Capitulo 18: ¡Trato hecho!

—¿Qué necesitas Derek?

—Sobre lo que dijo el abuelo, ¿ya has pensado dónde quieres ir? —preguntó Derek al ver que tenía su atención.

—Puede ser, ¿por qué? —Alexander se cruzó de brazos, esperando ver qué intenciones tenía esta vez.

—Sé que siempre hemos tenido algo de rivalidad entre nosotros y probablemente dudes de mí, pero tengo que advertirte algo.

—Oh. ¿Y qué seria eso?

—El abuelo tendió una trampa en esta prueba, hace parecer que aumentar la utilidad diez porciento en la nueva sucursal sea más fácil que el cero coma uno porciento, pero no es así.

—¿Por qué no? Que yo sepa la sucursal antigua está prácticamente en bancarrota, ¿dices que aumentar su porcentaje es más fácil que en una sucursal que crece por sí sola? ¿Por qué debería creerte?

—Porque esa es la trampa que puso el abuelo para engañarnos. —exclamó con impaciencia—. Sé que puede ser extraño que te diga esto y probablemente no me creas, pero quiero que nuestra competencia sea justa.

«¿Él justo? Que buen chiste». Alexander retuvo las ganas que tenía de reírse en su cara.

—¿Y por qué sería una trampa? —preguntó siguiéndole el juego.

—Porque puede que se vea fácil, pero no sabes lo dura que es la competencia actual en la capital y lo saturado que está el mercado en estos momentos. Aumentar únicamente un uno porciento las utilidades será todo un logro para el acotado tiempo que tenemos, así que si esa es tu opción ya sabes, no digas que no te avise.

—La verdad es que pensaba ir ahí, pero si es cierto lo que dices quizás deba considerando. —Alexander tomó su mentón pensativamente como si analizará sus opciones.

Los ojos de Derek brillaron brevemente con astucia antes de poner una cara afligida. —Si sientes que la nueva sucursal es mucho para ti, puedo tomar tu lugar, solo si aceptas, claro.

Alexander uso todo su autocontrol para no rodar los ojos. —¿En serio harías eso? ¿Por qué?

—Porque me siento culpable por cómo se portaron mis padres antes, además mi comportamiento no ha sido el mejor contigo desde que llegaste y no quiero que eso intervenga en nuestra competencia, así que espero que con esto podamos empezar de nuevo y dejar de lado nuestras diferencias.

Alexander asintió en acuerdo ofreciéndole la mano. —En ese caso no seré educado.

—¡Trato hecho! —Derek tomó su mano extasiado de haber logrado su objetivo tan fácilmente—. Entonces iré a decirle al abuelo que ya nos hemos puesto de acuerdo.

—Está bien, te lo dejo a ti. —dijo con una sonrisa agradecida.

Damon llego a su lado después de observarlo todo y miró junto a Alexander en la dirección que Derek desapareció alegremente. —¿Sabes qué te manipuló hace un momento, verdad?

—Si crees eso, ¿por qué no interviniste? —El rostro de Alexander volvió a estar igual de serio que el de su padre.

—Esta es tu pelea, solo me dio curiosidad saber si eres tan estúpido como te viste hace un momento.

—Caray, gracias por tu apreciación, ahora sé que hice un buen trabajo.

—Así que fingías —afirmó sin mucha sorpresa.

—Por supuesto, desde un principio había decidido ir a la vieja sucursal, nada más quiero que crea que las cosas van como él quiere, será mucho más sencillo para mí de ese modo.

Damon alzó una ceja. —¿Sabes que si vas ahí lo más probable es que fracases?

—Tu charla motivacional sigue siendo tan buena como siempre, padre.

—No es motivación, son hechos. ¿Crees que tienes lo que se requiere para ese desafió?

—Realmente no, pero lo sabré cuando lo intente. Solo pensaré en ello como un buen desafío para probarme y superar mis límites. —Se encogió de hombros despreocupadamente—. Además, quién sabe, tal vez haya algo interesante esperándome allá.

—Eleonor tiene razón, nos parecemos demasiado. —Damon suspiró—. ¿Ya decidiste cuándo te irás?

—Ya que hemos decidido dónde ir y las cosas con mi mamá andan bien, me iré mañana.

—Eleonor no estará muy contenta con eso. —Damon arrugó el ceño preocupado.

—Creo que será lo mejor, no quiero estropear las cosas por impacientarnos. Ha sido mucho tiempo que hemos estado separados.

—Por eso mismo, ella está muy empeñada en compensarte, pero entiendo lo que dices, no te preocupes, yo hablaré con ella.

—Gracias, papá.

Damon hizo un gesto de indiferencia con su mano mientras se retiraba, podía actuar fríamente, pero siempre fue dedicado y responsable con su familia, por eso Alexander no podía juzgarlo por su forma de ser, sobre todo cuando eran tan similares, tal como él mismo admitió.

Luego que su padre se marchó, Alexander miró su celular y busco el contacto que había añadido recientemente.

—Aún no responde—murmuró decepcionado—. Bueno, no importa, veremos que excusa da cuando la vea, ella también tiene que cumplir con su parte del trato.

...***...

Ciara estaba en su habitación sumida en sus pensamientos cuando sintió un escalofrío en su espalda. «¿Por qué de repente siento que algo malo va a pasar? —Con temor miró a ambos lados con sospecha, pero solo estaba ella ahí y se encogió de hombros—. Debe ser el estrés, después de todo, ¿qué puede pasar aquí?». Con ese pensamiento se fue a dormir tranquilamente.

Al día siguiente la sensación que sintió antes fue más intensa inquietándola.

«¿Qué será? —rasco su cabeza preocupada—. La última vez que sentí esto fue cuando Casandra me engañó... ¿Puede ser? —Negó ante la idea—. No, es imposible». Al momento siguiente sonó el teléfono haciéndole saltar. 

—¡Maldición! —gritó cubriendo su pecho por el susto y al ver quien era tiro el celular de la impresión como si le hubiera quemado.

—Hermana, ¿por qué tu celular salió volando? —Liam se asomó con curiosidad a su habitación y recogió el aparato que había caído cerca de donde estaba, pero cuando lo recogió se abrió un estado que lo dejó perplejo—. ¿Hermana tienes novio?

—¿Q-qué? ¡Por supuesto que no!

—Entonces, ¿por qué hay una foto en la que sales abrazada con otro chico? Además, decía que eshrgah. —Lo que iba a decir fue detenido a la fuerza por Ciara, rápidamente corrió a cubrirle la boca.

—¡No lo digas en voz alta, es demasiado vergonzoso! —exclamó quitándole el celular que volvió a sonar con insistencia.

—¿No le atenderás a tu novio? —preguntó con burla, Liam, después de lograr quitarse la mano que cubría su boca.

—No es él —contestó sin pensar, más preocupada por la extraña sensación que tenía desde ayer, pero entonces se dio cuenta de lo que dijo y volteó a Liam con horror—. No es lo que crees... quiero decir, no es mi novio.

—Entiendo. —Liam asintió seriamente cruzándose de brazos—. No es tu novio quien llama.

—¡Qué no tengo novio! —exclamó ofuscada echándolo de su habitación—. Sal necesitó contestar esta llamada.

—Bueno, dejaré que hables a solas con tu no...

Ciara cerró con fuerza la puerta sin dejarle terminar aquella fastidiosa frase y volvió la atención al celular que ya timbraba por tercera vez.

—Bueno aquí vamos. —se dijo atendiendo la llamada de donde inmediatamente salió la voz de Casandra.

—¡Ciara Campbell por qué ignoras mis llamadas!

—Lo siento, estaba haciendo algo Cassie. ¿Sucede algo?

—¿Y me lo preguntas? ¡Mejor dime qué rayos es ese estado en la cuenta de Alex!

«Mierda, por qué es otra vez eso», pensó maldiciendo ocho generaciones de la familia de Alexander.

—¿Y bien? Si no recuerdas puedo refrescarte la memoria y leerte lo que dice —Casandra amenazó aclarando su voz como para leer—. Es-

—¡No lo digas! —le detuvo espantada.

—Entonces responde. ¿No era que ni siquiera eran amigos?

—Quizás... ¿Seamos un poco cercanos? —titubeó dudosa de qué decir. Alexander menciono que tenían que parecer cercanos, pero no tenía idea de cómo debería actuar, es por eso que tampoco había podido responder a ese escandaloso estado.

—¿Quizás? ¿Puedes hablar claro? ¿Tienen algo o no?

—No lo sé aún Cassie, no te puedo asegurar nada. —contesto honestamente.

—¿Pero es posible que pase algo entre ustedes?

—... —Ciara por un momento no sabía cómo responder a eso. «¿Qué pase algo como qué?», se preguntó cuando a su mente vino el recuerdo de la señora del bus y el de Liam hace un momento—... Preguntas si seremos... uh... ¿Novios?

—¿Por qué te escuchas tan sorprendida? Con lo interesado que se ve Alex en ti deberías estar considerándolo.

—No es lo que piensas, solo le gusta molestarme —explicó incómoda. Cuando acepto la propuesta de Alexander nunca pensó en eso, pero no llegarían hasta ese punto, ¿no?

—Ajá, lo que digas, pero si pasa algo, no olvides decirme, no sabes lo vergonzoso que fue cuando Derek me pregunto sobre eso y no supe qué decirle.

—Está bien... —accedió colgando la llamada aturdida por lo último que dijo Casandra. «¿Derek le pregunto? ¿Por qué?». Entonces se tapó la boca con sorpresa—. ¡No me digas!

—Hermana~ —La voz melodiosa de Liam sonó detrás de la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunto abriendo la puerta para ver a Liam balancearse sobre sus talones con las manos enlazadas en la espalda simulando inocencia.

—¿Terminaste de hablar con tu novio? ¡Ah espera! —le detuvo al ver que cerraría la puerta de nuevo—. ¡Papá llamó y dijo que llegaría tarde!

—Le dije que no hiciera tantas horas extras —se quejó, nada feliz de escuchar aquello.

—Ya se me hacía extraño que me llamara a mí para que te informara...

—De todos modos se lo recordaré cuando llegue. ¿Eso es todo?

—Nop~ —negó con una gran sonrisa—. Hermana, me debes un helado.

Ciara lo miro perpleja. —¿Por qué te debería un helado si se puede saber?

—Por no decirle a papá sobre tu novio —explicó como si fuera obvio.

—¡Qué no tengo novio! —gruño, molesta—. Al menos no todavía...

—¿Eso quiere decir que será tu novio en el futuro?

—No, Liam, no lo será —reitero con aburrimiento—. Quien me gusta en realidad es otra persona...

Liam la miró confundido. —¿Entonces él gusta de ti, pero a ti te gusta alguien más?

—No... es algo complicado, cuando crezcas lo entenderás. —Toco su cabeza condescendientemente.

—Ya tengo once, soy lo suficientemente grande. —refunfuñó con un puchero que desmentía su declaración.

—No, enano, aún te falta. Disfruta tu niñez, créeme que luego la extrañaras.

—Bueno, pero me sigues debiendo mi helado. —insistió sin querer retroceder en su demanda.

Ciara miro al pequeño estafador y pensó que no era una mala idea de todas maneras. —Bueno, pero después de almorzar y me tienes que ayudar a limpiar la casa.

—¡Trato hecho! —acepto antes de salir corriendo feliz con su Logro. 

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