CAPITULO 18

CAMILLE.

"Permíteme mostrarte que el amor no duele" aquella frase queda flotando por todo el lugar mientras su cuerpo se fusiona con el mío como si fueran uno solo.

Sus besos disfrutan de cada espacio de mi piel que va quedando desnuda a medida que la ropa cae al suelo. El recorrido hasta su cama no es largo y sin embargo llegó totalmente desnuda. Está disfrutando el momento pero al mismo tiempo sus dedos se mueven de manera rápida y experta para dejar mi cuerpo expuesto.

El suyo continúa con algunas prendas encima, aprovecho para despojarlo de ellas, dejándome llevar por la lujuria que me invade al ver lo sensual de su desnuda figura. Su cuerpo me deja sin aliento y tenerlo tan cerca de mi aumenta aún más mis ganas de él.

Sus manos empiezan a moverse frenéticas, conforme se intensifican nuestros besos.

- Lo quiero todo de ti, mujer- dice entre besos- Tu cuerpo, tu corazón, tu alma... quiero que seas mia...

Mi espalda termina tendida sobre el colchón mientras él se desliza poco a poco hasta llegar a mi intimidad, sus manos se meten bajo mis glúte0s levantándome las caderas y arremetiendo con su lengua en contra mía.

Aquella sensación placentera me hace gem1r como una gatita y escuchar como disfruta complacido del producto de mi exc1tac10n me catapulta de nuevo al cielo sin demora, caigo ante sus caricias como una adolescente inexperta. Realmente ningún hombre me había hecho sentir nada parecido.

Mi cuerpo trata de recuperarse pero entonces él se adentra en mi besándome con pasión.

-Diosss!- gruñe haciéndome encender de nuevo al ver la oscuridad y el placer mezclado en sus ojos.

Su viril1dad es algo sorprendente y aún así mi cuerpo se adapta a ella con facilidad, como dos piezas de rompecabezas que encajan a la perfección.

El movimiento de sus caderas es suave y profundo, sus manos separan mi espalda del colchón, pegando uno de mis pechos a su boca sin dejar el placenter0 movimiento que me tiene ardiendo como el fuego.

Nuestros cuerpos resbalan debido al sudor mientras aumenta el movimiento haciéndolo más salvaje. Deja varios chupetones en mis pechos, adentrándose cada vez más rápido. Cada fibra de mi ser se tensiona y se deja ir en un grito de éxtasis al mismo tiempo que él. Su cuerpo tiembla encima del mío enterrando su rostro en mi cuello. Escuchar sus gruñidos en el justo momento en que me dejé llevar sólo aumentó mi placer al doble.

Mi pecho sube y baja al igual que el suyo, pero su rostro aún no ha salido de su escondite.

-Ha sido mejor de lo imaginé, Camille- susurra con la voz más ronca- Debo admitir que soy un completo pervertido, mi mente fantaseó con este momento en varias ocasiones.

- Exactamente, cuantas veces me coj1ste en tus fantasías?- suelto una risilla traviesa.

- Más veces de las que puedas imaginar- besa mi cuello- Las veces que planeo hacer realidad está noche.

Me voltea sorpresivamente hasta que quedó encima de él. Nuestra conexión aún permanece y es cuando me doy cuenta que ha vuelto a ponerse como roca dentr0 de mí.

-Planeo disfrutar de ti hasta que ambos quedemos sin aliento...

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AL DIA SIGUIENTE.

Todo mi cuerpo protesta al tratar de moverme. Dylan ha cumplido su promesa y me ha dado una noche que ni siquiera en mis mejores fantasías había imaginado, pero las consecuencias han quedado impresas sobre mi piel.

Hago acople de todas mis fuerzas y me levanto de la cama desnuda con las piernas temblorosas. Me río de mi misma durante el recorrido al baño, cerrando la puerta al llegar. En el espejo se ven claramente las marcas de sus chupetones y caricias en todo mi cuerpo. Siempre he tenido la piel delicada pero jamás pensé que tanto. Mi cabello está hecho un desastre, estoy sudorosa de pies a cabeza y el olor a sex0 es inconfundible.

Arrojo un poco de agua sobre mi rostro pensando en el hecho de que no use protección, sé que no puedo tener hijos pero jamás he sido tan confiada, ni siquiera con Stiven en nuestros primeros meses.

Cierro los ojos por un momento deleitándome en los recuerdos de anoche, realmente Dylan logró nublarme el juicio y cualquier inhibición que tuviera.

Me sorprendió la manera en que me hizo el amor, tierno, dulce y a la vez salvaje e indomable, como si se tratara de dos hombres totalmente distintos. Tomo mi cuerpo sin apuros y con dulzura en unas ocasiones y se volvió total desenfreno en otras, las consecuencias las puedo observar claramente en el espejo, aunque para ser sincera ha sido una noche increíble.

El toque de la puerta me toma por sorpresa.

-Camille, estás bien?- escucho su voz del otro lado.

-Lo estoy, no te preocupes- respondo suavemente.

-Preparé algo de comer para los dos- suena bastante emocionado- Puedes abrirme la puerta y dejarme ver tu hermoso rostro de recién levantada?

Sonrío negando con la cabeza y abro la puerta despacio. Su figura en solo boxer es bastante atrayente.

-Buenos días- susurro viendo como se acerca a mi un poco asustado.

-Perdoname, nena. Me he dejado llevar - dice detallando mi cuello y las partes de mi piel que tienen chupetones. Luce bastante afligido.

Tomo su rostro en mis manos y lo observó fijamente.

- Estoy bien... no te preocupes. Lo he disfrutado tanto como tú- le doy un pequeño beso.

Su rostro cargado de culpabilidad sigue allí.

-Sabes que nunca te lastimaría, ni te marcaría de ninguna forma. Perdoname, pequeña- besa mi cuello justo en los lugares donde quedaron los chupones.

-Se que no- murmuro- Te repito... estoy bien... no te preocu...

Sus besos suaves vuelven a encenderme como si anoche no hubiera sido suficiente. Aquellos dedos expertos se deslizan por mi piel con suavidad mientras vuelve a reclamar mi cuerpo tal y como lo hizo anoche. Mis glúteos terminan sobre un estante de madera que hay en el baño y mis piernas se aferran a sus caderas recibiendo todos los movimientos placenteros provenientes de él.

Besa mis mejillas con dulzura, mi nariz, mi frente, como si estuviera disculpándose por ser tan salvaje anoche mientras se mueve despacio y de manera contundente. Aquel vaivén aunque lento logra hacerme c0rrer sin demora al mismo tiempo que él.

Mi cuerpo está complacido en todos los sentidos, al igual que mi corazón... cualquier plan de mantenerme alejada emocionalmente de él acaba de fracasar...

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