ARREBATÓ DE PASIÓN

ARREBATÓ DE PASIÓN

Capitulo 1

NARRADORA

En estas líneas se plasmaran la historia de amor de dos personas que se conocieron en un tiempo muy lejano a los de hoy. Donde la tecnología aún estaba en pañales. Donde el modo de comunicarse era a través de cartas escritas a mano, que a veces tardaban un mes o más en llegar a su destino dependiendo de la distancia, y solo los que eran millonarios contaban con teléfono de línea, vehículos para trasladarse y los que no, andaban a caballo, en bicicleta o a pie si ya pertenecía a la escala más pobre de la población.

Se desarrolla en la provincia de Formosa desde el año 1960 en adelante, cuando recién se estaba formando la provincia con calles de tierras y el centro se encontraba cerca de la plaza San Martín hasta el puerto, en esta zona se ubicaban la estación de bomberos, la estación de la policía federal, la policía local, la casa de gobierno. En ese entonces se dividían en manzana y solo habían pocos barrios, aunque la población se extendía rápidamente, y dónde ahora es el estadio de Fútbol ahí estaba el aeropuerto o como le decían el aeródromo que recibía aviones de pequeño porté. Cuando un accidente tragico terminó con la vida de muchos pasajeros y viendo el riesgo que significaba tener un aeródromo cerca de la población que se expandía, lo cambiaron hacia el año 1968 donde esta en la actualidad conocido como aeropuerto el Pucú, adquiriendo el nombre por estar rodeado por este Riacho.

Se trata de una joven que a sus veinte años conservaba su inocencia intacta. Criada bajo la regla de llegar virgen al matrimonio. Esta chica es conocida como Gringa de figura delgada en forma de reloj de arena, de unos 1.65 metros de estatura con unos color de ojos violeta- azulado poco común, tés blanca, labios carnosos y rosados naturalmente y una cabellera rubia. Su padre era polaco y cuando ella era una niña de un añito y su hermana mayor de tres añitos su padre las llevo con su abuela cuando su madre enfermo, con la promesa de regresar por ellas. Pero lo que iso fue dejar a su esposa bajo el cuidado de las monjas y fue a casarse en el Paraguay con su amante, regresando adueñándose de su casa y dejando olvidada a su mujer y a sus hijos, como era millonario no le importaba que ocurriera con ellas, solo le dejo unos cuantos pesos a las monjas.

Cuando su exmujer se recuperó y fue a la casa se encontró que otra ocupaba su lugar, lejos de ponerle mal, pensó en sus hijas. Le pidió que le dijera dónde estaban y eso fue todo. Busco sus hijas, se mudó a la ciudad a buscar trabajo un ganadero que estaba contratando cocineras la vio y se enamoró de ella aceptando la con sus niñas pequeñas y así logro ponerle de pie junto a él. A causa de las inundaciones debió vender su ganado para no perder capital. Se mudaron a la ciudad y ahí abrieron un negocio. Cuando su hija mayor tenía la edad de 15 años una Tía millonaria le pudio llevarla para que sea su compañía y de paso hacerla instruir. La niña como quería ir demasiado aceptaron que vaya, también pidió por Gringa pero ella prefirió quedarse con sus padres. Por lo que es la que atiende el negocio familiar.

Por cosas del destino conoce a un joven muy guapo y galante Oficial de la policía federal, llamado Pablo Fernández de 29 años de edad, de unos 1.72 metros de estatura, delgado, musculoso, cabellos negros, ojos marrones claros, piel tostada por el sol que hacen sobresaltar el color de ojos y unos bigotes bien prolijos en forma de media luna. Del cual se enamora perdidamente. Y tras unos cuantos encuentros se le entrega sin condiciones y él al darse cuenta de ser el primer hombre en su vida se enamora de ella. Tan solo que existe un pequeño inconveniente, él está casado y su supuesta esposa vive en Corrientes, pero la realidad es que a él lo cazaron a punta de pistola a los 17 años, porque él padre lo pescó en el cuarto de su hija, una morocha voluptuosa Brasilera que era ninfómana, pero sus padres no lo sabían, y Pablo fue seducido por ella, ignorando ese problema que tenía, lo metió en su cuarto bajo la escusa de que le ayude a arreglar algo, pero en realidad otras intenciones tenía y antes de ejecutarlas sus padres llegaron, antes de tiempo, por lo que lo encontraron en el cuarto de su hija y ante la duda de si la había tocado o no, lo obligaron a casar. Después con el tiempo descubrió que mientras él salía a trabajar ella lo engañaba con el que sea. Devastandolo por completo está revelacion y se enteró antes de irse a estudiar para Oficial de la policía Federal, por lo que su alejamiento de su esposa no lo sintió para nada.

Para que su amor sea una realidad van a tener mucho que ver la abuela de Gringa doña Tona y su Tía Maria. Pero surgirán otros personajes que le provocarán conflictos que tendrán que saber manejar y si su amor es fuerte podrán superarlos.

Espero que les guste esta nueva novela. Besos y gracias por su apoyo.

CAPITULO 1

En los años 1960 cuando recién se estaba formando la provincia de Formosa un joven Oficial de la Federal recién recibido conoció el amor verdadero en una joven muy bella.(...)

Desde que se recibió de Oficial en la policía Federal Papito, como le decían sus amigos, cumplió funciones en diferentes puntos del país, como Buenos Aires, Corrientes y está ves le dieron su pase en Formosa, una provincia joven.

Papito se sentía cansado, después de pasar tantas horas sentado en su móvil, vigilando y dando vueltas. Suspiro y estirando su cuerpo en el asiento hasta tocar la espalda con el respaldo le dijo a su compañero:

- Voy a comprar algo para comer, de paso estiró las piernas.

- Fíjate si conseguis mortadela, así nos hacemos unos sándwiches...Toma te colaboró para comprar. Estiró la mano y le pasó unas cuantas monedas.

- Bueno, a ver qué alcanza...Dijo frunciendo el ceño al ver lo poco que le daba, siendo de comer mucho, su amigo Gutierrez.

En ese momento vio un pequeño negocio, en el despertó la necesidad de comprar ahí, detuvo el vehículo colocándose en frente.

Gringa al ver el oficial bajar del móvil, le pálpito el corazón, tenía el bigote bien prolijo en forma de media luna, el uniforme, le sentaba muy bien de una figura delgada pero musculoso, se ve que era alto de unos 1.72 metros o más y los zapatos tan brillosos en color negro, se notaba que cuidaba su imagen.

- Buenos días ¿Qué se le ofrece? Le dijo de manera cordial, ni bien cruzo la puerta.

Papito levanto la mirada, y se encontró con esos ojos color violeta- Azulados, se quedó embelesado. Solo escucho "Buenos días" salir de su boca, una frase pegada.

- Si, dígame. Insistió Gringa, con sus manos sobre el mostrador, para que no se note la emoción que sentía, se recargaba con fuerza.

- Pues...¿Tiene mortadela?. Logro decir y no podía dejar de recorrerla con la mirada, esa muchacha de mirada alegre y figura de sirena como solía decir, cuando era demasiado linda, lo dejo anonadado.

- Si, ¿Cuánto quiere? Respondió de inmediato, mientras pensaba, como poder evitar sonar emocionada, ¡No podía bajar el tono de su voz!

- Deme medio kilo, y pan. Respondió mirando y viendo que tenía de todo el negocio...Quería algo de beber para hacer correr y se fijaba que podía ser.

Gringa corto y peso la mortadela, se limpio las manos con una rejilla y sentía que los colores le subían en sus mejillas, cuando escucho que le preguntaba.

- ¿Vas a Bailar?, además de tener tú negocio. (Trataba de entablar una conversación, queriendo saber un poco más de ella).

Ella abrió grande los ojos, y recordó los bailes de su pago, en el patio de la casa de su abuela que se armaban y eran alegres. Pero desde que tuvieron que vivir ahí no había bailado, además de atender todo el día su negocio, no pensó en ello hasta ese momento.

- No, la verdad debo atender el negocio. Le dijo en un tono de añoranza, pasándole el paquete de mortadela y el pan.

- Tomé cobrase, le dijo a la vez que agarraba lo que le pasaba. Pensando en volver y poder conversar más tiempo, ya que justo en ese momento su compañero lo llamaba, tocando la bocina, avisándole que lo estában solicitando en la estación.

- Bueno, muchas gracias por su compra, que tenga un buen día.

-De nada hasta pronto y se retiró apresurado.

- ¿Qué pasó chamigo? ¿Porqué tardaste?. Le interrogó impaciente. Ya nos solicitan de nuevo, a ver qué nos encomiendan.

- Toma y prepara mientras conduzco. Respondió secamente, como para que no adivine que le pasaba, eran compañeros y amigos desde hace mucho y lo conocía a la perfección.

-Pero...Te faltó algo para tomar. Le recalcó revisando los paquetes.

- Con lo que me diste apenas alcanzó esto. Fue su respuesta para librarse de las preguntas.

-Ya, ya entendí...Por suerte tenemos el termo de agua. Miro hacia atrás, divisando dónde puso el termo.

Gringa quedó embelesada pensando en ese oficial, su corazón latía fuerte y acelerado. Hasta ese momento nunca había sentido nada igual. Una vez le pregunto a su abuela

-" Tona ¿Qué es el amor? ¿Cómo saber cuándo uno está enamorada?"

- Mira mí hija... -Le respondió su abuela, que ya muy viejita, sabía muchas cosas, y lo explicaba tan bien que era fácil de entender. Mientras tenía, como siempre la veía, enredando lana tras lana y de cuyas manos brotaban frazadas, suéter, manteles, como magia...- Primero vas a ver qué lindos zapatos brillosos, después que bien vestido esta y cuando quieras darte cuenta no dejaras de pensar en él y todo lo que gire a su alrededor será bellos para ti.

Y así era, no podía dejar de pensar en él.

Papito estaba sumergido en sus pensamientos cuando su jefe lo llamo.

- ¡Fernández! te toca recorrer las calles está tarde, Gutiérrez tiene asignada una guardia así que vas sólo.

- ¡Si señor!. Respondió levantándose de su escritorio, dando un suspiro, se acomodo el uniforme, controlo su arma, se sentía agotado, largas guardias, recorridos por la ciudad para controlar que no existan disturbios o algo fuera de la ley, tenía ganas de tirarse un rato a dormir.

Manejaba como mirando a la nada cuando una figura le llamo la atención, dio la vuelta en la esquina y retorno despacio, vio que era la chica del mini mercado, dónde había ido la vez pasada, lo dejo deslumbrado, planeaba volver pero como cosa del destino la cruzó en su camino.

- ¿La llevo señorita? Le pregunto en un tono suave, tratando de no sonar galante para no asustarla.

Gringa que iba caminando sumergida en sus pensamientos, escucho que alguien le hablaba, se giro como para negarse y vio que era él oficial, le temblaron las piernas y solo atino a asentir con la cabeza en un gesto de que si. Se subió al vehículo y por más que le habían dicho miles de veces que no lo hiciera, que debía de cuidarse, sentía la necesidad de estar a su lado y su aroma embriagador la hechizada.

- Pues, usted dirá ¿Dónde le acercó?. Le dijo con una mueca de sonrisa.

- Me dirigía al Hospital, mí abuela está internada e iba a visitarla. Le dijo en un tono apenado y triste, porque su abuela era muy querida y en ese momento estaba muy delicada.

- Con gusto, la llevo, de paso le comprare unas manzanas para ella. Le respondió ni bien retomaba la marcha, Por cierto, mí nombre es Pablo Fernández, para servirle.

- Me dicen Gringa. Respondió ella, mientras se miraba la falda acomodandola para no enseñar sus rodillas, y coloco el bolso que era floreado y grande, sobre su regazo.

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