CAPÍTULO 15 - PERDERLA

MARTÍN

Mi día empezó bien sólo por hablar por mensajes con mi dulce novia. Aún puedo reproducir en mi cabeza la cita de ayer. Fue mi primera cita con una chica y fue increíble. No puedo explicar lo que me gustó tener sus ojos para mí, escuchar su dulce voz y su risa… y Dios, como me gusta besar sus labios. Son tan perfectos.

Sin poder soportar un minuto más sin verla, me voy al colegio sin desayunar. Más bien, pasó por una cafetería por un café y término bebiéndolo apoyado en mi Audi esperando a mi rubia en el estacionamiento del "Bristol School".

Mis ojos no paran de recorrer el lugar esperando encontrarla. Pero mis ojos se topan con unos ojos marrones que me miran con odio. Le sostengo la mirada a Soledad y un escalofrío me recorre la espalda. De repente, ella le sonríe con malicia, mi ceño se frunce mientras un malestar se instala en el fondo de mi estómago. Loca. La castaña gira sobre sus talones y entra a la escuela dejándome confundido y con un mal presentimiento.

- ¿Cómo es eso\, que Ludovica es tu novia?

La voz demandante de Alejandro me hace cerrar los ojos y suspirar pesadamente. Al parecer no le bastó con el puñetazo de ayer. Me giro lentamente para enfrentarme a él y levantó una ceja cuando me encuentro a Tomás y Eric junto a él. Mis ojos van hacia mi mejor amigo. Si bien no le dije que Ludo era mi novia, supongo que no es difícil sacar esa conclusión.

- Martín no ha dicho que Ludovica sea su novia\, Alejandro. - Comenta Eric dejando en evidencia que les comento lo hablamos fuera de la casa de Alejandro. No me molesta que les haya contado, no pensaba ocultarles que Ludo es mi novia.

- Pero término la apuesta y dijiste que fue porque ella es importante para él\, ¿o me equivoco?

- No te equivocas. - Hablo llamando su atención. - Ella es importante para mí. Es mi novia. - Enfatizó las últimas palabras.

- Es patético que te hayas enamorado… y más aún de la huerfanita becada. ¿En serio Martín? Ella ni siquiera…

No lo dejo terminar y lanzó sobre él. Lo tomo por el cuello de la chaqueta y decidí su volver a romperle la nariz o más bien decorar otra zona de su feo rostro con mi puño.

- Martín\, no. - Interviene Eric\, tratando de hacer que suelte al idiota de Alejandro.

Eric ejerce presión sobre mi hombro para que suelte a Alejandro y sólo lo suelto cuando me recuerda que no puedo golpearlo en la escuela o me podrían echar y eso significaría no ver a Ludo durante gran parte del día. Tengo la respiración agitada y mis manos se cierran formando puños.

- No vuelvas a llamarla así. - Le advierto fríamente. Y nos asesinamos con la mirada. - Ludovica es mi novia y vas a respetarla… por el código.

La cara del castaño se contrae por mis palabras y sonrió por dentro. Imbécil. Nuestro grupo M.E.T.A tiene algunas reglas y códigos que establecimos para que el grupo no se rompiera jamás. Uno de esos códigos es sobre las novias. Para ser sinceros ninguno pensó que algún día tendría una novia, nos gustaba salir con las chicas sin compromiso. Pero, ahora soy el primero en caer completamente enamorado de mi rubia y voy a hacer lo que tenga que hacer para protegerla de un idiota que se hace llamar amigo.

"El código" establece que una novia M.E.T.A no se toca, pasa a ser una de nosotros. Nadie se mete con ella y nosotros la protegemos. Por lo tanto ahora Alejandro no puede hablar mal de mi novia, ni hacerle nada y debe protegerla si alguien se mete con ella. Es eso o se va del grupo.

- Eso dalo por hecho. ¿Verdad? - Pronuncia Eric mirando a los otros dos chicos.

- Si\, obvio. - Contesta Tomás. Después dirige sus ojos celestes a Alejandro. Los tres esperamos su respuesta.

- Sí. - Contesta con la mandíbula apretada.

Los ojos marrones de Alejandro abandonan mi cara para mirar detrás de mí y lentamente sonreír casi tan maliciosamente como su hermana. Inmediatamente giró la cabeza para ver qué mierda está mirando y los celos fluyen por mis venas al ver a mi novia hablando con el idiota de Fernández. Se acabó, ese ñoño colmo mi límite, desde ahora no voy a pasar más tiempo con mi rubia.

Dejó atrás a mis amigos, mientras caminó decidido hacía donde está mi chica dándome la espalda. Me coloco detrás de ella y su aroma inunda los pulmones y lo aspiró. Qué bien huele. El calorcito de su cuerpo me hace vibrar el cuerpo. Sin perder un segundo más, coloco mis manos sobre su cintura y la hago girar hacia mí, sus preciosos ojos se abren de sorpresa y brillan al verme, sus deliciosos labios forman una linda sonrisa. Sonrío y pego mis labios a los de ella, para besarla profundamente.

- Hola novia mía. Te extrañe. - Susurro sobre sus labios y sonrió al escuchar que suspira enamorada.

- Hola… también te extrañe. - Me rió suavemente al verla tan aturdida por el beso.

Dejo otro beso en sus labios, porque nunca tengo suficiente de su boca. Luego que nos separamos le hago saber lo hermosa que está y adoro verla sonrojarse tan dulcemente. Es tan linda que duele. Noto que Ludo se ha dado cuenta de las miradas que están sobre nosotros, son como dagas clavándose en nuestros cuerpos, pero no me importa, ya era hora que deje en claro que Ludo es mía y que yo no estoy disponible. Sin embargo, mi novia se incomoda con las miradas por lo que tomo su mano y la insisto a ir dentro del edificio, ya que el timbre ha sonado hace unos minutos.

Con mi agarre firme en su mano caminamos juntos hasta nuestra aula. Allí acompañó a mi novia hasta su asiento, dejó un pequeño beso en sus labios, y camino a mi asiento al fondo del aula donde ya están los amigos sentados.

Mi celular vibra en el bolsillo de mis pantalones y lo reviso. Suspiro al ver que es el idiota de mi padre quien me ha enviado un mensaje.

Chat - GUSTAVO

Gustavo: Hijo, cómo estás? Crees que podríamos vernos hoy en El Club. Sólo los dos.

Martín: Tengo entrenamiento.

Cierro el chat sin ver si me ha respondido o no, no me interesa. No sé porque sigue insistiendo en acercarse a mí, debería aceptar de una vez, que no perdió un hijo sino dos. Levantó la mirada y me encuentro a mi rubia mirándome, mi rostro se suaviza y le sonrió. Es increíble como siento el corazón más liviano al expresar lo que siento por Ludo y que todos lo vean. Puedo decir que desde ahora no pienso separarme de mi chica. Es más, ya quiero que llegue el receso para poder tenerla entre mis brazos y besarla…mucho.

La entrada al aula de la profesora Rodríguez, vuelve el lugar un maldito cementerio, literalmente no vuela una mosca. Es tan silencioso que perturba. La única voz es la de la profesora que nos hace saber que ha comenzado a corregir nuestras tareas y que recibiremos las calificaciones en nuestro buzón de mensajes escolar… y me desconecto de la clase.

Durante casi una hora y media no tengo ni idea de lo que explica la profesora porque mis ojos no se apartan de la cabellera rubia de mi novia, mi mente sueña despierta con abrazar a mi chica. Sin embargo, cuando llega el primer receso, me apresuro a llegar a Ludo, pero ni siquiera puedo tocar a mi novia porque una colorada revoltosa agarra del brazo a mi novia y se lleva lejos de mí, alegando que la necesita. Yo también la necesito.

Mi humor se vuelve una mierda y mientras paso el tiempo con mis amigos, en un ambiente tenso, no dejo de pensar en Ludo. Me fumo un cigarrillo por la ansiedad y cuando me lo llevo a la boca mis ojos se topan con la cara del entrenador. Mierda. El entrenador me observa con desaprobación y me hace un gesto de que me observa apuntando con dos dedos a sus dos ojos y luego a mí. Niega con la cabeza y sigue su camino. Arrojo el puto cigarrillo al piso para apagarlo. Que me joda mi ansiedad. Suspiro y recorro el patio con la esperanza de ver a mi novia pero sólo me encuentro con dos ojos marrones que me observan fijamente. La mirada oscura de Soledad me produce escalofríos. ¿Qué carajo? ¿Por qué mierda me mira así y que está tramando la serpiente?

Vuelvo al aula sintiéndome como la mierda. Quiero a mi novia para mí solo, necesito de sus besos y de sus caricias tiernas. Al pasar por su asiento, no me sorprende encontrarla ya en el aula, sonrió y antes de seguir mi camino dejo un largo, pero casto beso en sus ricos labios. Ella se sonroja, le sonrió y le guiño el ojo para luego caminar hasta mi asiento, un poco más tranquilo, aunque ya quiero que llegue el segundo receso y ahí sí, que no hay colorada que me aleje de mi rubia.

Después de una eternidad llega el segundo receso. Ludo dirige sus ojitos a mí y me apresuro a ir con ella. Mi novia luce algo nerviosa, cuando coloco mis manos en su cintura y bajo mi rostro para quedar a la altura de sus ojos.

- Hey hermosa. - Dejó un besito en su mejilla.

- Amm\, vamos al baño… pero\, ¿nos vemos en el patio? - Sonrio como idiota porque ella también quiere pasar tiempo conmigo.

- Sí\, novia mía\, te espero en el patio. - Mis ojos se resisten a dejar de mirarla\, y mis manos se resisten a dejarla ir. Estoy tan, pero tan jodido. - Tú no estás invitada. - Dirijo mis ojos brevemente a Belu que rueda sus ojos molesta.

- Vamos Ludo. - Y de nuevo la colorada se lleva a mi chica.

Me dirijo al patio con la intención de comparar las golosinas favoritas de mi rubia, adoro ver como sus ojitos brillan y sonríe feliz por un simple paquete de caramelos. Y yo quiero hacerla feliz. Amo verla sonreír de esa manera. En el camino me topo con Eric que se ha vuelto a buscarme porque le van a hacer una broma a Fosforito.

- No puedo amigo\, estoy esperando a Ludo.

- No hay problema. Grabó todo para que lo veas después. Disfruta de tu tiempo con tu chica. - Sonrió y me sorprende que no se burle de mí por querer estar con mi novia. Pero Eric puede sorprenderte de vez en cuando. Supongo que él puede ver lo mucho que quiero a Ludo.

Veo que mi amigo se va en la otra dirección y continúo con mi camino, pero soy detenido por una castaña con demasiado maquillaje en la cara. Suspiro molesto y ruedo los ojos cuando intentó pasar a su alrededor, pero ella me lo impide.

- ¿Qué carajo quieres Soledad? - Le pregunto porque no me va a dejar en paz. La castaña vuelve a sonreír de esa forma maliciosa de hace un rato y frunzo el ceño. ¿Qué trama?

- ¿Qué quiero?... Es una excelente pregunta Martín. Veras\, ayer me enteré de algo que me causó mucha gracia. Y ya sabes como soy\, no puedo dejar pasar esto. Así que\, lo que quiero es que observes cómo te desenmascaro frente a todo el colegio y… frente a ella. No… esta bruja no puede saber de la apuesta.

- Soledad… - Soy interrumpido por una de las amigas arpías de Soledad que la llama. Me giro para asesinar con la mirada a la chica\, pero mis ojos se posan en dos chicas que se detienen detrás de la amiga de Soledad.  Mierda, no. - No lo hagas. - Le pido entre dientes después de girarme para mirar sus oscuros ojos.

- Te dije que defenderla de mi te iba a salir caro. Es hora de pagar. - Sonríe y camina a mí alrededor para encontrarse con las chicas detrás de mí.

Cierro los ojos y el pecho se me oprime, no puedo dejar que Soledad destruya mi relación con Ludo. Tengo que alejar a mi chica de aquí. Después puedo explicarle todo, cuando estemos solos. Sí, eso voy a hacer. Me giro para ir en busca de Ludo que ahora me observa sin entender nada.

- ¿Qué quieres Soledad\, para que nos llamaste? - Pregunta Belu a la defensiva. Mis ojos verdes se fijan en mi rubia\, tragó fuerte y tomó aire.

- A ti no te llame calabaza\, fue a tu amiga... la huerfanita becada. - Contesta Soledad y reacciono.

En un último intento de evitar que la castaña hable, la tomó del brazo firmemente y entre dientes le pido que no haga esto, que no hable, pero ella está decida a joderme. Soledad se zafa de mi agarre, me asesina con la mirada y gira el rostro hacía Ludo. Sé que mi chica está incómoda porque no para de retorcerse los dedos. Mientras Soledad pide a gritos que todos se acerquen, yo me acerco a Ludo con la intención de sacarla de aquí.

- Vamos\, hermosa. - Le pido con desesperación mientras tomo su mano y somos rodeados por nuestros compañeros\, incluidos los M.E.T.A y Fosforito.

- ¿Te la llevas para cumplir alguna parte de la apuesta? - Maldita. Cierro los ojos con dolor.

- ¿Apuesta? - Susurra Ludo mirándome.

- No le creas. - Le suplico con la mirada. Ludo me suelta la mano y se enfrenta a Soledad.

- ¿Qué apuesta? - Le pregunta a Soledad.

- La que hicieron los M.E.T.A. - La castaña se cruza de brazos y suelta la bomba. - Apostaron que Martín podría enamorarte y... meterse entre tus piernas\, en un mes. - Ludo se pone pálida y su respiración se agita. Me acerco a ella pero apenas siente una de mis manos sobre su brazo ella se aleja. - Que ilusa eres Ludovica. Siempre tan ingenua\, siempre tan tonta. ¿De verdad\, creíste que alguien como Martín se puede fijar en ti?  - Soledad se acerca más a Ludo. - ¿De verdad creíste que de la nada\, él tenía “sentimientos” hacía ti? Una. Pobre. Becada. Huérfana. - Los ojos verdes de Ludo se llenan de lágrimas y le cuesta respirar. No lo soporto.

Por un microsegundo observó a nuestro alrededor y odio ver cómo todos murmuran y se ríen como si humillar a alguien como mi Ludo fuera tan divertido. Idiotas. Dirijo mis ojos de nuevo a mi novia. Belu toma la mano de Ludo y casi la cubre con su cuerpo de manera protectora mientras me asesina con sus ojos color miel. Los malditos murmullos son cada vez más fuertes y cuando veo una pequeña lágrima rodar por la mejilla de mi novia, explotó.

- ¡CIERRA LA MALDITA BOCA! - Rujo con rabia dejando a todos mudos.

Soledad se sobresalta y sus ojos marrones se abren de la sorpresa. Mi pecho sube y baja con fuerza mientras intento respirar. Me giro para ver a mi novia y me parte el alma verla tan decepcionada y luchando por contener las lágrimas. Mi cabeza y mi corazón me piden que haga algo para no perderla y en un desesperado intento, doy un paso más cerca de ella para explicarle todo pero las palabras no me salen.

- ¿Es verdad? - Susurra débilmente. Me cuesta hablar y sólo quiero abrazarla y alejarla de todos pero tampoco puedo moverme. - ¿Es verdad? - Pregunta de nuevo elevando la voz.

- Sí. - Digo finalmente y ella cierra los ojos dejando que las lágrimas rueden por sus mejillas. - Pero te lo puedo explicar\, yo no... - No logro terminar de hablar porque su pequeña mano impacta de lleno en mi mejilla. No me duele el golpe sino el corazón por lastimarla.

- N-no te acer-ques nunca más a mí… en tu vida. Te odio Martín. - Su voz sale llorosa y la última frase sale en un sollozo que me termina de romper el corazón. Sin poder hacer nada\, la veo irse con Belu. La he lastimado… la he perdido.

- Eres una bruja. - Sisea Eric y creo que se lo dice a Soledad. De repente las miradas y los murmullos pesan en mí\, casi tanto como ver a Ludo alejarse de mí. Mi pecho se empieza a cerrar y necesito aire\, espacio. - Martín. - Eric me pone una mano en mi hombro pero me alejo de él.

Camino rápidamente con la decisión de salir del colegio. Me cuesta respirar y me llevo la mano al pecho en un inútil intento por apaciguar el dolor y poder respirar pero no lo logró. Necesito salir de aquí.

- Molina… ¿A dónde crees que vas? -Una preceptora intenta detener mi camino pero la rodeo ignorando sus advertencias y no paró de caminar hasta que salgo del edificio.

El aire me golpea el rostro pero mis pulmones no logran respirar bien y duelen. Cuando llegó al estacionamiento, me meto en mi auto. Intento respirar, pero mi respiración es cada vez más agitada, las manos me tiemblan, he intento hacer inútiles ejercicio de respiración para apaciguar el ataque de pánico, pero no consigo nada. Con manos temblorosas busco mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta y con movimientos torpes entro al chat con mi novia y reproduzco el primer mensaje de voz que encuentro de ella. Necesito oír su dulce voz para calmarme.

"Me gustó mucho nuestra cita de hoy… y… también me gusta ser tu novia. Ya quiero que sea mañana para vernos de nuevo. Un beso, novio.”

Reproduzco su dulce voz una y otra vez hasta que mi respiración se normaliza y mis manos dejan de temblar. Recuesto mi cabeza en el asiento y respiro con normalidad. Mi cuerpo se siente pesado y… vacío, no soy capaz de moverme y me quedo en mi auto por no sé cuánto tiempo con la vista fija en la puerta del “Bristol School”. Las horas pasan y mi cuerpo reacciona sólo cuando mis ojos ven a mi novia salir de la escuela acompañada de Belu. Me concentro en su rostro, sus ojitos aún lucen rojos lo que me indica que no ha dejado de llorar desde que la vi por última vez, su naricita está roja, sus hombros están caídos y su precioso rostro refleja profunda tristeza. Quiero correr y envolverla entre mis brazos, abrazarla fuerte y explicarle todo, rogarle que me perdone y decirle cuando…. la amo. Pero sé que no va a escucharme.

Belu abraza de manera protectora a Ludo y la guía hasta su auto, el chófer les abre la puerta y ambas entran. Suspiro aliviado y me quedo tranquilo al saber que mi dulce rubia está acompañada por su mejor amiga. Apartó la mirada de ellas cuando el auto se aleja y me encuentro con los ojos negros de Eric. Él da un paso en mi dirección pero niego con la cabeza haciéndole saber que deseo estar sólo. Mi amigo asiente y toma su camino habitual. Los demás M.E.T.A siguen su ejemplo. No puedo evitar mirar con furia a Alejandro, estoy más que seguro que la bruja de Soledad se enteró de todo por su maldito hermano. El imbécil debe de haberle dicho todo sólo para joderme, como me jodio su inútil hermana.

Mi cuerpo no tiene energías, sé que debería entrar en el entrenamiento, pero me cuesta mucho moverme.. Pego la frente al volante tratando de decidir que hacer cuando mi ventanilla es azotada fuertemente. Levantó la cabeza y me encuentro la mirada rabiosa del entrenador.

- ¡Mueve el culo\, Molina! Ahora.  - Grita y se aleja\, cierro los ojos y con pesar salgo del auto entrando de nuevo al colegio. A lo mejor, entrenar me ayuda a despejar mi mente por un rato.

Sin embargo, no logro concentrarme y término apestando en el juego. Recibo varios gritos y amenazas de mi entrenador con dejarme en el banco el próximo partido. Cuando el entrenamiento culmina, básicamente me pide que desaparezca de su vista y es lo que hago. Tomo mi bolso del vestuario y me voy de ahí lo más rápido que pueda. Me meto en mi auto y mi celular suena con la llegada de varias notificaciones. Lo reviso y todo empeora cuando veo el enlace a un vídeo de YouTube. Reproduzco el vídeo y maldigo a quienes hayan grabado lo que sucedió en el patio. Gritó de furia y golpeó con fuerza el volante de mi auto en un intento de sacar la rabia que fluye en mí. El jodido vídeo muestra el momento exacto en el que Ludo se entera de la apuesta y me duele el corazón al ver la carita de mi novia llena de lágrimas.

Los ojos me pican y por un momento dejó que mi angustia salga. Una lágrima rueda por mi mejilla y me odio por haberle hecho daño a mi rubia. Jamás debí aceptar la apuesta, jamás debí ser tan cobarde hace años, tendría que haberme acercado a ella desde el primer día que la vi. No puedo perderla… no a ella que me da tanta paz y felicidad. Por primera vez, estoy descubriendo lo que es el amor romántico y me gusta… me gusta con ella. Me secó la cara y me juro a mí mismo hacer lo que sea para que ella me perdone, para que vuelva conmigo.

Intento llamarla para saber cómo está, si ha visto el video o no, pero ella no me responde. Mis mensajes no le llegan y para cuando intentó llamarla por décima vez, ya ni siquiera me salta el contestador. Mierda.  Con la cabeza y el corazón alborotados me dirijo al “El Club” y me instalo en el bar de siempre, dejo caer mi cuerpo en un enorme sillón y pido un trago…. tras otro y otro y otro.

- ¿Ahogarte en alcohol te hace sentir bien? - La voz de Eric me hace levantar la vista del vaso vacío que sostengo entre mis manos.

- Me hace… sen-tirrr de putaaa madre. - Le respondo arrastrando las palabras y sonriendo… o bueno creo que sonrió, no estoy seguro. Mi mejor amigo rueda los ojos y se sienta a mi lado.

- Soledad nos espiaba cuando nos reuníamos… Le plantó un programa en el teléfono de Alejandro y escuchaba todo\, así supo de la apuesta y de cuando decidiste terminarla. La arpía se puso en modo espía y nos jodió.

- Me jodio… - Bebo del vaso y frunzo el ceño al darme cuenta que no ya no tiene alcohol. Intentó levantar la mano para pedir otra copa pero Eric me lo impide y suspiro\, no tengo fuerzas para pelear. - Los hermanos Santillán Costa son… idiotas.

- Ya me encargue de los dos\, tranquilo. - Me asegura mi amigo\, pero tampoco tengo cabeza para preguntarle que ha hecho\, sólo pienso en mi Ludo. - ¿Qué vas a hacer ahora con Ludo?

- Mi ru-bbia no me quie-re… cerca. Y me odia. Ella me odia. - Me duele el pecho al recordar sus palabras. Un ataque de risa me invade… una risa de tristeza. - Nuestro noviazgo fue el más corto de la historia. - Comentó entre risas que se van apagando lentamente. - Estoy muy enamorado de ella\, Eric. - Susurro tristemente.

- Entonces no puedes darte por vencido. Tienes que hacer que te perdone y volver a ser tu novia.

- Es mi novia. - Le aclaro\, porque por lo que a mí respecta no dejamos de ser novios. - Y no pienso darme por ven-cido. Ella es mía y la voy a recuperar.

- ¡Ese es mi amigo! - Eric me da un apretón en el hombro y sonrió.

- Es más\, ella trabaja en un restaurante de aquí\, podemos ir y hablar con ella para…

- No. - Sentenció firmemente mi amigo y lo miró confuso. -  Estás... estás borracho y no creo que sea buena idea que hables con ella así. Es mejor que te lleve a tu casa y descanses. Además tu mamá está preocupada\, no ha sabido nada de ti en todo el día\, ni tampoco has ido a tu casa. Ella me llamó para que te buscará. Así que vámonos.

Le ruego que nos quedemos por un trago más, pero mi amigo no me hace caso y me ayuda a ponerme de pie. Refunfuño pero me dejo llevar por él hasta fuera del bar y al estacionamiento del “El Club” donde me ayuda a subir a mi auto que él va a conducir mientras su chófer nos sigue para después llevar a Eric a su casa. Durante el viaje no habló, sólo me atormenté con los recuerdos de mi novia. Recién cuando llegamos a mi edificio y ambos subimos el ascensor hasta mi casa es que expreso mi duda en voz alta.

- ¿Crees que mi Ludo me perdone? - Le pregunto mientras caminamos por el pasillo hasta la puerta negra de mi casa.

- Sí\, ella va a perdonarte. Y cuentas con la ayuda de los M.E.T.A. Código de novia\, ¿recuerdas? - Me guiña el ojo y sonrió mientras él  toca el timbre de mi casa y es mi madre la que abre la puerta. No luce feliz de verme borracho un lunes.

- Martín. ¿Qué carajo\, hijo? Es lunes\, maldita sea.

- Mamá has di-cho muchass palabrotass. No es propio de ti. - Comentó entre risas y arrastrando mis palabras.

- Gracias por traerlo\, Eric. - Mi madre ignora mi comentario.

- De nada señora Ruiz. - Mi amigo me deja apocado en el marco de la puerta. - Nos vemos mañana Martín. - Se despide Eric.

- Si… has-ta mañanaa. - Le respondo e intentó saludarlo con la mano\, aunque no lo logro y me río de eso.

Mi madre me ayuda a entrar a la casa y antes de que comience a regañarme por mi comportamiento le ruego que no me pregunte nada y ella lo acepta. Aunque esté borracho, no me pasa desapercibido el alivio que fluye en sus facciones y no es para menos, la última vez que uno de sus hijos salió de casa no regresó. Mi madre me lleva a mi habitación donde me deja acostado en mi cama, que se siente especialmente cómoda mientras mi cabeza gira y cierro los ojos. Escucho como mi madre me desea las buenas noches, apaga la luz y se retira de mi cuarto. Mi último pensamiento es sobre mi novia.

Pienso hacer lo que sea para que me perdones Ludo. Tú y yo no terminamos, nosotros recién empezamos con nuestra historia.

***

Al día siguiente me desperté sintiéndome horrible por la resaca y miserable al recordar lo que sucedió ayer. Mi corazón se vuelve a romper. Con mucho pesar me levanto de la cama y camino a la ducha y dejo que el agua me despeje la mente. Luego de la ducha me visto con el uniforme azul del colegio y vuelvo a mi habitación a buscar mi móvil. Se siente feo no recibir los buenos días de mi rubia… Eso duele. Estoy tentado de enviarle un mensaje pero al ver que ni siquiera ha recibido los de ayer, desisto de la idea.

Bajo a desayunar y a enfrentarme a mi madre. Cuando tomé asiento en mi silla, ya Rita había dejado un café cargado, tostadas, juego de naranja y un analgésico que me tomó de inmediato. Puedo sentir la mirada de mi madre sobre mi perfil, está dándome mi tiempo y cuando no lo resisto más, fijo mis ojos en ella. Ella no tarda en lanzar sus preguntas y querer saber porque llegue borracho ayer. Me tomo un segundo, evaluando si mentirle o cantarle la verdad… Elegí contarle la verdad. Toda la verdad.

- ¿No vas a decir nada? - Le pregunto después de contarle todo.

- Estoy decepcionada de ti. Muy decepcionada Martín. Esa chica parece muy dulce y no merecía que le hicieran eso. - Lo sé. - Vamos\, ninguna mujer se lo merece. ¿En qué pensaban tú y tus amigos? Espero que pienses en arreglarlo. - Me dice seria.

- Es lo que voy a hacer. - Creo que mi madre jamás me había dicho que estaba decepcionada de mí y que me lo diga ahora me molesta. Me duele. - Ya me voy. - Me pongo de pie. - Adiós mamá.

Le doy un beso en la mejilla y espero las palabras de siempre, pero no llegan. Sintiéndome mal, me voy de allí pensando que voy a arreglar todo, que Ludo va a volver a ser mía y mi madre dejará de estar decepcionada de mí. Conduzco hasta el “Bristol School” y me quedo en el estacionamiento esperando a que mi novia llegue, mientras me fumo un cigarrillo para calmar mi ansiedad.

Ludo no tarda en llegar, apenas veo su cabellera rubia a vista, despego mi espalda de mi auto y la observo. Mi hermosa novia camina cabizbaja, sus hombros están caídos y aunque está escuchando música sus lindos labios no se mueven cantando, ella ni siquiera está disfrutando de la música y es por mi culpa. No puedo ver sus preciosos ojos verdes, pero estoy seguro que no brillan y lucen tristes. No le saco los ojos de encima hasta que entra al colegio y es ahí cuando decido seguirla, pero sólo llegó a dar dos pasos hasta ser detenido por una voz.

- ¡Martín! - Esa horrible voz. Me giro y me encuentro con Carla que lleva una falda negra demasiado corta y una blusa roja de tirantes finos y escote pronunciado.

- ¿Carla que haces aquí? - Le pregunto irritado\, no tengo tiempo ni ganas para lidiar con mi acosadora número 1.

- Vine porque ya que no contestas mis mensajes pensé en venir a verte. Te gustaría que hoy nos viéramos en el bar de "El Club"\, podemos tomar algo y después…

- NO. Carla\, tengo novia. - Sus grandes ojos negros se abren de sorpresa. - Y ya deja de molestarme. No estoy interesado en ti. Follamos una vez y eso fue todo. Supéralo. Hay cientos de tipos con dinero que matarían por estar contigo\, pero yo no soy uno de ellos. Con la única mujer con la que quiero estar es con MI NOVIA.

- Eres un imbécil. - Escupe furiosa y ruedo los ojos\, me importa una mierda lo que ella crea.

Carla me asesina con la mirada y dando un pisotón, se gira y de forma dramática se aleja de mí. Me encojo de hombros y camino hacía la escuela a buscar a mi novia. Lo único que me importa ahora es recuperar a Ludo. Claro que una revoltosa y enojona colorada no me permite acercarme a mi novia. Por lo que pasó el día observándola de lejos. Extrañando como loco, no tener sus ojitos para mí, no sentir su calorcito, su aroma, no besar sus ricos labios.

Gimnasia es una maldita tortura, verla en ese uniforme y no poder acércame me está jodiendo mucho. Por suerte no estoy sólo, Eric y Tomás se mantienen a mi lado y hasta me ofrecieron su ayuda para recuperar a Ludo. Pero no tengo ni puta idea de que hacer para que me escuche y me perdone. Cuando la clase termina, decido quedarme al entrenamiento al ver la cara de ogro de mi entrenador. Luego de cambiarme en los vestuarios de hombres, salgo al pasillo con la esperanza de encontrar a mi novia esperando a su mejor amiga. Y sonrió como idiota feliz al verla allí, apoyada contra una pared y mirando el suelo. Sin pensarlo mis pies avanzan hacia ella.

- Ludo. - La llamo\, ella despega su espalda de la pared y da un paso atrás cuando estoy cerca de ella.

- No. - Ella niega con su cabeza y me rompe el corazón ver la decepción en su rostro.

- Por favor hermosa\, déjame explicarte. - Le ruego dando un paso más cerca de ella.

- No te quiero escuchar. - Dice firme y cierro los ojos\, ha sido como una bofetada en el medio de la cara.

- ¡MOLINA!- Me llama el entrenador y me giro hacía su voz. - El entrenamiento comienza en 5 minutos. - Está enojado y no lo oculta.

Estoy por decirle que no pienso entrenar, después de todo, pero la dulce voz de mi novia pidiéndome que vaya a entrenar, me hace asentir con la cabeza, al verlo marcharse me giró de nuevo para fijar mis ojos en mi novia.

- Sólo me quedo a entrenar si me escuchas.

- No\, quiero escucharte. - Sus palabras vuelven a ser firmes\, pero no pienso darme por vencido.

- Entonces no entreno nada. - Me encojo de hombros de forma aniñada y ella suspira.

- No me chantajees\, Martín. - Sonrió al oírla decir mi nombre y grabó ese instante en mi memoria.

Entonces escúchame. Por favor. - Le ruego de nuevo. Ella niega con su cabeza y busco en mi mente algo que decirle para que me oiga.

- Necesito tiempo\, espacio. Ahora no quiero escucharte\, así que ve a entrenar. - Ok, necesita tiempo. Puedo hacer eso.. por un corto, muy corto tiempo. No me muevo, porque mis ojos se niegan a dejar de mirarla, aun y mi cuerpo se niega a alejarse de ella, aún. - Martín... Aggrr, bien. Pero te voy a escuchar cuando YO quiera, no cuando TÚ quieras. - Que hermosa que es por Dios.

- Bien. - Trato de ocultar miserablemente mi sonrisa. Ella rueda los ojos y contengo las ganas de besarla.

- Ahora vete a entrenar. - Recorro con mis ojos todo su cuerpo\,desde su rostro hasta sus pies\, sin perderme ningún detalle\, no sé cuándo la vuelva a tener así de cerca. Sus mejillas se sonrojan y sonrió. Adoro hacerla sonrojar. Me inclino para darle un beso en la mejilla pero ella retrocede.

- No te iba a besar en la boca. - Le aclaro y ella se encoge de hombros. Es tan tierna.

- Es mejor de lejos. - Sonrió ya sin ocultarlo.

- Eres hermosa… Voy a esperar ansioso que quieras escucharme. Nos vemos\, novia mía.

- No soy tu novia. - Dice enojada mientras cruza sus brazos sobre su pecho y luce como una linda niñita.

- Si lo eres. - Le guiñó el ojo y corro hacia el gimnasio con una enorme sonrisa.

 Ay Ludo, ni creas que te voy a dejar ir. Pienso perseguirte todos los días hasta que quieras escucharme, novia mía.

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Bella Mark

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Comments

LUZ AMPARO SALINAS ANGULO

LUZ AMPARO SALINAS ANGULO

que tal pasara cuando la prima se entere mínimo la masacra /Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke//Puke/

2024-07-14

0

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Por ahí se va a enterar la prima,,,pobre Ludo

2024-03-01

1

MALÚ 2834

MALÚ 2834

Ya lo dije,,,que era mejor que se enterara por ti y no por terceros,,,te va a costar que confíe en ti,,le partisteis el alma,el corazón,la confianza que puso en ti,,,la has destrozado 😔😔😔

2024-03-01

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