18.

Taylor entró al departamento con un rostro lleno de terror.

De forma inmediata, Prince y su madre lo miraron esperando que pudiera hablar.

—Es confirmado, Maiston volvió.

Prince cerró sus ojos sintiendo miedo, pero más intenso. Había creído que, cuando Cassi se había enfermado, había sido su último movimiento, pero luego se había enterado de que se había ido a unas vacaciones justo el mismo día. Ahora estaba de vuelta y era obvio el hecho de que ya debía saberlo todo.

—Voy a hacer unas maletas y me iré. Es lo mejor que puedo hacer. Me iré lejos con Cassi.

La mamá lo vio ponerse de pie casi corriendo para irse a la habitación. La bebé estaba jugando con unos cubos en el suelo, así que Taylor se quedó con ella mientras Prince echaba todo en una maleta sin el menor cuidado.

—Prince.

Ni siquiera miró a su mamá porque no quería perder tiempo en hacer todo lo necesario para que Maiston no le quite a la bebé.

—Prince.

Siguió echando ropa y abriendo otra maleta para echar la ropa de Cassi.

—¡Hijo! —exclamó ganándose frente a él para detenerlo.

Lo vio casi temblando y que estaba visiblemente desesperado y atemorizado.

—Mi príncipe, no puedes irte y ya. Si Maiston lo sabe, aunque te vayas al fin del mundo, él lo va a saber y te va a encontrar. No puedes estar huyendo por siempre y manteniendo a Cassi encerrada.

Negó ignorando sus palabras e intentando seguir haciendo las maletas.

—Basta, cariño y…

—¡No, mamá, tú no lo entiendes! ¡Maiston me la va a querer quitar! ¡Querrá dejarme sin nada para demostrar que es mejor que yo!

—¡Suficiente! Estás actuando como si fueras un criminal. Tú no debes huir, ya basta de eso. Debes ser valiente y, si Maiston viene, lo enfrentas.

Negó y se alejó tomando más ropa.

—Prince, por Dios, ¿qué sentido tiene? Cassi es una bebé aún, pero ella querrá salir a jugar, querrá tener amigos y tendrá que ir a estudiar. ¿Piensas prohibirle que vea el sol por miedo de lo que Maiston pueda hacer? ¿Quieres tenerla como una prisionera?

Al escuchar esas palabras, se quedó mirando a la mujer que acariciaba sus mejillas.

—Por favor, no hagas tonterías. Estuvo enferma y no quisiste llevarla al médico hasta el último momento por el simple hecho de Maiston. ¿Qué va a pasar si se enferma de nuevo?

—Voy a llamar un doctor privado.

La mujer soltó un suspiro y negó con su cabeza.

—Sé que estás desesperado y temes lo peor, pero lo dices como si no conocieras a Maiston en lo absoluto. Tal vez te engañó e hizo algo horrible, sin embargo, a pesar de eso, yo no lo creo capaz de hacer algo así. El miedo te está cegando y no te permites estar en paz.

Prince no supo qué decir y retrocedió hasta sentarse en la cama. Pasó las manos por su rostro y vio toda la ropa tirada en el suelo. Su cuerpo estaba temblando y su cabeza no se podía estar tranquila. Solo pensaba en escenarios horribles y llenos de más dolor.

Al escuchar el sonido del timbre, ambos miraron.

—¡No, no abras, mamá!

Lo vio salir corriendo para ver donde estaba Cassi y tomarla en sus brazos.

—No abras, Taylor. No lo hagas.

El timbre se escuchó de nuevo y la mamá con Taylor se dieron una breve mirada.

—¡Te digo que no abras! —exclamó viendo como su amigo se acercaba a la puerta para ver por el orificio de la puerta.

—Es Reich.

Al oír ese nombre, el cuerpo de Prince se calmó. Pudo sentir que la paz regresaba a su cuerpo y respiró calmado. Taylor simplemente abrió la puerta.

Reich ya sabía lo del bebé, el castaño le había contado y él no se había hecho mayores problemas.

—Hola, ¿está todo bien?

—Lo siento —dijo la mamá —, Prince está muy poco alterado.

—Ya me imagino el por qué. Dijiste que íbamos a comer comida china hoy en la noche, pero creo que ya lo olvidaste. Puedo venir otro día si ahora no te sientes bien.

—¡No! Yo solo me siento nervioso, aunque me siento mejor ahora que estás aquí.

—Bien, me llevo a la bebé para que puedan hablar.

—Y yo me voy porque tengo cosas que hacer —habló Taylor.

Prince los vio a todos irse y soltó un suspiro. Quiso arreglar un poco su ropa para verse un poco mejor y no tan paranoico o como un verdadero loco.

Se acercó a Reich que venía con su ropa de trabajo aún. Recibió los paquetes que le daba mientras le contaba algunas cosas y quiso olvidarse de todo lo demás. Siempre se esforzaba mucho en mantener su mente centrada en lo que él le contaba porque sabía que era una buena persona. Al enterarse de Cassi no había dicho nada malo y seguía estando ahí con él.

No habían tenido tiempo de salir más porque había mucho escándalo debido a que hablaban de su supuesto matrimonio también e incluso de que Cassi era hija de él y más.

A veces sentía que se iba a volver loco porque los periodistas no lo dejaban en paz jamás. Y quería calma. Quería paz, pero nunca lograba sentir por completo. Siempre había algo que se lo impedía por más que lo deseaba y eso le producía enojo porque era injusto.

—No te preocupes tanto por la bebé —le sugirió Reich con una sonrisa amable.

Prince lo quedó viendo unos segundos y soltó un suspiro. Se habían besado un par de veces, pero no habían hecho nada más que eso a pesar de que llevaban varios meses hablando y saliendo antes de que todo ocurriera.

—Lo siento.

—Y no te disculpes. No tienes la culpa de nada, Prince.

—¿En serio no te molesta que tenga una bebé?

Reich negó.

—Claro que no. No hay motivo para que me hubiera enojado. Además, es linda y dulce, ¿quién se podría enojar con ella?

—Gracias, habría deseado que te hubieras enterado de otra manera, pero el ser yo no ayuda. A veces me siento feliz de todo lo que he logrado y, en momentos como estos, lo aborrezco porque no puedo tener paz jamás —murmuró soltando un suspiro.

El rubio estiró su mano para acariciar su mejilla. Prince sintió ese gesto amable y cerró sus ojos unos segundos.

—Tranquilo, las cosas van a mejorar y sabes que puedes pedirme ayuda para lo que sea —habló.

No tardó en dejar un beso en su mejilla y tampoco perdió la oportunidad de besar sus labios. Siempre obtenía una respuesta y siempre se daba cuenta de que no era del cien por ciento, pero no exigía más que eso. El Omega era quien siempre se alejaba de manera nerviosa y él nunca insistía demás.

—¿Vamos a comer? —preguntó Reich terminando de sacar las cosas.

Dejaron todo listo en la mesa y se sentaron para poder comer algo mientras hablaban.

No tenían muchos temas de conversación. Una porque Reich no era mucho de palabras y dos porque Prince no era muy gracioso. Se limitaban a preguntar por el día del otro y más. A veces opinaban sobre alguna película y eran temas simples que los entretenía.

—Si, ya sé. Pero aún no cumple dos años, así que no quiero preocuparme mucho por eso —murmuró el Omega.

—Mis sobrinos empezaron a los tres años. Ahora ya tienen diez, pero es una escuela muy buena, aunque bastante cara.

—Sí, todo es caro en estos tiempos y tú, ¿te casarías conmigo?

Reich comenzó a toser sintiendo que le faltaba el aire y bebió un poco de agua sin saber si había oído bien o estaba imaginando cosas donde no las eran. Prince lo vio un poco rojo por atragantarse con la comida.

—Discúlpame, ¿qué dijiste?

—Que si te quieres casar conmigo —repitió más fuerte y más confiado.

Y tenía claro que era una completa locura, como muchas de las cosas que solía pensar últimamente, pero ya no le quedaban opciones y se estaba desesperando cada vez más.

—Yo, sé que es algo de la nada, pero las personas solo hablan de nuestro supuesto matrimonio en todos lados, entonces, ¿por qué no darles en el gusto? Después de todo, ambos nos gustamos y nos sentimos cómodos con el otro.

Reich lo quedó mirando unos segundos. No supo muy bien qué decirle. Tenía claro que se llevaban bien y se gustaban de cierta manera.

Bebió un poco más de agua.

—Escucha, creo que es algo que no estás pensando bien y…

—Lo estoy pensando bien.

—No, Prince, no lo haces porque, si no estuviera el asunto de que Maiston regresó de sus vacaciones, no lo estarías diciendo. Sinceramente, creo que un matrimonio, en vez de arreglarte las cosas, te daría más problemas.

Lo vio desviar la mirada y no quería que se sintiera mal, así que estiró su mano para tomar la suya.

—Mira, si lo que quiere es sentirte seguro, entonces, tranquilo que yo te ayudaré sin importar el momento o la hora.

El castaño sintió su mano grande tocando la suya y soltó un suspiro. Deseaba que ese toque le diera seguridad al máximo, pero todossiempre no superaba ni el terció de un cien por ciento.

Miró su rostro y no se veía molesto. Reich jamás se veía molesto y nunca lo había escuchado soltar una grosería o alzar la voz.

—Y, ¿si vivimos juntos? Estoy nervioso siempre, mamá debe encargarse de sus asuntos y Taylor tiene asuntos también. Creo que me han ayudado más de lo que merezco —murmuró observando sus ojos negros.

Esperó una respuesta ansioso cuando el timbre del departamento fue tocado.

No lo pensó mucho y se puso de pie para ir a abrir la puerta. No pensó en quién podía estar al otro lado hasta que la abrió y lo vio. Alzó la mirada porque era alto. Lo vio totalmente imponente y con una mirada amenazante que lo hizo retroceder un paso temiendo lo peor.

—Maiston…

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Comments

Rosse.

Rosse.

se confío y abrió la puerta sin ni siquiera ver quien era😨😨

2024-04-25

1

Rosse.

Rosse.

casi se nos va el Reich 🤣🤣🤣

2024-04-25

0

Zulim

Zulim

AY CARAJO...😨😨

2024-04-21

1

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