Luego de la escuela, voy a la casa de Diego y jugamos toda la tarde. Y en realidad lo paso bien, pero cuando empieza a oscurecer me preparo para irme.
-Deberías quedarte a dormir- invita Diego, sólo por decir.
-No puedo- respondo, tomando mi bolso y saliendo de su habitación.
-Eres aburrido- se queja siguiéndome, pero no insiste. Él piensa que nunca me quedo porque vivo solo y no me gusta dejar la casa sola por la noche. La verdad es que no me gusta que Lina esté mucho tiempo esperando fuera de esta casa. No estoy seguro de qué hará si me quedo a dormir, ¿ella pasará toda la noche afuera? prefiero no descubrirlo.
Anteayer también vine a jugar y me fui demasiado tarde, ya que los primos de Diego se estaban quedando en su casa y no me dejaron ir hasta pasada la medianoche. Cuando me di cuenta de que Lina me seguía, me horrorizo. Así que ahora me despido de Diego y dejo su casa.
Voy rápidamente a mi casa, no pudiendo verla en la oscuridad, pero sabiendo bien que me sigue. Debe ser porque llevamos en esta dinámica tanto tiempo, que puedo saber cuándo está allí y cuando no está. Es casi como un sentido extra. Una habilidad que forje solamente por ella.
Ya sé que estoy enamorado, pero es realmente inquietante que ella me siga incluso cuando está de noche. Por un lado es raro y por otro me preocupa que esté vagando en la oscuridad y le pase algo.
La próxima vez me iré más temprano.
Estoy tan acostumbrado a su presencia que a veces cuando no está, la extraño.
Definitivamente estoy loco y ella también debe estarlo.
Un hombre camina hacia mí desde la dirección opuesta, cuando ya casi estoy en mi casa. No le tomo mucha atención, hasta que hace algo que no me espero para nada.
-¡Dame todo lo que tengas!- ordena, luego saca un arma de fuego y me apunta con ella.
-Tranquilo- digo, asustado. Mirando por primera vez un arma en la vida real. Luego busco en mis bolsillos por algo de dinero. Encuentro unos billetes y se los entrego.
-¡Dame tu bolso y tu celular!- pide, no conforme con el dinero.
Maldita sea. En mi bolso guardé mi billetera y no quiero entregarla o tendré que sacar todos mis documentos nuevamente.
Cuando no me muevo, él se molesta e intenta golpear mi cabeza con el arma, pero a medio movimiento esta sale volando de su mano, como si algo se la hubiera arrancado. El arma cae en la calle con un golpe sordo.
Miro confuso, preguntándome qué sucedió, pero la expresión del ladrón es diferente. Mira hacia atrás, hacia donde creo que debería estar Lina, entrecerrado los ojos.
Me pongo rígido al recordar que no estoy solo, algo que con la sorpresa de la situación olvidé.
El ladrón, sin embargo, se da la vuelta y corre hacia la dirección desde donde vino.
¿Qué pasó?
Miro el arma que dejó abandonada el ladrón y dudo, pero me acerco y la tomo. Luego la guardo en mi bolso, asustado de que se pueda disparar sin querer.
Después de eso, recorro el corto camino que queda hasta mi casa y entro, cerrando la puerta.
Podría tratar de seguir a Lina a su casa y cuidarla, como quiero hacer, pero la experiencia me ha enseñado que Lina no se irá si no estoy dentro de la casa y que aunque me vea entrar y vuelva a salir, ella volverá.
Es como si tuviera una alarma que le avisa cuando salgo.
Es por eso que no importa cuánto me moleste entrar y dejarla en el peligro. Es peor si me demoro, porque ella no se irá tampoco.
Cuando entro reviso toda mi casa por si hay alguien, pero está igual que siempre. Luego veo el exterior con las luces apagadas, cosa que a veces hago para ver si Lina se fue o no, pero no la veo por ningún lado, así que asumo que se fue a su casa.
Enciendo la luz que había apagado y saco el arma de mi bolso, tomándola con cuidado, ya que no sé utilizarla.
Quizá debí ir con la policía… Una persona normal lo haría.
Sé eso, pero difícilmente soy algo como una persona normal.
Una persona común no vive sola desde pequeño, no a ser que quiera a los de servicios infantiles en su puerta. Tampoco tienen su propio acosador, el que los ha seguido por seis años y del cual están enamorados. Hay muchas cosas que no han sido normales cuando se trata de mi vida.
Ahora por ejemplo. Qué fue eso. Me cuestiono sobre la fuerza sobrenatural que quitó el arma del ladrón. No sé lo que fue, pero de algo estoy seguro y eso es que no fue la primera vez que lo vi.
Cuando cumplí exactamente diez años, una fuerza similar empujó a los niños que me molestaban, los asustó e hizo que salieran huyendo. Siempre me pregunté si tan sólo lo imaginé o fue real. Lo que sí es raro, es que luego de ese suceso, Lina llegó a mi vida.
Quizá no es una casualidad.
Dejo el arma sobre el comedor y me quito el suéter del uniforme, luego me desabrocho la camisa, mientras voy a tomar un baño. Deseando no haber ido a casa de Diego, después de todo.
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Updated 82 Episodes
Comments
indira avila
me gusta mucho esta novela y su forma de narrar de la escritora 👍🏻🥹
2024-05-14
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