Capitulo 14

Frente a cada una de sus hijas (temporales) una cantidad absurda de zapatos, botines, vestidos, camisones, ropa de cama, medias, calcetas, y un sin fin más de ropa que ni era capaz de nombrar se había reunido.

¿De verdad van a usar todo esto? Digo, ambas todavía están en pleno crecimiento y en un año la mitad de estas cosas les van a dejar de quedar.

Sufriendo una claro remordimiento de comprador, pero no pudiendo quejarse al ver la felicidad en el rostro de sus pequeñas, se preguntó cómo haría para transportarlo. Podría ponerlo todo en su inventario sin ningún problema, pero sería molestó tener que estar sacando los vestidos que quieran ponerse cada vez.

Hmm, me pregunto si funcionará…

Metiendo su mano en su inventario, sacó dos pequeños cubos, uno color blanco esmaltado y el otro rosa intenso y llamó a cada una de sus pequeñas para que se acercarán.

Como desde que llegó casi una treintena de empleados de la tienda estaban al pendiente de cada uno de sus movimientos, estaba demasiado nerviosa como para hablar, y sin dar explicaciones, entregó cada uno de los cubos en las manos de cada una de sus pequeñas.

Ante este hecho, ambas se quedaron confusas, pero como Bea llevaba un poco más de tiempo con ella, y la había visto usar cubos similares a esos para crear de la nada mesas llenas de comida o incluso la propia tienda de campaña, mirando a su Emperatriz preguntó.

— ¿Quieres que lo arrojemos como tú lo haces?

Sonriendo por lo lista que era la pequeña, acarició levemente su cabeza y asintió.

Charlotte seguía bastante confundida y espero a que Bea arrojará su cubo para intentarlo. Entonces, eligiendo un lugar vacío donde no moleste a nadie, la pequeña niña tiró el extraño cubo color blanco esmaltado, y cuando cayó al piso una pequeña casa de campaña apareció.

Hmm, entonces los habitantes de este mundo pueden usar los objetos y no solo el equipo.

Pensó mientras levantaba una mano y con la punta de su uña señaló al montón de ropa de Bea y luego a la carpa que había aparecido.

Con algo de desconcierto, Mary Anne se acercó a la carpa y levantando la cortina de lona que hacía de puerta, se sorprendió de lo que había en su interior al punto que tuvo que retroceder y volver a comprobar las proporciones de la casa de campaña.

Si bien la pequeña carpa debía ser de unos dos metros por dos metros, con uno y medio de alto, el interior de la misma era una habitación entera de quizás unos 40 metros cuadrados.

Pensando que ser tan "críptica" podría tráele malos entendidos, pero sabiendo que había demasiada gente, y cada vez que abría la boca en multitudes siempre terminaba haciendo que todos se arrodillen, estirando las manos atrapó a la pequeña Bea, y haciéndola sentar en su regazo, le susurró al oído.

— ehh, Charlotte… ehh, mi señora, ehh, mamá, ehh, bueno, ella nos quiere decir que podemos usar estas tiendas como guardarropa, y que pidamos que metan nuestras cosas en ellas.

Sonriendo de oreja a oreja, por tener una de las legendarias magias perdidas en su mano, Charlotte arrojó su propio cubo a un punto desocupado y una tienda de un vivo color rosado, y un poco más grande que el de su "hermana" apareció.

Revisando su interior, vio una versión en miniatura pero levemente menos elegante que la gran casa de campaña que su madre tenía cuando la conoció, había una cama, una bañera, un espacio para cocinar, y una mesa con dos sillas.

Hmm, El mobiliario se puede cambiar, y además de guardarropa puede ser mi pequeño santuario para meditar.

Saliendo de la casa de campaña, y dejando trabajar a los empleados que cada uno sin excepción pegaba un pequeño gritó cuando comprobaba que efectivamente las carpas eran mucho más grandes por dentro que por fuera, fue a donde su madre, y de un salto se sentó en su pierna libre, en el sitio que no dejaría que nada ni nadie en el mundo le arrebatará.

Apenas estuvo sentada, una suave mano empezó a acariciar su cabeza, y cerrando los ojos, cada vez disfrutaba más de esas caricias.

Si, finalmente obtengo el reconocimiento que merezco.

Relajada, recibiendo mimos, y atención. Charlotte estaba prácticamente en el paraíso y ronroneaba de felicidad, pero mirando de reojo a su "hermana" apenas pudo reprimir una mueca de insatisfacción.

Venga, al menos intentalo. Va ser demasiado aburrido ganar si no siento que tuve que superar un retó.

Pensando cómo su "hermana" no hacía nada para buscar la atención y el cariño de su madre, y en ocasiones incluso parecía rehuir de él, dio un largo suspiro y no pudo evitar pensar en sus "viejas hermanas".

Era muy divertido pelear con ellas… ellas nunca me dejaban ganar por mucho que se los pidiera.

Al pensar que al ya no ser "hermanas" ya no podría verlas tan seguido, una sensación muy extraña oprimió su pecho, y le hizo un nudo en el estómago.

Bahh, como si fuera a extrañar a ese par de bobas.

Se dijo mientras se daba dos palmadas en las mejillas.

Venga, la vista en el objetivo, mente centrada, y nunca quites los ojos de la meta.

Volviendo su atención al pequeño anillo que estaba en su dedo, y al collar que tenía en su cuello, se dijo que no había poder en el mundo que la haga volver a su antigua vida, aunque quizás y solo quizás pueda traer algo de su antigua vida a la actual, ya que después de todo, ¿de que te servía ganar si no tuviste buenos rivales?

Con una sonrisa suave en su rostro, Sazshen continuó acariciando la pequeña cabecita rosa que tenía junto a ella, y estuvo al pendiente de todos los cambios de ánimo que experimentó en un par de minutos.

Ya comienza a extrañar su casa. Sabía que pasaría, pero aún así va a ser triste cuando finalmente decida volver, después de todo, tiene una familia a la que hacerlo. Solo espero que vuelva para "jugar" de vez en cuando.

Mirando a la otra pequeña que tenía a su lado, suspiró mentalmente y se puso a pensar.

Ahora contigo debo encontrar un lugar donde dejarte antes que me sea muy difícil alejarme de tí. Este jueguito de ser madre es muy divertido pero debo parar antes de que cualquiera de las dos de verdad se lo crea.

Mientras seguía pensando acerca de sus "hijas" de reojo se dio cuenta que habían terminado de guardar sus compras, y que la dueña del local se acercaba a ella.

— muy bien madame, ¿eso es todo lo que desea? ¿No requiere algo más?

Con estos precios olvídalo. No tengo idea de cuánto se supone que gaste y parece que ni siquiera quedó cambio.

Negando levemente con la cabeza, se dijo que ya había gastado más que suficiente.

— ¿Y un conjunto para usted? No tenemos nada de su "talla" en existencia, pero tenemos a los mejores diseñadores y costureras.

¿Y que me cobres otra pila de oro? Olvidalo, no obtendrás un solo centavo más de mi maldita usurera.

Dejando ver una evidente muestra de disgusto, Sazshen dejó que su mal genio sea la respuesta a comprarle cualquier otra cosa más a esta mujer.

Casi dando un paso atrás ante la mueca de disgusto de su clienta, Mary Anne observó cómo ambas niñas hacían señales de "no toques ese tema".

Suspirando porque le hacía ilusión diseñar un sin fin de atuendos para tal exótica modelo, se dio por vencida y llegó a una conclusión evidente.

Bueno, creo que le gusta ir "ligera de prendas" si yo tuviera su cuerpo y su fortuna haría lo mismo, supongo… me aseguraré de hacer correr la voz que haya donde vaya nadie cometa la osadía de ofrecerle ropa.

Saltando de la pierna de su madre, Charlotte ya se había aburrido de presumir la fortuna que ya consideraba suya. O al menos en este lugar, si tenía la oportunidad de presumir un dinero que no era suyo en otro lugar definitivamente lo haría.

— muy bien madre, ¿A dónde iremos ahora?

Dijo Charlotte mientras chasqueando los dedos, y volviendo a convertir su tienda en un pequeño cubo rosa, tal y como su madre le había explicado.

Adelantándose, y sin miedo a intervenir, Mary Anne dio un par de pasos al frente dispuesta a hacer unas recomendaciones.

— Si buscan dónde alojarse o dónde tener la mejor cena en toda la ciudad yo conozco los lugares idóneos.

— Si te refieres al palacio de jade y el palacio de cristal, claro que íbamos a ir ahí de todos modos, solo una tonta iría a cualquier otra parte.

Declaró Charlotte sacudiendo ligeramente la mano.

Disimulado una señal de victoria con el puño, Mary Anne nunca había estado tan feliz de ver a la princesa Charlotte. Estaba convencida de que mientras ella siga siendo la guía de esa extraña mujer en sus viajes por el reino, esta le seguiría recomendando ir siempre a las tiendas de sus hermanas.

— Entonces, ¿a dónde iremos ahora madre?

Insistió Charlotte que tampoco tenía mucha idea pero, cualquier lugar era tan bueno como cualquiera para presumir "Su" fortuna.

Mirando de reojo en dirección a la calle, Sazshen se acercó al oído de la pequeña Bea y le susurró.

— dice que quiere ir a la iglesia que pasamos hace un rato.

Declaró Bea repitiendo las palabras de su señora.

— ehh ¿La iglesia?

Preguntó Charlotte con una leve mueca de asco, y no sabiendo porque alguien voluntariamente quería ir a un sitio tan aburrido.

Volviendo a susurrar en el oído de la niña, está repitió sus palabras.

— dice que tiene preguntas qué hacer. Solo será un rato hasta que haya respondido todas sus dudas.

Chasqueando la lengua, Charlotte simplemente no quería ir a la iglesia. Por mera deducción debido a la cantidad de preguntas que su madre hacía sobre el mundo, en especial sobre la fuerza de sus habitantes, era más que obvio que su madre no era una nativa de él, y por lo mismo quería estar informada de sus amenazas y cuánta resistencia opondrán los reinos cuando finalmente decida conquistarlos.

Se que es por el bien de nuestra futura conquista del mundo, pero no quiero ir a la iglesia… es demasiado aburrido…

Con una expresión triste, siguió a su madre y a Bea que salieron de la tienda, y volvieron a subir al carruaje.

Con dos golpecitos en la ventanilla su madre le indico al cochero que fueran a la iglesia que pasaron de camino aquí, y Charlotte apenas era capaz de contener su mal genio.

— ¿No quieres ir?

Le preguntó su madre que por alguna razón que no terminaba de entender, casi nunca hablaba en público más que una o dos palabras sueltas, pero en privado con ella y Bea podía formar frases completas sin ningún problema.

— me aburre mucho ir a la iglesia… Todos los niños deben ir al cumplir 10 años para que la piedra del ser los analice, y cuando fue mi turno, pese a que yo era la única en la ceremonia, el sacerdote estuvo hablando por dos horas, que me fueron nueve.

Asintiendo, su madre le ofreció una alternativa.

— no tienes que acompañarme, puedes ir a otro lugar a esperar a que termine.

Sonriendo y saltando de su asiento, Charlotte pegó un pequeño gritó.

— De verdad, ¿Puedo ir a dar una vuelta en carruaje?

— Mientras se quede dentro de la ciudad y con las ruedas pegadas a la tierra.

Cruzando los ojos y los brazos, Charlotte volvió a sentarse mientras se decía "así qué chiste".

Suspirando, se dijo que tampoco le molestaría ir a dar una vuelta por la ciudad, ya que cualquier cosa le parecía más divertido que tener que ir a la iglesia, sin embargo, necesitaba algunos fondos.

— eh, mamá, ¿puedes darme un poco de dinero?

Haciendo la expresión más tierna que era capaz de hacer, vio como su madre metía su mano en la extraña bruma de la que siempre sacaba cosas, y un puñado de más o menos 10 de aquellos grandes medallones que usaba como monedas apareció.

Con una fortuna más que sobra para comprar una mansión, Charlotte se dijo que era suficiente para divertirse un rato está tarde.

— ¿Tienes monedas que se usan en el reino? Quiero saber cómo son, te las cambiare por más dinero si me las das.

Declaró su madre mientras veía como Charlotte casi frotaba su rostro contra las monedas de oro.

Con un suspiro triste, Charlotte negó con la cabeza.

— no me dejaban tener dinero, decían que era demasiado irresponsable, mi criada siempre era la encargada de gestionar mi asignación, o cuando quería algo lo anotaban en una cuenta que luego era mandada al castillo.

Sin embargo, volviendo a animarse, y sonriendo de oreja a oreja declaró.

— Pero si me da un poquito más de dinero me aseguraré de conseguir monedas de todo tipo y luego te explicaré cómo funciona el dinero.

Volviendo a meter la mano en la extraña bruma, su madre le depositó otros quince medallones en sus brazos. Ahora podría comprar una ciudad pequeña, y quizás 4 o 5 aldeas agrícolas con lo que le sobre.

— ¡Muchas gracias!

Gritó Charlotte mientras de un salto beso la mejilla de su madre.

— ¿Tienes como transportarlo?

Preguntó su madre que había empezado a sonreír levemente.

— Ehh, no…

Dijo Charlotte que no había pensado en eso y tenía como 15 kilos de oro en sus brazos.

Volviendo a meter su mano en su bruma, su madre sacó una pequeña bolsa que se colgaba al hombro, pero dudando un momento, volvió a introducir su mano en la bruma y la vio sacar 3 gemas de distintos colores.

— Cuelga esto a tu hombro y dame su bastón, y tu collar un momento.

Obedeciendo, Charlotte le entregó sus preciados regalos a su madre, mientras colgaba la bolsa que desapareció en el momento en que se la puso.

— toma una moneda, y… piensa que quieres meterla en la bolsa.

Dijo su madre mientras parecía querer colocar una de las gemas en su bastón.

Intentando imitar lo que hacía su madre cuando sacaba cosas de su bruma, estiró la mano, y su propia bruma apareció. Después de haber introducido su moneda, intentó pensar en el "contenido" de su bolsa, y su moneda apareció flotando en su cabeza.

— ¡¡Qué genial!!

Se dijo mientras empezaba a guardar todas sus monedas en su bolsa.

Mirando la felicidad de la niña, Sazshen dio un suspiro mientras terminaba de colocar las gemas en el equipo de Charlotte.

¿Ni siquiera hay bolsas en este mundo? Sí, incluso al crear tu personaje recibías 4 bolsas de 3 espacios.

Tras devolver su equipo a la pequeña, acarició su cabello y explicó.

— tienes un espacio limitado, y no deberías poner nada vivo ahí...(supongo) varios objetos del mismo tipo como monedas, se apilan una sobre otra y solo cuentan como un único objeto. Hay un límite de cuánto se puede apilar y algunos objetos no lo hacen, así que debes tener cuidado de no llenar tu inventario con basura.

Cuando el collar volvió a su cuello, y el bastón a sus manos, una descarga eléctrica cruzó la espalda de Charlotte.

Soy… soy todavía más fuerte ahora… ¿Qué demonios hizo?

Mirando a su madre, aquel ser de poder tan absoluto, que podía duplicar y hasta triplicar la fuerza de una persona solo con tocarla, y hacer que el espacio mismo de doblegue a su voluntad, volvió a jurar que nada ni nadie en el mundo le arrendataria su lugar a su lado.

Acariciando a la pequeña Charlotte, Sazshen se sentía más segura después de haber hecho "un poco" más fuerte a la niña.

Una gema de inteligencia +100, y otra daño de hechizos + 250 en el bastón, las mejores del juego y tan fáciles y baratas de hacer que hasta eran regaladas a los niveles bajos para tener un poco de poder extra y así subir de nivel con más facilidad.

Mirando una vez más el collar que le había dado, y con el, la única gema realmente cara de la que tenía pocas sonrió.

Y una gema de Fénix en su collar, ella ya es bastante fuerte, debe ser de las más fuertes de este mundo con las mejoras de equipo que le di, pero nunca está demás ser un poco sobreprotectora. Es una lastima que el anillo no tenga también espacios para colocar gemas.

Mirando a la pequeña Bea que había permanecido sentada en silencio, metió su mano en su inventario, y sacó una gema de Fénix más, y la colocó en su collar.

Por si acaso…

Se dijo mientras acariciaba su cabeza.

Finalmente habían llegado a la iglesia, y bajando todas del carruaje, miró a Charlotte que se había bajado dando un salto sin esperar que ella la ayudará a bajar.

— ¿Deseas llevar el carruaje contigo?

Le pregunto mientras pensaba si el cochero obedecería a cualquier persona que no fuera ella si así se lo ordenaba.

— ehh, no gracias, si no puedo volar entonces no es diferente a ir en un carruaje común y corriente, quiero caminar un rato, además. Me siento más fuerte y quiero correr un poco.

Sonriendo, Sazshen entiendo perfectamente esa sensación, si bien le había dado equipo de mago, este también aumenta un poco el resto de sus características físicas. Ahora debe sentirse mucho más fuerte y más rápida, incluso ella cuando llegó al cuerpo de Sazshen se sentía con ganas de probar que era capaz de hacer.

Sin esperar un minuto más, Charlotte tomó posición de carrera, flexionado la rodillas, y de un salto, se subió al techo de un edificio y se fue saltando y riendo.

Levantando la mano, quiso gritar que tuviera cuidado, pero un grupo de curiosos había empezado a reunirse a su alrededor.

— de rodillas…

Declaró mientras cargaba a la pequeña Bea en su brazos, y se acercaba al cochero.

— Voy a estar un rato adentro, y cuando salga el próximo lugar a donde voy a ir está cerca.

— ohh, ningún problema señora.

Respondió el extraño hombrecillo que se cubría el rostro entre una bufanda y un sombrero de copa.

— ¿Desea que me dé una vuelta por los alrededores y que trace un mapa de la zona? Todo es diferente y no siento estar en los caminos de donde me muevo.

Pensando que realmente el cochero estaba vivo, Sazshen asintió pensando que más tarde debería tener una plática con él y que sabe su propia situación.

Caminando en dirección a las puertas de la iglesia, las primeras puertas que había visto en mucho tiempo en las que no se tenía que agachar, sintió dos pequeñas palmaditas en su rostro, y la pequeña Bea le señaló a las personas que seguían arrodilladas en medio del camino.

Ohh, es verdad, por poco me olvidó de ellas…

— arriba.

Declaró sin siquiera volver la cabeza, y continuó su camino al interior de aquella hermosa iglesia construida de mármol blanco.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play