Capítulo 6

Ese tiempo fue difícil para mí. Siempre estaba molesto e incómodo. Finalmente tuve que admitir que estaba celoso y que la quería sólo para mí. 

Me di cuenta además, que estaba enamorado desde hace un par de años ya, de otro modo ¿Cómo podría gustarme su presencia, en lugar de pensar que era raro e inquietante? 

Con el paso de los años, Lina se volvió mejor en ocultar su presencia y pasar desapercibida, así que ni siquiera Diego ha descubierto que ella me sigue. Pero es imposible para mí no hacerlo, no cuando ha estado tras de mí durante años. 

Todavía hoy, después de los seis años que han pasado, aún no sé la razón por la que empezó a cuidar de mí. ¿Mi padre la contrató? ¿Le dio tanta pena que fuera intimidado que decidió asegurarse que eso no volviera a suceder? ¿Está enamorada de mí como yo de ella? Lamentablemente esa última es la menos probable de todas, de otro modo ella se hubiera acercado a mí, no me cabe duda. No creo que tenga ningún problema de confianza como para no hacerlo. 

-Alex, Alex.. ¡Alex!

-¿Qué sucede?- pregunto haciendo una mueca, cuando Ángel prácticamente me grita al oído. 

-No me estabas escuchando- acusa, haciendo una mueca. 

-Lo siento, estaba distraído pensando en otra cosa. 

-¿Y qué puede ser más importante que ver una película con una linda chica?- pregunta y casi ruedo mis ojos, cuando la escucho llamarse a ella misma linda. Es cierto que a muchos hombres deben gustarle, con ese cuerpo pequeño y curvilíneo que tiene, además de su tierna cara, pero por mi parte, paso. 

Debo estar mal de la cabeza, como Diego siempre dice. 

Sé que le gusto desde hace tiempo, pero sus avances tan agresivos son un poco desagradables. Y aún si no fuera así y no estuviera enamorado de Lina tampoco, difícilmente la vería como interés amoroso, no después de descubrir que miente sobre ser acosada para acercarse a mí. No le he querido decir nada sobre que descubrí sus mentiras para no avergonzarla y para mantener una buena relación con sus padres, a los que les tengo aprecio y con los que estoy agradecido por todas las veces que han intentado cuidar de mí, con comida y cuidados. 

Pero si Ángel sigue presionando, no sé si podré quedarme quieto. 

Finalmente Ángel se fue molesta porque no le presté la suficiente atención, pero sé que mañana volverá como si nada hubiera pasado e intentará seducirme nuevamente. 

Al final cansado, me voy a dormir, esperando que llegue mañana para poder ver a Lina nuevamente. 

******

Al día siguiente salgo de mi casa rumbo a la escuela y después de poco tiempo sé que ella está detrás mío. Un rápido vistazo al costado y logro ver su silueta por el rabillo de mi ojo, lo que me hace inmensamente feliz como cada mañana. Intento no sonreír hasta que estoy mirando al frente, luego lo hago desvergonzadamente. 

Debo ser uno de los únicos idiotas en el mundo que prefiere los días de semana a los fines de semana. 

-Oye raro- llama Diego, cuando llego al lugar desde el que vamos juntos a la escuela. 

-Oye- lo saludo.

-¿Qué cuentas? 

Hago un movimiento de hombros ante su pregunta. -Nada.

-¿Nada? ¿Ni siquiera un Ángel?- pregunta Diego, conociendo a mi vecina. 

-Bueno, eso sí- respondo de mala gana. 

-Hombre, que suerte tienes- se queja igual que siempre.

-Puedes tenerla- respondo.

-Me gustaría, pero está determinada en que debe tenerte, para mí desgracia. 

No respondo a eso, porque esta es una conversación vieja. 

-Ya sabes, deberías aprovechar la oportunidad. Hombres como nosotros no tienen un grupo de mujeres haciendo fila- dice, más serio esta vez. -Ella es obvio que quiere tener algo contigo. Mientras que le dejes claro desde el principio que será cosa de una vez, no veo por qué no hacerlo. 

-Quizá- respondo. 

Diego a veces es como esa pequeña conciencia que trata de convencerte de hacer algo malo. Como si no tuviera suficiente con mis propios pensamientos de adolescente. 

Múltiples veces, cuando siento el cuerpo de Ángel demasiado cerca del mío o cuando su ropa descubre más que lo que cubre, me pregunto sino debería aprovechar la oportunidad que está justo frente a mis ojos y dejar a sus anchas mis instintos, pero luego veo su cara y no es la que en realidad deseo. También pienso que hacer algo con ella sería aprovecharme de lo que siente por mí. 

-Eres demasiado puro- me molesta Diego. 

-Y tú un pervertido total- devuelvo riendo. 

Cerca de la escuela, hecho un último vistazo disimulado hacia Lina, antes de que hayan suficientes estudiantes y la pierda de vista entre la multitud. Ella se ve muy linda hoy también. 

-Oye, ¿Quieres ir a jugar a mi casa hoy en la tarde? Podemos pedir pizza y terminar la partida del otro día- me invita Diego. 

-Voy- digo, deseando divertirme un rato.

-Genial.

Llegamos al aula de nuestra clase y rápidamente nuestros conocidos se acercan a hablarnos. En un instante somos atrapados en el ritmo de la escuela. 

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