Los hijos del rey Anjegor se despedían de su padre que en pocas horas se convertiría en un hombre casado, aunque ya lo estaba según los Reyes del Norte que habían traído a la joven princesa que él aceptó y tomó por mujer como pacto entre los reinos.
Ese era su deber como rey y según los demás reinos un privilegio convertirse en un monarca tan poderoso al liderar a otros reinos más el suyo.
El rey de Zouquibia ahora se había convertido en leyenda.
Pero ek corazón del rey Anjegor se había anclado en un sentimiento y no podía moverse de esas tierras sin escuchar una palabra de parte de Rosalinda.
Y como ella no salía de su habitación abrió un nuevo portal y fue a ella.
Al ver sus ojos enrojecidos e inflamados de las muchas lágrimas, Anjegor quiso abrazarla, pero Rosalinda se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación..
¡Desde ahora, ésta es solo mi habitación, y en ella no entrará un hombre comprometido y menos casado!
¡Por favor vete ahora y ten compasión de tu esposa y amala Anjegor!
¡Sé que estás molesta conmigo Rosalinda y comprendo que te lastime mi amor, pero yo nunca amaré a otra mujer que no seas tú!
Además por mi posición en el trono de Zouquibia era mi deber real casarme, yo no podía hacer otra cosa que no fuera tomar a la princesa por esposa, si rechazaba esa propuesta significaría provocar una guerra entre nuestros pueblos...
Mi amor y mi corazón siempre te perteneceran solo a ti Rosalinda, no importa lo que haga o con quien esté, siempre voy a amarte a ti...
Anjegor deseaba que Rosalinda comprendiera que el hecho de ser rey lo llevó a tomar esa decisión por el bien de su pueblo. Pero Rosalinda tenía otra forma de ver las cosas y deseaba hacérselo saber
Anjegor; yo supe desde el comienzo de nuestra relación que nuestros mundos eran muy distintos, aún así te amé, puse mi vida, ¡mi ser completo en tus manos!
Fueron quince años maravillosos y sé que tú no puedes tomarme por esposa ante tu pueblo y lo entiendo bien...
¿Entonces porque me pides que me vaya y que me aleje de ti si sabes que te amo y que lo he hecho desde la primera vez que te vi?
Rosalinda tú sabes que mi reino y mi amor por ti siempre han estado en conflicto; ¡Tú has sido mi secreto más preciado!
Un secreto que he valorado más que a mi corona y que a mi vida como rey...
¿Porque no me dejas amarte Rosalinda si he sido infiel a mi pueblo contigo y por amor a ti?
Rosalinda, tú eres a quién yo amo, y solo te pido que sigamos como hasta ahora, puedo venir a verte, sé ya no todas las noches podré hacerlo por que....
¡Porque tienes otra mujer Anjegor, una a la que llamarás esposa!
Y yo me convertire en la amante del rey, a la que él vendrá cuando le pueda robar a su esposa un poco de su tiempo como marido...
¡No Anjegor no! ¡Así no!
Mi hija Mabel verá con ojos de dignidad a su madre que amando a su padre como lo ama, no vendió su dignidad siendo su padre esposo de otra y que sabiendolo aceptó ser su amante...
No; te amo Anjegor; pero me respeto a mí misma y por amor a ti fui tu mujer por quince años...
Pero no seré tu amante después de saberte casado ni siquiera un segundo...
Además Anjegor, te acostaste con ella antes de hablar conmigo y decirme lo que sucedería. Eso significa que ella es muy bella, superior a mí, y que sabrá complacerte mejor que yo...
¿Mi amor cómo puedes pensar algo así? Rosalinda así se cierran los pactos entre nuestros reinos, yo debía tomar por mujer a la más bella de sus doncellas y así quedarían sellados los acuerdos de paz y de unidad entre los nuestros pueblos, así debía de ser...
¡Quince años Anjegor, y no pensaste en lo que yo podría sentir!
Viniste hasta aquí con olor a ella, saliendo de sus brazos para decirme que te casaste...
Rosalinda, ¿Qué más podía hacer?
Venir antes a verme Anjegor, inventar alguna excusa, tomar un poco de tu tiempo para explicarme...
Tal vez Anjegor, talves...
Habría tomado la decisión de quedarme a tu lado; pero preferiste tomarla por mujer y disfrutar de ella antes de venir a mí...
¡No disfruté amarla Rosalinda!
¡Son quince años Anjegor, te conozco demasiado bien!
Y lo que viste en ella te atrajo y por eso no viniste a mí primero...
¡No, no, no, las cosas no son como las estás imaginando Rosalinda! Yo cumplí mi pacto y nada más...
¿Estás seguro Anjegor?
Entonces explícame porqué cuando te viste ante ella no pensaste en mí...
Dijiste que pensabas en mí todo el tiempo, dónde se fue mi recuerdo cuando la viste, cuando sus ojos te invitaban al amor, cuando supiste que sería tu mujer para luego ser tu esposa...
¿Dónde quede yo Anjegor?
¿Dónde cuando estabas con ella?
Rosalinda te he explicado las razones de tomarla por mujer, ¡es un pacto!
No le preguntaba al rey Anjegor, sino al hombre; y el hombre se escuda en el rey...
¡Vete Anjegor!
Ella debe estar esperándote en tu cama, tu esposa no tendrá que preocuparse porque su esposo huele a otra mujer...
¡No es justo Rosalinda! Me acusas y...
No te acuso Anjegor; ¡lo afirmo!
¡Sal de mi habitación Anjegor, tú ya no eres bienvenido en ella...
¿No me amas lo suficiente Rosalinda como para dejar tu tonto orgullo de lado?
¡Tenemos dos hijos!
¡Dos razones que nos necesitan juntos!
Eres su padre y lo serás siempre Anjegor, y puedes venir a verlos cuando quieras...
¡Quiero verte a ti! Tenerte en mis brazos y amarte....
¡Rosalinda entiende por favor que esto no se trata de sentimientos, se trata de un deber!
Respondeme Anjegor, ¿porqué no viniste a mi primero?
¡Porque me vi acorralado!
Respondió Anjegor
Y atraído por ella Anjegor...
¡No!
Rosalinda yo te amo...
Respondeme sinceramente Anjegor; ¿La amaste solo una vez y por cumplir nada más?
Yo... sí...
¡Mentiroso!
No lo hiciste...
Te das cuenta Anjegor, te conozco demasiado bien...
Vuelve con tu bella esposa, ya no tienes mujer aquí...
Hablas con orgullo y con dolor y lo puedo entender Rosalinda, comprendo que me equivoqué y que debí venir a ti primero y hablarte de lo que pasaba y llegar a un acuerdo entre los dos. Pero no lo hice por qué...
¡Porqué tus ojos estaban muy ocupados Anjegor!
Pero ya no tienes porque sentirte mal; ella es tu mujer y pronto tu esposa...
¡Felicitaciones su Alteza!
Y ¡Adiós Anjegor!
Rosalinda no esperó a que Anjegor se fuera de la habitación, ella salió de la habitación y le pidió a su hijo Arkenor que la enviara lejos de allí por unos minutos.
Sus hijos abrieron un portal y su madre entró en un bello jardín bañado por un cristalino manantial.
Al salir Anjegor de la habitación preguntó donde estaba Rosalinda y sus hijos le dijeron: Papá déjala...
La lastimaste mucho con lo que hiciste y aúnque fue por tu deber, en el fondo de tu corazón sabes que te equivocaste papá...
Ahora tendrás una familia con linaje real, a la que podrás presentar a tu pueblo, y nosotros seremos solo un bello recuerdo...
Te agradecemos por todo tu cariño y por todo este tiempo con nosotros, pero ahora tendrás a muchos hombres vigilando tus pasos, de hecho papá, tu esposa ya despertó y te está buscando. Vuelve con ella...
¡Escuchenme hijos míos, yo voy a volver, y hablaremos todos sobre esto!
Yo no renunciare a ustedes ni al amor que tengo por su madre...
Me equivoqué lo sé y la lastime; pero por encima de todo lo que hice, yo la amo y no podría vivir sin ella en mi vida...
Mabel abrió un portal y su padre pudo ver a la princesa preguntando por él y Anjegor sabía que debía volver cuanto antes o las dudas se volverían preguntas y las preguntas en un problema sino aparecía.
Pero antes de irse Anjegor les prometió a sus hijos que volveria y les pidió que le dijeran a su madre que él siempre la amaría.
Aquella triste despedida trajo de nuevo a su madre y unidos los tres en un abrazo le daban ánimo a su madre Rosalinda.
De pronto se escucharon carros y muchas gentes cerca de su casa y eso extraño mucho a Rosalinda y a sus hijos y alertó a las mujeres que cuidaban de ellos.
Señora es... Son...
¡No puede ser!
¿Qué pasa?
¿Quiénes son?
Les preguntó Rosalinda
Es...
¡Oh no puede ser!
Es igualita a usted...
Le decían las mujeres
Al ver por la ventana a la mujer que se dirigía hacia su casa, Rosalinda se vio impactada con esa imagen, sus hijos miraron el rostro de su madre y al por la ventana exclamaron: ¡Mamá, ella se parece a ti!
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