CAPÍTULO 12

CAMILLE.

Dylan me dejó en mi casa y luego se marchó, no sin antes despedirse con un beso de esos que te dejan sin aliento.

Al llegar Tara me interrogó sobre mi encuentro con Stiven y obviamente lo insultó todo lo que pudo hasta que Luna no fué capaz de soportar una vulgaridad más.

Sarah se comunicó conmigo mediante un mensaje, adjuntando mi horario y todas los demás cosas que habían quedado pendiente. El sueldo es bastante considerable y solo debo trabajar desde las 7 de la noche hasta las 3 de la mañana con un día de descanso alternado. Son ocho horas bien laboradas.

-Piensas darme panqueques al carbón?- la voz de Tara me hace volver en si y volteo la masa corroborando que ha quedado un poco más morena que las otras.

-Perdona, prima, pero creo que tendrás que comerlo así - escucho su gruñido seguido de la risa de Luna.

-Andas en las nubes- Luna le da un codazo a mi prima y está sube y baja las cejas de manera sugerente.

Las dos me están planeando un interrogatorio pero está vez el tema no es mi exesposo.

-Será por el guapo y fuerte semental que se la quería comer a besos anoche?- ambas sueltan la carcajada haciendo que mi cara se encienda de vergüenza tal y como lo hace siempre.

-No me estaba comiendo a besos!- refunfuño vertiendo la mezcla en la sartén.

-Porque aún no le haz dado la oportunidad- Tara es bastante pesada cuando se trata de bromear conmigo. Se que no lo dejará así hasta que se lo cuente todo.

-Te tiene ganas, Cam. Te lo digo yo que en algún momento fuí hetero- Luna sonríe al igual que mi prima, están a la expectativa de que suelte la información que quieren.

-Le atraigo... Me dijo que quería todo conmigo- recordar eso me acelera el corazón- me besó también en el trabajo, sinceramente es un hombre encantador y me calienta muchísimo.

Las dos lucen tan emocionadas que es imposible no contagiarse.

- Gózalo, nena, pero vete con cuidado- está vez mi prima adopta un expresión más seria- Más le vale venir con buenas intenciones a ese cabrón, de lo contrario me daré el gusto de patearle ese culo músculo que se carga.

Volteo el panqueque riendo sin parar. Adoro las mañanas con este par, son divertidas y ocurrentes. Ningún día es rutinario.

Después de desayunar y concretar algunos detalles que aún no sabían, ambas se van a sus respectivos trabajos. Comienzo a ordenar la casa, tratando de dejarla lo mejor posible hasta que dan las doce del medio dia.

Ya no tengo tiempo para preparar nada de comer, supongo que tengo que pedir un domicilio.

Tomo mi teléfono para ordenar lo del almuerzo pero este vibra antes de que pueda marcar algún número. Un destinatario desconocido me ha enviado un mensaje

📨 Hola bonita. Me quedé esperando tu llamada. Att Dylan

El corazón me brinca en el pecho con tan solo leer aquel msj.

-Hola Señor Walker, lamento haberlo olvidado. Prometo que llamaré pronto 😝

📨Me ha dicho señor Walker? Se sintió como si fuera un vegete queriendo conquistar a una adolescente 😮

-Aún no conozco su edad, existe la posibilidad de que ya se encuentre en la tercera edad y busque colágeno para rejuvenecerse😂

📨 Tengo 36, pequeña, y te puedo asegurar que estoy en perfecta forma😈

-Soy muy curiosa. Me encantaría cerciorarme de eso😏

Mencionar aquello me hace sentir atrevida pero la realidad es que es más sencillo expresarte de esta manera que personalmente.

📨 Ahora es la pequeña gacela quien siente curiosidad de conocer al león? No dejas de sorprenderme. Ya almorzaste?

- Aún no. Estoy pensando en pedir un domicilio.

El teléfono no vuelve a sonar así que aprovecho para lavar algunos platos que deje en la encimera antes de entrar a la app y pedir algo de comer. El teléfono vuelve a vibrar pero dos veces está vez.

📨Un domicilio aguarda en la puerta de tu casa 😉

📨Date prisa, pedí que llegara bien caliente a tus manos 😏

Aquello me saca una risa y me dirijo de inmediato a la puerta, cuando la abro mi quijada cae al piso. Dylan está aquí, vestido con un jersey manga corta morado y una bermuda de jean. Se ve tan casual y atractivo que me obligo a cerrar la boca para no empezar a babear como bulldog.

-Su domicilio ha llegado caliente- se muerde el labio de manera sensual, en este momento luce como un de esos strippers que usan temáticas para llegar a tu casa y cuando entran empiezan a bailar en tanga.

-Hola- consigo articular antes de estallar en una carcajada y me cubro la cara con vergüenza entrando a la casa, él me sigue, puedo ver su sombra delante de mi gracias a luz del sol que entra por la puerta.

- Si compartes el chiste podremos disfrutarlo ambos- escucho decir a mi espalda y volteo a verlo aguantandome la risa.

-Lo siento, Dylan. Es que imaginé....- ni siquiera sé si contarle, creerá que soy una pervertida.

-Imaginaste que?- parece demasiado divertido con mi expresión.

-Qué eras un stripper disfrazado de domiciliario- susurro haciendo que abra los ojos sorprendido.

Descarga los paquetes que trae en la mano sobre la encimera de la cocina y luego se devuelve hasta donde estoy.

- Bueno... Lamento decir que olvide mi tanga en casa pero creo que lo del baile se puede solucionar- me empuja suavemente hasta que quedó sentada en el sofá.

-Qué... Qué haces?- titubeó al ver cómo me observa con la malicia impresa en su rostro.

-Soy un stripper en tu mente, supongo que así es como funciona. Ahora debo bailar de manera sensual y quitarme la ropa- la sangre y el calor se acumula en mi cara.

- Ay por Dios noo!- me tapo los ojos completamente avergonzada, especialmente porque al mencionar desnudez mi mente hizo de las suyas.

Su risa es realmente encantadora. Siento sus grandes manos tomar las mías y bajarlas. Se ha agachado para estar a mi altura en el sofá y me observa con mucha dulzura y un toque de diversión.

-No imaginas lo mucho que disfruto verte así- acerca su boca a la mía y me besa. Un beso sin prisa, cómo si nuestros labios quisieran tatuarse uno en el otro.

Dylan es un hombre increíble... No quiero caer en él pero sus tácticas son infalibles...

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