CAPÍTULO 16

CAMILLE

El restaurante está a reventar, tal y como imaginé hoy vuelvo a mis funciones como mesera, la chica que se desmayó continúa incapacitada.

Sonrío mientras recojo los platos de la mesa que ha quedado desocupada. El viaje en motocicleta fue una experiencia única, sinceramente pase de nerviosa a estar aterrada, cuando llegamos al restaurante la camisa de Dylan parecía un acordeón entre mis dedos, además de que bromeó con el hecho de que le había roto unas cuantas costillas.

Dylan es tan dulce y gracioso, me hace olvidar por un momento mi edad, me siento como una niña cuando estoy con él, podríamos hablar de lo que sea y bromear como un par de adolescentes despreocupados.

- Camille otro pedido para el lobby- me dice uno de mis compañeros.

Llevé una orden hace poco, a unos hombres que se veían bastante importantes. Me causa algo de ansiedad atender a ese tipo de gente, precisamente porque una vez pertenecí a esa clase, se exactamente que muchas de esas personas pueden llegar a ser un completa pesadilla solo por creerse de mejor estrato económico.

Atravieso las puertas de cristal, hay música en el bar y una que otra persona, aún es demasiado temprano, en un par de horas llegar al lobby será una completa odisea.

Camino despacio por el pasillo con la bandeja en mis manos pero los gritos que vienen de aquel salón me frenan. Es justamente el lugar donde debo entrar.

- Entonces explícame esto, Dylan- escucho la voz de mi jefe, suena bastante eufórico.

No quiero ser chismosa o escuchar conversaciones ajenas pero mis pies se niegan a moverse de donde están.

- Voy a solucionarlo, no hagas un escándalo por nada- responde él con bastante arrogancia.

La verdad hay algo que nunca me ha cuadrado, la manera en la que se hablan ellos, o la forma en que Dylan se comporta como si no le importara que lo despida.

-Malditasea, Dylan!! una denuncia por Lesiones personales? Crees que estoy para andar solucionando tu mierda? Ya no eres un puto crío y me estoy hartando de esta tarea, tienes que madurar. Como pudiste reaccionar como un salvaje?- escuchar acerca de la denuncia dispara mi corazon a mil por hora.

Sabía muy bien que Stiven no se quedaría de brazos cruzados y ahora Dylan está metido en un lío por culpa mía.

- Que esperabas que hiciera? Joder! Debiste estar ahí, ver los ojos de ella llenos de pánico y la cara de satisfacción de esa bestia. Eso me descolocó y lo volvería hacer una y mil veces. Sabes muy bien lo que pienso respecto a eso- esta vez Dylan suena bastante molesto.

- Lo que te sucedió a ti, no tiene nada que ver con....

- No te atrevas a mencionarlo, Ariel. No cruces los límites- su tono de voz es realmente amenazante. por qué un empleado le hablaría de esa manera a su jefe?

- Sabes que tu madre se preocupa, es mi deber cuidarte, no lo hago por ti, lo hago por ella- escucho el sonido de una vidrio rompiéndose- si hubiera sabido que tu maldita insistencia de contratar a esa mujer terminaría de esta manera, jamás hubiera cedido!!!

- Que seas el amante de mi madre con quien terminó casándose debido a su soledad no te da ningún derecho. Fuí yo quien contrato a Camille porque tengo toda la potestad de hacerlo- sus palabras son como un valdado de agua fría- Tu solo administras los bienes de mi madre pero la mitad de este lugar sigue estando a mi nombre. Es lo único bueno que me dejó mi enfermizo padre.

-No hay por qué recordarlo cada vez que tienes la oportunidad- dice con resignación - Adelante, si quieres seguir haciendo tu obra de caridad con esa mujer, no voy a meterme más en eso. Pero ten algo claro, ella sólo va a traerte problemas. Está enredada hasta el cuello con un hombre sin escrúpulos y eso no será nada bueno para ti. Te sugeriría que te alejaras de ella pero sé que no lo vas hacer.

- Así es. No pienso hacerlo- aquella afirmación de Dylan no deja lugar a dudas.

Escucho unos pasos acercándose a la puerta y trato de caminar en dirección opuesta para no ser pillada escuchando conversaciones ajenas pero es una tarea infructuosa. Mis pies conspiran en contra mía, se enredan y termino cayendo al suelo con todo y bandeja haciendo un estruendo.

Toda la información que acabo de escuchar me ha dejado en shock.

Cuando pensaba decirme que era el dueño de este lugar?

En que momento me iba a confesar que fue él quien insistió para que me contrataran?

Sólo representó una obra de caridad para él?

Recojo los pedazos de comida y loza rota, mientras escucho la puerta abrirse a mi espalda.

- Por qué no me sorprende que seas tú?- la voz de Ariel está cargada de veneno- Ojalá tuvieras la misma destreza arreglando desastres y sacarás a Dylan del maldito problema en que lo metiste.

-Largate Ariel o voy a olvidar quien eres- gruñe Dylan a mi espalda, mientras yo continuo recogiendo los pedazos. No levanto la cara solo sigo ensimismada en mi tarea, con la mente ida.

Ariel tiene razón, quizás esté molesta porque Dylan me ha dicho mentiras este tiempo pero el problema que es realmente importante es el hecho de que Stiven pretende hundirlo. Sé cómo es, compraría al juez con tal de que fallara en su contra. Stiven es tal como lo describió mi jefe, un hombre sin escrúpulos.

- Joder, nena. Mira lo que haz hecho- la voz de Dylan me trae de vuelta y es cuando me doy cuenta que mi mano está ensangrentada.

Me he cortado bastante y ni siquiera lo sentí. Sé agacha hasta quedar a mi altura,me retira el delantal con delicadeza y envuelve con él mi mano herida. Un arruga se dibuja en su frente debido a la preocupación.

-Ven, adentro hay un botiquín. Me encargaré de tu herida- me dejó guiar hasta un sofá de cuero color rojo en donde me sienta y corre como un loco abriendo otra puerta y perdiéndose de mi vista. Cuando vuelve a aparecer trae un pequeño bolso en sus manos.

-Dejame curarte, pequeña- antes de que pueda desenvolver mi mano la retiro suavemente.

-Quiero una explicación Dylan y en serio merezco que me digas toda la verdad...

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