No, esto no puede estar pasando. - dijo Alicent intentando borrar el anillo con su otra mano. Lágrimas de desesperación caían por sus ojos.
- Lo siento nena pero ya eres mía. - dijo Bruno con rostro de arrogancia.
- Su Majestad, por favor dígame que esto es mentira. Yo confíe en usted. Por favor. - Alicent fue corriendo hacia donde se encontraba la reina.
- Perdóname Alicent. Ellos te eligieron a ti, o se iban a llevar a las dos. Tenía que proteger a Celeste. - dijo la reina con pesar.
- No puedo creerlo, por salvar a su nieta me sacrificó a mí. Nunca debí haber venido al palacio. - dijo Alicent.
- Tú estás salvando a todo el reino. Estaremos toda la vida en deuda contigo por tu sacrificio. - dijo la reina.
- A mi no me interesa salvar a nada ni a nadie. Yo me voy de aquí. - dijo Alicent y comenzó a correr hacia la salida.
- No, tu no irás a ningún lado. - el Conde se puso de pie e hizo un movimiento con su mano.
De pronto Alicent sentía como se estaba quedando sin aire y no podía respirar. Cayó al piso intentando coger aire pero era en vano. Rápidamente Bruno fue con ella.
- Padre, suéltala por favor. Sino no podré gozar mi noche de bodas con esta deliciosura. - dijo Bruno, en son de burla.
- Por supuesto, tienes razón. Llévatela y disfruta de tu nueva esposa. Muchas felicidades señora Neville y bienvenida a la familia. - dijo el Conde dando una carcajada.
Alicent otra vez volvió a respirar pero le costaba retomar el ritmo de sus respiraciones. Se sentía muy débil. Casi había sido asfixiada por el Conde
Bruno la tomó en brazos y la sacó del salón de eventos. Después la llevó a su habitación. En el camino Alicent recobró más fuerzas y comenzó a luchar con su ahora marido.
- Suéltame, no quiero ir contigo a ningún lugar. Aléjate de mí. - dijo Alicent desafiante.
- Si sabes lo que te conviene, vendrás a la habitación conmigo. - dijo Bruno con tono amenazante.
- Yo no pienso entregarme a ti. Prefiero morir antes, suéltame maldito. - contestó Alicent.
- Ahora eres mi esposa. Tarde o temprano tendremos que hacerlo. - contestó Bruno.
- Tarde o temprano ? - preguntó Alicent confundida. Ahora que habían entrado a la habitación y Bruno cerró la puerta había cambiado completamente de actitud.
- Todavía no te das cuenta quién es mi padre? Es conocido en el mundo como el Brujo Negro. Es un ser despreciable y sin corazón. Ha matado y maldecido países enteros como Arendel para doblegar la voluntad de los más poderosos a su antojo. Provoca países enteros para entrar en guerra y después los hace pedazos y cada vez se vuelve más poderoso. Debes ser más inteligente que esto para sobrevivir a su lado. - dijo Bruno.
- Y tú eres igual de despreciable que él. Te odio.- contestó Alicent.
- Es verdad, he tenido que hacer cosas despreciables, pero creeme cuando digo que el que te hayas casado conmigo fue una suerte para ti. - contestó Bruno.
- Suerte? No veo la suerte que tengo por ningún lado. - se mofó Alicent.
- Después de nuestro choque esta mañana, pude detectar que mi padre se sentía atraído hacia tí. Tienes una pureza e inocencia imposible de no notar. Eres especial. He visto esto miles de veces. A mi padre le encanta tomar mujeres inocentes y hacerlas sus amantes. Las tortura. Y poco a poco les quita vida hasta que mueren. Si el plan original de casarme con la princesa hubiera seguido. Tú habrías sido obligada a ser la amante de mi padre. Es por eso que te reclamé como mía primero. - confesó Bruno.
- No me digas que debo agradecerte y que engañarme a casarme contigo es considerado un acto de bondad. - comentó Alicent.
- Aunque no lo creas así, sí lo fue. Salvé tu vida y liberé a la princesa Celeste. Yo no soy mi padre. Se que no soy buena persona, para sobrevivir he tenido que hacer cosas terribles. - dijo Bruno.
- Y parte de esas cosas terribles será obligarme a ser tu mujer. - dijo Alicent con lágrimas en los ojos.
- No quisiera tener que obligarte a nada. Pero mi padre espera tener nietos pronto. Así que si tendremos que hacerlo eventualmente. Sé que lo que sucedió hoy ha sido demasiado para tí. Lo entiendo, hoy no te voy a hacer nada, pero necesito que finjas al menos ante mi padre que si lo hicimos. - dijo Bruno sacando un cuchillo.
Se acercó a la cama y la abrió. La revolvió y con el cuchillo se hizo una herida en el antebrazo y dejó caer unas gotas en las sábanas blancas.
- Espera, qué estás haciendo? - preguntó Alicent asustada al ver que Bruno se había herido a sí mismo.
- Eso querida, es tu virginidad. Te lo dije, debemos aparentar que realmente lo hicimos. - dijo Bruno.
- Ven, necesitas ayuda para la herida. - dijo Alicent acercándose a Bruno. Con sus acciones se había dado cuenta que Bruno no era tan malvado como parecía en un principio.
Alicent tomó la parte de abajo de su vestido y cortó un pedazo para vendar la herida que tenía Bruno en su brazo.
- Gracias. Debes cambiarte de ropa. No puedes volver a bajar a la cena con el vestido de novia. Se supone que ya te lo quité al hacerte mía. Y despeina un poco tu cabello. - dijo Bruno.
- No tengo más ropa. - dijo Alicent
- Toma mi camisa, y úsala. Se verá más convincente. También tendrás que cojear un poco. Como si te doliera ahí. - dijo el joven.
- Así ? - dijo Alicent cojeando.
- No tanto. Hazlo un poco más sutil. No tienes idea de la cantidad de mujeres vírgenes que ha tenido mi padre. Conoce perfectamente como se ven después de perder la virginidad. Hazlo así. - le dijo Bruno la forma de hacerlo de la manera correcta.
- De acuerdo. - dijo la chica.
-Esperaré afuera para que te cambies y ya Temos que bajar.- con eso Bruno salió de la habitación y dejó a Alicent sola.
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Updated 30 Episodes
Comments
Roci Miteh
menos mal Bruno no es tan malo
2023-08-20
1
Betty Saavedra Alvarado
alicent te sacrificaste fuiste engañadas por la reinapara salvar a su nieta
2023-03-12
3
Carnita Ku Ku
buena por lo menos no va a ser infeliz del todo
2023-03-08
1