hermano! - Exclama Eric mientras me rodea los hombros con uno de sus brazos. Acepto sus felicitaciones pero mis ojos se mantienen en Ludo que luce algo nerviosa.El próximo en felicitarme en Tomás que choca su puño con el mío.

- Bueno ¿hacemos algo para celebrar? - Pregunta Tomás que saca un paquete de papas fritas de unos de los bolsillos de su chaqueta bomber. Juro que siempre tiene un paquete a la mano.

- Con ustedes no vamos a hacer nada. - Contesta Belu algo irritada. Sus ojos color miel están asesinándome y trago fuerte.

- Ludo\, ¿podemos hablar? - Le pido sin quitar mis ojos de ella. Mi pecho se alivia cuando Ludo asiente tímidamente.

Me alejo unos pasos de mis amigos y mi chica me sigue. No quiero hablar con ella aquí, prefiero hacerlo en otro lugar sin tanta gente. En cuento me detengo, cierro los ojos y llenó mis pulmones de su rico aroma a lavanda. Al

abrir mis ojos de nuevo, me encuentro con sus preciosos ojos observándome. Sonrío y doy un paso más cerca de ella.

- Me alegra que estés aquí. - Le digo sinceramente. Y cierro mis manos conteniendo las ganas que tengo de tocarla.

- Voy a escucharte. Ahora. - Sus palabras salen rápidas y firmes.

- Bueno\, eso es genial\, hermosa. Pero... ¿Podríamos ir a hablar a otro lado? - Le suplico y aunque ella duda por un breve instante termina por asentir y aceptar.

Literalmente suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo. Reprimo las ganas de tomar su mano y le hago señas para que volvamos con nuestros amigos para despedirnos de ellos. Mis amigos sonríen como idiotas cuando le digo que Ludo y yo nos iremos a hablar a otro sitio. Mientras tanto, Belu abraza a su amiga y le susurra algo en el oído que hace que mi novia asiente con la cabeza. Después, la colorada se acerca a mí, me apunta con su dedo índice y con una mirada asesina me lanza una advertencia entre dientes.

- Si lastimas otra vez a mi mejor amiga te pateare en las pelotas y luego voy a rociar tu estúpida cara con gas pimienta hasta que te sangren los ojos. ¿He sido clara?

- No voy a volver a lastimar a Ludo. - Doy un paso más acerca de ella para susurrarle en el oído. - Amo a tu amiga. - Belu parpadea sorprendida y reprime una sonrisa.

Me alejo de ella y me acerco a mi chica para tomar su mano, pero ella la aparta antes de que pueda siquiera rozar su piel. Me lo merezco. Asiento una vez y le señalo el camino a mi auto con mi mano. Mientras nos alejamos de ellos, oímos como Belu rechaza, groseramente, que Eric la lleve a su casa. Caminamos juntos y aprieto mis manos en puños para no tocarla y ser rechazado de nuevo. Nos montamos en mi Audi y respiro aliviado de tenerla conmigo otra vez. Ludo parece nerviosa, tiene sus manos en su regazo retorciéndose los dedos y me encantaría poder tomar su mano y darle tranquilidad. Pero no puedo.

- Ludo… ¿Te parece que vayamos a mi casa a hablar? Allí estaríamos solos y… - Ella me mira y veo la duda en su rostro. No puedo obtener todo como quiero. Estoy por proponerle ir a otro sitio cuando ella se adelanta en hablar.

- Está bien. - Susurra y cuando conecto mis ojos con los de ella\, Ludo aparta la mirada.

Asiento y reprimo una sonrisa. Sin perder tiempo pongo en marcha el auto y conduzco hasta mi edificio. El viaje es silencioso, pero no me importa, me basta con tenerla cerca de mí y sentir su olor. Además estoy demasiado nervioso, temo hablar, cagarla y que ella desista de escucharme.

Una vez que llegamos al estacionamiento del edificio, nos bajamos del auto y guío a Ludo a la recepción donde saludamos a Dionisio y subimos al penthouse. La dejó entrar primero y cierro la puerta detrás de mí. Mi cuerpo se llena de nerviosismo, dejo mi bolso en el piso y me pasó la mano por la nuca. Ludo ha caminado hasta situarse en medio de la sala, muy lejos de mí. Le ofrezco algo de tomar o de comer, pero ella me rechaza educadamente y me incita a hablar de una vez. Tomo aire mientras la observó retorcerse los dedos, sus ojitos me miran impacientes porque abra la boca de una maldita vez. Doy un paso más cerca de ella y me pasó la mano por el pecho mientras sostengo su mirada. No sé por dónde empezar.

- ¿Por qué aceptaste la apuesta? - Pregunta en un susurro.

- Porque me permitía acercarme a ti. Puede que haya aceptado estando borracho\, pero luego… me alegré de hacerlo. Todo lo que dije cuando viniste aquí\, fue cierto. - Comienzo a acercarme a ella lentamente\, paso a paso\, mientras hablo. - Llevo 5 años mirándome de lejos\, buscando que me miraras\, que me notarás. La apuesta sólo me dio el valor que me faltó para hablarte\, para conquistarte. De verdad que intenté ser el hombre del que te pudieras enamorar.

- ¿Que implicaba la apuesta? ¿Qué tenías que hacer para ganar? - Pregunta y doy un paso más\, pero ella lo nota y comienza a retroceder con cada uno de mis pasos.

- Ya sabes lo que implicaba\, Soledad lo dijo. - Doy un paso más.

- Quiero que tú me lo digas. - Retrocede un paso más.

- Y yo no quiero decirlo\, hermosa. No me siento orgulloso de lo que hice. - Sigo avanzando hacia ella y ella sigue retrocediendo. - De lo único que me alegro es de haberte conocido y comprobar algo que ya sabía y que no me animaba a admitir hasta que pusiste tus ojitos en mí. Estoy muy enamorado de ti\, Ludovica.

Ludo jadea de sorpresa al mismo tiempo que su cuerpo choca con la enorme mesa del comedor de tanto retroceder y terminamos quedando muy cerca el uno del otro. Echa la cabeza atrás para poder mirarme a los ojos y sonrió al ver qué sus ojitos verdes brillan, sus mejillas están sonrojadas por la cercanía y suelta un sonido de lo más sexy cuando llevo mis manos a su pequeña cintura. Casi gimo al sentir la suavidad de su piel. Cómo ella no me aparta me permito bajar mi rostro hasta su cuello y aspirar su aroma a lavanda, sonrío cuando siento su respiración agitarse. Bien, le afectó tanto como ella me afecta a mí. Dejó un suave y húmedo beso en la piel de su cuello que la hace estremecerse y llevo mis labios a su oído.

- Cada cosa que te he dicho\, cada abrazo que hemos compartido y cada beso que nos hemos dado ha sido muy\, muy\, real. - Saco mi rostro de su cuello para poder mirar sus ojitos. - Siento mucho haberte lastimado. Jamás debí aceptar la maldita apuesta. Pero\, amor mío\, mis sentimientos hacía ti son muy reales e intensos. Te quiero Ludo. Y a no ser que me digas mirándome a los ojos que no sientes nada por mí\, voy a besarte… mucho. Y vamos a volver a ser novios como nunca dejamos de serlo. - Ella no dice nada y parece pérdida en mis ojos\, como su buscará la verdad en ellos. - Este es el momento para detenerme\, amor. - Bajo mi rostro un centímetro más cerca de sus labios.

Por favor no me detengas, no me detengas. Por favor, amor no me detengas. Sus ojitos bajan a mi boca e inconscientemente se humedece los labios y reprimo un gemido. Vamos, amor… di algo.

- Bésame. - Susurra bajito pero logró escucharla y sin perder un segundo más estrelló mis labios contra los de ella.

Gimo al sentir sus suaves labios de nuevo. Ludo abre sus labios para mí y siento mi corazón explotar al volver a sentir la calidez de su boca… besarla, es el paraíso. Extrañaba tanto besarla. Mi novia sube sus bracitos hasta rodearme el cuello y juega suavemente con los mechones de mi cabello. Mis brazos envuelven su cintura para pegarla más a mi cuerpo y sentir su calor, sentir la suavidad de su piel que se asoma por su corta blusa.

Mi lengua inspecciona su boca y su lengua no tarda en unirse al juego. Aprieto mi agarre sobre ella y saboreo su boca con determinación, con urgencia, con pasión hasta que mis pulmones arden por falta de aire y es entonces cuando muerdo suavemente su labio inferior y término el beso. Pego mí frente a la suya y la observo. Ludo sigue con los ojos cerrados mientras respira buscando volver a llenar sus pulmones de aire, sus labios están rojos y ligeramente hinchados.

- ¿Me perdonas? - Le susurro con voz agitada sobre sus labios. Ella suspira y abre sus ojos. Me separo apenas para poder mirarla mejor. Ella asiente en respuesta\, pero no es suficiente para mí. - Necesito oírlo\, amor.

- Te perdono. - Susurra suavemente y siento que vuelvo a respirar.

- Dime que volvemos a estar juntos... que también me quieres y que estás enamorada de mí. - Le pido desesperado\, necesito escucharlo de su boca.

- También te quiero. - Susurra tímidamente. - Estoy... muy enamorada de ti y… volvemos a estar juntos. - Con cada palabra que menciona sonrió más y más.

Llevo mis manos de su cintura a sus muslos recorriendo en el proceso su redondito trasero y con facilidad, la elevó de sus pies para sentarla sobre la mesa, colocándome entre sus piernas.

- ¡Martín! - Me regaña sorprendida mientras se aferra a mis hombros.

Me río desde el fondo de mi pecho y sin esperar más atacó de nuevo su boca. Fueron muchos días sin besarla y quiero recuperarlos. Esta posición me gusta, puedo tenerla más a mi altura, también puedo sentir sus piernas alrededor de mis muslos, su pecho pegado a mi pecho. Ludo no se resiste y amo que se deje llevar por el momento, me atrae más a ella empujándome por la nuca y sonrió en sus labios, ella usa su lengua y pone mi cuerpo a arder. El cosquilleo en mi estómago se intensifica y lo único que puedo pensar es en hacerla mía, pero sé que debo controlarme. No quiero cagarla ni mucho menos asustarla. Cuando siento que necesita respirar, terminó el beso y nos separamos lentamente aunque no quitó mis manos de su cintura dónde he estado haciendo pequeños círculos sobre su piel. Ambos respiramos agitadamente y pego mí frente a la de ella. Por un minuto estamos en completo silencio hasta que nuestros estómagos rugen de hambre. Ambos reímos y despegamos nuestras cabezas.

- Ven amor\, vamos a comer algo. - Le dejó un casto beso en los labios y la ayudó a bajar de la mesa.

La tomó de la mano y caminamos juntos hasta la cocina. Allí, suelto a duras penas la mano de mi novia, la acorraló contra la mesada, le doy un beso profundo y sin previo aviso vuelvo a levantarla para sentarla sobre la mesada. Ella da un gritito pero me sonríe y me derrito. Es tan hermosa. Dejo un beso más en su boca y busco en el refrigerador lo necesario para preparar unos sándwiches bajo su atenta mirada.

Me acomodo entre sus piernas para comer mientras nos sonreímos, nos besamos y hacemos mimos. No puedo evitar perderme en sus ojos, amo tener sus bellos ojitos verdes sólo para mí. Nuestro momento es interrumpido cuando su móvil suena con la llegada de un mensaje y ella lo revisa. Ojalá no sea su tía y se tenga que ir, porque no quiero separarme de ella aún.

- Es Belu\, quiere saber si tiene que rociarte el rostro con gas pimienta. - Dice sonriendo y contestando el mensaje.

Menos mal que no menciono patearme en las pelotas. Ludo deja su celular a un costado y fija sus ojitos en mí. Parece que quiere decirme algo pero no se anima, así que rozo mi nariz contra su mejilla y lentamente llevo mis labios a los suyos para dejar un besito ahí e invitarla a hablar. Toma aire, se muerde el labio inferior y mis ojos se clavan ahí. Quisiera ser yo quien muerda ese sexy labio.

- Me has llamado "amor mío" y "amor". - Su voz es tímida y llevo mis ojos a sus ojos. Tiene las mejillas sonrojadas y sonrió.

- Sí. ¿No te gusta que te llame así? - Le pregunto mientras colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja.

- Sí me gusta… ¿Yo también puedo llamarte así? - Susurra tímidamente y me derrito de amor por ella. Es tan linda.

- Sí\, amor… por favor llámame así. - Le ruego vergonzosamente y ella sonríe feliz.

- Amor… - Dice mientras acaricia mi mejilla y mi cabello al costado de mi cabeza. Suspiro feliz y acomodo mi rostro a su mano.

- Suena hermoso de tus labios. - Tomo su mano y dejo un beso ahí para después entrelazar nuestros dedos.

Con mi otra mano acunó su mejilla y la besó, perdiéndome en su boca. Siento el cuerpo vibrar y arder. Sé que debo controlarme para no asustarla, sé que soy su primer novio… el único, y que no tiene mucha experiencia, pero tampoco quiero apresurar nada. Tenemos tiempo y es nuestro primer día junto después de lo sucedido. Lastimosamente nuestro mágico momento se rompe cuando escuchamos que la puerta de entrada se cierra y la voz de mi madre nos llega con claridad.

- Martín\, hijo… ¿Cuántas veces debo decirte que no dejes tus cosas tiradas?

Ludo se separa de mí y coloca su mano sobre mi pecho para empujarme lejos de ella mientras su rostro se tiñe de vergüenza y preocupación. Susurra que es mi madre y sonrió.

- Bueno amor\, creo que vas a conocer oficialmente a tu suegra. - Digo con una enorme sonrisa y la ayudó a bajar antes de que mi madre entre a la cocina.

Mi madre entra a la cocina luciendo hermosa y elegante con una falda tubo de color gris y una blusa de seda color blanca. Entra regañándome por dejar mis cosas tiradas pero su voz se corta cuando ve a mi novia a mi lado. Su rostro se ilumina y con una sonrisa se acerca a nosotros.

- Ludovica\, que alegría verte. - Comenta mi madre mientras saluda cariñosamente a mi novia. Envuelve el cuerpito de Ludo en un abrazo cariñoso que mi novia corresponde.

- Un gusto volver a verla\, señora Ruiz.

- Oh\, sólo dime Valeria. - Le pide mi madre y sus ojos verdes van de mi chica a mí. - ¿Qué están haciendo\, celebrando la victoria? Felicidades por ganar\, hijo. - Si, estábamos celebrando a besos.

- Gracias mamá. Hemos hablado… y ahora sólo estábamos almorzando algo y besándonos mucho. - Le hago saber a mi madre que arregle las cosas con mi chica y ella sonríe orgullosa.

- ¡Martín! - Me llama la atención mi novia mientras sus mejillas se tiñen de un rosa fuerte. Le sonrió y le guiño el ojo.

- Que alegría… quiero decir\, ustedes son… - Pregunta mi madre señalando entre Ludo y yo.

- Novios. Sí\, Ludo es mi novia. - Mi voz sólo refleja alegría y orgullo y paso a las presentaciones formales. - Mamá te presento a Ludo mi novia. Amor\, ella es Valeria mi madre y tu suegra. - Ludo no puede más de lo roja que está. Igual se ve tan hermosa y adorable.

- ¡Ay qué alegría! Jamás pensé que iba a llegar el día que conocería a tu primera novia\, hijo.

- Yo tampoco\, mamá. - Reconozcomientras observo a mi linda novia.

- ¿Me puedo unir a ustedes? Muero de hambre\, solo he bebido un insulso café. - Mi madre pasa por nuestro lado y busca los ingredientes para hacerse su propio sándwich.

- Perdón amor\, no planeé que las presentaciones fueran así. - Le susurro a mi novia.

- Está bien\, sólo me puse nerviosa. - Me susurra.

- Eres tan hermosa sonrojada y tímida\, amor mío.

Le robo un casto beso que termina más rápido de lo que me gustaría pues mi novia me empuja suavemente alejándome de ella para ver si mi madre nos ha visto.Después pasamos parte de la tarde con mi madre que ansiaba conocer a mi novia y poco a poco Ludo se fue relajando, hasta se unió a mi madre para burlarse de mí. Pese a eso, me gusta que se lleven bien, ambas son muy importantes para mí.

Mi madre, finalmente, se retira para descansar un poco y darme tiempo a solas con mi novia. Gracias, mamá. Apenas mi madre desaparece de nuestra vista tomo a mi novia entre mis brazos otra vez. Nos acomodamos en el sillón de la sala y pasamos un par de horas besándonos y viendo una película de Disney, petición de mi rubia, hasta que tuvimos que separarnos. Lamentablemente mi novia debe irse a su casa.

Con mucho pesar bajamos hasta el estacionamiento y nos subimos a mi auto. Pongo música, colocó una mano en la pierna de Ludo y conduzco a su casa mientras charlamos animadamente. Bueno, hasta la esquina de su casa. Allí, llegó el momento más horrible para mí, tener que despedirme de mi chica. A ambos nos costó separarnos y eso, aunque es horrible, también es lindo, porque significa que ambos estamos enamorados al mismo nivel.

- Ya tengo que irme\, amor. - Me dice después de besarnos y de recuperar el aire.

- Dios\, que lindo suena que me llames así. Tienes prohibido llamarme de otra forma. - Le digo con una enorme sonrisa que ella me devuelve.

- Mmm… - Finge pensar. - Creo que puedo cumplir con eso.

Sonrío como el idiota enamorado que soy y beso a mi chica por última vez. Amo besarla y un solo beso nunca es suficiente. Cuando terminamos el beso, la abrazo fuerte llenando mis pulmones de su aroma y finalmente logramos

separarnos. Me jode dejarla sabiendo que no vamos a vernos hasta el lunes, pero deberé conformarme con hablar con ella por mensajes y quizás pueda llamarla para oír su dulce voz y decirle lo enamorado que estoy de ella. Observó que Ludo entre a salvo a su casa para emprender el camino a mi edificio.

Este definitivamente es unos de los mejores días de mi vida. Recuperé a mi chica y volvimos a ser novios, aunque

para mí nunca dejamos de serlo. Vuelvo a mi casa con una sonrisa enorme, subo a mi habitación y me dejó caer sobre mi cama con los brazos estirados. Suspiro de pura felicidad. Amo demasiado ser el novio de Ludo… su primer novio… fui su primer beso y ansío ser muchas de sus primeras veces.

Es muy loco lo mucho que la extraño, no ha pasado ni una hora desde que la deje en su casa y mi cuerpo y mi corazón ansían verla otra vez. No me basta el tiempo que comparto con ella, siempre quiero más. Lo bueno es que el lunes voy a compartir todo el día con ella y todos van a saber que ella es mía, MI NOVIA otra vez.

Andrés estaría orgulloso de mí. Siempre le dije que jamás me enamoraría, pero he caído rendido a los pies de mi bella rubia que me robó el corazón. Sé que mi hermano amaría a Ludo, así como ella adoraría a mi hermano.

Estoy más que listo para vivir mi primer amor junto a mi bella Ludovica. Mi novia, mi amor. MÍA y sólo mía.

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Bella Mark

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Comments

Jessica Flores

Jessica Flores

me gustaría que la mamá de martín conociera a un hombre mejor que su exesposo,/Smile/

2024-04-29

1

AMANECER

AMANECER

👍👏🥰🥰

2024-03-26

0

Carol V 🌻

Carol V 🌻

si Martin supiera que el peligro está dentro de su casa no en la calle 🥺💔

2023-10-07

3

Total

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