La apuesta

—¡¡¡QUIERO QUE TE ALEJES DE JEONG PARA SIEMPRE!!! —gritó con todas sus fuerzas la joven Xian, quien había quedado acorralada con la espalda en la pared por nada más y nadie menos que Charlotte, la mujer a quien seguía sigilosamente con intenciones de descubrir algún secreto vergonzoso que pudiera utilizar como medio para lograr alejarla de Jeong, su amigo por el cual tenía sentimientos románticos.

Jamás se habría imaginado que esta joven, a quien veía como rival amorosa, tenía habilidades muy superiores a las de ella en cuanto a espionaje se refiere.

—¡Ya veo! ¿Estás enamorada de Jeong? —preguntó Charlotte en un tono burlón mezclado con ligeros tintes de lástima— ¡Pobrecita muchacha!

—¡Sé que estás metida en algo turbio y no quiero que involucres a Jeong en eso! —replicó la chica un tanto aterrada.

—No sabes nada de mí… —respondió Charlotte con total seguridad— pero admito que tienes buena intuición.

La pelirroja comenzó a dar unos pasos al frente en dirección a Xian; en consecuencia, ella mantuvo la distancia retirándose lentamente hacia atrás, sintiéndose amedrentada a causa del aura de imponencia que emanaba de Charlotte.

—¿Qué estás dispuesta a hacer por él?

—¿Eh? —la pregunta que formuló Charlotte tomó desprevenida a Xian.

—Me da curiosidad saber hasta qué punto estás dispuesta a defender a tu amado Jeong —repitió Charlotte—. Ese hombre ahora me pertenece, por eso lo justo es que compitas contra mí por tener su atención, ¿no te parece?

—¡Jeong no es propiedad de nadie! —replicó furiosa la pequeña chica.

—Estás equivocada, puede que tú le hayas puesto el ojo encima antes, pero fui yo quien lo reclamó primero, eso lo convierte en mi propiedad.

—¡¡DEJA DE HABLAR DE ÉL COMO SI FUERA UNA MASCOTA!! —gritó Xian nuevamente con toda su energía, sumamente encolerizada— ¡Eres una mujer terrible si tratas así a las personas!

—¡Mira quién habla! —alegó Charlotte—. ¿Acaso no pensabas sonsacar y chantajearme para alejarme de Jeong? ¿No crees que él tiene la capacidad de decidir con qué mujer salir? Comportándote así solo demuestras que también lo ves como un animal indefenso al que debes cuidar.

—¡ESO NO ES CIERTO! ¡¡ESTÁS LOCA!! —gritó Xian liberando toda la ira que acumuló ante la situación, se lanzó por instinto hacia adelante en dirección a Charlotte, soltando un zarpazo como si de un gato acorralado y asustado se tratara.

Charlotte reaccionó rápidamente gracias a su entrenamiento, logró detener el ataque de Xian interponiendo su brazo izquierdo entre las dos, a la vez que sacó el cuchillo de combate que llevaba oculto entre la ropa con la mano derecha. Aprovechando la apertura en la defensa de su ahora atacante, colocó el cuchillo sobre el cuello de Xian.

—Te repetiré la pregunta: —dijo Charlotte— ¿Qué estás dispuesta a hacer por Jeong?

Acercando peligrosamente el afilado cuchillo al cuello de Xian y con una mirada aterradora, preguntó: —¿Estarías dispuesta a morir por él?

El cuerpo de Xian quedó helado al escuchar esa frase, su corazón se detuvo por unos instantes y las piernas comenzaron a perder su fuerza. La ira que sentía hacía un momento se había tornado en terror, su mente había quedado completamente en blanco, era incapaz de pensar en una respuesta, mucho menos en una solución para salir de aquel embrollo. El único sentir que rondaba por su mente era el arrepentimiento que sentía por haber seguido a esa mujer que de por sí le parecía peligrosa por alguna razón inexplicable, y en que sus acciones movidas por el orgullo resultarían en su propia muerte. No podría volver a ver a los ojos al chico que le gustaba nunca más…

—Bien, veo que sí aceptarías ese destino por amor… —dijo Charlotte al ver que la chica no intentó defenderse o huir. Lentamente, alejó el cuchillo de su cuello y liberó su brazo izquierdo, solo para proceder a poner aquella arma blanca en la mano de Xian y dirigirla hacia su propia garganta.

—Pero, estarías dispuesta a matar? —continuó.

Xian, todavía más confundida aún, volvió a quedarse paralizada. Se preguntaba mentalmente: “¿Tendré las agallas necesarias para deshacerme de ella ahora que tengo la oportunidad?” “¿Será una trampa para tener una excusa para asesinarme?” “¿Podría vivir conmigo misma sabiendo lo que hice por él?”

Esta mezcla de sentimientos, dudas, e inseguridades aumentaron y volvieron a concentrarse hasta un punto en el que no pudo mantenerlos más.

—No puedo hacerlo… —respondió con voz temblorosa, de manera casi inaudible, mientras un torrente de lágrimas empezó a brotar de sus ojos. Sus piernas finalmente cedieron y cayó de rodillas al suelo al momento que dejó caer el cuchillo.

—¡Mira lo que hiciste! ¡Me hiciste sacar mi lado yandere! —bromeó Charlotte de pronto, rompiendo completamente aquel ambiente tan intenso que había provocado. Se acomodó la ropa y el cabello, luego de eso se agachó para recoger su arma, volvió a guardarla en su funda y miró a la chica que aún se mantenía de rodillas en el piso.

—Pienso darte una oportunidad… —Le dijo a Xian mientras le extendió la mano para ayudarla a levantarse— Si de verdad lo amas, pelea contra mí justamente. No intentes investigarme o me veré obligada a asesinarte, de igual manera si me entero de que le contaste a Jeong cualquier cosa de lo que sucedió aquí, ¿Entiendes?

—¿Por qué cambiaste de opinión? —preguntó Xian, aún con lágrimas en los ojos, una vez que se había incorporado.

—Si te soy sincera, soy algo competitiva, además un tanto adicta a las apuestas. Por eso, apuesto que Jeong solo se fijará en mí y nadie más, si logras hacer que te vea como más que una amiga, entonces te lo cederé por completo, pero solo si no intentas hacer trampa.

—Estoy de acuerdo, también apostaré contigo. Con tal de ganarme a Jeong, te aseguro que no le mencionaré nada de lo que ocurrió aquí. Intentaré con todas mis fuerzas conquistarlo y arrebatártelo, porque aún creo que eres demasiado peligrosa para él, incluso ahora estoy todavía más convencida después de lo que acaba de pasar.

Así, ambas mujeres cerraron una apuesta ese día. Las dos buscaban el mismo premio, pero lograron llegar a una solución con la que ambos lados estuvieron de acuerdo. ¿Sería Xian capaz de hacerle frente a la gracia y hermosura de Charlotte?

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