Capitulo 15: Bienvenida

—Qué bueno que decidiste venir, sobrino. —Darius Wright recibió a Alexander con una hipócrita sonrisa de dientes blancos, nada más lo vio, la misma que solía usar Derek, se podía ver de dónde la había sacado.

—¿Por qué tardaste tanto? Si mi querido suegro no te hubiera llamado para la herencia, ¿quién cuándo te veríamos de nuevo? —Elizabeth Brown, secundo con una cálida voz que no lograban encubrir del todo el veneno que tenían sus palabras.

Alexander los observo sorprendido de como Derek había logrado heredar las excelentes habilidades de actuación de ambos progenitores. «Un milagro genético, supongo», pensó con ironía. —Tienes razón Elizabeth. —Les miro fríamente aunque colgaba una sonrisa de sus labios—. Si no fuera por la insistencia del abuelo para que vuelva, créanme que no estaría aquí.

—¡Qué insolente! ¿Piensas que porque Damon solucionó el problema de la empresa tienes la ventaja? —Darius explotó molesto al ver la misma mirada de su hermano en Alexander.

—No pienso nada y a quién el abuelo decida entregar la empresa es cosa de él, para eso la fundó —dijo con dureza—. Solo espero que si cae en manos de Derek no cometa el mismo error que sus padres, porque yo no seré tan amable como lo fue mi padre para limpiar su desorden.

—¡¿Cómo te atreves?! —Darius iba dispuesto a golpearlo cuando un fuerte sonido de un bastón lo detuvo.

—¡¿Qué sucede aquí?! —Todo se quedó en silencio cuando el anciano de la familia entró imponente, seguido de su hijo mayor y Derek—. ¿Y bien? ¿Quién me va a explicar que son estos gritos?

—¡Papá, solo le decíamos a Alex lo felices que estábamos de que regresara y él nos humilló! —Darius se quejó culpando descaradamente a Alexander de todo.

—Es verdad, querido suegro, desde que supo que Damon volvió a tomar las riendas de la empresa nos ha despreciado —secundo entre sollozos Elizabeth.

—¿Alex, qué tienes que decir ante eso?

—Lo siento abuelo, lamento que tengas que presenciar una escena así apenas regreso —se disculpó con una reverencia Alexander sin justificarse.

—¡Lo ves ni siquiera lo niega!

—¡Beth, silencio! —le calló Desmond severamente—. Alex es más joven que tú, pero mucho más sensato, incluso tuvo la decencia de disculparse para no seguir discutiendo, ¿pero qué haces?

—¡Papá no es justo! ¡Siempre has favorecido a Damon y ahora hacer lo mismo con Alexander!

El sonido de una fuerte cachetada se escuchó, dejando todos en silencio nuevamente.

—Cuida tu boca Darius no le hables así a papá, siempre ha sido justo. Que no merezcas un mejor trato es solo culpa tuya. No culpes a los demás por tu incompetencia. —Damon se giró a Desmond e hizo la misma reverencia que Alexander—. Ruego me disculpe padre, pero no podía permitir que Darius hablara así de ti y mi hijo.

Desmond asintió en reconocimiento. —Lo permitiré, porque es cierto que se excedió en sus palabras. —Miró a Darius con desaprobación—. Que esto te sirva de lección para el futuro Darius. Ahora vamos a comer.

Darius se quedó sujetando su mejilla mientras los veía marcharse al comedor principal. —¡Esto me lo pagarán! —masculló por lo bajo.

Derek miró a su padre y suspiró. —Paciencia papá, pronto la empresa será mía, ya verás. Mientras no hagas nada estúpido como lo de hoy.

—No es culpa de tu padre —Elizabeth intercedió justificándolo—. Solamente queríamos burlarnos un poco de ese niño, ¿quién hubiera sabido que la situación resultaría así?

—Alexander ya no es el mismo —analizó Derek pensativo—. Hacerlo caer no será tan fácil como antes, pero siempre hay una forma.

—¿Ya has encontrado su debilidad? —pregunto Darius impaciente.

—Eso creo... —respondió pensando en la fotografía y la sugerente frase que había visto antes en el estado de Alexander—. Ahora nada más debemos tener paciencia.

—¡De acuerdo! Eso me deja más tranquila, al menos, entonces vamos a comer —ordenó de mejor humor Elizabeth encabezando el camino.

—¿Por qué tardaron tanto? —Desmond estaba muy descontento con la pareja desde hace tiempo, por lo que no tenía buena cara al verlos comportarse de esta manera.

—Lo siento, suponíamos que Eleonor vendría y quisimos esperarla, pero vemos que no.

—¡Beth! ¿Puedes cerrar la boca si no tienes nada bueno que decir? —Desmond regañó mirando con preocupación a Damon y Alexander.

—¡Pero suegro es verdad! ¡Es su madre debería recibir a su hijo! —Miró a Alexander con disimulada burla—. Aunque en su lugar es entendible que no lo haga.

—¡Beth, basta una palabra más y te vas! —amenazó Desmond—. Me costó mucho hacer que Alex volviera, ¿quieres hacer que se vaya de nuevo por tu culpa? Ya te perdoné una vez no hagas que me arrepienta.

—No es así, abuelo —Derek intervino al ver que su madre empeoraba aún más la situación—. Mi madre solo está preocupada por Alex. Hace mucho que no ve a su madre, debe extrañarle.

Alexander solo comió mirando la impresionante habilidad de Derek de cambiar el negro a blanco, que era mucho mejor que la de su madre. —Abuelo, la comida está deliciosa, gracias —cambió el tema al ver que su abuelo caería ante las artimañas de Derek.

—Qué bueno que te gustó, le pedí al chef que hiciera todos los platos que te gustaban. —Desmond le miro complacido de que le gustara su preparación, la verdad es que él quería mucho a sus nietos, pero tenían que aprender a ganarse las cosas tal como lo hizo él para que aprendieran a valorarlas, si no, no sería tan estricto con ellos.

—Sí, y yo personalmente me encargue que no hubiera nada con maní, no queremos que vuelva a pasar lo mismo que antes, sería terrible —añadió Derek, arruinando nuevamente el ambiente apenas mejorado.

Damon dejo su servilleta en la mesa con la suficiente fuerza para atraer la atención hacia él. —Es por esto que Eleonor no viene a comer con nosotros, porque no se saben comportar en la mesa.

—Tío, ¿de qué hablas? Yo solo quise ser amable. ¿Dije algo mal? —Derek preguntó agraviado.

—Si eres inteligente, sabrás lo que está mal Derek, no necesitas que yo te lo diga.

—Damon no seas tan duro con Derek, él era muy joven para entender lo que ocurrió —intercedió Desmond con debilidad al ver así a su nieto—, pero basta de cosas tristes. El motivo de esta reunión es para que hablemos de la herencia que les dejaré a mis nietos. —El anciano los miró a todos y al ver que nadie decía nada continuó—. Ya he decidido la primera prueba; deberán manejar cada uno una sucursal de la empresa y mostrar mejorías, el plazo será hasta el inicio del ciclo escolar.

—Pero abuelo, ¿eso significa que a uno de nosotros le tocara ir a la primera sucursal? —Derek preguntó calculando en su interior con cierta preocupación, cualquiera que fuera ahí sería un fracaso seguro, ya que esa sucursal no tenía salvación. Él ya había visto las finanzas con su padre y por mucho que intentaron no había forma de sacarla a flote con tantas deudas y sin un gran apoyo financiero, ir solo sería un fracaso seguro.

—¡Por supuesto! No dejaré que aquella sucursal se pierda, es fruto de todo mi trabajo —declaró con convicción—, pero no se asusten, no les pido que resuelvan el problema, eso sería injusto, por lo que el objetivo es distinto para ambos.

»Quien vaya a la antigua sucursal tendrá que aumentar el margen de ventas en 1% y quién vaya a la nueva será un 10%. ¿Bastante justo no creen?

Derek aún pensaba que era imposible incluso en un 0.1% por lo que aún estaba preocupado. —¿Y cómo se decidirá quién irá, dónde? —preguntó mirando de reojo a Alexander, quién comía tranquilamente como si fuera ajeno a todo.

—Creo que ustedes mismos se pueden poner de acuerdo en eso, luego me informaran su decisión —informó calmadamente.

Luego de la cena Alexander ignoro a Derek, ya sabía cómo pensaba y el tema de la herencia realmente lo tenía sin cuidado, por lo que se acercó a su padre, aunque no sabía bien cómo comunicarse con él, antes siempre habían sido su mamá y Víctor quienes se encargaban de intermediar entre ellos, pero ahora no contaba con ninguno de los dos y su relación inevitablemente se había enfriado.

—Padre —llamó con inseguridad.

Damon miró a su hijo con una expresión complicada —lamento lo de la comida, tus tíos pueden ser algo insensibles. Esperó que no te afecte demasiado.

—Está bien, padre, lo entiendo y, por lo que vi, no es la primera vez que lo hacen —intuyó preocupado—. Mamá... ¿Ella está bien?

—Sí, está mucho mejor, ella quería verte, pero insistí en que esperara, puedes entender el porqué —insinuó haciendo referencia a lo que había pasado en la mesa.

—Sí, entiendo —asintió tratando de calmar su enojo—. ¿Yo... puedo...?

Damon sonrió tocando su cabeza, aunque prácticamente eran de la misma altura. —Claro que puedes verla, debe estar ansiosa por verte.

Alexander trago el nudo en su garganta que no sabía si se había formado por el gesto de su padre o sus palabras. —¿De verdad?

—Por supuesto, ven. Te llevaré con ella —dijo encabezando el camino sin mirar si lo seguía.

Alexander respiró profundo y lo siguió sintiendo el corazón en la boca. Había pasado mucho tiempo desde que se enfrentó a su madre por última vez y fue algo que nunca pudo borrar.

«Espero Que esta vez sea mejor», se animó para olvidar el temor que sentía.

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