EL MISTERIO DE LA ISLA MELLYON
La batalla entre los dos barcos piratas se encarnizaba por momentos. Los gritos de dolor de los heridos, se estaba volviendo una banda sonora junto al estruendoso ruido que emitían los cañones.
La noche era completamente oscura, a penas se podían ver las estrellas, del humo que habían provocado los proyectiles, al caer dentro de los barcos y hacer arder la madera.
Los piratas iban con las antorchas de babor a estribor, unos para atender a los heridos y otros para iluminar a los que se encargaban de colocar la pólvora y los proyectiles en los cañones, para finalmente disparar sin piedad.
El ambiente se iba enrareciendo por momentos, una niebla se empezó a formar volviéndose cada vez más espesa. Hasta tal punto que ninguno de los piratas podían ver al otro barco y dejaron de disparar.
El silencio invadió el lugar dando paso al sonido de las olas al chocar en los laterales bajos de los barcos. En el interior de uno de los barcos, uno de los piratas iba con su antorcha hacia un compañero que estaba sentado junto al cañón, con una mano puesta en su oído derecho.
- ¿Te han herido?- se preocupó al verle sangre en su mano.
- No lo sé, pero me duele mucho.- dijo con voz angustiosa el marinero.
- Déjame que te mire. - Le quitó la mano para acercar la antorcha, cuando vio el oído hecho un hilo de sangre, sus pocos conocimientos en medicina le hicieron sospechar seriamente de que nada bueno tenía.
- Muchachos - se les acercó el capitán.- ¿va todo bien?
- Capitán - dijo levantándose el pirata con la antorcha - Staff está grave, en el mejor de los casos puede perder el oído derecho.
- ¿Estás seguro almirante? - Le preguntó el capitán, ambos se miraron directamente a los ojos y el capitán no tuvo dudas de que Staff estaba gravemente herido.
En eso cayó con toda su fuerza el primer relámpago, que dio paso a una lluvia torrencial. El capitán ayudado por el almirante levantaron a Staff, en eso escucharon terribles gritos provenientes del otro barco. La neblina había desaparecido y veían a los bucaneros del otro barco lanzarse poseídos.
- ¡El diablo está aquí!- exclamó otro de los marineros corriendo yendo hacia su capitán.
- Peterson,¿qué ocurre?
- ¡El diablo!. - dijo cogiendo del cuello de su capitán- he visto al diablo, está aquí viene a por nosotros...
- ¿Qué tonterías di...- pero el almirante con los ojos abiertos de par en par vio algo inusual, desde el cielo iluminado por los constantes relámpagos.
- ¡Capitán mire...! - le dijo señalando al cielo. El capitán se volvió y quedó sin aliento, al ver como en lo alto del cielo se formaba la cara de una calavera y devoraba el barco de enfrente.
- ¡No quiero morir!- se lanzó al agua el marinero poseído.
Las aguas por el torrencial, estaban revueltas y con un oleaje violento, se fue tragando a los marineros que poseídos por el miedo se lanzaban al agua.
Las olas cada vez eran más altas, con lo que zarandeaban el barco como si fuera un balancín ligero, los marineros iban rodando por la proa y popa como si fueran canicas, chocando entre ellos o con los obstáculos que se encontraban por el camino.
Los balanceos eran tan violentos que varios marineros salieron volando hacia el mar bravo. El mástil se partió en dos, al contacto con un relámpago que dañó severamente el mascarón.
El capitán tras dejar al almirante junto con Staff, fue hacia popa para tomar el mando del timón, en uno de los virulentos balanceos, perdió el equilibrio y se golpeó en la cabeza. Cayendo al suelo inconsciente.
El diluvio fue cesando, del mismo modo que se fue calmando el mar, hasta quedar el barco a la deriva de la corriente del mar y paulatinamente fue adentrando hacia una nueva neblina que se hacía más espesa.
El silencio volvió a reinar en el barco. En el suelo se mezclaba la pólvora que se había esparcido, agua que había entrado con el diluvio y el oleaje con la sangre de los piratas heridos.
El barco navegaba dejándose llevar por el mar hasta quedar encallado en unas rocas marinas. La ligera brisa marina se volvió una caricia para los rostros de los piratas. El capitán cuando notó l
a brisa en su rostro, húmedo por la sangre y el agua, se fue despertando lentamente. Primero movió los dedos de sus manos, luego fue abriendo los ojos. Al principio veía borroso; aun así fue lentamente enfocando hasta ver que frente a él, tenía a uno de sus marineros muertos.
Se levantó despacio y cuando estuvo en pie, miró a su alrededor viendo que había perdido a muchos compatriotas, no solo en la batalla sino también a causa de la tormenta. Los que habían sobrevivido a pesar de las heridas también se estaban levantando.
- Capitán, ¿en dónde estamos?- Le preguntó su almirante al ver que estaban ante una playa y que tras la neblina parecía haber una isla inexplorada.
- No lo sé. - dijo meditabundo mirando la playa.
La calma del lugar había que miraran desconfiados hacia la orilla de la playa, puesto que la neblina ahora no era tan espesa y dejaba entrever parte de la Isla.
- Habrá que bajar y explorar el lugar en el que estamos, y si hay alguien más en este lugar- dijo el almirante que viendo las heridas de sus compatriotas y los desperfectos del navío insistió- en nuestras condiciones y las del barco no podemos volver a navegar.
- Llevas razón Almirante, vamos a bajar - se volvió a sus compatriotas - quedamos pocos pero si nos mantenemos unidos nada malo nos puede suceder. Esta isla parece pacífica pero no podemos confiarnos, así que llevad todas las armas, pólvora y alimentos que haya en el barco.
Los marineros, fueron preparando el equipaje a pesar del dolor que suponía moverse con las heridas aún abiertas y sangrantes pero protegidas por los vendajes.
Cuando estuvo todo preparado y guardado en sus mochilas. El capitán ordenó que bajaran los dos botes, que habían enganchados al barco.
Tras acomodarlas en el lecho del mar el capitán, ordenó bajar por orden de peso, para ir equilibrando los botes. El capitán fue el último en bajar,no sin antes, mirar por última vez a la orilla de la playa, desconfiado.
Fin capítulo 1
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 56 Episodes
Comments