Capitulo 15

Enormes columnas de mármol, adornaban la entrega a aquella iglesia, que para Sazshen recordaba más a un templo o una catedral. Los techos eran muy altos, lo cual era una suerte para ella, y los pisos de mármol, con espacios bastante extensos.

Mirando alrededor de ese extraño vestíbulo o recibidor, al poco tiempo una figura pequeña usando un hábito, se presentó ante ella.

— Buenos días ¿Qué asuntos le trae a la casa de la Santa Trinidad? ¿Acaso trae a la pequeña para su evaluación?

Preguntó una voz femenina que sonaba bastante joven, y que por su tono sereno, parecía que recibía a mujeres de 3 metros y medio con cuernos todos los días.

Mirando a la pequeña Bea a la cara le preguntó.

— ¿Tienes 10 años?

— los cumplo el siguiente mes…

Respondió la pequeña un poco nerviosa.

Asintiendo, volvió su atención a la joven monja, que parecía poco más que una adolescente.

— ¿Puede ser evaluada si no tiene diez años? Me gustaría observar el proceso.

Negando levemente la cabeza, la mujer respondió.

— disculpe por favor, pero eso es imposible, debe contar con un permiso especial para recibir su evaluación antes de los diez años.

Volviendo a asentir, sintió como recibía un par de palmaditas en su mejilla que buscaban su atención.

— puedo esperar…

Dijo la pequeña niña temiendo lo que podía hacer su señora por recibir ese permiso.

Tenía mucha curiosidad por la "clase" que tenía la pequeña Bea, pero viendo que está no compartía su interés y obligarla a evaluarse sólo sería ir en contra de sus deseos, se limitó a asentir y volver a dirigir su atención a la monja.

— ¿Y yo podría evaluarme? ¿Hay algún tipo de pago que realizar?

— ¿nunca se ha evaluado señora?

Pregunto la figura pequeña infundiendo duda en su voz.

— Es raro que los adultos tengan deseos de evaluarse, normalmente la información que les revela la piedra es algo que nunca se olvida.

— no soy de por aquí.

Respondió Sazshen sabiendo que no mentía.

— muy bien señora, las ceremonias del día de hoy ya terminaron, pero debe haber algún sacerdote que pueda ayudarla, ha llegado a una buena hora. Si hubiera llegado un poco más tarde entonces la ceremonia de identidad chocaría con los rezos de la noche y hubiera tenido que esperar hasta mañana.

Mirando que afuera era apenas medio día, y la monja había mencionado la noche, hizo una pregunta más.

— ¿disculpe cuál es la duración de la ceremonia?

— 2 horas señora, pero tomando en cuenta que solo un sacerdote la llevará acabó yo diría que unas 4 o 5. Sea como sea no creo que obtenga una negativa a su petición, los rezos de la noche no son hasta las 8, y siempre hay un par de sacerdotes libres hasta más o menos esa hora.

Tragando saliva, mentalmente replicó.

¿5 horas? Ya entiendo porque Charlotte estaba tan en contra de venir aquí.

Negando con la cabeza, se dijo que no quería perder tanto tiempo, no tenía nada mejor que hacer pero pronto sería la hora del almuerzo, y aún no tenían un lugar donde alojarse para dormir, y no estaba segura de encontrar muchos sitios con camas de su tamaño.

— disculpe entonces, otro día será, no cuento con tanto tiempo el día hoy, pero dígame, ¿normalmente como se hacen estás ceremonias?

— ohh, es bastante fácil, todos los días se hacen una gran ceremonia con los niños que han cumplido los 10 años, y alguno que otro rezagado que no pudo venir en su momento. Con tantos sacerdotes hacer funcionar la piedra sólo toma alrededor de 2 horas, y luego uno a uno van pasando para recibir su evaluación. Ya después de eso tenemos un par ceremonias privadas de gente que desea que la evaluación de su hijo no sea de dominio público, y luego tenemos la cámara libre como en este momento.

— ohh, ¿se puede reservar una cita para usar la piedra de evaluación?

— en efecto señora, pagando una pequeña cuota claro está.

— ¿Y la ceremonia tardaría solo dos horas, si hago eso?

— incluso hasta menos, como ya dije, depende un poco del número de los sacerdotes y cuánta experiencia tengan, solo que como es obvio, los sacerdotes de mayor experiencia son muy cotizados para realizar curaciones, y remover maldiciones, por lo que rara vez forman parte de las ceremonias de identidad.

— a no ser que les pagué por hacerlo, ¿no es verdad?

Replicó Sazshen viendo por donde iban los tiros.

— Si quiere verlo de esa manera señora, pero no son las palabras que yo usaría.

Metiendo la mano en su inventario, sacó un puñado bastante grande de monedas de oro.

— Tomé, reserve para la fecha más próxima, y no me importa a quien traigan, pero que dure como 5 minutos cuando mucho por favor.

Sin inmutarse en lo más mínimo, como si mujeres con cuernos de tres metros sacarán kilos de oro de la nada todos los días. La pequeña sacerdotisa tomó las monedas en sus brazos y asintió.

— muy bien señora, si puede esperar un poco más para que puedan agendar su ceremonia y ver la disponibilidad del próximo mes.

La pequeña sacerdotisa salió de la habitación cargando las monedas con tal serenidad que Sazshen no pudo hacer otra cosa que alabarla.

Yendo a una esquina de la habitación, hizo aparecer su trono y se sentó colocando a la pequeña en su regazo.

— dime, ¿Sabes si hay alguna razón especial del porqué a la gente se le evalúa a los 10 años?

— si, es la edad en que te conviertes en un ciudadano del reino, y ya puedes tener un trabajo, y debes pagar impuestos.

— Espera ¿trabajar y pagar impuestos a los 10 años? ¿Tan jóvenes? ¿y qué hay de la escuela?

— ¿Qué es una escuela?

Preguntó Bea un poco confundida y a Sazshen casi le explotó una vena del coraje.

— el lugar donde te enseñan a leer y escribir, y muchas cosas te pueden servir para la vida adulta.

— ahh, se refiere a una academia.

La respuesta de Bea, tranquilizó a Sazshen al saber que como mínimo existía el concepto de la "escuela"

— si, ¿qué debes hacer para entrar en una academia?

— tener dinero.

Dijo Bea sin alterar su expresión, respondiendo de la misma manera en que respondería, "beber agua" a quien le preguntará qué hacían cuando tenían sed.

— Bien, pero aparte de eso, existe algún requisito más para ir a una "academia" o que te enseñan en ella exactamente.

— Creo que basta tener 10 años, pero creo que también puedes comenzar desde más joven. En una academia te enseñan todo lo referente a tu clase.

— ohh, empiezo a entender, y dime pequeña Bea, ¿qué clase te gustaría tener?

— Yo no tengo dinero.

Respondió la niña con completamente honestidad, y con esa expresión rara que hace la gente cuando alguien le pregunta algo obvio.

Una mueca de insatisfacción apareció en la cara de Sazshen, por lo que habían entendido, si eras pobre a partir de los 10 años debías empezar a trabajar y pagar impuestos, y no tenías muchas oportunidades de subir de nivel en tu clase debido a la falta de alguien que te enseñe. Y si tenías dinero no solo podías empezar a aprender desde antes, si no que tampoco tenías que preocuparte por los impuestos porque tus adinerados padres se encargan de eso.

Pero qué sistema más de mierda.

Declaró Sazshen mientras sentía hervir su sangre.

Si tengo la oportunidad me gustaría cambiar eso, pero algo tan grande no es tan fácil como llegar y zarandear al Rey hasta que cambie las leyes.

Pensando en cuál sería un buen método para actuar, una idea cruzó por su cabeza y volvió su atención a la pequeña.

— y dime pequeña, ¿no te gustaría ir a una academia?

Una idea cruzaba por su mente mientras decía estás palabras. Podía dejar a la pequeña en una academia al cuidado de alguna especie de maestro legendario que en un mundo de fantasía tampoco deben ser tan difíciles de hallar, así dentro de un par de años podría valerse por sí misma como una poderosa espadachina o hechicera, y viajar por el mundo viviendo aventuras. Sin embargo, la respuesta que obtuvo no fue la que quería.

— No, gracias.

Declaró la niña aún sin alterar su expresión sincera y un poco desinteresada.

— ¿por qué? ¿No tienes sueños para el futuro? ¿No hay nada que te gustaría ser? ¿No hay algún sitio donde quieras estar?

— creí que podría quedarme con usted, ¿no puedo?

Respondió la pequeña mirándola fijamente a los ojos, con esa expresión sincera e inocente que solo los niños pueden hacer.

Esas palabras, mil veces más poderosas que una bomba, prácticamente destruyeron la guardia de Sazshen y fueron directamente a su corazón.

— ehh, no… no quise decir eso… es solo que, ¿no hay nada que desees conseguir?

— solo quiero permanecer a su lado.

Dijo la pequeña niña, con sus ojos grandes y azules muy abiertos, sin un toque de súplica o interés en su tono, solo pura y absoluta sinceridad.

Ante un ataque tan destructivo, Sazshen prácticamente tuvo que llevarse la mano al corazón.

Pequeña no me digas eso… no estoy segura de cuánto tiempo voy a permanecer en este mundo.

Sin saber que responder a la pequeña niña que la miraba directamente a los ojos sin apartar la mirada, en ese momento, escucho pasos acercarse, y el sonido de alguien abriendo la puerta. Casi suspirando por haberse librado de tener que responder a tan difícil pregunta, volvió a su expresión seria y vio como la monja volvía con un largo pergamino de papel.

— disculpe señora, llegó en un momento algo saturado, no podré darle una fecha hasta el 10 del próximo mes.

Asintiendo, en parte aliviada por haber cambiado de tema, estaba por responder pero Bea interrumpió.

— yo cumplo años ese día.

Mirando a la pequeña y a la monja de manera intermitente, Sazshen declaró.

— Está bien, lo tomó, de todos modos es la fecha más cercana ¿verdad?

— Así es señora.

Replicó la monja con su serenidad absoluta.

— y respóndeme una cosa, ¿hay alguna especie de ceremonia o preparación previa para asistir al ritual?

— En absoluto, los niños suelen vestir trajes blancos confeccionados por sus madres, pero eso es únicamente una tradición, el primer escalón a la vida adulta, sin embargo, un adulto no tiene que hacer nada especial.

Confeccionado por sus madres…

Pensó Sazshen mientras recordaba que Bea era huérfana.

Mirando de reojo, a la pequeña niña, intentó hacer uso de toda su fuerza de voluntad.

No lo hagas, solo te vas a hacer daño cuando te separes de ella, no te lastimes a ti misma y tampoco la lastimes a ella.

Haciendo uso de toda su fuerza de voluntad, de repente sintió la pequeña mano de Bea sobre la suya. No fue su intención, la pequeña solo se estaba acomodando, y solo duró un par de segundos, pero la sensación de esa pequeña mano perduró por mucho tiempo.

Está bien, hazlo, pero no te pongas a llorar cuando tengas que volver a tu mundo y no puedas llevarla contigo.

— Está bien. Separé ese día por favor.

Le dijo a la pequeña monja mientras se ponía de pie.

— la pequeña y yo nos evaluaremos ese día, ¿no hay ningún problema?

— en absoluto señora.

Declaró la monja mientras hacía una marca en el papel.

Saliendo de la iglesia, cargando a Bea en su brazos, Sazshen miro a la ciudad y usó el dorso dé la mano para cubrirse del sol.

— ¿no tenía más preguntas que hacer?

Preguntó la niña a su señora.

— la mayoría dependen de tener la "llamada piedra del ser" frente a mi. No avanzaré mucho si no la tengo delante mientras hago mis preguntas. Además, puedo esperar. Tampoco son tan importantes, y tengo otra cosa en mente en este momento.

Tengo poco menos de un mes para aprender a bordar.

Se dijo mientras pegaba a la niña un poco más a sí misma.

Avanzando en dirección a dónde Charlotte le había dicho que habían puestos de comida, se preguntó donde estaría esa pequeña e hiperactiva chiquilla de cabello rosado.

— ¿te gustaría comer algo en especial Bea?

Le pregunto a la pequeña niña, mientras a la distancia un montón de olores y especias se mezclaban con el aire.

— ¡carne!

Contesto rápido la pequeña con esa sinceridad que tanto le gustaba a Sazshen.

Caminando entre una multitud que no dejaba de apartarse y hacía todo lo posible por no señalarla, camino entre muchos puestos, y se puso a buscar uno que primero, cumpla con las debidas medidas sanitarias, y dos, que se vea apreciable.

— quiero ir a ahí.

Dijo la pequeña niña señalando un puesto un poco apartado, donde una ancianita de espaldas parecía preparar sopa en una gran olla.

Levantando un poco la nariz, tuvo que alabar a la niña por su excelente sentido del olfato, el olor que desprendía esa sopa era maravilloso, y lo mejor, el puesto parecía muy limpio.

Caminando en dirección al puesto, se dijo que todavía no sabía cómo funcionaba la economía en ese mundo, pero creía que con una moneda debía ser suficiente, y si quedaba cambio sería una buena propia para la ancianita de aspecto venerable.

Sacando una única moneda de su inventario, se la entregó a Bea en sus manos, y después de susurrarle algo al oído, la bajó al suelo.

Corriendo de manera alegré, llegó al puesto con la señora mayor, y el sonido de sus pisadas le llamaron la atención a la dueña que dio media vuelta y la miró con expresión amable.

— ohh, buenas tardes pequeña, ¿Que deseas?

— abuelita…

Comenzó a decir la adorable niña de vestido color crema, y un enorme moño en la cabeza.

— la olla entera por favor.

Dijo mientras en el mostrador depositaba la moneda de oro más grande que haya visto, y justo detrás de ella, una inmensa mujer con cuernos y pupilas rojas como la sangre la miraba directamente.

Dudo que haga falta decir, que la pobre anciana sufrió un colapso nervioso.

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Comments

lechuza 🦉

lechuza 🦉

jajaja terrible susto se llevó la abuela

2023-04-16

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