El reino estaba de fiesta por qué el rey Darío iba a casarse con la princesa Anelis, todos estaban alegres con la noticia, la gente del reino empezó a traer flores y comida como ofrenda para la fiesta nupcial, todos en el reino querían ser parte de la gran fiesta de bodas de su rey Darío.
El panadero principal del reino preparó un enorme pastel de bodas y lo adorno con las flores favoritas de la nueva reina. La princesa Anelis.
El color lila adornaba de forma maravillosa las ventanas de las casas y bailaba con el viento en pequeños banderines que colgaban por las calles.
Los niños jugaban en la calle felices y los músicos del pueblo engalanaban las plazas con sus cantos y su música como anuncio al feliz acontecimiento.
El rey Darío y la princesa Anelis por fin unirían sus vidas como siempre debió ser.
El rey Darío se había enamorado de la hija menor del rey Ruperto II cuando él era aún príncipe, pero la hija mayor del rey que se llamaba Anenya, vivía enamorada de Darío el hijo del rey vecino y su padre al saberlo la dio por esposa en convenio secreto con el padre de Darío.
El amor del príncipe Darío y de la princesa Anelis no pudo ser, su padre el rey y el padre de Anelis lo habían engañado y en su noche de bodas al quitarle el grueso velo a su esposa se dio cuenta que había casado con Anenya y no con su amada Anelis.
Y Darío no pudo hacer nada, porqué fue un convenio entre los dos reinos.
El heredero que Darío soñaba tener con el amor de su vida, la hermosa y dulce Anelis, nació de Anenya justo antes de su coronación como rey. Pero el amor del nuevo rey siempre perteneció a la princesa Anelis que nunca se casó.
No por falta de pretendientes, sino porque amaba al rey Darío que era el esposo de su hermana Anenya.
Después de que la reina Anenya enfermera su padre envío a su hermana Anelis para que la sirviera y cuidara de la reina y del hijo de los reyes.
La enfermedad de la reina Anenya empeoró y la princesa Anelis se convirtió en una madre para el pequeño príncipe, hijo de Darío y su sobrino y el pequeño ppríncipe la quería mucho.
Y el amor del rey Darío cada día se hacía más grande por Anelis y le era más difícil de ocultar al rey Darío, hasta que una noche lo que no debía pasar entre los dos, sucedió.
Para el rey aquel precioso momento era algo a lo que no estaba dispuesto a renunciar.
Amó a Anelis con todas sus fuerzas, disfrutó su piel y enloqueció al sentir la dulce miel de sus labios.
Aúnque su esposa la reina Anenya mejoraba y su relación matrimonial que no era buena empeoraba después de su completa salud, el rey suspiraba de amor por Anelis
Ella era su mujer como en sus más hermosos sueños lo deseo, Anelis era su concubina en lo secreto y la dueña de su corazón por completo.
Anenya quiso deshacerse de su hermana, matandola, pero para suerte de Anelis el que debía ejecutarla tuvo piedad de ella y la escondió por un tiempo.
Al rey se le dijo que la desaparición de la princesa Anelis era porque había muerto y aún no encontraban su cuerpo, el rey Darío enloqueció al creela muerte, dejó de comer y de beber y el reino sufría también su tristeza.
El captor de la princesa Anelis la devolvió al palacio alegando que la había encontrado en el bosque mal herida y la había cuidado todos esos meses.
El rey se llenó de tal alegría que le dio una distinguida y muy hermosa ala del palacio, toda para Anelis y de allí nadie podría sacarla.
El edicto enfureció tanto a la reina que juró vengarse de ella, pero el rey se dedicó a cuidar de Anelis y de proveerle todo lo que ella deseaba y necesitara.
Anelis era todo lo opuesto a la pretenciosa reina Anenya, pero la labor social de Anenya le daba seguridad al reino y le compraba su lugar al lado del rey Darío su esposo y monarca.
La presencia de la reina Anenya era valorada entre los nobles del reino y al rey no le quedó más que esconder su amor por la princesa Anelis y fingir tener un buen matrimonio con Anenya.
Durante los siguientes meses del regreso de la princesa Anelis hubo un evento inesperado que hizo muy feliz al rey y a la princesa Anelis, ella estaba embarazada del rey Darío que era el hombre que Anelis amaba.
Al enterarse la reina Anenya le exigió al rey Darío esconder el embarazo de su hermana Anelis y que diera a luz en secreto.
El rey aceptó comprendiendo lo que significaría si se enteraban.
Lo que el rey nunca se pudo imaginar era lo que tramo la reina su esposa hacerle a la pobre bebé.
Lo primero que la reina hizo fue buscar cómplices para ayudarla en adelantar el nacimiento del bebé de su esposo y su hermana menor.
Trajo a unos campesinos desconocidos para todos en el Palacio y les pagó mucho oro para que se deshicieran de la bebé, el plan era matarla, pero esa bebé inocente era su sobrina y temió hacerle daño.
No solo por su consciencia, sino por lo que podría hacerle el rey Darío si se enteraba de que ella le hizo daño a la hija de su amor con Anelis.
Así qué le pago al matrimonio de campesinos para que se la llevarán muy lejos del reino y les advirtió que nadie debía saber de su existencia o los mataría sin piedad.
Después de hacerles jurar que lo harían bajo juramento de muerte.
Envío traer a una bebé semejante a su sobrina y aprovechando que su hermana había quedado muy débil por el repentino nacimiento, le entregó al médico que atendía a su hermana Anelis la niña que hizo traer y le ordenó hacerla pasar por la hija de su esposo y la princesa, pero muerta.
El médico y todos los que rodearon a Anelis fueron obligados por la reina a mentirle al rey Darío o ella enviaría a matar a sus parientes.
El miedo los hizo mentir y su hermana Anelis se vio a punto de morir por la tristeza de la muerte de su hija.
Por tres años ella vivió recluida en el Palacio de su padre el rey Ruperto II y Darío solo la veía en sus visitas al rey su suegro, sin poder acercarsele porque ella no quería volver a verlo.
Lo culpaba de su desgracia y decía sin cesar, que la niña muerta no era su hija.
Darío pensaba que la tristeza la había enloquecido.
La cuidó sin estar a su lado enviando personas que la cuidarán de día y de noche y cuando el rey Ruperto la quiso casar ella huyó y nadie supo dónde.
La reina Anenya había ganado la batalla y el rey Darío sufría el dolor de su ausencia.
Fue cuando el rey Darío enfermo gravemente y que se anunciaba su muerte y de la coronación del nuevo rey, y se hablaba del matrimonio del hijo del rey Darío con una princesa para sucederle en el trono, fue eso lo que hizo que Anelis volviera a aparecer.
Ella no dejaría que su hermana Anenya tomara el trono de Darío, sabía que su hijo no era más que un títere de su madre y que haría todo lo que ella le dijera.
La aparición de Anelis fue secreta y el matrimonio del príncipe se llevo a cabo sin su padre el rey Darío.
Anelis cuidó con gran esmero al hombre que amaba alcanzando su recuperación, la princesa Anelis le devolvió la vida con su amor al rey Darío.
Anenya no conseguío lo que quería por qué Darío su esposo volvió más fuerte que nunca a tomar su lugar en el trono.
Y para su desdicha la esposa que ella eligió para su hijo no le daba un heredero, no había entre ellos una buena relación y en lugar de unirse, su hijo y su esposa se separaron.
El Palacio Real era un mar secretos, el rey dormía con su amada Anelis y su hijo había tomado una concubina y vivía con ella, fue así como Anenya se dio cuenta que su hijo era estéril.
Bajo las luces del reino el príncipe y su esposa eran un matrimonio feliz, en lo secreto, se odiaban.
En cambio Darío y Anenya eran dos gobernantes por el bien de su pueblo, pero ellos no eran pareja desde antes de la primera llegada de Anelis al palacio.
Su felicidad era Anelis y su hijo el limitante para no separarse de Anenya y unirse por siempre a su amada Anelis.
Porqué el rey Darío amaba a su hijo y el príncipe amaba mucho a su padre y el rey Darío y Anelis no querían hacerle dañó al muchacho.
Cuando murió la reina Anenya de forma repentina el reino la extrañó, Anenya era una buena gobernante.
Su hijo la lloró y a Darío le quedó claro que lo suyo con Anelis estaba destinado al secreto del palacio.
Pero cuando el hijo del rey Darío murió, su tristeza fue grande. Y el rey Darío no pensó nunca en qué al morir su hijo y único heredero su relación con Anelis podría salir a la luz, el rey sufría la partida de su hijo.
Pero aúnque habían pasado solo unos meses de la muerte de su hijo y se sentía triste por su repentina muerte, a su corazón le acababan de inyectar vida con la petición que le trajo el Cardenal Ballesti de qué formalizara su relación con la princesa Anelis y la maravillosa noticia de que la hija de ambos, estaba viva.
Su dicha fue mayor cuando Anelis le dijo que sí a su propuesta de casarse y el rey Darío le tenía un regalo de bodas incomparable a su futura esposa.
Anelis mi amor...
¡Nuestra hija vive! Se llama Rosalinda y tiene dos hijos...
Lamentablemente su esposo murió, pero la traeré al Palacio Real y seremos una gran familia como siempre debió ser mi amor...
¡Tenías razón Anelis!
¡Siempre la tuviste! Esa niña muerta no era nuestra hija...
¡Está viva! Y me dicen que se parece a ti...
Aquella noticia hizo reír y llorar de la felicidad a la princesa Anelis, era como si cada pieza de su vida tomara su lugar y formara la más hermosa pintura que llenaba de alegría a dos corazones que sufrían en sus almas.
El reino se enteró de la noticia y celebró que su amado rey Darío y la dulce princesa Anelis habían recuperado su felicidad y el reino tendría una heredera a la corona real.
El legado real del rey Darío seguiría en las manos de su hija.
La alegría se sentía en las casas, en las calles y en las plazas, el reino recibiría a la nueva reina Anelis y la coronación de heredera al trono como la princesa Rosalinda.
Todo eso sucedía a mucha distancia de Rosalinda y de sus hijos.
Mientras en el reino de Zouquibia al rey Anjegor le esperaba una gran sorpresa que cambiaría toda su vida.
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