CAPÍTULO 16 - HABLAR

LUDOVICA

Ya han pasado tres días desde que Soledad y los M.ET.A me humillaron frente a toda la escuela. La primera noche me pasé llorando mientras veía una y otra y otra vez un estúpido vídeo que Soledad y su séquito de idiotas grabaron y subieron a Internet. Fue desgarrador ver como resaltan algunas partes de mi humillación. El martes por la noche el vídeo ya no estaba, pero ya se había hecho viral y mis compañeros se encargaron de seguir burlándose de mí por mensajes, aunque esos también se detuvieron en poco tiempo.

Si Carla vio el vídeo o no, no me lo comento. De hecho se dedicó a ignorarme la gran parte del tiempo en el que ambas estábamos en casa. Por suerte, Leticia no se hizo eco del vídeo, ni de mi humillación, sinceramente no quiero pensar en lo que podría haberme hecho o dicho que terminara de desgarrarme el alma.

Aún me cuesta creer que Martín haya jugado así conmigo. Me siento una idiota al haberle creído. Dude tanto en creerle y cuando lo hice, él sólo me rompió el corazón. Ahora mismo me duele demasiado haber creído en sus palabras bonitas, en sus besos, en sus caricias, en sus abrazos, en sus sonrisas y en los sentimientos que profesaba por mí. Odio haberme dejado llevar por mis fantasías de estar con el chico de mis sueños, odio haber bajado la guardia y todo por… una perversa y maldita apuesta.

Me limpio las lágrimas que caen por mis mejillas, y me limpio la nariz. Me peino mi cabello para después terminar de arreglar el uniforme azul de la escuela. Suspiro al contemplar mi aspecto, no me veo mal, pero se nota que estoy triste y que he llorado, mis ojos y mi nariz me delatan. Tomo mi mochila y mi chaqueta para bajar a la cocina. Dejo el desayuno de Leticia preparado y antes de volver a encontrarme con Carla para acompañarme a la escuela, huyó de ahí.

Ayer, mi prima me acompañó a la escuela… o más bien caminamos por el mismo camino ignorándonos mutuamente. En un momento la perdí de vista y al siguiente la vi hablando con mi nov… con Martín. Mi prima no se da por vencida. Supongo que ahora que la apuesta ha sido develada, tanto él como Carla tienen vía libre para estar juntos… o volver a acostarse.

Pensé que él no se iba a acercar a mí, no he respondido sus mensajes, ni sus llamadas de ayer, hasta bloquee su número, además, Belu se encargó de que no se acercara a mí, pero nada de eso bastó. No sólo porque podía sentir sus ojos verdes en mi todo el tiempo, sino porque al final de gimnasia, Martin se acercó a mí e hizo que mi corazón volviera a latir. Y odie eso, porque se supone que debo odiarlo, no sentir… amor por él.

Me descoloco verlo y tenerlo tan cerca. Casi flaqueo cuando me chantajeo para que lo escuchara y debo admitir que una parte de mí quiere escuchar su explicación y la otra, teme escuchar más mentiras de su boca. Lo único que tuve valor de decirle fue que lo escucharía cuando estuviera lista para ello. Además, me preocupaba que asistiera al entrenamiento, sin querer oí a Eric contarle a Tomás que Martín fue regañado por el entrenador y que se emborrachó. No me gusto saber eso, el básquet es importante para él y odie que se haya emborrachado, podría haberle pasado cualquier cosa.

Sé que no debería preocuparme por él… pero no puedo evitarlo. Martín aún tiene un lugar importante en mi corazón y aún me hace sentir. Como, el ejército de mariposas que azotaron mi vientre cuando mencionó que aún seguía siendo su novia. Pero no lo somos, ya no.

Cuando llegó al “Bristol School” trató de no ver si Martín y sus amigos están en el estacionamiento y fracasó en el intento. Sus intensos ojos verdes me llaman y giró la mirada para encontrarme con ellos. Su mirada está apagada y por un breve instante le sostengo la mirada y cuando se me hace demasiado doloroso mirarlo, aparto mis ojos de él. Dentro de la escuela soy recibida por mis amigos, Belu y Lucas. Mi mejor amiga, odia a Soledad, a los M.ET.A y a mi ex novio y no limita a la hora de hacérmelo saber, además está siendo muy protectora conmigo y evita que Martín se acerque a mí. Lucas, es un gran amigo, el día que sucedió todo me abrazó y me dijo que estaría para mí porque soy su amiga. Me alegra contar con ellos, hacen esto más llevadero.

A lo largo del día se me hace difícil que mis ojos no busquen los suyos y cada vez que nuestras miradas chocan, él ya está mirándome. Quisiera que lo de la apuesta jamás hubiera pasado y que nuestra relación fuera de verdad.

Durante el segundo receso una notificación llega a mi mail, lo consulto y es la calificación de la tarea de historia: “Garibaldi, Molina: 10 (diez)”. El pecho se me llena de orgullo e inmediatamente mis ojos buscan a Martín para compartir mi alegría, nuestra alegría… pero recordé que no puedo correr hasta él para festejar nuestra calificación. Inmediatamente bajó la vista a mi celular.

Cuando el día termina, salgo del colegio acompañada por Belu y Lucas. Mi mejor amiga se disculpa por tener que irse deprisa y se despide rápidamente de nosotros. Observo detenidamente como ella y Lucas comparten un tímido abrazo y sonrió sin que me vean. Luego de que Belu se va corriendo, Lucas y yo nos dirigimos al estacionamiento y trato de ignorar las risas y las burlas murmuradas de todo el colegio. Réplicas de ser humillada en público.

La directora me llamó ayer y se mostró dispuesta a tomar acciones contra Soledad y los M.ET.A, pero no le vi el caso hacerlo. ¿De que serviría? Yo tendría que lidiar con las consecuencias de eso, y ellos pueden tapar sus mierdas con dinero. Estoy tan pérdida en mis pensamientos que no me fijo por donde camino y terminó chocando con un sólido pecho. Su calor y su aroma me golpean fuerte. Levantó la vista para encontrarme con los profundos ojos verdes de Martín.

- ¿Estás bien Ludo? - Me pregunta Lucas que está a mi lado y siento su mano en mi espalda. Trago fuerte y me obligó a apartar la mirada de Martín.

- Sí\, estoy bie…

- No la toques. - Ruge Martín mientras coloca sus manos en mis hombros y me aleja de Lucas.

Permito que me aleje unos cuantos pasos de Lucas, porque no quiero armar un escándalo, pero cuando siento que su toque me queme me zafo de su agarre. Sus ojos cansados se tiñen de dolor cuando me alejo de él. Estoy por hablar pero él se me adelanta.

- ¿Te llegó la calificación de historia? Obtuvimos un 10. - Su ronca voz está teñida de orgullo y felicidad y mi maldito corazón se agita.

- Sí\, lo sé. - Mi voz sale firme aunque por dentro tengo un ejército de mariposas revoloteando en mi estómago.

Hablar con él me cuesta mucho, puede que diga que no quiero verlo o escucharlo, pero sólo con sentir su cercanía, su olor, oír su voz, sentir su tacto, ver sus ojitos… todo, me hace flaquear porque me enamore profundamente de él.

- Es mi primer 10 en esa materia… y es gracias a ti. - Sonríe levemente y desearía que no lo hiciera\, su sonrisa es mi debilidad.

- No tienes que agradecerme\, la tarea la hicimos los dos. - Por un breve instante el silencio fluye entre nosotros. Cuando siento que no vamos a hablar más intento irme pero su voz me detiene.

- Estas hermosa\, Ludo. - Cierro los ojos porque me duele el pecho. - Y te extraño.

- Martín\, no. - Le suplico y niego con la cabeza para que no diga nada más.

- Por favor Ludo\, hablemos. Yo también la estoy pasando mal. - Cierro los ojos y siento que su mano encuentras la mía. - Por favor\, amor mío\, hablem…. - Abro los ojos y doy un paso atrás al escuchar que me llama “amor mío”.

- Ludo… Creo que deberíamos irnos. - La voz de Lucas me saca de mi shock y aparto mis ojos y mi mano de Martín.

- Si\, tienes razón. - Coincido con mi amigo que no se acobarda antes la mirada asesina de mi ex novio. Doy un paso en dirección a Lucas\, pero Martín me detiene tomándome suavemente del brazo.

- ¿Por qué te vas con él? - Demanda desesperado.

- Martín\, suéltame. - Le pido suavemente. Pero él se niega a dejarme ir.

- No me hagas esto… ¿Por qué te vas con él? - Vuelve a preguntar desesperado.

- Es mejor que la sueltes Martín. - Le advierte Lucas y Martín lo fulmina con la mirada. Me suelta y se interpone entre los dos tapándome con su cuerpo.

- Estoy hablando con mi novia\, no contigo. - Le escupe furioso.

- No es tu novia. - Le corrige Lucas y Martín ruge dando un paso hacía el rubio que no le tiene miedo.

- No. Martín. - Me interpongo entre ellos y empujo a Martín un paso atrás. Sus ojos se conectan con los míos y puedo ver la desesperación en ellos. Por alguna razón necesito tranquilizarlo. - Voy con Lucas a su casa para darle clases a su hermanito antes del trabajo.

El cuerpo de Martín se relaja y asiente, pero no aparta sus ojos de mí. Sube su mano hasta mi cabello y coloca un mechón detrás de mi oreja, sus dedos rozan levemente mi mejilla y me estremezco. Dejó de respirar cuando se inclina sobre mí y deja un tierno beso en mi mejilla, muy cerca de mi boca. Lentamente sus labios sube a mi oído y su aliento me eriza la piel.

- Si eres mi novia. Sólo mía. Y voy a luchar para que me perdones. - Se separa de mí para darme una última mirada intensa y lo veo entrar de nuevo al colegio. Me alegra saber que se queda al entrenamiento.

Suelto el aire que estaba conteniendo y me giro para ver a Lucas que me pregunta si estoy bien. Asiento sin ser capaz de hablar y en silencio nos ponemos en marcha caminando hasta el auto de la familia de Lucas, su chófer nos abre la puerta y subimos.

En la casa de Lucas me obligo a concentrarme en su hermanito y en sus lecciones de lengua. Por suerte, el pequeño es tan simpático e inteligente que hace fácil el trabajo de enseñarle. Además es tan lindo y ocurrente que por unas horas me ha robado varias sonrisas con sus historias. Darle clases al hermanito de mi amigo fue una grata distracción de todo mi drama.

Luego de dos horas, el chofer de Lucas me deja cerca de mi casa y me apresuro a llegar a mi hogar sintiendo el miedo recorrer mi cuerpo. Si Leticia está en casa estoy segura de que va a castigarme por llegar tarde. El alivio fluye por mis venas al no tener noticias de ella cuando entró a la cocina y la encuentro vacía, sin lista de tareas. Esto es raro. Me giro y suelto un grito al encontrarme con Carla y sus fríos ojos negros.

- ¿Quién es la novia de Martín? - Me pregunta duramente. No vio el vídeo.

- N-no s-sé. - Tartamudeo. - No hablo con Martín. - Miento.

Carla me observa con frialdad y no logro distinguir lo que piensa en realidad. ¿Esto es una prueba? ¿Vio el video? ¿De verdad no sabe quién es la novia de Martín? Era la novia de Martín.

- De verdad espero que no sepas\, porque si me has ocultado esa información\, lo vas a pagar. - Me amenaza y gira sobre sus talones para abandonar la cocina.

Carla abandona la cocina y largo el aire que estaba conteniendo. Su amenaza me produce un pequeño escalofrío, pero no dejo que mi mente formule escenarios horribles de lo que Carla puede llegar a hacerme si sabe quién soy, quién fui, en la vida de Martín. Alejo esos pensamientos y me apresuro a adelantar algunas cosas para la cena y después me voy a trabajar. Mientras menos vea a Carla o a Leticia, mejor para mí.

De camino a mi trabajo, y cuando estoy llegando a "El Club" mi estómago se agita de pensar en volver a encontrarme con él.  Lo cierto es que él frecuenta mucho "El Club" y no sería descabellado encontrarme con él. Espero que eso no suceda porque no se si podría soportar estar cerca de él y no flaquear, por más enojada que esté.

Por la noche, y luego de cenar en una calma bastante inquietante, me ducho, me visto con mi pijama, hago mi tarea en la cama, pero mis pensamientos viajan a Martín. Tenía demasiadas ilusiones con él, nos imaginé estudiando juntos en la biblioteca mientras nos robábamos besos, nos imaginé paseando tomados de la mano, nos imaginé teniendo más citas… me imaginé una película que no era verdad.

En un momento de debilidad, desbloqueo su número y un mensaje me llega poniendo mi corazón a latir frenéticamente.

Chat - MARTÍN

Martín: Te extraño mucho novia mía. Siento haberte hecho daño, si tan sólo me dejaras explicarte…

Martín: Ludo?

Martín: Hermosa, habla conmigo… por favor.

Salgo del chat dejándolo en visto y bloqueo el celular, lo aparto de mi y me concentro en mi tarea. Al cabo de una hora, guardo todo y me acuesto, me acomodo para dormir cuando mi celular vuelve a sonar. Lo tomó y lo revisó, es un mensaje de él. Leo el mensaje desde la barra de notificaciones.

Martín: Buenas noches novia mía. Recuerda que te extraño y te pienso.

Un maldito ejército de mariposas revolotean en mi vientre y las obligó a detenerse. Dejó el celular en mi mesa de luz y cierro los ojos intentando dormir. Sin embargo, en mi cabeza sólo está el pensamiento de que también extraño a Martín.

***

El viernes cuando veo a Martín en la escuela, todo mi enojo y decepción empieza a flaquear considerablemente. Sobre todo cuando el chico coloradito, al que los M.E.T.A llaman "Fosforito". me entrega por segundo día consecutivo mis golosinas favoritas con una pequeña notita escrita por Martín.

La notita de ayer decía: "Hola novia mía, estás preciosa. Te lo diría en persona pero tus guardaespaldas no me dejan acercarme a ti. Así que me queda conformarme con verte de lejos. No olvides que te echo de menos. Tu novio, Martín".

Acepto las golosinas y la notita, pero me obligó a no buscarlo con la mirada por el patio. En vez de eso, leo la notita de hoy.

"Hermosa novia mía, me gusta mucho como llevas el cabello hoy. Desearía poder acariciarlo. Espero con ansias el día que quieras escucharme. No olvides que te echo de menos. Tu novio, Martín".

Encima de idiota también se ha vuelto cursi. - Resopla Belu y reprimo la sonrisa tonta que amenaza con asomarse en los labios al leer las palabras de Martín por segunda vez.

Si. - Susurro mientras guardo todo en la chaqueta del uniforme.

En el segundo receso, busco a Martín por el patio, pero no lo veo por ningún lado. Belu me arrastra hasta un banco vacío y se queja de que Lucas se haya quedado estudiando. Sonrío porque hasta hace unos días ella ni siquiera reparaba en el rubio de gafas. Mientras hablamos, el chico coloradito se acerca a nosotras y me vuelve a entregar otro paquete de mis golosinas favoritas junto con otra notita y se va. Sin perder tiempo leo la nota.

"Novia mía, mañana es el primer partido de la temporada y se juega en nuestra escuela… Sé que no tengo derecho de pedírtelo, pero me haría demasiado feliz que asistieras. Estoy seguro que verte en la tribuna me hará jugar mejor. Jugaría por ti, amor mío. No olvides que te echo mucho, mucho, mucho de menos. Tu ansioso novio, Martín".

Siento que el corazón se me va a salir del pecho y suelto un pequeño suspiro soñador cuando terminó de leer la notita. Me ha vuelto a decir “amor mío”.

- No puedes suspirar así\, Ludovica. - Me regaña Belu y la observó con culpa. No puedo evitar suspirar\, mi corazón aún está enamorado de Martín. - Dios\, vas a perdonarlo.

- Nunca he dicho eso. Es más no he dicho nada.

- Pero tus ojos hablan por ti. - Belu coloca sus manos sobre mis hombros y fija sus ojos color miel en los míos. - No seas débil\, Ludo. ¿Y si ese idiota te vuelve a mentir? Ya evitaste que lo golpeara una vez\, no creo poder resistirme otra vez si te vuelve a lastimar.

- Mi amigo no es idiota y no va a mentirle a Ludovica. - La voz de Eric nos hace dar un pequeño respingo y reparó en que el pelinegro se ha sentado al lado de mi mejor amiga pasando un brazo por los hombros de ella.

- ¡Iugh\, no me toques con esas manos promiscuas! - Belu se sacude el brazo de Eric y lo fulmina con la mirada. Él le sonríe y ella se acerca más a mi y se cruza de brazos enfadada. - Y tu amigo sí es idiota.

. ¿Quién es idiota? - La voz de Tomás me llega por el costado, me giro y me lo encuentro sentado a mi lado decorando un paquete de papas fritas. ¿De dónde salió?

- ¿Y el otro cuando aparece? - Pregunta irritada Belu\, refiriéndose a Alejandro. La verdad es que no he visto al castaño con ellos está semana.

- No va a aparecer. - Responde Eric fríamente. - Como sea\, estamos aquí para hablar con Ludovica.

- ¿Por qué? ¿Qué quieren? ¿Qué van a hacerme? - Pregunto con miedo y siento como Belu se tensa y coloca una de sus manos en mi brazo de manera protectora.

- Nada. Eres una novia M.E.T.A - Comenta tranquilamente Tomás mentiras se lleva una papa a la boca. ¿Una qué?

- ¿Una qué? - Pregunta Belu confundida. Ninguno de los dos chicos le responde\, en cambio\, Eric se pone de pie y se detiene frente a mí clavando sus ojos negros sobre mis ojos verdes.

- Ludovica\, Martín es nuestro mejor amigo. La cagamos con la apuesta\, de hecho fue mi idea y te pido disculpas por eso. No teníamos ni idea de los sentimientos que Martín tenía por ti\, sino jamás hubiera propuesto la apuesta.

- Somos unos cabrones\, pero no jodemos a nuestros amigos. - Comenta Tomás.

- Exacto. Martín está enamorado de ti. De hecho dejó la apuesta cuando te pidió ser su novia. Y ahora no para de lamentarse por haberte perdido y… es molesto.

- Por lo que decidimos intervenir y pedirte que lo perdones y vuelvas con él. - Agrega Tomás que sigue devorando papas fritas. ¿Es que ese paquete es infinito?

- Mañana es su partido de básquet. Y sé que no tenemos derecho a pedirte que aceptes su invitación\, pero nos

arriesgamos a pedírtelo. Ven a verlo jugar y hablen después del juego. Escúchale y si después de eso no quieres estar con él, bueno… - Se encoge de hombros sin terminar la frase. Maldita sea, no me lo están poniendo fácil rechazar la invitación.

- Durante el partido te vamos a cuidar. El primero que comenté algo fuera de lugar\, recibe un puñetazo de nosotros. - Abro los ojos ante las palabras de Tomás. Pensé que él era el más pacífico de los cuatro.

- Está en tus manos Ludovica. - Eric posa sus ojos en Belu. - Tú también estás invitada\, tiene un lugar guardado a mi lado. - Eric le guiña el ojo y ella rueda sus ojos y hace una mueca de asco.

- Prefiero tomar veneno y morirme antes de sentarme junto a ti.

Eric se ríe y cuando su amigo se pone de pie, ambos se despiden de nosotras con un "Bye lindas" y una pequeña reverencia. Raro.

- ¿Qué carajo fue todo eso? - Pregunta Belu confundida después de que los dos chicos desaparezcan de nuestras vistas.

- Ni idea. - Susurro.

El resto del día, no volví a hablar con los M.E.T.A, ni a ver a Martín, está entrenando para el juego de mañana. Mi mente no estaba en las clases sino en las notas de Martín y en las palabras de sus amigos. ¿Será que Martín está verdaderamente enamorado de mí? Podría escuchar lo que quiere decirme y después… decidir si perdonarlo u olvidarme de él. A quién quiero engañar, nunca podría olvidarme de él. ¿Qué debería hacer?

Para cuando llegó al trabajo, mi mente no está  en calma. Sigo pensando en Martín. No quiero que le vaya mal por no asistir a su juego. Eso es ridículo, no creo ser tan impactante para él… o sí? Ay, no sé.

Cuando mi turno llega a su fin, aún no he tomado una decisión. ¿Debería ir al juego o no? Podría asistir al juego, ya que Leticia no va a estar en casa. Sinceramente, ella está rara. Está calmada y eso asusta. Hace días que no me ha pegado o gritado y se la pasa pegada a su celular, sonriendo, lo que es espeluznante. Sólo tendría que lidiar con Carla.

- Está es tu paga Ludovica. - La voz de mi jefe me trae a la realidad.

- Gracias Fabián. - Recibo el sobre con el dinero\, parece bastante.

- Lo estás haciendo bien Ludo. He recibido buenas críticas de los comensales sobre ti. - Eso me hace sentir orgullosa de mi trabajo. - Ya puedes irte\, ve con cuidado. - Me despido de él y salgo del restaurante.

Camino medianamente rápido, pero sumergida en mis pensamientos. Mi mente y mi corazón se complotan contra mí y me hacen revivir cada segundo al lado de Martín. Todo se sentía tan real, tan auténtico, tan natural… ¿Cómo pudo ser todo una maldita apuesta? Tiene que haber algo que no sé. Además, que tan malo puede ser escuchar su explicación, así podría salir de mis dudas y cerrar el tema de una vez por todas. Suspiro fuerte y decido asistir al juego de mañana. Saco mi móvil y le envío un mensaje con mi decisión.

Chat - BELU

Ludovica: Belu... he decido asistir al juego de mañana. Me acompañas? Por fi!

Belu: Lo sabía!

Belu: Claro que te acompaño, amiga. Pero te advierto que pienso llevar mi gas pimienta. Si te miente otra vez le rocío su estúpida cara con el gas.

Ludovica: Hecho!

Belu: Bien, nos vemos mañana en la entrada del colegio.

Espero no equivocarme con mi decisión. Espero que Martín no me decepcione otra vez, no creo poder soportarlo.

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Bella Mark

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Comments

AMANECER

AMANECER

😳❤️❤️💥

2024-03-25

1

AMANECER

AMANECER

jaja🤭🤭🥰

2024-03-25

0

Carol V 🌻

Carol V 🌻

los F4 que lindos son en tratar de proteger a Ludovica 😍

2023-10-07

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