12

Ise siempre creyó que viviría eternamente sola. Nunca esperó cariño de nadie más aparte de su padre, mucho menos esperó ser el primer amor de alguien. Al tocar su rostro, no solo había visto el recuerdo que ambas compartían, había visto transcurrir toda su vida frente a sus ojos; desde el primer momento que ella abrió los ojos, hasta finalmente acabar muerta atravesada por una espada.

No solo vió sus recuerdos, si no lo que podía haber llegado a ser su vida si las circunstancias fueran diferentes. Tal vez, si Ise no hubiera nacido con esa maldición, o no vivieran en una época dónde el amor entre mujeres era mal visto, quizás las cosas hubieran terminado de otra manera.

Incluso hasta podrían haber sido grandes amigas. En otra vida, serían carne y uña, siempre apoyándose y siempre juntas. Literalmente pudo ver ese futuro frente a sus ojos.

Un futuro en el que por fin podrían estar juntas por siempre, en una vida distinta.

Esa imagen se le presentó tan cercana que casi podía sentirla. La imagen de ambas abrazadas, en cuerpos y vidas diferentes. Justo cuando Ise alzó su mano para alcanzarla, todo el panorama cambió drásticamente. De repente se vió bajo un techo rocoso y húmedo que nunca antes había visto. Definitivamente no era el techo de su habitación en el templo.

Lentamente bajó su mano y la observó con el ceño fruncido. No entendía que había pasado, sus recuerdos estaban algo borrosos en su mente. Lo último que si recordaba fué la espada atravesando su vientre y a Miku diciendo sus últimas palabras antes de morir.

Lentamente se incorporó, no tardó en notar que se encontraba en una especie de cueva. Delante de ella, cerca de su lecho improvisado, había una pequeña fogata encendida cuyo calor apenas aislaba las bajas temperaturas en el ambiente. Más allá de la entrada a la cueva, una gran tormenta de nieve se alzaba. Desde su posición podía ver la nieve y el viento arrasar con todo el exterior.

Al ver la katana de su padre colocada celosamente justo al lado de ella, el recuerdo de lo sucedido volvió a iluminar su mente. Todo su cuerpo se sobresaltó como si nuevamente hubiese sido atravesada por el acero de la katana y al observar su vientre, notó que la sangre roja manchaba toda su vestimenta, pero la piel del estómago estaba inmaculada. Como si nada hubiera pasado.

Eso la dejó totalmente pasmada. ¿Qué había pasado? ¿Acaso lo de antes no sucedió realmente?

No, era imposible. Recordaba perfectamente el olor que exudaba el templo al ser devorado por las llamas, incluso resonaba aún en sus recuerdos el aroma de la misma sangre.

Se dispuso a ponerse en pie, pero una sombra se detuvo justo en la entrada de la cueva, abriéndose paso en la tormenta de nieve. La sombra tenía la forma de una gran criatura, la forma de un enorme oso que pudo deferenciar gracias a su colosal cabeza y sus orejas semipuntigudas.

Todo su cuerpo se tensó y de inmediato agarró la espada, preparándose para una lucha sangrienta inminente, pero lo que atravesó el umbral de la puerta definitivamente no lo esperaba. No era un oso, era más bien un hombre cubierto de pies a cabeza por un abrigo hecho de piel de oso, cuya cabeza era usada más bien como una cálida y cómoda capucha que aislaba la nieve y el viento como una segunda piel.

No tuvo que mirarlo dos veces para reconocerlo. Su cabello negro azulado caía desaliñado por todo su rostro, ocultando esos rasgos tan finos que tanto llamaba su atención.

—Eres… tú… —espetó incrédula, volviendo a acomodar su katana cerca de ella en el suelo rocoso.

El susodicho dejó caer al suelo algunos pescados que había conseguido en el arroyo congelado cercano a la cueva. Ise no le quitaba el ojo de encima, ya que aún no entendía que estaba pasando.

—Si que te demoraste para despertar —bramó el joven cazador sentándose en el suelo con cuchillo en mano, listo para limpiar su caza.

—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —preguntó ella con el entrecejo arrugado.

—Casi dos días.

Ise no daba crédito a lo que escuchaba. Eso claramente La sorprendió.

—¿Tres días? Eso no puede ser… ¿Cómo me encontraste?

—Cuando salí del templo y llegué a Sachi, escuché a algunas mujeres hablar de ti —explicó—. Hablaban de que sus maridos habían ido a terminar con tu vida y de lo mucho que se alegraban de eso. Esa gente realmente te odia… Lamentablemente, al parecer llegué justo cuando todo ya había terminado. Tu te encargaste de ellos sin ningún problema.

Ise recordaba todo lo sucedido, pero no recordaba en absoluto haber luchado contra ellos. Eso realmente la extrañó. ¿Por qué no podía recordar?

—Ya estabas inconsciente cuando te encontré —continuó explicando él—, habían tres cadaveres cerca de ti y estabas llena de sangre. ¿En serio no recuerdas?

Ise literalmente tragó en seco, no supo que responder. Ante su silencio, el joven suspiró y procedió a limpiar los pescados.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó ella jugueteando nerviosa con sus manos.

—No necesitas saber mi nombre. —respondió el hombre sin muchas energías.

Ise frunció el ceño obstinada y apretó los puños, nuevamente enojada.

—Tengo que llamarte de alguna manera ¿no? ¿O prefieres que te llame hombre de las cavernas?

Al escuchar eso el lado filoso del cuchillo accidentalmente atravesó con fuerza el torso del pez cortando de cuajo la cabeza, la cual cayó a sus pies con un sonido tosco.

—¿Qué haz dicho? —Preguntó él obviamente enfadado. Por un segundo ella temió por su vida después de todo no conocía a ese tipo de nada. Se estaba tomando muchas facultades con un hombre que no sabía de que sería capaz.

Sin embargo, para su sorpresa, el muchacho comenzó a reír como si hubiese dicho la más graciosa historia. Nunca antes alguien le había dicho así.

Su risa se escuchaba sorprendentemente joven y ronca.

—Con que hombre de las cavernas ¿eh? Si, supongo que el nombre me va bien. —Espetó con aparente buen humor— Mi nombre es Kai... Solamente Kai. Eso es todo lo que debes saber.

Ise asintió conforme.

—De acuerdo. Encantada de conocerte... Kai.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play