Alicent no paraba de llorar. Julieta estaba muerta y Bruno muy mal herido y todo por su culpa. Con las pocas fuerzas que tenía, se arrastró hacia donde estaba Bruno. Él aún estaba inconsciente. Su respiración era muy débil.
Sintió unas manos que la tomaban por la espalda e intentaban jalarla.
- Vámonos a tu habitación, por favor. Antes de que mi padre regrese. Yo me encargaré que atiendan a Bruno. Vamos Alicent, por favor. - dijo Regina casi en una súplica.
- Necesito que lo lleven a la habitación. Yo misma me encargaré de sus heridas. - dijo Alicent.
- Está bien. Cariño avisa por favor a los sirvientes que muevan a mi hermano con cuidado. - dijo Regina a su marido.
Regina acompaño a Alicent hasta su habitación. Alicent seguía llorando por lo que había sucedido.
- Es mejor que te quedes tranquila. Sabes que no podrás dejar tu habitación. Me aseguraré de mandarte al menos dos comidas al día. Si puedo tres lo haré. Fuiste muy valiente en enfrentar a mi padre. Pero con él uno nunca gana. - dijo Regina.
- Fui muy estúpida más bien. - dijo Alicent con amargura.
En eso se abrió la puerta y entraron tres sirvientes cargando a Bruno. Atrás de ellos llegaron dos mucamas con vendas, agua caliente y ungüentos para las heridas.
- Gracias, pueden irse todos a descansar. Yo me ocupo de mi esposo Bruno. - ordenó Alicent.
- Pero señora... - comenzó a decir el ama de llaves.
- Gracias Dolores, pero Bruno es mi esposo y mi responsabilidad de que esté así. Lo mínimo que puedo hacer es atenderlo. - Alicent se levantó de la cama y sacó a todos de la habitación.
Se dió media vuelta al cerrar la puerta y volvió con Bruno. Los cortes que tenía en la piel eran horribles y estaban por todo el cuerpo. Le empezó a quitar la ropa y empezó a tratar con magia las heridas más grandes.
Estuvo curándolo hasta las 4 AM, para entonces Alicent ya estaba agotada y se quedó dormida a su lado. Había vendado la mayoría de las heridas y usó su magia en todas ellas. La mayoría se curaron, pero aún quedaban unas cuantas heridas abiertas e inflamadas. El mayor miedo de Alicent era que se infectaran y le diera fiebre a Bruno, cómo la última vez, es por eso que se había esmerado en limpiar bien aquellas que aún permanecían abiertas antes de vendarlas.
A la mañana siguiente Alicent se despertó asustada con el sonido de los pájaros. Eran alrededor de las 7 de la mañana. Continúo su labor de curar a Bruno. Unas hora más tarde, Bruno al fin despertó. Ya se encontraba mucho mejor de su cuerpo.
-Alicent, estás bien? Te hizo algo mi padre? - preguntó el joven alarmado. Intentó incorporarse, pero sintió un fuerte dolor en el pecho producto de una de las heridas aún abiertas.
- Estoy bien. Trata de no moverte. Tu padre mató anoche a Julieta frente a mi. Me ha prohibido salir de la habitación. Al menos te pudimos traer aquí para poder curar tus heridas. Aún tienes tres heridas que aún no cierran del todo, pues eran las más profundas, pero las demás ya están bien. - dijo Alicent.
- Lamento que hayas tenido que pasar por eso. Pensé que te haría algo peor. - dijo Bruno.
- Intentó ahorcarme, pero intervino Regina. Le dijo que yo estaba embarazada y me soltó. Si no lo estoy no estoy segura de lo que tu padre intentará hacerme después. - aseguró Alicent con pesar.
Bruno estaba muy serio, sabía que esto era grave y mucho. Esperaba que Alicent realmente estuviera embarazada, pero era bastante pronto para saberlo, apenas habían estado juntos unas pocas veces.
- Bruno, tenemos que hacer algo. No podemos estar temiendo por nuestra vida. Sé que es tu padre, pero es una mala persona... - Alicent planeaba convencer a Bruno enfrentar a su padre y vencerlo.
Pero en eso, alguien llamó a la puerta y entró. Era Regina y traía una bandeja con comida.
- Espero que ambos estén un poco mejor esta mañana. - preguntó Regin, dejando la bandeja frente a ambos.
- Estamos mucho mejor. Alicent curó mis heridas anoche y me ha estado ayudando. - dijo Bruno.
Ambos empezaron a comer. Ya era tarde y no habían comido nada.
- No sé cómo decirles esto, pero, tengo malas noticias. - anunció la pelinegra.
- Dime Regina, qué es lo que pasa ? - dijo Bruno serio.
- Tendrás que mudarte a otra habitación. No podrás ver a Alicent al menos hasta que mi padre lo autorice. Ella no puede salir de esta habitación tampoco. - dijo Regina.
- Pero Bruno aún no está completamente curado. No debería irse así. Necesita reposo y cuidados. - protestó Alicent.
- Lo sé. Pero son órdenes de mi padre. Creo que él está esperando la confirmación del embarazo. Lamento haber recurrido a eso, no se me ocurrió otra cosa mejor para que mi padre la soltara. - justificó Regina sus ojos se llenaron de lágrimas.
- Gracias por haberla salvado Regi. Yo no pude hacerlo. Te debo una.- contestó Bruno.
- Traeré unos sirvientes que te ayuden a moverte. Por favor terminen su desayuno. Los dejaré solos unos minutos para que se despidan. - Regina se levantó y salió de la habitación.
- No quiero que te alejen de mi lado. Aun no estás bien. - dijo Alicent acariciando el cabello de Bruno.
- Estaré bien. Mi padre aún me necesita y dudo mucho que me haga algo. Además con tu magia me curaste bastante. Solo tendré que esperar a que se curen el resto de las heridas y no se infecten. - Bruno con esfuerzo se acercó a Alicent y la besó. La chica lloraba, era un beso de despedida. No sabía cuando lo volvería a ver.
Los sirvientes llegaron y entre todos ayudaron a Bruno a salir del cuarto. Alicent vió como se cerraba esa puerta y oyó que por fuera alguien le ponía llave para que no pudiera salir. Unas lágrimas rodaban por sus mejillas. Se había quedado completamente sola.
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Comments
Carnita Ku Ku
excelente novela, gracias por un capítulo más.
2023-03-23
4
Betty Saavedra Alvarado
alicent tienes que ser valiente el conde es un hombre malo tienen que luchar con todas sus fuerzas para derrotarlo si amor ❤️ es grande
2023-03-23
2