CAPÍTULO X LA CENA

JABA TECNOLOGY ING, aquí estoy, boto el aire contenido y entro. Cuando llegué a anunciarme con la secretaria del Señor Bautista, ella amablemente se acercó a la puerta para notificarle a su jefe de mi presencia, pero él no contestó, lo que provoco en ella preocupación y así me lo hizo saber.

. – ¿Ocurre algo? – le pregunté ante su cara de intranquilidad.

. – Pues no lo sé, pero como ve, ya he tocado varias veces y él no responde, nunca hace eso…

. – Tal vez salió y no supiste, puedo volver en otro momento, no te preocupes – para mi estaba bien, porque ya la valentía que traía se me había desaparecido completamente. Todo lo que repasé en mi mente para decir se me borró.

. – No, él está allí, y ¿si le pasó algo? Lo he notado muy decaído. Tal vez está enfermo y no ha dicho nada.

Como médico me puse alerta y me preocupe al igual que ella, y sin pensar o seguir esperando, tome la decisión de entrar.

. – Soy Doctora, abre y si hay algún problema yo me haré cargo, ¿está bien? tú te encargarás de llamar a emergencia de ser necesario. Yo te indicaré!

Ella asintió, se notaba bastante asustada, así que si debía ser algo nuevo para ella. Abrió la puerta, y nada más estar dentro, vimos al Señor totalmente perdido mirando por la ventana, estaba tan concentrado en sus pensamientos, que ni se dio cuenta de nuestra presencia, hasta que la chica le habló.

Cuando el volteó hacia donde estábamos y se percató de mi presencia, se quedó peor que antes, paralizado en su lugar, mirándome tan fijamente que me hizo sentir desnuda frente a él, y la secretaria estaba igual. Los dos me hicieron sentir como un objeto en exhibición uno mirándome con maravilla, y la otra con sospecha.

Ante la incomodidad que ambos me provocaron, debí hablarle para bajarlo de la nube y traerlo a la realidad. Me dejó ver que estaba tan sorprendido como encantado de verme. Y para mí es muy embarazosa toda esta situación.

Vine determinada a pedirle disculpa y a que retomemos la propuesta que antes rechacé para salvar la empresa, y ha sido más que una tortura tener que pedirle disculpa a este hombre y mucho más tener que exhortarlo a que retome la propuesta de matrimonio. Él es demasiado arrogante, imponente y autoritario, tanto que me hizo tener el impulso de irme, parecía que se estaba burlando de mí, además no ha hecho si no darme órdenes y siento que no me deja opción de oponerme. Estoy segura que se está aprovechando porque sabe que lo necesito.

Ahora que sé los términos del matrimonio, y que él aceptó proseguir, me aterra de momento hacerlo. No sé si podré mostrarme enamorada ante los demás, él no es mi tipo de hombre, no me siento atraída por él, de hecho no me gusta. Aunque es muy guapo y besa muy bien, debo decirlo. Pero no sé si seré capaz de engañar al resto.

Voy tras él camino a un restaurante donde se empeñó en traerme a cenar. Bueno, él tiene razón, debemos conocernos y dejarnos ver como pareja para ir convenciendo a los demás y más al insoportable de mi tío.

Me detengo en el estacionamiento y él está esperándome. Se acerca a mi auto y me abre la puerta caballerosamente. Salgo y se acerca demasiado a mí con su solemne porte, y lo miro con desconfianza…

. – Sonríe Victoria, tenemos compañía – me dijo hundiendo literalmente su cabeza en mi cuello, lo que me provocó una rara reacción tratándose de él – Puedes subir tus manos a mi cuello, desde su ángulo supondrá que nos estamos besando.

Sus palabras eran susurros que me provocaban cosquillas en esa zona, donde su aliento me rozaba, además su aroma era muy perturbador. Estoy sorprendida de esta reacción, pero supongo que se debe a la falta de compañía masculina que ya me está reclamando. Subí mis manos y las enrollé en su cuello y él se estremeció.

. – ¡Cielos Victoria! ummm hueles muy bien – me iba a alejar pero él me sostuvo más fuerte contra su duro y gran cuerpo – quédate quieta, aun nos está mirando – susurro con voz ronca. Podía sentir su agarre tornándose más íntimo.

. – ¡No te creo! – Es cierto, no lo hago, siento que de algún modo, él se está aprovechando de todo esto.

. – ¿Dudas de mí? Si tu tío se mueve de donde está, tendrás que besarme de verdad… - su voz tenía un toque sensual inquietante para mí.

. – ¡Suéltame! – Traté de apartarlo pero de un movimiento él queda pegado a la puerta y yo frente a él apoyada a su cuerpo, sintiendo muchas partes de él, y desde donde pude ver a mi tío mirándonos – ¡Ay Dios!

. – ¡Te lo dije! ahora tendrás que besarme porque nos está mirando con un mejor ángulo, hay que convencerlo – me dijo con picardía.

. – No nece… - no pude completar lo que iba a decir porque su boca se pegó a la mía de manera tan hambrienta que me hizo temblar y jadear. Me desconcertó y no quería responder a su beso, pero es imposible con lo experta que es esa boca. ¡Santo Dios, este hombre si algo sabe es besar!

No sé por cuanto tiempo nos besamos pero hasta que escuché el clic de una cámara fue que me separé de él, y sorpresa, ya mi tío no estaba.

. – Creo que ya podemos seguir – me dice agitado y yo lo miro con reproche, no sé porque presiento que él sabía que ya el otro no estaba.

. – Eres un…

. – ¡Cuidado con lo que vas a decir, a menos que quieras probar mis métodos de amonestación! – Sí, ya lo conozco, quise darle un punta pie pero sería demasiado infantil y ese tonto fotógrafo no dejaba de tomar fotos. Armando me tomó la mano, y me guió dentro del restaurante, en todo el camino tuve que forzar una sonrisa que provocó que me doliera la mandíbula, mientras este tarado que me llevaba de la mano se sonreía con total naturalidad.

Nos asignaron una mesa cerca de un gran ventanal, el lugar era muy bonito y sofisticado, supongo que a su estilo. Porque él es así, muy distinguido y formal…

. – ¿Deseas tomar algo mi amor? – lo miré con ganas de mandarlo al diablo pero me hizo señas con los ojos, seguí su mirada y cerca de nuestra mesa estaba el intenso de mi tío. Ya veo que era enserio cuando me dijo que iba a demostrar que es falsa nuestra relación, y con esto me confirma que su ambición es grande, seguro fue él quien trajo al fotógrafo. Chasquee los dientes con fastidio…

. – ¡Esto sí que es un karma!

. – Jajaja también lo creo, aunque debes ser más específica, te refieres ¿Estar aquí conmigo o tu tío? Porque se te nota a leguas las ganas que tienes de matarnos a ambos…

. – Pues ahora que lo preguntas… - hice un gesto con mis manos sopesando ambos personajes - ¡Están al mismo nivel!

- Jajaja Victoria eres malvada, y acabas de bajarme la autoestima, me siento con 70 kilos menos, me desinflaste totalmente – me miraba divertido, botando aire y casi hundiéndose en su asiento, la verdad era difícil no sonreír de sus tonterías además de que su risa es muy contagiosa - Y yo que pensando que era una bendición para los que me rodean… - dijo sentándose derecho.

. – ¡Ay pero tú sí que eres exageradamente modesto! ¿De qué autoestima baja hablas? ¡Eres un engreído por Dios! – ¡le digo volteando los ojos ante su gesto dramático!

. – No me conoces querida, soy muy sensible, romántico, amoroso, apasionado, servicial, empático… ¡y muchas cosas más que te invito cordialmente a conocer y que estoy seguro, te gustaran!

. – ¡Cuántas cualidades! pero déjame adivinar los defectos; ummh Irritable, arrogante, abusador, atrevido y dominante…

. – Y creo que te falto también HORROROSO – al escuchar eso me puse inmediatamente colorada, pero no por lo que dijo, sino por lo que recordé asociado a eso – Jajaja te ves más hermosa sonrojada. Pero no Victoria, todo eso que dices, es demasiada carga para mis hombros querida, ¡no soy así!

. – Es lo que yo veo, sin embargo debo rescatar algo bueno… - él me mira levantando una ceja – ¡Eres buen amigo, mi padre te admira mucho, y yo te estoy agradecida por apoyarlo!

. – No es nada, pero me gustaría que me conocieras tu mejor, cuando te digo que soy sensible es en serio, y la opinión que tienes ahora mismo de mí, me hace doler el corazón – me dice con cara de desahuciado y una mano en el pecho, lo que me hizo reír.

. – ¡Eres un tonto! ¡Y si te duele el corazón tal vez estas a punto de un infarto, lo demás es solo una expresión!

. – ¡Me encanta como te ves cuando ríes! – Él ya estaba serio mirándome como siempre con demasiada fijación, lo que me hizo poner seria a mí también y apartar la mirada de su cara – Victoria, mucho gusto, mi nombre es José Armando Bautista – levanté una ceja ante su repentina presentación – ¡Tengo 42 años, 3 hijos y estoy a tu disposición!

En esto último, me quedé impactada, ¿42 años? Y ¿Dónde se supone que los tiene metido? Para nada aparenta esa edad, de hecho, parece bastante menor, sí que se sabe conservar muy bien. Y ¿Tres hijos? Ósea que es divorciado… bueno, la idea es esa, irlo conociendo.

. – ¡Mucho gusto JOSÉ ARMANDO! – me sonreí, recordé una novela donde el protagonista se llamaba así.

. – Con que me digas Armando está bien, y no te atrevas a burlarte de mi nombre – algo de malicia atravesó mis ojos.

. – ¡Oh pero José Armando por favor, no te enojes! – le dije con drama, y ambos nos reímos – ¡Lo siento! ¿Pero si sabes que es un nombre de protagonista de novela verdad?

. – Siempre me lo han hecho saber… ¡Cielos de haber sabido que tú siendo tan seria también me ibas a hacer bulling ni te lo digo!

. – ¡Jajaja tienes 42, ya deberías haberlo superado! Por cierto que no es justo, no aparentas para nada tu edad…

. – ¡Gracias! – Me dice moviendo las cejas odiosamente creido – ¡tú también te ves más joven que los 28 que llevas a cuesta!

. – ¿Cómo sabes qué tengo 28? – le pregunto curiosa.

. – Ummh yo sé muchas cosas de ti Victoria…

. – Claro, supongo que mi padre siempre te iluminaba – le dije imaginándome a mi padre contándole cualquier cantidad de historias, ¿Quién sabe qué tanto le diría? – Estamos en desventaja entonces, háblame de tus hijos.

. – Mis 3 hijos, son todo para mí, lo mejor que la vida me ha regalado y se lo agradezco mucho a Dios y a mi ex esposa. Ellos…

Me contó mucho sobre sus hijos, que pasan las temporadas vacacionales con él,

Ya sé que son dos hembras y un varón, que las chicas ya son mayores de edad y estudian en la universidad, y el último aún está en el colegio a punto de graduarse. Sé que viven con la mamá y que ellos son buenos amigos. Me contó que fue una separación muy madura por ambos lados, y que ahora se llevan mejor que cuando estuvieron casados. En fin seguimos hablando tan cordialmente que ni cuenta nos dimos que mi tío se había retirado hecho una fiera, por no conseguir lo que quería.

Así era, el tío Marcos se retiró del lugar bajo un tremendo grado de histeria al ser testigo de la íntima relación que evidencio entre su sobrina Victoria y el CEO Armando.

Estaba además contrariado, porque también lo embargaron los celos, al verla a ella tan risueña y besándose tan apasionadamente con Armando. Él siempre se ha sentido atraído por su sobrina y no ha hecho nada por evitar ese sentimiento lascivo y pecaminoso hacia ella, al contrario, lo ha alimentado deseando tenerla para él.

Cuando salió del restaurante se topó con el fotógrafo que había contratado y este le mostró las fotos que tenía capturadas en su cámara, pero en ninguna había lo que él buscaba, lo que lo lleno más de furia, provocando que casi acabara con la aparato del pobre hombre.

Su molestia más que nada, era porque en cada imagen que capturó ellos sino se estaban besando, se estaban riendo o dando miradas cargadas de todo menos de enemistad, o indiferencia que era lo que él necesitaba para demostrar la falsedad del noviazgo.

Sin embargo, se negaba a perder la oportunidad de ser el CEO de la empresa de su hermano, así como de perder a Victoria.

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