Capítulo 5

Estoy golpeando el saco de boxeo cuando me encuentra mi tío. 

-¿Angel?- pregunta, sabiendo que esa chica siempre me hace enojar. 

Le mando una mirada que dice que no estoy de humor, pero él sólo sonríe divertido. 

-Ya sabes, los Dragones son humanos durante la adolescencia, es normal que encuentren novias o novios y tengan intimidad con ellos- dice, tendiendo una botella de agua. 

-¿Entonces Declan también tuvo novias? ¿Qué tal eran? ¿Hermosas?

Tío Lucas se pone rígido y creo que no va a responder cuando lo hace. -Él no tuvo.

Luego se va, dejándome sintiendo mal. 

Él nunca lo ha dicho, pero sé que amaba y aún ama a Declan. Sé que pasaron por varias situaciones peligrosas juntos y que no lo ha visto desde que tenían dieciocho años y aún así lo sigue queriendo. Tanto que se ha resistido a juntarse con alguna mujer y tener un hijo con ella, algo que debe hacer.

Para que quedemos libres de nuestro destino, debemos cumplir con dos cosas. Una es proteger a nuestro Dragón hasta que este se convierta en adulto y la otra es perdurar nuestro linaje, para que siempre hayan pequeños centinelas para los Dragones. Es algo injusto, pero así funciona. 

Si mi tío no tiene un hijo antes de los treinta y cinco, tendrá que lidiar con las consecuencias de incumplir lo acordado por nuestro antepasado y tendrá que soportar la maldición del Rey Dragón por el resto de su vida.

Ya ha habido algunos de nosotros que intentaron incumplir el acuerdo y es claro lo que sucede. Si haces caso omiso de tu labor como centinela y no cuidas a tu Dragón, terminarás ciego de por vida. Casi como si quisieran decir que si no quisiste ver a tu Dragón, entonces no verás nada nunca más. Y si no tienes hijos antes de los treinta y cinco, serás maldecido con la enfermedad incurable que tenía la esposa de nuestro antepasado y que llevó a todo este lío. 

Se dice que esa enfermedad es algo que no existe actualmente y que por eso mismo no hay registro ni modo de curarla, también se dice que es tan dolorosa como para que alguien se vuelva loco. Mentiría si dijera que no me preocupa que mi tío pueda llegar a vivir algo así. 

Él tiene ya treinta y aún no tiene intención de buscar a una mujer. Me gustaría que encontrará a alguien normal a quien querer y pudiera tener un hijo para librarse de la maldición o que al menos utilizara a alguien para tener un hijo, aunque suene mal. Pero también entiendo que nada es tan fácil como eso. No cuando se trata de sentimientos. 

Ángel se va más tarde de lo que me gustaría y al fin el mal humor se me pasa. Luego voy a hacer las pases con mi tío, quien no demora demasiado en perdonarme. 

Afortunadamente Alex no sale esta noche y puedo dormir temprano, confiando en que los sensores de movimiento me avisarán si hay alguna actividad fuera de su casa.

ALEXANDER

Hay una chica que vive cerca de mi casa y que también va a mi escuela desde hace años.

Nunca hemos estado en el mismo curso. Ahora ella está en la clase C, mientras que yo estoy en la A.

También sé que se llama Lina y que todos piensan que es una rebelde y que es una mala idea relacionarse con ella. Pero por lo que sé, además de no poner atención en clases, no está en ningún tipo de problemas. 

Conozco todo eso porque mis vecinas están interesadas en el tío con el que vive y porque en la escuela es fuente de rumores, aunque no creo que sea conciente. 

Tampoco creo que sea conciente de que ella llama la atención de los chicos, por su esbelto cuerpo y sus habilidades atléticas, las que salen a la luz en cada clase de deporte o competencia y que dejan en ridículo a todos.

Ella no lo sabe, pero cada vez que está haciendo deporte en el patio, varios de mis compañeros intentan tener una buena vista de ella en ropa de deporte. 

Con una perpetua cola de caballo, que llega a la mitad de su espalda y que es de color castaño oscuro, una hermosa piel blanca, ojos color pardo y altura de uno sesenta o algo alrededor. Ella llama la atención de los chicos allí donde va, sobre todo por la confianza que desprende inconscientemente. 

Debo estar mal de la cabeza. Justo en este momento estoy con mi vecina Ángel, quien no pierde oportunidad para insinuarse y lo único que hago es pensar en otra chica. 

Miro la película que Angel puso, una de terror y me sorprende que todavía, después de tanto tiempo, no sepa que las odio. Además, cada vez que hay alguna escena de miedo, Ángel empuja sus pechos fuertemente contra mi brazo, haciéndome sentir incómodo y un poco caliente, pero por sobre todo incómodo. 

Puede que sea un adolescente de dieciséis años, pero preferiría estar en esta misma situación, con la chica de la que he estado enamorado desde los diez años. Por supuesto, eso no es posible. 

Así como pasa con cada chico de la escuela, también estoy intimidado de hablarle a Lina. Sobre todo porque he conocido a varios chicos que intentaron hablar con ella o invitarla a salir y lo único que consiguieron fue indiferencia o negativas. Hasta el tipo más atractivo de la escuela lo intento una vez y su ego fue fuertemente golpeado. Al final, nadie intenta acercarse a ella para no ser humillado, yo incluído. 

Pero a pesar de ello, todavía estoy enamorado. Al principio ni siquiera la noté, pero a los diez años, Lina era tan mala para ocultarse que sería un idiota si no me daba cuenta de que me estaba siguiendo. 

Las primeras veces que me percaté, me preguntaba si era verdad que me seguía o era simplemente cosa mía, después de todo vivimos cerca. Pero cuando me di cuenta de que ni siquiera asistía a mi escuela y aún así esperaba por mí cada vez que salía, no me quedó duda. 

Ella se levantaba temprano y me acompañaba por las mañanas, luego estaba allí al salir y me seguía a casa. 

Me preguntaba por qué hacía algo así, pero aunque no lo sabía, su constante presencia se volvió parte importante de mis días y de mi vida. 

Nunca me atreví a preguntar directamente tampoco, sobre todo porque cuando joven era extremadamente tímido. 

Luego me di cuenta de que lo que Lina hacia iba más allá de sólo seguirme, cuando uno de los tipos que antes me molestaba y me golpeaba, se le salió que alguien lo había amenazado para que dejara de hacerlo. Insistí con él hasta que me describió a Lina, lo que me sorprendió. 

Con el tiempo fue claro, sin embargo. Era recurrente que tipos quisieran aprovecharse de mí por no tener madre y porque mi padre ni siquiera se apareciera. De algún modo, siempre se enteraban de eso y querían golpearme o convertirme en su sirviente. Después de que ella llegara a mi vida, aunque el abuso empezaba, rápidamente este se terminaba. 

Todas esas veces me arriesgué a sacarles la verdad a ellos, para siempre descubrir que Lina los había golpeado o intimidado lo suficiente como para que se detuvieran. 

La única vez que ellos no quisieron hacerlo, luego de que Lina les advirtiera, fue cuando tenía doce años. Ellos me golpearon más que nunca, antes de que pudiera dejar la escuela por la tarde. 

Pensé que moriría por todos esos golpes, pero debido a eso sucedió algo sorprendente. Una mañana, unos días después, Lina me siguió con mi mismo uniforme. Fue tan sorprendente que casi le dejo saber que estaba conciente de ella, pero afortunadamente reaccioné a tiempo. 

Luego de eso, Lina ha asistido a la misma escuela que yo y los tipos que me golpearon, desaparecieron misteriosamente. Nunca más hubo abusadores que me hayan atacado.

Eso fue sorprendentemente bueno y con el tiempo pude llegar a hablar normalmente con mis compañeros y hasta nos hicimos amigos con Diego.  Pero tuvo algo negativo también y eso fue que ella empezó a llamar la atención de otros chicos, lo que me molestó enormemente.

Cuando antes Lina era solamente mi secreto, pasó a ser conocida por todos los chicos de la escuela.

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