CUANDO LAS ROSAS SE MARCHITEN [OMEGAVERSE]

CUANDO LAS ROSAS SE MARCHITEN [OMEGAVERSE]

1.

El Omega:

El Alfa:

—De acuerdo, aquí están los papeles de divorcio. Necesito que firmen aquí y aquí.

Prince se puso de pie para tomar un lápiz y firmar de manera rápida para poder terminar todo, pues lo único que deseaba era dejar de verle el rostro al Alfa egocéntrico, moreno, pelinegro y fuerte.

Al hacerlo, regresó a su asiento y el Alfa se puso de pie para hacer lo mismo. No le tembló la mano en lo absoluto y dejó el lápiz al lado. Le dio una breve mirada al Omega para verlo de brazos cruzados, rostro serio y mirando hacia el lado demostrando el hecho de que no quería verlo ni en pintura ni mucho menos en sus sueños. Lo conocía bien, así que sabía que solía ser caprichoso, dar demasiadas órdenes y tener siempre todo controlado, así que estaba seguro de que todas esas cosas lo tenían cansado y habían sido el motivo de aquel engaño.

El hombre que estaba sentado en la cabecera de la mesa, aclaró su garganta porque el ambiente estaba para cortarlo con un cuchillo y tenía miedo de decir algo y que ambos lo golpeen.

—Bien —susurró con una sonrisa, pero ninguno de los dos ni lo miro —. En los próximos días les estarán llegando sus documentos donde saldrán divorciados legalmente. Sin embargo, ustedes se habían casado sin separación de bienes, así que...

—No quiero nada de él —habló el Omega con tono serio —. Tengo todo lo que quiero y puedo tener más. Que todo lo usado se lo dé al otro, me gusta ser caritativo de vez en cuando.

El hombre tragó saliva sin saber como Prince tenía tantas agallas para hablarle de aquella manera y sin quitarle la mirada o titubear en algún instante.

—De acuerdo —dijo riendo por el nerviosismo y se aflojó un poco la corbata —, pero me temo que es la ley, así que deben decidir quién se queda con la casa, con dos de los cuatro autos, con la cabaña del sur y con el cincuenta por ciento de lo que hay en el banco. Además, tengo que recordarle, señor Maiston, que usted puso a nombre de su esposo uno de los Hoteles Delta.

—Es una lástima, es demasiado para él, no podrá manejarlo jamás —se burló mirando a Prince con una sonrisa.

—Justo como tú no fuiste capaz de manejar tus enredos de una noche.

El hombre volvió a tragar saliva viendo que casi se ponían a pelear encima de él.

—Bien, entonces el Nissan y el Chevrolet serán de usted, joven Prince, ¿le parece bien?

—No, quiero el Camaro y el Ferrari.

—Esos me gustan a mí —habló Maiston.

—Mala suerte. Tú no me preguntaste si te podías acostar con alguien más, así que no pienso preguntar ni considerar ninguna de tus objeciones. Quiero esos y punto —dijo mirando al hombre.

El tipo nada más asintió.

—Me tengo que ir, cualquier problema que ocurra, se queda mi abogado para resolverlo. Tengo un hotel del cual hacerme cargo.

—No, espere, joven Prince, tiene que escuchar lo que voy a leer aho...

Lo vio salir por la puerta y soltó un suspiro porque nunca le habían asignado un divorcio tan difícil como el de ellos dos. Cada vez que los veía nada más imaginaba que uno de los dos iba a terminar muerto con un cuchillo clavado en el cuello.

—Bien, entonces se lo voy a leer a su abogado —anunció mirando al hombre que había estado sentado a su lado todo el tiempo, al igual que el abogado que estaba al lado de Maiston.

El Alfa se quedó otro poco para luego simplemente irse.

Prince, al llegar al hotel donde se estaba quedando, soltó un suspiro porque estaba cansado. Pensó en encender la televisión un poco para distraerse y se arrepintió al segundo porque nada más estaban hablando de su divorcio. Eran dos personas poderosas que tenían sus propios negocios, inversiones y reconocimientos, así que les era imposible que sus nombres no estuvieran en las portadas de revistas o periódicos.

Maiston era reconocido por sus empresas de petróleo donde se hacían envíos a todo el mundo. Era la número uno y la preferible por todos los compradores que pudieran haber. Su abuelo había comenzado con el negocio hace muchos años y luego todo había sido traspasado a su padre para luego quedar todo a su nombre cuando su padre falleció hace diez años. La empresa Petrolera Infinite, era la líder de la industria de aquel ámbito y había estado en primer lugar más de treinta veces durante treinta años seguidos sin que nadie pudiera quitarle aquel puesto. Además de eso, también tenía experiencia en Hotelería, así que tenía Hoteles Delta por muchas partes de la ciudad y en tres países diferentes. A sus treinta años era un hombre respetable, a excepción por la noticia de su engaño a su, ahora, ex esposo.

Prince tenía una marca de ropa: Unicx, y tiendas de la misma en diez países diferentes donde sus prendas eran las más vendidas. Él mismo creaba diseños que luego eran elaborados por los mejores modistas, sastres y costureras del mundo. La mayoría de su ropa era de algodón y con tallas para todas las personas. Además, de tener una línea de lencería, con el mismo nombre, altamente costosa, llamativa y preferida por hombres y mujeres. Tenía solo veinticinco años y mucho poder en la palma de su mano. Su nombre, al igual que el de Maiston, había estado en lo alto por cinco años seguidos.

Ninguno le podía sacar en cara nada al otro porque ambos tenían dinero, fama, poder y sus logros propios.

Entonces, dos meses transcurrieron luego de la separación cuando Prince llevaba una semana sin sentirse bien. No importaba si comía o no, pues todo le daba náuseas y los mareos ni siquiera lo estaban dejando trabajar de manera correcta. Debía presentar una nueva línea de ropa a fin de mes y las cosas no estaban saliendo bien debido a sus malestares.

—Es como le dije por teléfono, doctor, estoy bastante cansado y no he hecho mucho.

El hombre de bata blanca asintió mientras tecleaba en el computador anotando los síntomas.

—¿Es con alguna comida en especial o con todo?

—Es con todo, sobre todo si huelo el pollo. Eso no lo tolero —dijo sintiendo ganas de vomitar solo por pensar en ello.

—De acuerdo, pasa a la camilla para que podamos revisarte. ¿Hay alguna parte del abdomen que te dé molestia?

Prince negó porque no era dolor lo que sentía, sino que asco a toda comida y mareos sin cesar.

El hombre se quedó tocando su abdomen un poco y verificando algunas cosas para ir descartando ciertos temas e ir tomando en cuenta otros porque su barriga estaba dura. Al terminarlo todo, se quedó anotando en un papel y le preguntó:

—¿Qué tal tu ciclo de calor?

—Normal, la última vez fue hace tres meses.

—¿Lo pasaste con tu pareja?

—Ah, sí —dijo de mala gana por recordar cosas que más ganas de vomitar le daban —. Con ese maldito.

Dijo por lo bajo lo último, pero el doctor lo escuchó más que claro.

—No estoy muy seguro, pero es posible que estés en etapa de embarazo. Te voy a enviar con la matrona para que quede todo confirmado.

Prince lo quedó viendo y tomó el papel para ponerse de pie, entonces todo se le puso negro, borroso y un silencio eterno se formó.

**********

Holi, ¿qué tal? Habrá una nueva historia pronto, así que dejo este cap de muestra mientras tanto porque la empezaré en un tiempito más. Espero que les guste igual que mis otras historias, los entretenga un poco, se diviertan con los personajes y la trama.

Así que eso es todo por hoy, al igual que con las otras, me esforzaré en que quede bien elaborada, que no tenga muchos fallos y que tenga un lindo final❤.

Nada más por dejarlo, el nombre de Prince se escribe de esa manera, pero se pronuncia Prins.

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Comments

👑💨♈ Aries ALMA (A.P.D)♈⚜️😇

👑💨♈ Aries ALMA (A.P.D)♈⚜️😇

no me digas que salió con bendición

2024-10-22

1

Albanellys😈

Albanellys😈

A carai, que podrá ser?

2024-10-20

1

Lankita☕

Lankita☕

Justo como me lo recetó el doctor. 🤤🤭

2024-10-18

2

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