LUDOVICA
Cuando atravieso la puerta de mi casa, me apoyo sobre la madera y suspiro. Mi cabeza y mi corazón ahora mismo están confusos. La confesión de Martín me ha dejado sin palabras, aun no me puedo creer que él me observe a mí. No puedo creer que yo le guste. A él le gustan todas… es un mujeriego. Aunque sonaba sincero cuando me dijo que quería cambiar para ser el chico del que me pueda enamorar. Mmm… quiero creerle, a pesar de que en los últimos días me ha irritado en varias ocasiones con sus actitudes, no puedo negar que mi corazón sigue suspirando, incondicionalmente, por él.
- ¡Al fin llegas! - La voz chillona de Carla me sobresalta\, fijo mis ojos en ella para darme cuenta de que esta maquillada y peinada para salir\, pero que lleva una bata de seda y un micro vestido en su mano derecha. - Plánchame esto. YA. - Me arroja un puñado de tela roja a la cara y se gira sobre sus talones para subir las escaleras.
- Vaya… que hermoso es volver a casa. - Susurro con sarcasmo para después proceder a hacer lo que mi prima me ha pedido.
Casi arruino el vestido de Carla por estar tan distraída pensando en mi tarde con Martín. Una vez que le entregue la prenda a mi prima seguí con mis quehaceres, pude que Leticia no este, pero es una mujer inestable, puede volver en cualquier momento y si me ve sin hacer nada sería “castigada” fuertemente. Aunque es un poco complicado hacer mis tareas cuando estoy tan distraída pensando en Molina.
Algo que tengo que reconocer es que es verdad cuando dijo que la atracción es mutua. Por lo menos eso sentí cuando estuvimos en su cuarto. Las miradas intensas, la cómoda y electrizante cercanía, el roce de sus dedos en mi mano… estar a su lado e incluso hablar de mi padre, se sintió bien, natural. Pero bueno, no puede culparme por desconfiar de él, todo esto es tan repentino y me cuesta creer que sea real. ¿Cuántas veces dijo palabras bonitas para seducir a otras chicas? ¿O las trato bien solo para que ellas cedan a acostarse con él? ¿Cómo puedo gustarle yo? Él sale con chicas como Carla, Soledad, mujeres hermosas, plásticas y superficiales. Yo no soy como ellas.
Así y todo no dejo de pensar en sus gestos conmigo. La forma en que me miro recorriendo mi cuerpo sin pudor, la forma en la que me dijo que estaba hermosa, el brillo de sus ojos, su sonrisa sexy… suspiro soñadoramente.
Lástima que mis ensoñaciones son interrumpidas por una Carla eufórica y vestida de manera sexy. La tela del micro vestido se amolda perfectamente a su figura de modelo, sus tacones altos alimentan la ilusión de que tiene piernas kilométricas, su maquillaje y peinado son de pasarela.
- Estorbo. - Ruedo los ojos en mi mente. Odio que me llamen así. - Me voy a "El Club"\, he quedado con unos amigos y espero encontrarme con Martín para llevármelo a la cama otra vez. Tu compañero es un Dios del sexo… pero que te cuento a ti\, que no sabes nada de eso. - Sonríe divertida por humillarme pero se perfectamente que no puedo devolverle el insulto. - Bye perdedora\, que te diviertas viendo películas para niñas. - Con una falsa sonrisa\, se acomoda el cabello detrás del hombro y sale por la puerta desfilando sensualmente.
Sé que sus palabras son apropósito. Carla jamás me da tanta información cuando sale, a veces solo anuncia que se va a un evento, otras veces solo anuncia que se va y muchas otras no me dice nada. Sin embargo, sus palabras calan fuerte sobre mí.
“…si me das una oportunidad puedo demostrarte que lo nuestro puede ser real y hermoso”
¿Darle una oportunidad? A quien quiero engañar. No solo tengo miedo de que todo esto sea una especie de broma o apuesta y que al final la única que salga lastimada sea yo. Si no también que está el hecho de que él y Carla se acostaron y me cuesta creer que cuando Martín vea a mi prima no va a dudar en estar con ella otra vez y Carla va a estar contenta de refregarme ese hecho en la cara.
¿Darle una oportunidad? Me siento tonta solo de considerarlo. No soy la clase de mujer con la que él está acostumbrado a salir y no voy a cambiar. Lo mejor es decirle que me deje en paz y proteger mi corazón.
***
El domingo me despierto algo cansada, no he dormido mucho, por más que quiera no logro sacarme a Martín y a sus palabras de la cabeza. Necesito hablar con Belu. Le mando un mensaje para ver si nos podemos ver, ella inmediatamente me dice que vaya a su casa por la tarde.
Me levanto lista para empezar el día, me visto con unos leggins negros y una camiseta violeta que me queda algo grande pero me encanta. Me recojo el cabello en una coleta alta y bajo a preparar el desayuno. El cual resulto ser una pérdida de tiempo, ya que Carla no bajo a desayunar. Al no tener noticias de ella, me preocupe un poco y sigilosamente me asome en su habitación para asegurarme de que estaba… viva. Y sí, está dormida.
El almuerzo fue más de lo mismo. Carla estaba despierta pero no salió de su habitación, quise llevarle el almuerzo pero me grito que no la molestara y me dio una descripción desagradable de lo que podía hacer con la comida. Maleducada.
Por la tarde, después de limpiar la sala y mi habitación, me cambio para ir a la casa de Belu. Me cambio los leggins por unos jeans negros, la camiseta grande por una camiseta más ajustada de color blanca. Tomo una profunda respiración porque ahora debo enfrentarme a Carla y no estaba muy contenta hace rato.
Encaro para ir a su habitación, pero el sonido del televisor me dice que mi prima ha salido de su cuarto y ahora está en la sala. Cuando entro a la sala me encuentro con Carla, aun en su diminuto pijama rojo, acostada en el sofá con el celular en la mano y la televisión en algún reality de modelos al que no le está prestando atención. Me aclaro la garganta y ella solo me informa que su madre vuelve mañana al mediodía. Mi cuerpo se relaja por un microsegundo para volver a tensarse otra vez. Tengo que decirle a Carla que me voy, otra vez, en días no escolares.
Me permito observarla un instante y un escalofrió me recorre la espalda al ver que sigue luciendo enojada, molesta, irritada, de mal humor… Voy a tener que ser cuidadosa al hablar.
- Carla. Amm, necesito ir a la casa de Belu a terminar una tarea escolar.
- ¡Aggrr\, que imbécil! - Le grita a la pantalla de su móvil mientras lo asesina con sus ojos negros.
- ¿Carla? - La llamo.
- ¿Qué? ¿Qué mierda quieres? - Me grita clavando sus fríos y asesinos ojos en mí.
- Yo… tengo que ir a la casa de Belu a terminar algo del colegio\, una tarea de....
- A mí que mierda me importa. - Se pone de pie y dirige toda su rabia a mí. - Me importa una mierda tu vida. Hace lo que quieras y no me jodas. Maldito estorbo. - Me empuja con su hombro al pasar a mi lado y la veo desaparecer por las escaleras\, directo a su habitación.
Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo y salgo rápidamente de mi casa, antes de que Carla cambie de opinión o siga pagando su enojo conmigo. ¿Por qué estará tan enojada? Creí que hoy estaría radiante, lista para presumir de su noche con Martín. ¿Qué habrá pasado anoche?
Mientras camino hacia la casa de Belu, el sonido de una notificación me saca de mis pensamientos y saco el móvil del bolsillo de mi pantalón para ver que se trata de una notificación de Instagram.
@Martín.MRuiz comenzó a seguirte.
No me esperaba esto, si bien tengo a muchos de mis compañeros en esta red social, jamás pensé que él me seguiría. Le doy a seguir también, aunque no me detengo a ver sus fotos… ya lo hecho antes, muchas veces, cuando soñaba despierta con él. Tiene muchas fotos de su cuerpo, de su rostro, jugando al básquet, con sus amigos y hasta tiene una con su madre y otra con su hermano mayor. Sin querer aprieto el circulo de su perfil y veo su historia, es de anoche. Es una foto tomada en la oscuridad de su habitación, con el brillo del televisor como única luz principal lo que permite ver un poco de sus abdominales que no cubren sus sabanas que descansan sobre sus caderas y el resto de su trabajado cuerpo. “Relax”, es la única palabra que acompaña la fotografía. Eso quiere decir que anoche no fue a “El Club”, no vio a Carla.
Quien diría que pasamos de no hablarnos, a hablarnos demasiado, a mirarnos intensamente y ahora seguirnos en redes sociales.
Cuando finalmente llegó a la casa de Belu me siento mucho mejor. Me gusta estar en su casa, siempre me reciben muy bien. Belu vive con sus padres, su madre, la Dra. Arriaga, es una respetada médica y cirujana. Su padre es empresario y viaja bastante por negocios, aunque siempre trata de estar presente para su familia. También tiene un hermano menor de 13 años, con el que se lleva bien. Como sus padres casi nunca están en casa, los cuida Lidia. Una amorosa mujer, muy amable, de estatura media, robusta, cabello rubio y dulces ojos marrones. Lidia muchas veces forma parte de las travesuras de Belu y hermanito y siempre los protege.
Apenas cruzo la puerta de entrada, saludo a Lidia antes de que el cuerpo de Belu se estrelle contra el mío. Ella envuelve sus brazos a mí alrededor para darme un fuerte abrazo de oso. Después soy arrastrada hasta su habitación donde paso una hora contándole todo lo que paso ayer en la casa de Martín. No omito ningún detalle porque necesito analizar la declaración de Martín con mi mejor amiga, por lo que también le revelo mis sentimientos por Martín. Sin embargo, Belu solo me ha escuchado y expresado sus sentimientos por medio de muecas, que van de la sorpresa, incredulidad, duda y de nuevo sorpresa. Es cuando termino mi relato que espero paciente a que diga algo.
- Belu… di algo. - Le pido con desesperación.
- ¡Ay por Dios\, me muero! - Grita emocionada y sonríe. Vaya\, no me esperaba esta reacción. - ¿Vas a darle una oportunidad? - Me pregunta ilusionada.
- No se… por eso estoy aquí. Porque no sé qué pensar. Todo parece tan raro. ¿Después de cinco años quiere conocerme?
- No solo conocerte\, dijo que le gustas mucho.
- Sí. Pero me cuesta creer eso\, cuando él es… tan él.
- Ya\, te entiendo\, Martín es idiota… pero lo he visto mirarte y no mira así a las otras chicas. Y no hablo de esta semana sino que lo he notado durante años.
- ¿Por qué nunca me dijiste eso?
- Porque no sabía que estabas enamorada de Molina. Nunca dijiste nada.
- No quería ser obvia. Además nunca pensé que le podría gustar a Martín. - Solo lo pensaba en mis sueños. -Y no solo me cuesta creerle, es que no puedo sacarme de la cabeza que se acostó con Carla. - Suspiro y niego con la cabeza. - Carla, que ya está obsesionada con él. Y después están todas esas chicas, hermosas con las que estuvo. No puedo competir con ellas, Belu.
- Ludo\, no tienes que competir con nadie. Eres más hermosa y más amable que esas chicas. Y no solo atraes la mirada de Martín sino de muchos más\, solo que tu no lo ves. - No oculto la sorpresa en mi rostro. Nunca me di cuenta que otros compañeros me miraran de esas forma\, por lo general solo me miran para burlarse de mí. Ningún otro\, además de Lucas y ahora Martín\, se ha acercado a mí. ¿Sera que doy la impresión de ser inalcanzable? ¿En el mal sentido?
El sonido de nuestros teléfonos nos interrumpe, observamos nuestras pantallas para ver varios mensajes del grupo de WhatsApp de sexto año de la escuela. Los mensajes se resumen a que esta noche hay fiesta en casa/mansión de Eric Valle Sosa. La mayoría de mis compañeros se apuntan a pesar de ser domingo y mañana tener escuela. Y no voy a mentir, siempre he querido ir a una de sus fiestas, jamás me invitan pero tal vez, esta sea la excepción, Leticia vuelve mañana, a Carla no le importó… quizás podría ir.
Chat - 6to BRISTOL
Soledad: Fiesta elite! Cero becados
Y ahí se va mi esperanza… Espero a que la gran mayoría de mis compañeros secunden el mensaje de la abeja reina, pero eso no sucede, en cambio es Martín quien habla. Y él y su grupo tiene más peso que Soledad.
Martín: Tú no eres quien organiza la fiesta Soledad
Martín: TODOS están invitados!
- Aggrr\, que insoportable que es. - Se queja Belu de Soledad. - Menos mal que Martín la pone en su lugar.
No respondo nada sólo me quedó viendo el mensaje de Martín en el grupo. Ese “TODOS están invitados” se siente directamente para mí. ¿Sera que espera que vaya a la fiesta?... Me encantaría ir. Y sé que a Belu también le gustaría ir. Al principio, ella no iba a esas fiestas porque yo no estaba invitada, pero eso me hacía sentir mal, así que le dije que no se preocupara por mí y empezó a asistir a algunas de esas reuniones de élite. Aunque según ella, no son para nada divertidas. No le creo nada.
- Ludo… - Belu me toma ambas manos sacándome de mis pensamientos y fijo mis ojos en los de ella\, su mirada es suplicante y ya sé que va a decirme a continuación. - Tenemos que ir a la fiesta. - Y ahí está. - Amiga\, es perfecto. Tu tía no está\, vuelve mañana y la perra de Carla dudo que note si estas o no en tu casa.
- Belu\, quiero decir que sí. - Los ojos color miel de mi amiga brillan de ilusión. - Pero no quiero pasarla mal. Sabes que se podrían burlar de mí\, sobre todo Soledad y sus amigas.
- Olvídate de Soledad. Ludo\, este es nuestro último año y quiero que lo disfrutes. Que lo disfrutemos juntas. Vamos a la fiesta… por favor. - Belu pone ojitos de cachorrito y hace morritos con sus labios. Sonrió porque ahora mismo se ve graciosa. Dios, tengo tantas ganas de ir. Algo me dice que vaya a esa fiesta.
- ¡Bien! Vamos a la fiesta.
- ¡SIII! - Grita con alegría Belu y se pone de pie para dar varios saltitos de felicidad.
Mientras Belu coloca nuestra lista de reproducción de "B.Four", nos turnamos para ducharnos y después nos secamos el cabello, nos pintamos las unas y nos maquillamos. Bueno, Belu me maquilla ya que tiene más conocimientos sobre el tema. Luego nos dirigimos al enorme vestidor de mi amiga que está repleto de ropa hermosa. Belu rebusca en una sección donde tiene un millón de vestidos y luego de varios minutos se decide por uno que coloca en mis manos. Extiendo la tela y observo el vestido… es un rotundo no.
- No. - Pongo énfasis en mi decisión negando con mi cabeza.
- SÍ. - Sentencia Belu con una enrome sonrisa y moviendo sus cejas de arriba abajo. - Vamos\, solo pruébatelo.
Suspiro derrotada, me quito la bata y me coloco el vestido. La tela plateada y brillante se pega perfectamente a mi cuerpo. Belu me ayuda con el cierre y me da unos tacones para completar el look. Una vez lista, mi amiga me empuja suavemente hacia donde hay un espejo de cuerpo entero para que pueda mirarme. Lo hago y con cierto temor llevo mis ojos al espejo. El vestido es demasiado corto para mi gusto, pero hace ver mis piernas muy largas y sexys. El escote es profundo pero no vulgar, es perfecto para mi pequeño pecho. Y me gustan las mangas que completan el diseño de la prenda. Me observo por unos instantes, y no me reconozco. Me veo hermosa y sexy… me siento hermosa y sexy.
- ¿No es mucho para ir a una fiesta en una casa? - Pregunto preocupada de resaltar con mi atuendo.
- No Ludo. Todas las chicas van a así a las fiestas. - Ella se para a mi lado ya vestida con un vestido rojo brillante de tirantes\, muy corto y que se ajusta a sus curvas. - Estas hermosa y sexy… Pareces una modelo.
- Gracias. Las dos nos vemos hermosas y sexys.
Las dos sonreímos mientras no dejamos de vernos en el espejo. Pero mi sonrisa se borra cuando la frase de Belu se reproduce en mi cabeza, “Pareces una modelo”… ¿y si Carla asiste también a esta fiesta? No puede verme allí. No sería descabellado verla en una “fiesta de élite”, ya que ella se codea con gente de la alta sociedad y conoce a varios de mis compañeros. Supongo que por ser modelo y hermosa se le permite pertenecer a ese círculo selecto de la sociedad. De repente ir a mi primera fiesta pasa a ser un triste sueño.
- ¿Qué sucede Ludo?
- Carla… ¿es muy probable que también asista a la fiesta de Eric? No puede verme allí.
- Dame un minuto. - Belu toma su celular y envía un par de mensajes que la hacen sonreír triunfante. - No está invitada\, solo es una fiesta para el Bristol\, los del Circulo quedan fuera.
- ¿El Circulo? ¿Qué es eso? - Pregunto con confusión.
- Un grupo elitista… aunque eso ahora no tiene importancia. Lo importante es que la perra de Carla no va a ir. - Su entusiasmo y seguridad me reconfortan permitiendo que mi cuerpo se relaje y sonrió.
Terminamos de arreglarnos y salimos para la fiesta de Eric. El chófer de Belu nos espera en la puerta y cuando subimos al auto, Belu me recuerda que Martín estará en la fiesta, lo cual me pone nerviosa. ¿Si me ve se acercara a mí? ¿O pasara de mí por vergüenza a que lo vean con la becada? ¿Seguirá sintiendo lo mismo que ayer o ha cambiado de opinión?
- Lo sé. - Susurro pesadamente y me fijo mis ojos en ella. - Creo que hoy podría decirle la decisión que tome.
- ¿Ya lo pensaste? - Asiento. - ¿Estas segura? - Vuelvo a asentir con firmeza. - Bien\, te apoyo\, siempre. - Belu coloca su mano sobre la mía y sonrió.
- Gracias. - Aprieto su mano en reconocimiento.
Mi cabeza lo ha evaluado a conciencia pero fue mi corazón el que tomo la decisión. Después de la muerte de mis padres, la vida me ha privado de muchas cosas y me ha quitado otras tantas. Esta vez tengo la oportunidad de hacer algo por mí, de seguir a mi corazón. Por una vez, quiero ser egoísta y tener algo para mí. Espero no equivocarme.
La decisión fluyendo por mi cuerpo, me armo de valor y bajo del auto junto con Belu. Creo que su chófer está feliz de deshacerse de nosotras, o al menos sus oídos estarán aliviados después de escucharnos cantar durante todo el camino a la mansión de Eric. Gigantesca mansión de Eric, el lugar es enorme… ¿tiene 3 pisos? Wow. La música retumba por todos lados y se hace aún más fuerte al ingresar a la casa. La única iluminación son variadas luces de colores que bailan entre la oscuridad. Hay demasiada gente para ser solo una fiesta para el “Bristol School”. Mis ojos vagan por el lugar hasta que dan con un sonriente Eric que se nos acerca con decisión y luciendo bastante atractivo en pantalones azules y camisa celeste con apenas algunos botones prendidos, mostrando gran parte de su pecho.
- Bienvenidas... Wow deberían vestir siempre así. - Sus ojos negros recorren descaradamente nuestros cuerpos y eso me incomoda.
- Cállate. - Le dice Belu sonando molesta. Ella me toma la mano y seguimos nuestro camino.
Belu me guía entre la gente como si fuera algo que ha hecho siempre, mientras ella tira de mí, mis ojos observan todo. Desde los muebles apilados a un costado, las parejas besándose en los sillones, o bailando provocativamente, hasta los grupitos que solo beben de vasos rojos de plástico y observan todo con miradas de acecho. Miradas que siento que queman mi piel expuesta, de repente me siento incomoda y bajo la falda de mi vestido para protegerme de las miradas.
- No te dejan de mirar. - Me susurra Belu al oído y un escalofrió me recorre el cuerpo. No me gusta ser el centro de atención.
Mis ojos también lo buscan a él. Pero no logro verlo en la sala. ¿Estará en otra parte de la casa? Seguro esta con sus amigos M.E.T.A, tal vez ni nos crucemos hoy. Belu se detiene de repente y fijo mis ojos al frente y me encuentro con los ojos celestes enmarcados por gafas negras de Lucas. Le sonrió, me sorprende verlo aquí, no parece un chico que salga de fiesta. Su look es relajado, lleva pantalones negros, una camisa azul y su cabello rubio no está peinado a la perfección, lo que lo hace lucir joven y distendido.
- ¡Hola Lucas! - Lo saludo con una sonrisa y no me pasa desapercibida la mirada de sorpresa que reflejan sus ojos al recorrer mi cuerpo. Aunque su mirada no es lasciva por lo que no me hace sentir incomoda.
- Hola Ludo\, Belén. - Nos saluda con una sonrisa. Belu pone los ojos en blanco. Odia que la llamen Belén.
- Es Belu. - Le corrige con cara de pocos amigos y después fija sus ojos color miel en mí. - Ludo\, voy por algo de beber. - Veo a mi mejor amiga desaparecer por el mar de gente.
Me quedo sola con Lucas y lejos de parecerme incómodo, me resulta bastante cómodo, ya he hablado con él otras veces y hasta me atrevo a decir que somos casi amigos. Por lo menos él no nos desnudó con la mirada cuando nos vio. Hablamos de lo sorprendente que nos resulta a ambos vernos en una fiesta y no puedo evitar reír por eso.
- Es la primera fiesta a la que vengo.
- No te pierdes mucho. Tampoco es que vayas a muchas fiestas\, no es mi estilo\, pero hoy deseaba hacer algo para distraerme. Y me alegro de haber venido. - Susurra la última frase mientras dirige sus ojos en la dirección por la que desapareció Belu.
Hablamos un poco más hasta que Belu vuelve sosteniendo tres vasos de plástico de ron con coca y nos entrega uno a cada uno. Sonrió por ser considerada con Lucas y ella se encoge de hombros mientras se lleva el vaso a la boca. En cambio, los ojos celestes de Lucas brillaron y escondió su sonrisa bebiendo de su vaso. Pruebo mi bebida y arrugo el rostro cuando el líquido pasa por mi garganta, en eso me parece ver una mata de cabello familiar salir de la cocina. Martín. Belu sigue mi mirada y se acerca a mi oído para confirmarme que efectivamente es Martín. Mi loco corazón se acelera con la expectativa de verlo. ¿Le gustara mi atuendo o le parecerá que estoy ridícula? Bajo nuevamente mi falda y compruebo mi escote con inseguridad.
Después de casi una hora, en la que hemos hablado, los tres, y Belu me ha incitado a bailar con ella, mi mejor amiga es invitada a jugar a un juego de beber que no conozco. Antes de irse se aseguró de que no me molestara quedarme con Lucas y solo cuando estuvo realmente convencida se fue.
- No tienes que quedarte a hacerme compañía Lucas. - No quiero que se sienta obligado a quedarse conmigo.
- No me molesta\, de hecho eres tú la que me hace compañía a mí. - Sonrió y asiento porque no me importa pasar el rato con él.
Nos quedamos a un costado, hablando de varios temas. Lucas es interesante y bastante divertido, sabe unos chistes súper malos pero que te hacen reír hasta que te duele el estómago. Después de un par de tragos por parte de él, yo aún conservo el primero, Lucas desvió la conversación hacia Belu, lo que me lleva a confirmar que mi amigo gusta de mi mejor amiga. Lástima que Belu no lo vea de la misma forma, así que me limite a responder sus preguntas sin darle esperanzas con mi amiga.
- Voy al baño. - Le digo a Lucas cuando la naturaleza llama.
Sigo las indicaciones que me da Lucas, mientras empujo cuerpos sudorosos que me impiden llegar a mi destino. El baño más cercano está cerca de las escaleras y es allí donde termino. Al entrar me sorprende lo grande y lujoso que es. Este baño es más grande que mi habitación. Cuando terminó de hacer mis necesidades, abro la puerta y me encuentro con Molina apoyado en la pared de enfrente.
Luce tan atractivo que me quedo sin aliento al verlo. Lleva un pantalón negro y una camisa negra que se ajusta perfectamente a su tonificado cuerpo, su look sexy lo completa con el cabello alborotado y la misma barba de ayer. En su mano derecha lleva un vaso rojo, como casi todos aquí, lo que significa que ha estado bebiendo. Los ojos verdes de Martín me miran con tanta intensidad que se me eriza la piel y me pierdo por un breve instante en su mirada. El suspiro que larga me saca de mi trance. Es mi oportunidad de hablar con él. Me acerco tímidamente a él, que despega su espalda de la pared y da un paso hacia a mí.
- Hola. - Lo saludo con nerviosismo. Mi corazón parece estar a punto de salirse de mi pecho en cualquier momento.
- ¿Te estás divirtiendo? ¿La estás pasando bien hablando con el ñoño de Lucas? - Sus palabras están cargadas de cierto reproche y desprecio, pero no las arrastra, lo que me hace pensar que no está tan borracho como creo. ¿Acaso está celoso?
- ¿Qué? - No me gusta su tono de voz.
- Eso... Parece que te diviertes mucho en compañía del idiota de Fernández - Está enojado\, es evidente.
Pero no sé por qué esta enojado, no lo he visto en toda la fiesta y ahora se me acerca y me habla de esta manera, la cual no me gusta.
- Primero no lo insultes\, él no te hizo nada. Y segundo sí\, estaba disfrutando de hablar y pasar el rato con un amigo. - Mi voz refleja lo molesta que estoy ahora mismo. Mientras que su rostro se contrae de… odio, enojo… ¿Qué le pasa?
- O sea que el idiota de Fernández puede ser tu amigo\, se puede acercar a ti. Tus ojos pueden ser suyos al igual que tu voz. Mientras que a mí no me crees nada\, no me crees cuando te digo que me gustas\, que me vuelves loco\, que te tengo en mi mente todo el puto tiempo. - Sueña dolido y mi corazón se encoje. - ¿Él si te gusta? ¿Por eso me rechazas? - ¿Qué? - ¡Respóndeme! - Grita mientras tira el vaso al piso y me sobresalto.
Nunca lo había visto así, tan enojado y gritando. No me gusta que me grite. ¿Qué pasó con el Martín tierno que me dijo que le gustaba y que quería cambiar para ser el chico del que me pueda enamorar? Este Martín no me gusta. Debería alejarme de él y volver con Lucas.
- Ludo… ¿Estas bien? - La voz preocupada de Lucas hace que tanto Martín como yo giremos nuestras cabezas hacia él. Martín lo asesina con la mirada y da un paso en su dirección.
- Vete. ¿No ves que estamos teniendo una conversión privada? - Le escupe furioso pero Lucas ni se espanta\, sino que pasa de él y busca mis ojos.
- ¿Ludo? - Me llama pero las palabras no me salen. Mis cuerdas vocales reaccionan dando un pequeño grito cuando mis ojos ven que Martín toma furiosamente a Lucas por su camisa.
- Ella está hablando conmigo y tú sobras aquí. - Le dice entre dientes y con rabia. Mi cuerpo finalmente reacciona y me interpongo entre los dos empujando el pecho de Martín para que se alejar de Lucas.
- Basta. - Siseo entre dientes. Puedo sentir como los dos se desafían con sus miradas. Lucas se atreve a poner sus manos en mis hombros y lentamente suelto a Martín para girarme hacia mí amigo.
- ¿Estás bien? - Me pregunta con genuina preocupación.
No veo lo que hace Martín, solo escucho el estruendo de su puño chocando con la pared lo que me hace sobresaltarme y girarme para ver si está bien, pero solo veo como su espalda se aleja de mí y desaparece por la puerta que lleva a un patio trasero. Suspiro y me giro de nuevo hacia Lucas.
- Estoy bien Lucas. No me hizo nada. - No sé porque\, pero tengo la necesidad de defender a Molina a pesar de todo.
- Siento entrometerme pero parecía bastante alterado. - Asiento y me vuelvo a girar hacia la puerta que lleva al patio. - ¿Pasa algo entre ustedes dos? - Me giro y no sé qué contestarle\, solo se me ocurre decirle que es complicado.
Lucas asiente compresivamente y después le ruego que no diga nada de lo que ha visto, algo innecesario de pedir, porque sé que él no contaría nada, igualmente me asegura que no dirá nada.
- ¿Regresamos a la sala? - Me pregunta y debería decirle que sí y alejarme de Molina\, pero no puedo. Quiero hablar con él\, algo dentro de mí me dice que vaya tras él. Lucas nota mi vacilación y asiente. - Vas a ir tras él. - Es una afirmación comprensiva y asiento.
Antes de irme, Lucas me pide que lo llame si necesito algo y le prometo hacerlo. Después me apresuro a salir por la puerta que da al patio en busca de Martín. No me gustó la forma en la que me hablo, tampoco entiendo porque se puso así. ¿Si me vio en la fiesta porque no se acercó? Había tomado una decisión, pero la actitud de recién, me hace dudar. Tal vez me equivoque al pensar en darle una oportunidad.
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Bella Mark
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Updated 32 Episodes
Comments
AMANECER
😳 creo no le fue tambien anoche como presumia
2024-03-23
1
MALÚ 2834
😤😤😤😤😤👊👊👊👊👊🖕🖕🖕🖕🖕
2024-02-29
0
MALÚ 2834
Joder,,que tía más floja y perra,,,no puede ni planchar un puñetero vestido,será mugrosa,,aaaaaahh,,no puedo con esto 😡😡😡😡😡😡😡
2024-02-29
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