ALIANZA TRAICIONERA

En vez de despertar directamente dentro de los recuerdos, había despertado en lo que parecía ser una caverna llena de espejos; sin embargo, lo escalofriante no era tanto eso o el que estuviera en ese mismo sitio dentro del cuerpo de la misma mujer del cuadro, lo que la impactó es que había otra mujer idéntica a la del cuerpo que tenía poseído.

—Así que tu eres la que está siendo probada para tener el manto carmesí—dijo la mujer.

Rebecca podía notar el desprecio que estaba saliendo con cada palabra de la antigua paladín, también como ni siquiera se dignaba a verla. La mujer observaba los espejos de la cueva, que reflejaban la verdadera forma de la ex-curandera mágica.

—¡Ja, patético!—comenzó a burlarse de Rebecca.

—¿Perdón?

La mujer finalmente empezaba a mirarla; sin embargo, solo lo hacía con desdén y lastima. Los sentimientos que ella le producía le hacían sentir peor que antes de morir, a causa del cáncer. Con elegancia y burla, se acercó con cuidado de Rebecca.

—¿Qué se siente estar a punto de perder la cordura y no saber como diferenciarte—dijo seguido de una fuerte carcajada.

Aquella mujer, que había sido una de las paladines de los dioses, hace mucho tiempo atrás, no solo la estaba torturando en estos momento, también era la culpable de que a ella le costara diferenciarse de Ariel. Por culpa de ella, Rebecca estuvo por perderse en el mar de recuerdos del anterior paladín y olvidar para siempre quien era ella.

—¿Quién eres?

—Mi nombre es Sasha Minrok, antigua paladín de la Liga universal; que es como se llaman los dioses que se oponen al dominio total de las otras deidades.

—¿No se supone que estás muerta? ¿Por qué puedo hablar contigo en estos momento?—la confusión era muy grande.

—Así es, estoy muerta. Fallecí hace setecientos años, en la guerra civil de Ayacá—respondió mientras caminaba en circulos alrededor de Rebecca—,en su tiempo fui escogida para hacer esta misma prueba pero con los recuerdos de otros paladines—se acercó hasta la chica y le jaló con fuerza su cabeza, provocando que esta mirará hacia arriba—¡Eres una idiota por confiar en Aletheia!

Golpeó con agresividad el estómago de Rebecca, provocando que ella entrara en shock por el dolor. No podía entender como un simple fantasma podía tener tanto control, pero Sasha no solo la estaba humillando, también quería acobardarla.

—Sé lo que estás pensando, así que te recomiendo no llevarme la contrario. Los humanos que llegan a tener control sobre el Caos antes de morir, no somos como los demás que pierden sus poderes al fallecer—se sentó frente a ella—, escúchame bien lo que voy a decir, vete mientras puedas. Puedo ofrecerte la oportunidad de transcender al más allá y liberarte de algo peor que la muerte. Podrás olvidarte de todo, tu tristeza, tu dolor, los recuerdos oscuros y aquellos que murieron antes que tú.

La oferta de Sasha era muy tentadora, ya que no requería hacer esfuerzo alguno, lo único que tenía que hacer era aceptarla. Podía morirse en paz, sin ningún problema o sentimiento malo; sin embargo, el pensar en que olvidaría a sus compañeros, a su familia y a todos los que sufrieron debido a la guerra, le hacía sentirse culpable por pensar en aceptar la vía más fácil. La razón por la que había aceptado cooperar con los dioses, era porque quería dar justicia a los que murieron en la noche de la invasión al capitolio, así como irse sabiendo que había podido ser de utilidad. Por consiguiente, aunque una parte de ella quería aceptar, otra sabía que no podía.

—¿Tanto rencor le tienes a la diosa para actuar a sus espaldas?

—¿Tanto rencor le tienes a la diosa para actuar a sus espaldas?

La pregunta de Rebecca hizo enojar tanto a Sasha, que volvió a golpearla. El golpe había sido tan fuerte que la antigua curandera mágica tosió varias veces sangre.

—Tengo mis razones, y tienen mucho peso. Quise ayudarte, pero eres una tonta por seguir a Aletheia.

—Prefiero confiar en alguien que actúa de frente, que detrás de las espaldas—dijo volviendo a toser.

Rebecca sabía muy bien el tipo de personas como Sasha, quienes por razones propias, eran capaces de actuar en las sombras con el único fin de hacer daño a los demás; sin embargo, lo que la hizo recapacitar fue el egoísmo con el que la anterior paladín estaba hablando, la cual quería dejara atrás hasta los recuerdos de sus compañeros caídos.

—¡Tu no sabes nada!, ¿Acaso no te preguntaste por qué no te mostraron los recuerdos de Ariel, después de que entraran en la ciudad?, ¡No seas imbécil!, ¡Te están ocultando información!

—¿Y qué?, lo que me ofrece la diosa es mucho mejor de lo que tu me das, ¡JAMÁS DEJARÉ ATRÁS A MI GENTE!—gritó furiosa Rebecca.

Sasha estuvo a punto de matar a Rebecca sino fuera por la intervención de la diosa Aletheia, la cual se había materializado dentro de la dimensión y había separado a ambas mujeres. Envío con fuerza al otro lado a Sasha, y mandó a Becca para que reviviera los recuerdos de esta última. Una vez se aseguró que la chica no estuviera aun allí, se acercó a la que había sido una vez su anterior paladín.

—¡Ja,ja,ja!...—dijo mientras se reía y su energía comenzaba a desvanecerse—¿Te sorprende verme?

Aletheia observó con tristeza a Sasha, quien estaba comenzando a desparecer debido a que la diosa, al momento de lanzarla por el aire, había logrado bloquear su Caos. Para un fantasma tan antiguo como ella, el que le bloqueen lo único que le da energía, era mandarla directo al más allá.

—¿Ápate te dio acceso para llegar a esta dimensión, no?—preguntó—, no sé como ha hecho para meter sus manos en mis tierras; sin embargo, me da más lastima ver que decidiste aliarte con el para evitar que Rebecca tome la prueba.

—Al menos Ápate me daba la oportunidad de encontrar las almas de los que me hicieron daño en ese entonces y torturarlos por todo lo que me hicieron. Pero, pese a todo lo que hice por ti, de morir en tu nombre, jamás me ayudaste a vengarme.

—Una cosa es justicia y otra es venganza. Estaba intentando salvarte de un pase directo al infierno, por tu sentimiento de odio—se sentó a su lado y colocó su mano encima de los ojos de la humana—, es hora de que vayas al río del más allá. De verdad espero que puedas dejar tu ira a un lado y puedas reencarnar en una vida mejor.

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