LINA
Me horrorizo cuando veo el arma apuntando a mi Dragón. No sé de dónde diablos apareció ese tipo, simplemente un momento estaba caminando y al siguiente esa arma estaba fuera.
Intento sacar el arma de su mano, pero no lo logro. Dándome cuenta de que aún no está en el rango de mi telequinesis, corro hacia delante. Mi poder, aunque ha ido aumentando su rango con el paso de los años, sólo funciona dentro de unos doce metros o así.
Maldigo mientras me acerco y me prometo practicar mucho más mi alcance. Algo que no hago lo suficiente porque necesito un lugar apartado para hacerlo.
Cuando creo que estoy lo suficiente cerca, intento nuevamente y afortunadamente para ambos, el arma vuela lejos del asaltante. Al ver eso, inmediatamente me relajo, ya que ahora no importa lo que saque, podré controlarlo.
El tipo se da cuenta entonces, de que algo raro pasa o supongo que piensa así, porque se da vuelta y sale huyendo.
Al ver eso, mi instinto me dice que lo siga y que acabe con él, pero el deseo de proteger a Alex es siempre superior a cualquier otra emoción.
¿Será que es debido a que si él muere, yo también? ¿Algún instinto de supervivencia?
No lo sé y no le doy demasiadas vueltas.
En cambio, miro sorprendida como Alex recoge el arma y con cuidado la guarda en su bolso.
Este Alexander…
Juro que hay muchas veces en que no entiendo qué pasa por su mente. No entiendo por qué la guardó y no llamó a la policía como cualquier buen ciudadano haría.
-Genial. Ahora estaré preocupada de que se pueda disparar accidentalmente- susurro para mí misma.
Cuando veo que Alexander entra a su casa, lo agradezco, sin embargo.
Luego que veo la puerta cerrarse detrás de él, empiezo a correr y aunque trato por media hora, recorriendo los alrededores, no logro encontrar al asaltante.
Finalmente me rindo y voy a casa también.
-¿Qué sucede?- pregunta tío Lucas, cuando me ve.
-Algo inesperado pasó. A Alex lo asaltaron- a continuación le relato todo lo sucedido. -No sé qué hubiera sido de nosotros si el tipo hubiera disparado antes de que me acercara.
Me siento ante la televisión y conecto con las cámaras de la casa de mi Dragón. Cuando lo veo comiendo, suspiro.
-Eso fue peligroso- está de acuerdo mi tío, sentándose a mi lado y viendo también a Alex.
-Quiero practicar un poco más mi alcance- digo, después de un momento de silencio.
-Está bien. ¿Cómo quieres hacerlo?- pregunta.
Aunque mi tío nunca se involucró directamente con la protección de mi Dragón, ya que dice que ese es exclusivamente mi trabajo y debo aprender de mis errores. Él siempre me aconseja si le pregunto algo y me apoya si deseo hacer algún entrenamiento o cualquier cosa que necesite para la protección de Alexander, siempre dejándome las decisiones finales a mí.
-Voy a faltar la próxima semana a clases- decido- Iré a las afueras y practicaré mientras Alex está en clases. Por supuesto, lo seguiré en el camino de ida y vuelta como siempre.
-Me parece bien. El lunes llamaré a la escuela y trataré de llevarte al menos en las mañanas. En las tardes puede que necesites tomar el autobús algunos días.
-Gracias- no tengo problemas en tomar el autobús. Es cierto que mi tío me enseñó a conducir cuando cumplí catorce, pero es una habilidad que sólo tengo permitido utilizar en casos de emergencia, al menos hasta que obtenga mi licencia el próximo año.
-¿Crees que Alex sospeche al ver que el arma prácticamente fue quitada del asaltante?- pregunta entonces mi tío.
-No estoy segura. Por lo menos debe haberle parecido extraño.
-Sé que ya lo sabes, pero intenta que ni siquiera note que estás allí. Fácilmente podemos ser utilizados, si el Dragón siente algún tipo de conección con nosotros. Amistad o aprecio hacia nosotros son peligrosos para ellos- asiento, sabiendo que debo mantenerme allí para mí Dragón, pero sin involucrarme directamente con él. Tío Lucas nunca me ha contado su historia completa con Declan, su Dragón, pero su consejo viene de la experiencia. Lo que sí sé, es que desde que llegué a vivir con él, nunca he visto a Declan.
Sólo sé que está vivo.
Miro a Alexander, quien observa algo que no logro ver en su celular y recuerdo una cosa que escuché una vez, cuando mi tío estaba hablando por teléfono. Él estaba comentando con la contraparte que muchos de los centinelas en realidad odian a sus Dragones, lo que me sorprendió mucho en ese tiempo. Resulta que muchos no quieren dedicar años de su vida a un Dragón, sólo para poder vivir o no ser maldecido. El odio a los Dragones por parte de los centinelas es más frecuente que lo contrario. Aún así, no pueden hacer nada más que protegerlos por obligación.
En mi caso, al ser educada por alguien que ama a su Dragón, nunca pensé en ello como una desgracia, sino más bien como una responsabilidad que se debe llevar a cabo para que ambos, Alex y yo, seamos beneficiados. Él puede llegar a la adultez y yo puedo vivir, ambos ganamos.
Si debiera estar enojada, lo estaría con los que originalmente hicieron este acuerdo. No con Alexander, quien ni siquiera sabe que es un Dragón.
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Updated 82 Episodes
Comments
indira avila
exacto
2024-05-14
2