CAPITULO XIII CONOCIENDO A LOS HIJOS DE ARMANDO

VICTORIA

Después de aquella cena que tuve con Armando, a pesar de que la pasamos cordialmente bien, no le he aceptado ninguna otra invitación, él me parece algo, no, corrijo, algo no, bastante intenso, y ya suficiente tengo con verlo en casa, y en la empresa por esas absurdas visitas que debo hacer cada tanto para mantener el papel de novia cálida, y él además de todo es muy abusador, no hace sino querer estarme besando cada vez que le provoca con la excusa de aparentar que somos la pareja ideal. Y bueno, como besa tan exquisitamente, yo no he podido negarme a ninguno de sus besos, y eso me molesta.

No sé cómo explicar esto, tampoco lo entiendo mucho ni yo misma, porque creo tener bien clara mi postura hacia él, lo cierto es que me gustan mucho sus besos, pero no él, es complicado sí, lo sé, pero es así, disfruto demasiado cuando me besa, pero eso es por el simple acto de besar nada más, independientemente de que no me atraiga, los disfruto simplemente por el placer físico que me proporciona, no porque haya atracción emocional o romántica, no siento nada por él, tampoco lo quiero sentir y no hay razón para ponerle tanto discernimiento a esto. ¡Así que mejor lo dejo hasta allí!

Y por las dudas, me niego a seguir con ello de manera tan continua, porque también soy consciente de que los besos generan sentimientos y con lo largo y profundos que son los de él, no quiero correr riesgo. Me niego a enamorarme o encapricharme con alguien y luego tener que pasar nuevamente por semejante dolor. Además de que a veces siento que él está muy emocionado conmigo y yo no tengo intención de que se haga ilusiones y menos me quiera imponer sus sentimientos, ruego porque nada de eso pase.

La boda quedó pautada para dentro de un mes, ¡Dios mío! Jamás imaginé amarrarme a alguien solo para salvar la empresa de mi padre, lo peor es que ya no me puedo echar para atrás, primero; firmé un contrato que muy bien debo cumplir, y segundo; él ya está instalado resolviendo los males de la empresa, así que en definitiva si o si debo mantener mi palabra y cumplir mi parte para que todo siga fluyendo allí, así como la mejoría que va teniendo mi padre con su tratamiento.

Hoy voy a conocer a sus hijos… tampoco jamás me imaginé ser madrastra, y ahora heme aquí, con 28 años madrastra de tres, ¡increíble! Pero bueno, espero que los chicos sean por lo menos un poco más simpáticos que el padre.

Estoy culminando mi jornada en el hospital, han sido días duros más que nada por el fastidio de tener como perro faldero a David y los comentarios que ya circulan por su culpa por los pasillos de que él y yo tenemos algo. Nada más lejos de la verdad, no me volvería a fijar en él, o por lo menos no volvería a caer en sus redes, ni aunque fuera el ultimo hombre en el desierto, si él fuera consciente del desprecio que siento por él por su falta de hombría en todo el sentido de la palabra, no se atrevería siguiera a acercarse, pero claro, eso es mucho pedir en él, que no es más que un aprovechado e hipócrita.

Termino de cambiar mi uniforme y escucho mi sonar mi celular, me acerco a revisarlo y es un mensaje de Armando. Elevo una ceja al leerlo;

 Hola preciosa, pasaré por ti, debemos concertar lo que le diremos a los muchachos.

Hola preciosa… hasta allí iba bien, pero ya luego lo típico de él ordenar e imponer, VOY POR TI, sin derecho a réplica, no tiene por qué hacerlo, bien podemos encontrarnos en cualquier lugar antes. ¡Ay Armando tú y tus imposiciones! Ni modo, ahora mismo no tengo ni fuerzas para discutir con él.

Voy saliendo del hospital y veo a David a lo lejos e intento acelerar el paso para que no me vea, pero como mi mala suerte no me abandona, se volteó y me vio; sin embargo, seguí avanzando con el mismo ímpetu, hasta que lo escuché casi gritarme mientras literalmente corría por todo el lugar para alcanzarme, subí los ojos al cielo y me detuve. Y él siempre con su actitud de rebuscado queriendo ser el centro de atención.

Mientras me hablaba todo baboso, yo lo miraba fijamente, ni siguiera estaba escuchando lo que me decía, solo lo miraba y me reclamaba internamente en serio, mi mala decisión en el pasado; ¿Qué carajos le vi yo a este ser? Ciertamente es guapo físicamente, es de hecho lo único que tiene, porque su conducta e intelecto deja mucho que desear y si es así ahorita, también lo era antes ¿Entonces cómo me fui a fijar tan estúpidamente en él? estoy tan ensimismada en mis cavilaciones que además de no entender nada de lo que este me decía, tampoco me fijé que se acercaba Armando, hasta que lo escuché llamarme con un tono que me alertó de un modo extraño.

Volteé a mirar desde donde venia la voz y vi a ese hombre extremadamente imponente y dominante dirigirse como un ogro hasta donde estaba, tenía la mandíbula totalmente tensa, se notaba que estaba haciendo un gran esfuerzo por contener la rabia, se veía sumamente impresionante, pero a la vez alarmante. Su postura me hizo saber lo molesto que estaba y no entendí la razón por la que me inquieté tanto.

Él nada más llegar a mi lado lo tomé del brazo y traté de alejarlo de David, no lo sé, tal vez porque no quería que aquel complicara las cosas con sus comentarios fuera de lugar, que fue justamente lo que hizo pero también gracias a la actitud de macho dominante de Armando, que queriendo marcar territorio me tomo como muñeca de trapo y me besó, con esos besos suyos que a veces parecieran interminables, me gustan si, pero también me gustaría estrellarle una de mis manos en la cara.

No tiene que estarle demostrando nada a ese imbécil de David, pude notar la lucha de poder entre ambos, dos tontos desubicados, uno más que otro, pero en definitiva, a ninguno de los dos le pertenezco. Me molestó la actitud de Armando sobre todo que me estuviera amenazando con lo de la firma del contrato y toda esa porquería de no hacerlo quedar como un cornudo, nunca he tenido intención de hacer eso, no entiendo cuál es su problema.

Sin embargo, la actitud que más me fastidió fue la de David, primero; queriendo hablar más de la cuenta de un tema que no tiene ni moral para mencionar, y segundo; tratando de hacer sentir a Armando como un viejo ¿Qué le pasa a ese imbécil? ¿Qué acaso no ve la diferencia entre ellos dos? En personalidad y madurez hay un trecho bastante largo, y es cierto que Armando es mayor, pero toda su postura es de un hombre formidable, no de un petulante mequetrefe como él.

Armando es más apuesto en todos los sentidos, más alto, más fornido, hasta más atractivo, sus ojos son de un tono Marrón muy llamativo e intenso como todo él, y sus labios, sus labios son muy sensuales, provocativos, y… ¿Pero que me pasa? ¿Qué hago yo comparando a estos dos? Ninguno de los dos me gusta, y no tengo por qué estar haciendo diferencia entre ellos, me molesta tanto esta situación.

Furiosa más conmigo misma que con ellos, le exijo a Armando irnos, y él queriendo seguir demostrándome su poderío de macho, me volvió a besar, bueno, más que un beso fue un castigo, fue muy brusco y me irrito sobre todo que quiera imponerse. Este es un matrimonio bastante falso, y no voy a permitir que él se crea con el derecho de dominarme.

Nos fuimos a su casa, en casi todo el camino decidí no dirigirle la palabra. Hasta que el siguió insistiendo con el tema de David.

. – Debo suponer que él va a representar un inconveniente para nosotros?

Lo miré extrañada…

. – No hay un nosotros, no te confundas Armando. Esto – le digo señalándonos a ambos con el dedo – ¡No es más que un acuerdo, así que por favor bájale dos!

Pude percibir una leve desilusión en su mirada, pero es mejor ser claros de una vez.

. – Sí, tienes razón, aunque igual es un acuerdo que debes respetar, no quiero que tu enamorado nos vaya a crear problemas más adelante, así que te sugiero que lo resuelvas.

. – ¡No hay nada que resolver, puedes estar tranquilo!

Me miró, luego nuevamente mantuvo su atención en la vía pero estaba inquieto, lo noté en la forma como apretaba el volante.

. – ¿Te puedo preguntar algo?

Lo miré de nuevo, y supe que su inquietud seguía siendo David sin necesidad de que lo expresara. La curiosidad lo está matando. ¡Pero no estoy dispuesta a hablar de eso menos con él!

. – ¡Si no tiene que ver con David, puedes hacerlo!

. – David… - Lo escuché repetir su nombre, y por supuesto no le hizo caso a la advertencia que le di, de no hablar de él – ¿Él fue tu pareja verdad? ¿Aún lo amas?

A mi parecer, su voz sonó afligida…

. – Armando… – le advertí nuevamente para que dejara el tema donde está, muerto y enterrado.

. – ¡No tienes que esconder lo que sientes, te puedo asegurar con certeza que es bastante malo para el alma!

¡Dios mío que hombre tan terco! Pero tiene razón, antes oculté tanto mi dolor que la carga era peor. Giré la cabeza y miré por la ventanilla, dispuesta a no hablar más.

Victoria se negaba a hablar de sus sentimientos con Armando y más aun de su penoso pasado. Él por su parte, la miraba y se sentía apesadumbrado, asumiendo que ella aún amaba a ese hombre, que entendió fue aquel que la abandonó y la hizo sufrir hace unos años atras cuando él la perdió de vista.

Ninguno de los dos volvió a hablar hasta que Armando rompió el silencio nuevamente cuando estaban frente a su casa.

. – Victoria, mis hijos asumen que estas locamente enamorada de mí, por favor intenta hacer tu mejor actuación – le pidió Armando bastante contrariado, esperando que sus hijos no fueran a notar su verdadero estado de ánimo.

. – ¡Por supuesto! -Para Victoria esto era bastante agotador, pero debían seguir con el show.

Allí en el auto hablaron un poco de lo que iban a sostener delante de los muchachos si llegasen a volverse curiosos más de la cuenta.

. – ¡Vamos, es hora! – Armando salió de auto y se dirigió hasta donde ya estaba Victoria saliendo, le extendió la mano y ella la aceptó, cuando llegaron a la puerta y Armando iba a abrir, ella lo detuvo.

. – ¡Por favor espera! – le dijo con algo de ansiedad, él notó lo nerviosa que estaba y se acercó para abrazarla, Victoria aceptó su gesto y apoyó su frente en el pecho de él, ambos suspiraron y Armando por el rabillo del ojo observo tres pares más mirando desde la ventana. Y tal vez Victoria se iba a molestar pero no le quedaba otra que actuar. Él colocó ambas manos en cada lado de su cabeza y la levantó, se miraron y al no ver resistencia inclinó su cabeza para encontrar sus labios, que unió al principio con suavidad pero que luego se fue intensificando. Ella también aceptó su beso como lo hizo anteriormente con su abrazo, porque sencillamente lo necesitaba.

Se separaron además de por la falta de aire, porque el beso estaba tomando otro nivel, exigiendo más que el contacto de sus labios y el roces de sus lenguas.

. – ¡Dios Victoria! – Le dijo Armando pegando sus frentes y respirando con dificultad, en estos momentos era cuando el más necesidad sentía de decirle cuánto la amaba. Ella por su parte estaba extasiada y muy confundida.

. – ¡Entremos! - le dijo Armando y así lo hicieron, dentro estaban sus hijos igual de colorados que ellos, porque no se perdieron nada del espectáculo. La primera en hablar fue la expresiva Génesis.

. – ¡Victoria eres más hermosa en persona! – Victoria levantó la ceja, preguntándose dónde se supone la ha visto ella, la chica se acercó lanzandose prácticamente a sus brazos, y ella la recibió gustosa porque le pareció muy simpática y jovial.

. – ¡Con razón has tenido a mi papá locamente enamorado por tanto tiempo!

Armando al escuchar el comentario de su hija, frunció el ceño pensando que no había analizado ese gran detalle, que esta boca suelta de su hija le fuera a mencionar a Victoria el amor platónico que ha sentido por ella por tanto tiempo ☹️

Victoria volvió a hacer un gesto de extrañeza y miró a Armando que decidió esquivarle la mirada totalmente sonrojado, lo que le provocó una sonrisa, jamás se imaginó verlo así y le causó ternura.

Los otros dos chicos también recibieron a Victoria como si la conocieran ya hace mucho, cosa que ella desconocía pero que era así por las historias y descripciones que le contaba su papá.

. – ¡También me da gusto conocerlos por fin, su papá me ha hablado mucho de ustedes! – los chicos junto con Victoria estaban envueltos en una charla bastante amena. Para Victoria los hijos de Armando resultaron ser muy simpáticos, los observó uno a uno y se fijó que los tres eran muy parecidos a su papá, más Enmanuel, él era la versión más joven de su padre. ¡Era de genes dominantes además el señor, penso Victoria, por supuesto que no podía ser diferente!

Armando los veía desde algo de distancia, con nostalgia, anhelaba tanto desde lo más profundo de su corazón que todo esto fuera cierto. Victoria volteo a mirarlo y percibió la inquietud en su semblante y se acercó a él tomando su mano e inclinándose para darle un dulce beso en los labios, que al principio lo sorprendió y emocionó a la vez, pero que luego entendió era parte de su actuación. Ella sin embargo, lo hizo porque le pareció que él al igual que ella hace rato necesitaba consuelo.

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