CAPITULO 14

CAMILLE.

Sus ojos brillan de ira al detallarme de arriba abajo, tengo el impulso de cubrirme, su mirada solo me causa repulsión. Siento un escalofrío recorrerme el cuerpo pero hago lo posible por armarme de valor.

-Qué haces aquí? - pregunto esta vez frunciendo el ceño.

- No creo que esa sea la manera de recibir a tu esposo en casa- levanta una ceja y me observa con tanta intensidad.

Pretende que baje la mirada en clara señal de sumisión pero eso no va a suceder.

- Está no es tu casa, ni yo tu esposa. Te voy a pedir de forma educada que te vayas- intento cerrar la puerta pero el la empuja con su mano- Que es lo que quieres, Stiven? Vete!

-Quiero a mi mujer de vuelta- aquello me hace fruncir el ceño aún más- Camille te quiero en casa de nuevo.

- Estás loco! Sabes que es lo que yo quiero? QUIERO QUE TE LARGUES DE MI CASA, AHORA!!- una extraña sensación me recorre el cuerpo, una mezcla de sentimientos en los que la ira comienza a ser quien domina.

- Por qué me hablas de esa manera, Camille?- sus ojos cargados de tristeza no me producen nada.

Es un manipulador experto. Siempre utilizaba esa estrategia para intentar salirse con la suya en cada ocasión, haciendo que terminara sintiéndome culpable sin haber sido la causante de nada.

-Te hablo como te mereces- mi cuerpo tiembla pero está vez de ira, un sentimiento qué llevo reprimiendo por muchos años.

- Ten cuidado de como me hablas, Camille. No te olvides de quien soy- aprieta los puños, sé que es una bomba de tiempo a punto de estallar pero yo también lo soy.

- Te hablo como me da la puta gana porque esta es mi casa y aquí no eres bienvenido- aprieto la quijada con fuerza- no me importa quien seas, tu familia, tu apellido, tu dinero o lo que creas que te hace superior a mi me vale mierda, porque sé lo que eres, UNA ASQUEROSA RATA!

Mira el suelo y después peina su cabello hacia atrás con los ojos rojos de ira.

- Algún problema?- siento la mano de Dylan apretar levemente mi hombro- Veo que volviste por más.

El golpe que le dió Dylan aún tiene inflamado su pómulo.

- Así que ahora eres una perra asquerosa que se revuelca con cualquiera- mi mano cargada de toda la ira acumulada se estampa en su mejilla con fuerza.

Mi respiración se vuelve superficial, estoy harta de él de todas las formas posibles. Por qué demonios no se larga y me deja en paz?

Trata de devolverme el golpe pero está vez Dylan se pone como escudo y le da un empujón que lo hace tambalear.

-LARGATE, STIVEN!!! - le gritó desde donde estoy.

-Está maldita se atrevió a tocarme- frunce los labios con rabia, parece una bestia salvaje dispuesta a destruirlo todo.

-Quieres probar mi mano otra vez? Ella está conmigo, así que lo mejor será que te vayas y espero por tu bien que no regreses- sonríe de lado retando a Dylan con la mirada.

-Vuelve a golpearme, eso solo agrandará aún más los cargos por lesiones personales que puse en tu contra- estira su traje y adopta una pose de elegancia- Imagino que la notificación te llegará esta tarde.

Camina triunfante hacia su auto, mientras yo me aferro al brazo de Dylan como si mi vida dependiera de ello. Cargos por lesiones personales?

-No te preocupes, Camille. Volveremos a vernos, pero la próxima nadie estará para servirte de guardaespaldas- grita antes de entrar a su auto y marcharse de la casa.

Mi cuerpo parece gelatina y cuando Dylan se da cuenta me observa preocupado. Me aprieta entre sus brazos depositando un beso en mi frente.

-Tranquila, bonita- levanta mi rostro para darme un casto beso en los labios- Te juro que esa bestia no se te volverá a acercar.

-Dijo que había levantado cargos en tu contra- susurro.

-Si, eso oí... No pienses en nada- vuelve apretarme- Te puedo asegurar que si está acostumbrado a salirse con la suya siempre, está vez se va estrellar contra un muro.

-No quiero que termines metiéndote en problemas por mi culpa- contesto temerosa- Conozco a Stiven, no es de los que amenazan sin razón. Te ha puesto en la mira y eso es por causa mía.

Me siento demasiado culpable. Agradezco a Dylan por defenderme de ese monstruo pero también tengo claro lo mucho que podría salir perjudicado por esa misma razón.

Stiven y su familia están acostumbrados a conseguir todo con dinero. Sólo deslizan unos cuantos millones de dólares bajo la mesa y con eso basta para que todos se arrodillen ante ellos.

-Ven vamos adentro- me conduce al sofá para luego cerrar la puerta.

Lo observo durante unos segundos con los ojos aguados. Stiven no me va a dejarme en paz, desconozco que sucedió para que volviera a molestarme pero estoy segura de que no va a rendirse tan fácil.

- Perdóname yo no quería meterte en problemas - las lágrimas se deslizan por mi rostro sin el más mínimo esfuerzo.

- No, pequeña- se agacha para estar a mi altura limpiando las lágrimas que empapan mi rostro- Tu no tienes la culpa de nada ni tampoco necesitas pedirme perdón.

-Es que....

-No, Camille- me interrumpe- Fuí yo quien decidió poner mis ojos en tí, soy yo quien decide quedarse aquí sin importar que problemas vengan después. No te preocupes, voy a solucionarlo. Yo estoy aquí, no pienso irme.

La seguridad con la que dice esas palabras me llenan de fortaleza. Él está conmigo. No por obligación. Está dispuesto a luchar por mi, a defenderme, simplemente porque desea hacerlo.

- Me gustas, Camille... Todo en tí me atrae muchísimo- su mano se desliza suavemente por mi cabello para luego besarme.

Sus besos son un antídoto para la angustia que sentía y poco a poco hago a un lado lo que acaba de suceder.

Stiven ultrajó mi cuerpo, manipuló mi mente y pisoteó mis sentimientos.

Jamás le permitiré que arruine esto también, ni que siga haciendo lo que desee conmigo.

- Ven, pequeña. Descansa y no pienses en nada- se sienta a mi lado y me empuja suavemente hasta que mi cabeza queda entre sus piernas- Yo esperaré por ti, Camille

Así se siente que alguien sea bueno contigo?

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