No hay vuelta atrás.

Semanas después.

—Hola. —Entro a la habitación muy feliz. Marcos me mira con tranquilidad. —Hice muchas cosas hoy, pero te contaré luego. —Me acerco dispuesto a probar esos labios, pero sus manos me detuvieron. —¿No me extrañaste?

—No es eso, pero paremos con esto. Siento que no es correcto. —Miro a mi psicólogo y me hago el molesto.

—De nuevo con eso, ¿Cuántas veces lo hablamos? Es por eso que te niegas a aceptarme como novio.

—Tranquilízate y toma asiento. Te explique que entre nosotros no hay nada, ese día me deje llevar un poco, y también algunos días más te permití besarme, pero ya basta con eso. Soy tu psicólogo y tú eres mi paciente, mi trabajo es ayudarte a recuperarte, no hacer estás cosas.

—Pero yo me voy a recuperar mejor si me das besos. —Me acerco a él.

—Deja de ser tan manipulador, ya te he dicho que esto no es correcto. —Me aleja con sus manos.

—¿No te gusto? ¿Es eso?

—Alex, sabes muy bien que no se trata de gustar o no gustar. El problema es que eres menor de edad y segundo mi paciente. ¿Qué tipo de persona me crees?

—Entonces olvida mi edad y puedo dejar de venir, así no seré tu paciente y podemos ser novios con libertad.

—Las cosas no se hacen de esa manera. —Se sienta en su silla. —Dejemos aquello en el olvido.

—Marc no quiero que esto se acabe. —Mis ojos comenzaron a aguar por si solos. —Realmente me gustas, y hasta puedo decir que siento amor por ti.

—No llores. —Él se acerca y me abraza. —Me duele verte llorar.

—No me dejes por favor. Sin ti voy a morir.

—Siempre estaré contigo, pero no de la forma que quieres. —Me aferro a su pecho y comienzo a llorar.

—«Te dije que lo mejor era secuestrarlo y esconderlo dónde nadie más lo viera, sería para ti solo. Lamentablemente, no me escuchaste». —Ríe de esa manera sarcástica.

Me alejo con brusquedad de Marcos y lo miro enojado.

—Oye Alex…

—Adiós. Ya no quiero regresar aquí. —Y antes de escucharle decir otra explicación estúpida salí corriendo.

—«¿Por qué siempre escapas de una manera chistosa?» —Parece un loco riéndose.

—«Sus neuronas no funcionan bien». —Le sigue la corriente a Cero.

Cuando llego a la parada, saco mi navaja y comienzo a herirme en el brazo.

—«Me aburre ver casi siempre tu sangre. ¿Por qué no buscas a quien herir?»

—¿Eh?

—«¡Vamos a matar! ¡Al fin!» —Ella salta emocionada. —«¿Por qué no matamos a esa tal Rose? Recuerdo que tenías interés en ella».

Miro a esos dos que me observaban esperando mi respuesta. Ciertamente, dije que la mataría, pero… ¿No es muy rápido? Aunque también creo que eso no importa tanto.

—¿Y qué hacemos con los sistemas de seguridad? —Les pregunto y Cien pareció meditarlo un rato. Sin embargo, Cero tenía respuesta a todo.

—«La llamas y le pides que venga a verte en secreto. Le das la dirección donde la matarás y fin». —Era como si estuviera planeando todo de antemano.

—«Oh… buena idea».

—¿Cuándo tengo que hacerlo?

—«Mañana. Hoy tenemos que ordenar todo para que no haya evidencias sueltas por ahí».

Asiento y camino hasta mi casa. En el camino solamente pensaba en Marc, talvez si debí de secuestrarlo.

—«Si quiero secuestrarlo, tienes mi ayuda». —Cierto este pendejo escucha mis pensamientos algunas veces. Lo ignoro y subo a mi habitación.

Me alegro de haber ido solo al psicólogo, es bueno evitar tener que explicarle algunas cosas a mi mamá. Aunque desde que recibió el proyecto ese, se pasa más tiempo en la oficina. Cristal no ha venido a visitarme y ni hablar de mi hermano, seguro estás haciendo sus cosas perfectas.

Tomo mi diario el cuál está sobre la mesita de noche. Su nombre es Flev, ya lo sé, soy pésimo nombrando.

Hola Flev ¿Qué tal? Muchas cosas ocurrieron mientras no escribí.

Marc no quiere mantener la relación y no le importa que diga que a mí no me importa los impedimentos, ej. mi edad. Él cree que eso es moralmente incorrecto, sin embargo, para mí, en el amor no hay edad.

Cero me dijo que debo secuestrarlo y guardarlo dónde nadie más pueda verlo, estoy pensando sobre esto y al final del día no parece tan mala idea.

Mi madre y mi hermano ahora me ignoran casi el triple que antes, pero eso no me molesta. Lo que me molesta es tener que despertarme temprano e ir a la escuela, además siempre ando en mi rincón. No tengo amigos, no puedo hacer nada y es muy aburrido.

Cuando padre vino a verme como él prometió. Intentó llevarme, pero nuevamente me negué, insistió por bastante tiempo, pero se rindió luego de que le aseguré que comenzaba a sentirme mejor y no dejaría que mi madre me volviera a pegar.

Sé que le mentí a padre al decir que aquella vez fue la primera vez que mi madre me pegaba, pero en ese momento no quería agraviar las cosa, más ahora no tengo que preocuparme tanto, ahora tengo a Cero. Ah y a Cien también.

Esto sucedió ayer, había una chica que se me acercó pidiendo mi número. Me puse nervioso y la ignoré saliendo rápidamente de allí. Ahora que recuerdo esa escena me da algo de gracia.

Creo que es todo Flev y si me pasó algo más, tal vez no era tan importante.

Dejo el diario con el plumón a mi lado. Y cierro un poco mis ojos. El sueño llega rápido y yo solamente me dejo abrazar por ello.

Estoy en mi habitación y siento dolor en mi parte íntima, dejo de saltar y voy a revisar. Me asusto al ver que mi amiguito está hinchado en un tamaño anormal. Suelto tremendo grito y claro cualquiera estaría asustado si estuviera en mi lugar. Es que ese aparato es mi vida, sin mi palito no valgo nada.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play