Capítulo 7: Primera bofetada

—Un placer.

Ciara sintió un escalofrío recorrerla cuando escucho aquella magnética voz que erizo su piel unida a aquella devastadora sonrisa, por lo disimuladamente froto sus brazos intentando deshacerse de aquella sensación. Debía reconocer que Alexander era tan atractivo como aseguro Casandra, aunque de una forma muy distinta a Derek; si tenía que decirlo de alguna manera sería como comparar una noche tranquila y fría con un día soleado y cálido (y no solo por su color de cabello…)

—Bueno —Casandra aplaudió entusiasmada atrayendo la atención hacia ella—, nuestros amigos ya están por llegar, iremos a recibirlos mientras ustedes se conocen, pero antes debemos deshacernos de esto. —Casandra tomo la camisa de la cintura de Ciara dándole un sutil empujón hacia adelante, pero fue suficiente para que perdiera el equilibrio de sus inestables pies y tuviera una vista cercana del piso.

Alexander y Derek se apresuraron a ayudarla al ver que se caería, por lo que Ciara termino apoyada en los brazos de Alexander al frente mientras Derek sujetaba su cintura por detrás, al darse cuenta de la situación en la que estaba Ciara sintió la cara arder mientras intentaba dificultosamente estabilizarse sobre sus pies.

—¿Ciara, estás bien? —Casandra aparto a los chicos para ver su estado.

—Estaría mejor si no me empujaras. —exclamó indignada cuando estuvo estable.

—Perdón. Solo quería quitarte esa horrible prenda que cubría tu vestido. —se disculpó apenada mostrando la camisa que tenía en su mano.

Ciara miro que ya nada cubría su parte inferior e intento alargar su corto vestido con la mano. —¡Devuélveme eso! —exigió intentando alcanzar la camisa nuevamente.

—¡Claro que no! Confiscaré esto por ahora, te la devolveré después de la fiesta. —Casandra declaró alejando la prenda de Ciara con disgusto, lo que produjo que casi se cayera nuevamente si no fuera por la oportuna intervención de Alexander que la atrapó a tiempo—. Te encargo a Ciara mientras no estamos. —Casandra le guiñó un ojo con complicidad a Alexander mientras tomaba a Derek y se lo llevaba con ella a la salida.

—¿Estás segura de dejarlos solos? Quizás debería quedarme. —Derek ofreció mirando hacia atrás con recelo mientras Casandra lo arrastraba.

—Estarán bien. —Casandra dijo despreocupadamente antes de desaparecer de la vista de Ciara y Alexander.

—¿Quieres que te ayude a sentarte? —pregunto Alexander una vez que estuvieron solos.

Ciara lo miro una mezcla de vergüenza y enfado por sentirse inútil. —… Sí, te lo agradecería mucho. Realmente no puedo con estos zapatos.

—No te preocupes, si estuviera en tu lugar no estaría mejor. Te lo aseguro. —le tranquilizó mientras le ayudaba a llegar al asiento más cercano que precisamente era un sofá de dos cuerpos—. ¿Casandra hizo que usaras eso?

—Sí, cómo si no le bastará obligarme a venir a su fiesta y hacerme una cita a ciegas con un extraño que ni conoce… —Ciara se detuvo al darse cuenta de lo que dijo y miró a Alexander culpable—. Lo siento, es que yo…

—No querías estar aquí. —completo Alexander comprensivamente sentándose a su lado—. No te preocupes, ya somos dos.

Ciara lo miró con confusión. —¿Tú, igual? Pero Casandra menciono que habías estado de acuerdo. Hasta me presiono con eso.

—¿En serio? —Alexander elevó una ceja—. Es extraño recuerdo a Derek decir algo similar sobre ti, incluso fue su excusa para arrastrarme aquí apenas llegue.

Ciara lo miró sorprendida. —¿Pero no se supone que estabas al otro lado del mundo? —cuestionó al recordar que Casandra le había mencionado algo así antes.

—Así es. —Alexander miro su reloj de muñeca—. Llegue hace media hora aproximadamente.

—¡¿Media hora?! —Ciara estaba estupefacta—. ¿Y qué haces aquí y no durmiendo o por último descansando?

Alexander parpadeó sorprendido por su inesperada preocupación antes de sonreír con algo de ironía. —Creo que eres la primera que se ha preocupado por eso desde que llegue.

Ciara se cubrió la boca espantada. —¿Realmente Derek te trajo a una fiesta en esas condiciones? ¿Por qué haría eso? ¿Fue por mi culpa? —Ciara divago cada vez más mortificada—. Debió ser eso, ¿no? Si Casandra no estuviera tan empeñada en que viniera a esta fiesta no habrían concertado esta tonta cita, lo siento.

—¿Qué? No. —Alexander negó consternado por su proceso de pensamiento—. ¿Por qué te disculpas? Tú no eres la que me arrastro del aeropuerto a aquí, en cualquier caso serías una víctima.

—¿Entonces por qué Derek hizo eso? No lo entiendo.

—Simplemente, porque a Derek le encanta buscar formas de joderme. —se encogió de hombros con indiferencia—. Nada me sorprende viniendo de él, aunque —Miró a Ciara con interés—... creo que ahora ambos nos llevamos una sorpresa.

—¿Qué…?

—¡Ciara, Alex! —llamo Casandra acercándose a ellos—. Mis amigos ya están aquí, por lo que la fiesta empezará oficialmente. Iré a coordinar con el catering y se los presento. ¿Vale?

Alexander asintió sin más mientras Ciara hizo una mueca de fastidio.

—¿Hay algo mal? —Alexander inquirió con curiosidad cuando Casandra se fue.

—… Es solo que Casandra me lleva persiguiendo un mes para integrarme a sus amigos. —explicó con un mohín de disgusto.

—Y supongo que, por esa cara que pusiste —Alexander señalo su rostro divertido—, no quieres.

—No te burles. —se quejó apartando su mano—. Si los conocieras verías a lo que me refiero… Somos prácticamente de mundos diferentes.

Alexander apoyo su mejilla en su mano mirándola con interés. —¿Y qué hay de Casandra y Derek? ¿No son tus amigos?

—Casandra fue un accidente y Derek solo es su novio, no tiene nada que ver conmigo así como sus amigos. —explicó un poco nerviosa por su mirada.

La sonrisa de Alexander se profundizó ante su respuesta. —¿Y yo qué sería? ¿Un accidente o no tengo nada que ver contigo?

—… Yo… no lo sé, no te conozco aún. —musitó desviando la mirada.

Los ojos ambarinos de Alexander brillaron aún más. —¿Entonces me conocerías?

—¿Eh? ¿Ustedes son conocidos de Casandra o Derek?

Una chica de cabello rubio rizado se acercó al verlos, Ciara la reconoció como una de las amigas de Casandra, la misma que la despreció por un bolso hace un mes.

—Ambos. —Alexander respondió cortésmente, pero con cierta impaciencia, ya que aún esperaba una respuesta de Ciara.

—Oh… ¿En serio? Disculpen es que nunca los había visto antes. ¿Dónde estudian? —La chica obviamente hablaba con ambos, pero nunca dejo de mirar descaradamente a Alexander, era como si prácticamente quisiera devorarlo con la mirada, quizá por eso no se dio cuenta del rechazo de Alexander o de que quién estaba a su lado era Ciara, lo cual era hilarante en esa situación.

Alexander se rio entre dientes de forma decadente, pero sus ojos eran fríos como témpanos cuando miró a la chica delante de él. —¿En serio? Qué casualidad yo tampoco te había visto antes, pero ¿sabes qué?

La chica negó con la cabeza desconcertada con la pregunta mientras Alexander se inclinó cerca de Ciara y colocó una mano alrededor de sus hombros para ponerla en el enfoque de su atención.

—Tampoco me interesa conocer a alguien que no puede recordar a una de sus compañeras estando justo frente a ella. ¿No lo crees Ciara?

La chica se quedó de piedra al reconocer a Ciara, pero no pudo decir nada al respecto, solo se disculpó humillada y se retiró rápidamente por donde vino.

—¿Qué pasó con Ashley? ¿Por qué salió corriendo? —Casandra preguntó al llegar y ver la escena.

—No lo sé. —Alexander respondió sacando su brazo de los hombros de Ciara para encogerse de hombros.

—… —Ciara estaba simplemente sin palabras. Todo el movimiento fue tan natural que hacía parecer que lo anterior había sido una ilusión, incluso ella lo pensaría si no tuviera el rastro de calor aún en sus hombros.

—Mm bueno iré a ver, igual Derek debe estar abrumado atendiendo a todos afuera. —murmuró con preocupación—. Los haré pasar adentro para que compartamos todos juntos, ya vengo.

Ciara se volteó a mirar a Alexander queriendo decir muchas cosas, pero sin poder decir ninguna.

—¿Qué? —Alexander preguntó con una expresión llena de travesura y un toque de orgullo, sin una pizca de la escarcha que tenía antes.

—¿Por qué hiciste eso?

—¿Me equivoqué?

—No… —admitió honestamente Ciara. La verdad es que esa bofetada se había sentido demasiado satisfactoria, no lo podía negar—. ¿Pero por qué tomarse la molestia?

—Simplemente, no me agradaba, temía terminar desnudo por la forma que me miraba.

Ciara no pudo contener la risa que le causaron sus palabras. —Probablemente.

—Ahora entiendo por qué eres tan reacia a unirte a ellos.

—Pues creo que igual tendré que hacerlo. —dijo al ver a Casandra entrar con todos a la sala incluida la recién humillada Ashley.

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