CAPITULO 9

CAMILLE.

La mano de Dylan sostiene con fuerza a la de Stiven y mis nervios estallan aún peor.

-No te atrevas, imbécil - su voz suena como un digno rugido de león y puedo divisar en la poca luz del lugar lo mucho que le brillan los ojos a causa de la ira.

-Quién te crees tú? No me conoces, cómo te atreves a intervenir en lo que no te importa?- él le empuja la mano a Dylan con brusquedad.

-No me obligues a usar la violencia porque te puedo asegurar que no saldrás bien librado- su porte es intimidante pero a Stiven parece no importarle.

- Crees que tus cien kilos de músculo me van a hacer temblar? Que iluso- suelta una risa sarcástica- Además, esta maldita zorra y yo tenemos un asunto pendiente.

Sus palabras quedan suspendidas en el aire cuando recibe un fuerte puñetazo de la mano de Dylan que lo manda de inmediato al suelo. Se agacha para estar a su altura pues ha quedado tendido y ni siquiera tiene fuerzas de levantarse.

-No te atrevas a dirigirte de esa manera a ella nuevamente-toma la quijada de ese miserable bruscamente- Porque te juro que la próxima vez no seré tan benevolente.

Hace una seña con la cabeza y los hombres de seguridad sacan arrastrando a mi exesposo del lugar. Dice alguna que otra vulgaridad hasta que su voz se pierde entre la música.

Me agachó a recoger los vidrios rotos y la comida que ha quedado esparcida por el suelo. Las manos no dejan de temblarme cuando acomodo los pedazos sobre la bandeja. Mi rostro está empapado de lágrimas y el corazón se me quiere salir del pecho. Es mi primer día aquí y las cosas están saliendo demasiado mal.

Por qué tenía que encontrarme con él precisamente hoy? No lo había visto desde el día en que cogió su maleta y se marchó. Ni siquiera cuando me reuní con su abogado quien presentó un acuerdo prenupcial que yo supuestamente había firmado para que no pudiera tocar ni un solo centavo. La verdad en ese momento lo único que quería era alejarme de él y agradecí a Dios porque no se presentó a esa cita.

Por qué hoy? Por qué aquí? Me desplomo en el suelo y aunque no quiera me rompo como un cristal y comienzo a llorar sin importar en dónde me encuentro o si la gente me observa. Acaso nunca va a dejarme en paz?

-No, pequeña... no aquí- susurra Dylan tomando mi rostro entre sus manos- Estás bastante mal, ven conmigo.

-No puedo, debo seguir trabajando y....y...- los sollozos que emergen de lo más profundo de mi ser son imposibles de frenar.

Al ver que parezco gelatina y no logro moverme me toma entre sus brazos y me alza hasta que sube las escaleras conmigo tal como si fuera una pluma. Ni siquiera siento vergüenza porque me esté cargando como una niña pequeña, en este momento tengo un enorme dolor en el pecho que no me deja pensar en nada más. Me sienta en un mueble de cuero negro acomodándose a mi lado.

Mi mente se pierde y me veo a mi misma, inmóvil, presenciando cómo ese miserable arrojó la bandeja como si le perteneciera. Las viejas heridas vuelven a abrirse. Es verdad que estoy sanando, pero es un proceso largo, es difícil curar ciertas cosas. Incluso mi cuerpo reacciona de manera involuntaria.

- Eres como una pequeña niña asustada- murmura trayendome de vuelta a la realidad- No vuelves a llorar delante de ninguna persona- está vez toma mi quijada con su mano- Bonita, nadie merece ver esa parte de tí.

El llanto comienza a cesar y una hermosa sonrisa aparece en su rostro pues parece complacido de que sea asi. Está mucho más cerca que en la cafetería. Puedo detallar mejor sus ojos. Son de una tonalidad que jamás había visto, como los de un felino...hipnotizantes. Parecen querer desnudarte el alma.

-Debo volver al trabajo - murmuro un poco más calmada.

-No te preocupes en este momento por eso. Tómate el tiempo que necesites para calmarte- su mano acaricia mi mejilla- Tienes alguna idea de lo hermosa que te vez justo en este instante?

Suelto una risilla. Creo que "Hermosa" no sería la palabra que usaría, imagino que debo tener todo el maquillaje arruinado a causa del llanto, probablemente esté pálida por el susto que viví hace un rato. En serio logra verme hermosa aún apesar de eso?

-Dylan, te estamos esperando- un muchacho vestido con ropa extraña y brillante entra al lugar. Tiene unos enormes audífonos colgados en el cuello y unas gafas verdes en la cabeza.

Examino está vez a Dylan y me doy cuenta que viste totalmente igual al chico, sólo que a él la ropa se le ve mucho mejor.

-Lindo traje- murmuro cuando el otro muchacho ya se a ido.

-Gracias. Soy el DJ de este bar - mi boca forma una "o " porque la verdad no me lo esperaba.

- Osea que tú también trabajas aquí- su sonrisa vuelve a aparecer y ese solo gesto dispara mi corazón a mil.

Qué me sucede? Sé que él es demasiado atractivo pero tampoco es como si fuera la primera vez que estoy cerca de un hombre así.

-Podría decirse que si, bonita - acomoda un mechón de mi cabello detrás de la oreja- Sabes, no tuve el tiempo suficiente para disculparme contigo.

-Disculparte? Por qué?

-Siempre entro al área de cocina sin pedir permiso, jamas imaginé que estuvieras en el vestier y menos con la puerta abierta- mi cara se enciende como si me hubiera tragado 5 chiles.

Ni siquiera sé que decir, es demasiado vergonzoso. Él me vió semidesnuda.

- En serio agradezco que me hayas tirado tu blusa en la cara porque no creo haberme podido comportar como un caballero en ese instante- está vez su voz es más gutural y sensual.

Debo estar roja hasta las orejas, mi respiración comienza a entrecortarse cuando se acerca todavía más.

-Eres... Demasiado atractiva, Camille... esa inocencia y timidez... Me tienen embelesado- su boca se acerca a la mia y lo único que puedo hacer es contener el aliento.

Sus labios rozan los míos pero antes de poder intensficar el beso, alguien entra de nuevo.

- Se... Señor Ariel...

Mi jefe, está aquí...

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