7.

Prince soltó un suspiro cuando escuchó llorar a Cassi otra vez.

Vio a su mamá durmiendo y se notaba cansada porque estaba con el trabajo más pesado. Él tenía que salir a veces para encargarse de miles de asuntos que tenía pendientes desde hace meses, así que ella se quedaba con la bebé y también venía Taylor.

No quiso despertarla y salió con Cassi en sus brazos para caminar un poco. La sostuvo en sus brazos con cuidado y le acariciaba la espalda esperando que así pudiera dormirse. Tenía sueño también y estaba cansado. Iban solo dos meses desde que había nacido y sentía que, con cada día que iba pasando, ella estaba más irritable. Al dejar de llorar, se sentó en uno de los sillones soltando un suspiro.

La siguió moviendo en sus brazos un poco y la vio con sus ojos cerrados. Tenía sus manitos cerradas igual que siempre y sonrió porque se veía demasiado linda. Tenía su color de piel, pero, en ocasiones, imaginaba que iba a tener el color de Maiston. Y, tal vez no tenía su color de piel que sería algo imposible de ocultar y negarle al Alfa. Sin embargo, sí tenía una marca de nacimiento en su cuello que era grande y se diferenciaba de su color de piel natural.

Pasó su dedo por ella porque en la piel de Maiston se veía más bonita. Al darse cuenta de que estaba sonriendo, sacudió su cabeza para eliminar pensamientos extraños y estúpidos.

Se quedó ahí sentado viéndola con su pijama azul de Stitch de la película Lilo y Stitch. Se veía linda y dulce.

—¿Qué sentido habría tenido el enojarme contigo? —le preguntó a pesar de que no iba a obtener respuesta alguna —. Eres demasiado linda para hacer algo como eso. Perdóname si en algún momento tuvo la idea errónea de que, lo mejor de todo, era eliminarte.

Acarició su mejilla al verla dormida y, si antes se sentía solo siempre, ahora se sentía acompañado.

—Me estoy esforzando mucho por ti. Ahora mismo estoy preparando algo especial que se va a lanzar dentro de cinco meses más. No es por presumir, pero sé que eso será mi mejor trabajo sin duda alguna. Abarcara las edades de uno a diez años de edad.

No quiso irse a la cama sabiendo que ahí estaba su mamá y que a veces no dormía ni un solo poco por darle tranquilidad a él, así que, como el sillón era grande, se acomodó en el dejando a la bebé para el lado del respaldo. Tomó una manta y él no tenía frío, pero no quería que ella se fuera a resfriar o algo. La dejó bien tapada y cerró sus ojos un poco.

—Mamá siempre fue buena conmigo y me dio mucho amor y seguridad, así que pienso hacer lo mismo contigo. Tal vez no tendrás un papá, pero tienes a tu tío Taylor que te quiere mucho.

Sonrió porque Taylor a veces se olvidaba de todo por querer pasar tiempo con la bebé y cargarla en sus brazos por incontables horas. Se había aprendido cuentos, canciones de cuna y le había comprado un coche de bebés. Estaba haciendo todo lo posible para que Prince lo eligiera como el padrino para ir a presumirle a sus amigos que era el mejor de todos.

—Tal vez cuando seas grande me vas a preguntar cosas, así que iré practicando para contarte algo lindo y no algo triste como es realmente por lo que pase. La verdad, no he sabido de él y tampoco he querido preguntar. No he salido mucho de aquí, así que nunca lo he visto, pero basta encender la televisión o tomar alguna revista para verlo.

Soltó un suspiro porque eso no le gustaba. Se estaba esforzando en no ver ni oír nada de él, a pesar de que era algo difícil debido a lo famoso que era. Pensaba en que sería perfecto el que su memoria fuera borrada para así evitar malos momentos porque lo ponía triste aunque no quisiera. La mayoría del día lo pasaba ocupado y no tenía tiempo para pensar, luego llegaba la noche y era cuando todo comenzaba, cuando los recuerdos lo azotaban, y la tristeza y el dolor de su pecho lo consumía. Estaba cansado de llorar y más por llorar por alguien que no valía la pena.

Se suponía que, así como Maiston estaba teniendo una nueva vida con alguien nuevo, entonces él también tendría que estar haciendo exactamente lo mismo.

Cerró sus ojos y tomó una respiración profunda para evitar que esas lagrimas salieran porque ya había transcurrido un año y, después de un año, se suponía que las personas ya daban vuelta la página para empezar con algo nuevo, mejor, más lindo, más interesante. Limpió sus mejillas y se repitió una y otra vez que no debía llorar más por un Alfa imbécil e idiota.

Se arrepintió de no haberle hecho lo mismo y que lo viera con sus propios ojos para que supiera lo que se sentía, mas no era así. Tal vez era alguien que le gustaba el orden, tener todo limpio y dar ordenes a los demás, pero jamás se imaginaba lastimando a quienes quería y estimaba.

—Espero que, cuando el tiempo avance lo suficiente, muchas cosas cambien. Yo haya cambiado para verme valiente para ti y no tengas miedo por no tener un padre. Sé que un padre y una madre son fundamental para un niño, pero yo intentaré hacer esos dos roles. Lo prometo, Cassi.

Cerró sus ojos sintiendo el sueño y nada más se dejó consumir por el.

No supo cuanto tiempo estuvo durmiendo, pero cuando despertó, Cassi no estaba a su lado. Se sentó de golpe viendo a Taylor con la bebé dándole mamadera mientras le hablaba como siempre le hablan a los bebés.

Soltó un suspiro y los quedó mirando. Tal vez no era su padre, pero se alegraba de tenerlo a su lado. Se puso de pie caminando a la cocina viendo a su mamá preparando algo. Tenía que empezar a trabajar desde las nueve de la mañana y eran las siete, así que no tenía mucho tiempo para ducharse y comer a la misma vez.

La saludó con un beso en la mejilla y se fue al baño para ducharse. Estuvo unos minutos bajo el agua helada y luego salió para vestirse. Su cabello castaño estaba más largo que hace un año atrás, así que le estaba costando el peinarlo porque le cansaba.

Al terminar de vestirse, salió porque debía realizar algunas cosas en el hotel que tenía a su nombre.

Sabía como eran esos hoteles Delta de Maiston, conocía bien como eran manejados en el interior, así que no le temía a nada. Conocía al conserje y a las muchas mucamas que habían en el lugar. Seguía estando en funcionamiento, pero habían muchas cosas que se debían controlar, verificar, disponer y modificar.

Le gustaba todo del hotel, pero quería hacer algunas modificaciones para que sea más colorido, se vea más nuevo y pudiera atraer más personas.

—Hola, joven Hammer, buenos días.

—No, por favor, ya no uso ese apellido —dijo refiriéndose a su apellido de casado por ser el de Maiston —. Ahora simplemente soy Prince o puede decirme Jefe.

El hombre asintió con una sonrisa.

—Vengo para ponerme al tanto del funcionamiento. Necesito saber cuantos empleados hay y de cuantos son los turnos. También saber cuantas habitaciones son para casados y cuantas las individuales.

—¿Piensa hacer algunos arreglos? El señor Maiston, nos dijo que nos preparemos porque el lugar se iba a ir a la banca rota en menos de dos años.

Prince sonrió divertido.

—El señor Maiston, no sabe nada. De seguro que, quien se va a ir a la banca rota, será él. Hagamos un recorrido por el lugar, he venido algunas veces aquí, pero no recuerdo mucho.

—Encantado —dijo indicándole que avance primero.

Por el momento no habían muchas personas, pero el castaño se pudo cruzar con algunas en varios momentos. No se veían muy complacidas debido a su rostro y eso es lo que él quería cambiar. Maiston invertía mucho dinero en sus hoteles, eso todos lo sabían, no obstante, siempre era lo mismo y hace años que no tenían ninguna remodelación.

Caminaron por mucho tiempo donde el hombre le iba explicando todo porque era el más viejo del lugar y, por ende, el más capacitado para ello. Aparte que, el Director general no se había presentado.

Al dar varias vueltas por los pasillos, lo siguió hasta donde se encontraba la cocina, donde las personas se cambiaban de su ropa de trabajo, donde estaba la lavandería y finalmente la recepción que era el inicio de todo. Continuaron hablando mientras le mostraba algunos papeles donde se confirmaba que el hotel estaba a su nombre y un registro de las últimas ganancias del año.

No eran pocas ganancias, era suficiente dinero para poder pagar toda la remodelación y luego, él con su dinero, encargarse de otros asuntos.

—De acuerdo, Andrés —dijo refiriéndose al hombre que tenía claro que era un Beta. Su rostro era amable y se notaba dispuesto a hacer caso a todo lo que se le decía —. No tengo ninguna duda porque me has explicado absolutamente todo y es justo lo que deseaba. Saber hasta lo más mínimo y, como el Director general hoy no se encontraba sabiendo que yo iba a venir, entonces necesito que tú asumas ese cargo.

El hombre lo quedó mirando unos segundos medio dudoso.

—Pero, usted sabe que el señor Jim…

—El señor Jim es solo un tipo que le lame los zapatos a Maiston como un perro faldero, yo no. No te preocupes, yo me encargo de sacarlo de ese cargo.

Había hablado demasiadas veces con Jim y, a pesar de que era el mejor amigo de Maiston, sabía muy bien como manejarlo.

—En mi nuevo hotel, necesito personas comprometidas y que realmente necesiten el trabajo. Jim tiene dinero hasta por el trasero, a él le dará igual perder el puesto. Si lo hubiese querido, él se habría presentado y no te habría dejado a cargo a ti, ¿no crees, Andrés?

El hombre sabía que tenía cierta verdad lo que decía. No dijo nada, pero asintió. Él tenía un esposo y dos hijos menores de edad aún que quería sacar adelante, así que jamás faltaba al trabajo ni siquiera cuando estaba enfermo.

—Lo siguiente, es que le vamos a cambiar el nombre al hotel porque es horrible, sin gusto y poco ingenioso. Quiero que, cuando las personas entren, luego se vayan con una sonrisa gigantesca igual que cuando compran mi ropa.

—¿Qué nombre se le ocurre, joven Prince?

—Oh, bueno, he estado pensando en muchas opciones que sean interesantes e incluso medias misteriosas. Pero, ahora que sé que Maiston ha dicho eso sobre que el hotel se iba a ir a banca rota, pienso en que Oasis.

—Es como un nombre exótico y paradisíaco, ¿verdad?

Prince asintió sonriente.

—Y va a ir perfecto con el nuevo modelo que tendrá por dentro. He estimado los costos y el tiempo de remodelación, así que estaríamos abriendo en ocho meses más.

—¿Qué tipo de remodelación será?

—Mi intención es cambiar el color de las paredes. Quiero un rojo escarlata, con muchos cuadros de pinturas exóticas, con espejos por todos lados, un aroma salvaje, con habitación grandes y jacuzzis, además…

El hombre se quedó escuchando todo lo que decía porque, en vez de hablar de un hotel, Prince estaba hablando de transformarlo todo a un motel.

No era ajeno a ir a esos lugares, sin embargo, con cada cosa que el castaño le decía, le quedaba claro que él no iba a guardarse nada y que lo iba a volver el lugar más exótico, caliente y sensual de todos y entendió el porque de querer colocarle aquel nombre.

No fue capaz de decir mucho, simplemente se quedó en silencio porque tenía claro que él vendía mucha ropa sensual y lencería atrevida, pero jamás pensó que, gustos como esos, iban a llegar a rodearlo por completo y sin darle tiempo de nada.

En lo único que pensó es que, al Omega que tenía, no le iba a gustar que estuviera trabajando en un sitio así.

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Comments

Isabelle 🖤

Isabelle 🖤

Porque en mi vida no hay amigos como Taylor? No tengo amigos y a veces si duele estar sola todo el tiempo. ( ando sentimental, luego se me pasará )

2024-04-22

3

Rosse.

Rosse.

fuerzas Andres tu puedes 💪

2024-04-24

1

Rosse.

Rosse.

pero eso es algo que ese perro no pudo apreciar es su culpa no tuya bb no te sientas mal

2024-04-24

0

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