Un Romance De Dos Mundos

Un Romance De Dos Mundos

Mi amor secreto

El viento soplaba fuerte y las copas  de los árboles se doblaban ante su impetuosa fuerza, el enemigo estaba muy cerca y el miedo se podía sentír entre mis soldados.

No luchabamos con un enemigo desconocido, mi enemigo, era mi propio hermano, el que nació del mismo vientre de mi madre.

El quería mi reino y con él, también  mi muerte.

Los hombres miraban de lejos el vaivén de las ramas de los árboles y temían la multitud de las gentes que podrían  venir contra nosotros.

De pronto como si me invadiera una fuerza mayor a mi mismo, me levante de mi asiento y grité con fuerza a mis soldados: ¡No tengan miedo la victoria hoy  es nuestra!

Todos gritaron al oír mi voz, y a una dijeron todos: ¡Viva nuestro rey y con el nuestro reino!

No podía negar que sentía miedo dentro de mí, mi hermano era más fuerte que yo, pero no iba a acobardarme ante él ni ante mi ejército, tome valor de mi debilidad y me puse de pie.

Esta era mi guerra y yo  sería el primero en enfrentar al enemigo.

Levanté mi mano y como si todas las fuerzas de este mundo entrarán en mi ser, una fuerza sobrehumana me poseyo, el miedo desapareció dentro de mí  y en su lugar quedó la seguridad de mi victoria.

Al ver aparecer entre los árboles a mi hermano le dije en alta voz: ¡Vienes por mí! ¡Deja a todos fuera de esto Ridom! Es contra mí con quién vienes...

¡Aquí estoy! ¡Enfrentate a mí!

Puedo vencerte con las manos atadas y con los ojos vendados, ¡no eres digno de llamarte rey!

¡Vengo por mi reino y por mi corona! Que legítimamente me pertenece a mí  y no a ti...

Prepárate para morir Anjegor ¡porque vine a destruirte!

¡Nunca  te daré el reino que nuestro padre me dio, fue a mí a quién él  consideró digno de su corona! Le contesté con firmeza a mi hermano

Yo soy mejor que tú  y soy el primogénito, ¡me pertenece a mí y vine a tomarlo!

De repente sentí un fuerte  golpe sobre  mi pecho y una corriente de poder se abría paso con mucha fuerza sobre mi cuerpo.

Era su primer golpe y sus soldados creyeron que ese golpe sería mi muerte.

Pero un torbellino de poder entró de mí ser y la energía que mi hermano usó en mi contra se volvió contra él como un poderoso rayo y le cobró la vida de un solo golpe.

¿Esto es lo que ustedes llamaban un líder?  A un hombre tan  débil...

Les ofrezco la paz, pero no entrarán en mi reino...

¡Venciste  a nuestro líder, pero nuestro pueblo no se sujetara a ti jamás!

Somos muchos y te perseguiremos a ti y a tu gente durante toda su travesía y cuando se sientan más seguros...

¡Cobraremos venganza!

Esas últimas palabras dejaron un sello de por vida en mi reinado.

Han pasado ya dos décadas  y sigo llevando a mi pueblo año tras año a mejores tierras y cuando estamos más seguros allí y las tierras nos responden con su fruto, un enemigo oculto envenena nuestras aguas o mata nuestros ganados.

La gente siempre  se volvía hacía  mí con preguntas y yo no sabía que decirles...

¡Estoy cansado de pelear contra ellos y lo peor es nunca saber quién es el enemigo oculto!

Quiero descansar por unos minutos, salir de aquí y disfrutar de otros aires...

Su Alteza, ¿Se siente bien? Puedo ver que está pensando porque su rostro real,  arquea su ceja en señal de preocupación...

Si es por el agua  del pozo no debe preocuparse más su Alteza, ya lo resolvieron los  hombres del pueblo, esto no es nuevo para nosotros y siempre estamos preparados...

Gracias Máximo; pero no estoy preocupado por eso, siempre hemos sabido como solucionar este tipo de problemas, ¡pero me siento muy  cansado!

Porque no sale de este reino por unas horas su Alteza, yo les diré a los que pregunten  por su majestad  que usted está  descansando...

Es una buena idea Máximo, ¿pero a dónde iría?

¡Al mundo de los humanos! Allí nunca lo buscarían; Podría caminar por sus bosques, son lugares muy tranquilos, allí solo escuchará el sonido del cántico de sus pájaros...

¿El canto de los pájaros?  Creo Máximo que tienes razón, iré a caminar un poco, volveré en unas horas...

Salí del palacio por un portal y llegue a un hermoso bosque, caminaba sereno porque tal  como me lo dijo mi fiel amigo Máximo, ese era un lugar muy tranquilo.

Podía escuchar el canto de sus pájaros y el sonido del viento jugando con las ramas de los enormes árboles.

Caminaba escuchando, y no quería pensar en nada...

De pronto una voz muy dulce y melodiosa me detuvo.

Era la voz más hermosa que había escuchado....

Sentí curiosidad de saber de quién venía tan hermosa voz. Caminé muy silencioso entre los árboles hasta hallar esa bella voz.

¡Es una  belleza!

¡Que hermoso color de piel! y su cabello....

Las hojas rojas de los árboles se confunden con él, es tan bello...

Y sus ojos, tan verdes y tan llenos de vida...

Y esa boca....

¡Espera! ¿La estoy codiciando? Eso no se me permite, ¡No es de mi mundo!

Quise irme por temor a lo que estaba sintiendo hacía ella , cuando la escuche decirle a su perro...

¡Es hora de irnos Fido! Volveremos mañana por más zetas, hoy no pude encontrar muchas ¿Vamos a casa Fido?

A mis tíos no les importa si me pierdo en éste bosque, lo que les interesa es que lleve muchas zetas, así que mi pan será ésta noche la cena para los dos...

Una sonrisa triste se dibujo en los labios de la  muchacha  causandome mucha pena y un enorme deseo de protegerla.

La vi tan triste y la imaginé comiendo un trozo viejo de pan. Cuando su perro paso a su lado ella le dijo: Todo sería muy diferente para los dos Fido si me casará con el conde, pero no quiero casarme sin amor...

Además es tan viejo que sería mi abuelo y no mi esposo...

Su tristeza aumentó en su mirada y sentí mucha pena y un fuerte deseo de convertirme en su protector.

Y como si mis manos fueran movidas por voluntad propia hicieron un par de movimientos y su perro ladro al ver moverse las hojas del suelo.

Instintivamente empezó a rascar las hojas haciendo un hueco.

¡Mira Fido! ¡Cuantas zetas! Esto es un milagro, o es la obra de un ángel...

O de un hermoso príncipe...

Jaja, ¡o de un magnífico rey!

Su perro movió la cola muy contento al oírla reír  y acercándose ella lo acarició.

¡No soy digna de un rey! Soy la niña que rechazo su padre por ser hija ilegítima del hijo del rey; soy la vergüenza de la que nadie habla y que vive y llama sus tíos a alguien que no la quiere...

Sino fuera por ti Fido, mi vida sería muy solitaria y miserable...

Vamos a recoger todas estas zetas y hoy mi fiel amigo cenaremos un poco mejor, primero se que habrá para ti un exquisito trozo de mi carne...

¡Eres mi héroe! Me ayudaste a encontrar este tesoro y te mereces la mitad de mi carne...

Me dolía escuchar lo que decía y queriendo saber dónde vivía, la seguí.

¡Hasta ahora llegas! Mira la hora que es...

El señor Hamilton  a esperado demasiado por esas Zetas...

No la reprenda tan duro, es solo una niña...

¿Niña? ¡Es toda una mujer!

Es verdad Mavita, usted y su esposo la han cuidado muy bien, talves llegó la hora de qué  alguien más la cuide...

¿Quién va a cuidar de una chica como ella? Preguntó la anciana

Yo podría llevarla a mi casa y ella podría ser mi esclava...

¿Usted señor Hamilton haría ese sacrificio?

Por ayudarlos, claro que sí... Su sobrina es joven y podría serme útil de muchas formas...

La forma en cómo la miro al decir esas palabras me hizo sentir  furia y asco, la quería como esclava...

Como su esclava de amor...

Al mirar a la bella chica, note que temblaba y pude sentir sus deseos de correr,  me provocó ternura y me dije a mí mismo: ¡Yo te protegere!

Estaba haciendo un pacto con ella sin que supiera de mi existencia, debía alejarme y no involucrarme en vidas humanas, pero la veía tan triste y sola con la única compañía de un perro a sus pies.

Vendré por la chica mañana, le prepararé un lugar entre mi servidumbre...

Volviéndose a la muchacha levantó su rostro y aprovechando que estaba de espaldas  a los dos ancianos le susurró: ¡Te disfrutaré al máximo!

La vi temblar y desee matar a ese hombre, mis sospechas resultaron ciertas, ese hombre le haría daño a la hermosa chica y lo haría apesar de que para conseguirlo tuviera que usar la violencia.

El sol se empezaba a ocultar en el cielo, yo debía volver a mi reino, se hacía tarde...

Pero mi alma  se había pegado a esa muchacha de la que no conocía ni su nombre...

Rosalinda, yo seré tu dueño a partir de esta noche. Eso le dijo aquel miserable hombre

¡Rosalinda! Que nombre tan hermoso, justamente eso parece, una rosa muy hermosa, su piel se ve tan sedosa como los pétalos de las rosas y el color de sus labios son tan rojos como el color de una de ellas...

Era tan bella que una parte de mí podría excusar a aquel truan por querer usar cualquier truco para hacerse de ella.

Pero aúnque vi como pactaban la venta de la bella mujer, yo me propuse venir por ella y liberarla de ese patán.

Volví a mi reino, como Máximo mi sirviente personal lo imaginó, volví una horas después, atendí algunos asuntos pendientes y le dije a Máximo que estaba muy cansado y deseaba irme a descansar temprano.

Pediré que le traigan la cena su Alteza...

No tengo hambre Máximo; deseo descansar, no quiero que me molesten, ¡estoy muy cansado!

¡Como usted diga su majestad! Prepararé su habitación...

¡No es necesario! Estoy exhausto y lo único que deseo es estar sólo...

No quiero que nadie interrumpa mi descanso... ¿Está claro Máximo?

¡Clarísimo su Alteza!

Muy bien, nos veremos mañana Máximo...

¡Que descanse su Alteza!

Una vez dentro de mi habitación abrí un portal y llegué a su habitación.

Sus ojos se clavaron en mí, no vi temor, ni en ella ni en su perro.

¡Eres a quién vi en el bosque!

¿Me viste?

Sí, y creo que fuiste el responsable de la gran cantidad de Zetas. ¿Quién eres? O debería preguntar: ¿Qué eres? ¿Un ángel? Porque siento paz al sentirte cerca...

¿Quién eres?

Soy un amigo. Le respondí. Uno que viene a ayudarte...

¿Me sacaras de aquí?

Sí, solo toma mi mano...

Pensé que al extender mi mano ella se negaría a tomarla por temor, pero su perro me movía la cola y eso para ella fue suficiente razón para confiar.

Tomó mi mano y sin pensar en lo que hacía abrí un portal y entre con ella en él. En segundos estaba en una acogedora casa que yo había creado para ella.

¿Te gusta? Le pregunté

La casa es muy hermosa y tiene la mesa servida para dos...

Comida para mi perro y una cama grande y muy cómoda, la cocina está llena de frutas y verduras...

¿Todo esto es para mí?

Todo Rosalinda fue creado para ti, todo es tuyo...

De lo feliz que estaba hizo algo que me traspaso...

Ella no se dio cuenta de lo grande que había hecho y del calor que le hizo sentir a mi corazón.

Nunca había sentido algo así y esa sensación tan exquisita me llevo a buscar una más intensa.

La acerqué hacía mí y en segundos me estaba bebiendo su miel y volviéndome adicto al sabor de su boca.

Correspondía con tal dulzura e intensidad que yo me rendía ante sus besos, esa locura se llevaba mi razón y me dejaba en su lugar las ganas de embriagarme de sus caricias y enloquecer con sus besos.

Estaba viviendo lo prohibido y deseando disfrutarlo hasta sus últimas consecuencias.

Beso a beso me hallé deseando más y más de su calor y cuando ya no pude más con lo que me hacía sentir, con un movimiento de mi mano nos hallamos desnudos y en la cama.

Ame a esa mujer humana como no debía hacerlo...

Pero no pude resistir tantos deseos y al hallarme dentro de ella, no hubo duda en mí de qué  esa hermosa virgen sería mi mujer por siempre.

El viento soplaba fuerte y las copas  de los árboles se doblaban ante su impetuosa fuerza, el enemigo estaba muy cerca y el miedo se podía sentír entre mis soldados.

No luchabamos con un enemigo desconocido, mi enemigo, era mi propio hermano, el que nació del mismo vientre de mi madre.

El quería mi reino y con él, también  mi muerte.

Los hombres miraban de lejos el vaivén de las ramas de los árboles y temían la multitud de las gentes que podrían  venir contra nosotros.

De pronto como si me invadiera una fuerza mayor a mi mismo, me levante de mi asiento y grité con fuerza a mis soldados: ¡No tengan miedo la victoria hoy  es nuestra!

Todos gritaron al oír mi voz, y a una dijeron todos: ¡Viva nuestro rey y con el nuestro reino!

No podía negar que sentía miedo dentro de mí, mi hermano era más fuerte que yo, pero no iba a acobardarme ante él ni ante mi ejército, tome valor de mi debilidad y me puse de pie.

Esta era mi guerra y yo  sería el primero en enfrentar al enemigo.

Levanté mi mano y como si todas las fuerzas de este mundo entrarán en mi ser, una fuerza sobrehumana me poseyo, el miedo desapareció dentro de mí  y en su lugar quedó la seguridad de mi victoria.

Al ver aparecer entre los árboles a mi hermano le dije en alta voz: ¡Vienes por mí! ¡Deja a todos fuera de esto Ridom! Es contra mí con quién vienes...

¡Aquí estoy! ¡Enfrentate a mí!

Puedo vencerte con las manos atadas y con los ojos vendados, ¡no eres digno de llamarte rey!

¡Vengo por mi reino y por mi corona! Que legítimamente me pertenece a mí  y no a ti...

Prepárate para morir Anjegor ¡porque vine a destruirte!

¡Nunca  te daré el reino que nuestro padre me dio, fue a mí a quién él  consideró digno de su corona! Le contesté con firmeza a mi hermano

Yo soy mejor que tú  y soy el primogénito, ¡me pertenece a mí y vine a tomarlo!

De repente sentí un fuerte  golpe sobre  mi pecho y una corriente de poder se abría paso con mucha fuerza sobre mi cuerpo.

Era su primer golpe y sus soldados creyeron que ese golpe sería mi muerte.

Pero un torbellino de poder entró de mí ser y la energía que mi hermano usó en mi contra se volvió contra él como un poderoso rayo y le cobró la vida de un solo golpe.

¿Esto es lo que ustedes llamaban un líder?  A un hombre tan  débil...

Les ofrezco la paz, pero no entrarán en mi reino...

¡Venciste  a nuestro líder, pero nuestro pueblo no se sujetara a ti jamás!

Somos muchos y te perseguiremos a ti y a tu gente durante toda su travesía y cuando se sientan más seguros...

¡Cobraremos venganza!

Esas últimas palabras dejaron un sello de por vida en mi reinado.

Han pasado ya dos décadas  y sigo llevando a mi pueblo año tras año a mejores tierras y cuando estamos más seguros allí y las tierras nos responden con su fruto, un enemigo oculto envenena nuestras aguas o mata nuestros ganados.

La gente siempre  se volvía hacía  mí con preguntas y yo no sabía que decirles...

¡Estoy cansado de pelear contra ellos y lo peor es nunca saber quién es el enemigo oculto!

Quiero descansar por unos minutos, salir de aquí y disfrutar de otros aires...

Su Alteza, ¿Se siente bien? Puedo ver que está pensando porque su rostro real,  arquea su ceja en señal de preocupación...

Si es por el agua  del pozo no debe preocuparse más su Alteza, ya lo resolvieron los  hombres del pueblo, esto no es nuevo para nosotros y siempre estamos preparados...

Gracias Máximo; pero no estoy preocupado por eso, siempre hemos sabido como solucionar este tipo de problemas, ¡pero me siento muy  cansado!

Porque no sale de este reino por unas horas su Alteza, yo les diré a los que pregunten  por su majestad  que usted está  descansando...

Es una buena idea Máximo, ¿pero a dónde iría?

¡Al mundo de los humanos! Allí nunca lo buscarían; Podría caminar por sus bosques, son lugares muy tranquilos, allí solo escuchará el sonido del cántico de sus pájaros...

¿El canto de los pájaros?  Creo Máximo que tienes razón, iré a caminar un poco, volveré en unas horas...

Salí del palacio por un portal y llegue a un hermoso bosque, caminaba sereno porque tal  como me lo dijo mi fiel amigo Máximo, ese era un lugar muy tranquilo.

Podía escuchar el canto de sus pájaros y el sonido del viento jugando con las ramas de los enormes árboles.

Caminaba escuchando, y no quería pensar en nada...

De pronto una voz muy dulce y melodiosa me detuvo.

Era la voz más hermosa que había escuchado....

Sentí curiosidad de saber de quién venía tan hermosa voz. Caminé muy silencioso entre los árboles hasta hallar esa bella voz.

¡Es una  belleza!

¡Que hermoso color de piel! y su cabello....

Las hojas rojas de los árboles se confunden con él, es tan bello...

Y sus ojos, tan verdes y tan llenos de vida...

Y esa boca....

¡Espera! ¿La estoy codiciando? Eso no se me permite, ¡No es de mi mundo!

Quise irme por temor a lo que estaba sintiendo hacía ella , cuando la escuche decirle a su perro...

¡Es hora de irnos Fido! Volveremos mañana por más zetas, hoy no pude encontrar muchas ¿Vamos a casa Fido?

A mis tíos no les importa si me pierdo en éste bosque, lo que les interesa es que lleve muchas zetas, así que mi pan será ésta noche la cena para los dos...

Una sonrisa triste se dibujo en los labios de la  muchacha  causandome mucha pena y un enorme deseo de protegerla.

La vi tan triste y la imaginé comiendo un trozo viejo de pan. Cuando su perro paso a su lado ella le dijo: Todo sería muy diferente para los dos Fido si me casará con el conde, pero no quiero casarme sin amor...

Además es tan viejo que sería mi abuelo y no mi esposo...

Su tristeza aumentó en su mirada y sentí mucha pena y un fuerte deseo de convertirme en su protector.

Y como si mis manos fueran movidas por voluntad propia hicieron un par de movimientos y su perro ladro al ver moverse las hojas del suelo.

Instintivamente empezó a rascar las hojas haciendo un hueco.

¡Mira Fido! ¡Cuantas zetas! Esto es un milagro, o es la obra de un ángel...

O de un hermoso príncipe...

Jaja, ¡o de un magnífico rey!

Su perro movió la cola muy contento al oírla reír  y acercándose ella lo acarició.

¡No soy digna de un rey! Soy la niña que rechazo su padre por ser hija ilegítima del hijo del rey; soy la vergüenza de la que nadie habla y que vive y llama sus tíos a alguien que no la quiere...

Sino fuera por ti Fido, mi vida sería muy solitaria y miserable...

Vamos a recoger todas estas zetas y hoy mi fiel amigo cenaremos un poco mejor, primero se que habrá para ti un exquisito trozo de mi carne...

¡Eres mi héroe! Me ayudaste a encontrar este tesoro y te mereces la mitad de mi carne...

Me dolía escuchar lo que decía y queriendo saber dónde vivía, la seguí.

¡Hasta ahora llegas! Mira la hora que es...

El señor Hamilton  a esperado demasiado por esas Zetas...

No la reprenda tan duro, es solo una niña...

¿Niña? ¡Es toda una mujer!

Es verdad Mavita, usted y su esposo la han cuidado muy bien, talves llegó la hora de qué  alguien más la cuide...

¿Quién va a cuidar de una chica como ella? Preguntó la anciana

Yo podría llevarla a mi casa y ella podría ser mi esclava...

¿Usted señor Hamilton haría ese sacrificio?

Por ayudarlos, claro que sí... Su sobrina es joven y podría serme útil de muchas formas...

La forma en cómo la miro al decir esas palabras me hizo sentir  furia y asco, la quería como esclava...

Como su esclava de amor...

Al mirar a la bella chica, note que temblaba y pude sentir sus deseos de correr,  me provocó ternura y me dije a mí mismo: ¡Yo te protegere!

Estaba haciendo un pacto con ella sin que supiera de mi existencia, debía alejarme y no involucrarme en vidas humanas, pero la veía tan triste y sola con la única compañía de un perro a sus pies.

Vendré por la chica mañana, le prepararé un lugar entre mi servidumbre...

Volviéndose a la muchacha levantó su rostro y aprovechando que estaba de espaldas  a los dos ancianos le susurró: ¡Te disfrutaré al máximo!

La vi temblar y desee matar a ese hombre, mis sospechas resultaron ciertas, ese hombre le haría daño a la hermosa chica y lo haría apesar de que para conseguirlo tuviera que usar la violencia.

El sol se empezaba a ocultar en el cielo, yo debía volver a mi reino, se hacía tarde...

Pero mi alma  se había pegado a esa muchacha de la que no conocía ni su nombre...

Rosalinda, yo seré tu dueño a partir de esta noche. Eso le dijo aquel miserable hombre

¡Rosalinda! Que nombre tan hermoso, justamente eso parece, una rosa muy hermosa, su piel se ve tan sedosa como los pétalos de las rosas y el color de sus labios son tan rojos como el color de una de ellas...

Era tan bella que una parte de mí podría excusar a aquel truan por querer usar cualquier truco para hacerse de ella.

Pero aúnque vi como pactaban la venta de la bella mujer, yo me propuse venir por ella y liberarla de ese patán.

Volví a mi reino, como Máximo mi sirviente personal lo imaginó, volví una horas después, atendí algunos asuntos pendientes y le dije a Máximo que estaba muy cansado y deseaba irme a descansar temprano.

Pediré que le traigan la cena su Alteza...

No tengo hambre Máximo; deseo descansar, no quiero que me molesten, ¡estoy muy cansado!

¡Como usted diga su majestad! Prepararé su habitación...

¡No es necesario! Estoy exhausto y lo único que deseo es estar sólo...

No quiero que nadie interrumpa mi descanso... ¿Está claro Máximo?

¡Clarísimo su Alteza!

Muy bien, nos veremos mañana Máximo...

¡Que descanse su Alteza!

Una vez dentro de mi habitación abrí un portal y llegué a su habitación.

Sus ojos se clavaron en mí, no vi temor, ni en ella ni en su perro.

¡Eres a quién vi en el bosque!

¿Me viste?

Sí, y creo que fuiste el responsable de la gran cantidad de Zetas. ¿Quién eres? O debería preguntar: ¿Qué eres? ¿Un ángel? Porque siento paz al sentirte cerca...

¿Quién eres?

Soy un amigo. Le respondí. Uno que viene a ayudarte...

¿Me sacaras de aquí?

Sí, solo toma mi mano...

Pensé que al extender mi mano ella se negaría a tomarla por temor, pero su perro me movía la cola y eso para ella fue suficiente razón para confiar.

Tomó mi mano y sin pensar en lo que hacía abrí un portal y entre con ella en él. En segundos estaba en una acogedora casa que yo había creado para ella.

¿Te gusta? Le pregunté

La casa es muy hermosa y tiene la mesa servida para dos...

Comida para mi perro y una cama grande y muy cómoda, la cocina está llena de frutas y verduras...

¿Todo esto es para mí?

Todo Rosalinda fue creado para ti, todo es tuyo...

De lo feliz que estaba hizo algo que me traspaso...

Ella no se dio cuenta de lo grande que había hecho y del calor que le hizo sentir a mi corazón.

Nunca había sentido algo así y esa sensación tan exquisita me llevo a buscar una más intensa.

La acerqué hacía mí y en segundos me estaba bebiendo su miel y volviéndome adicto al sabor de su boca.

Correspondía con tal dulzura e intensidad que yo me rendía ante sus besos, esa locura se llevaba mi razón y me dejaba en su lugar las ganas de embriagarme de sus caricias y enloquecer con sus besos.

Estaba viviendo lo prohibido y deseando disfrutarlo hasta sus últimas consecuencias.

Beso a beso me hallé deseando más y más de su calor y cuando ya no pude más con lo que me hacía sentir, con un movimiento de mi mano nos hallamos desnudos y en la cama.

Ame a esa mujer humana como no debía hacerlo...

Pero no pude resistir tantos deseos y al hallarme dentro de ella, no hubo duda en mí de qué  esa hermosa virgen sería mi mujer por siempre.

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