Mon chéri

—¿De verdad está pasando esto? —se preguntaba incrédulo Jeong. En ese momento estaba en una tienda departamental, en la sección de ropa para damas, ¡y estaba ahí acompañando a Charlotte! Jamás se habría imaginado que viviría una situación similar a lo que pasa en los animes, estaba nervioso y emocionado a la vez.

Charlotte ya estaba dentro de los probadores de ropa cambiándose, había elegido unos cuantos conjuntos que le gustaron.

—¿Listo? ¡Voy a salir! ---le dijo la joven desde detrás de las cortinas a Jeong.

---¡TADAA! ---Charlotte se presentó usando un top negro sin tirantes que dejaba expuesto su abdomen y unos jeans estilo baggy color salmón—. ¿Y bien? ¿Qué te parece?

—Te queda muy bien, pero... —dijo Jeong con toda la honestidad y sencillez que le caracteriza— creo que no te favorece del todo.

—¿Eh? No me esperaba una respuesta así... —dijo Charlotte confundida—. Bueno, siguiente outfit entonces...

Para el segundo conjunto, eligió una blusa de manga larga y un pantalón estilo Capri. —Con esto sí me veo bien, ¿Verdad?

—Te ves muy bien, pero tampoco es lo que te queda mejor.

—Empiezo a entender por qué las chicas no te aceptaban una cita después del postre... —dijo Charlotte sarcásticamente un tanto disgustada.

—En realidad, —replicó Jeong—, es cierto, ser siempre honesto tiene sus desventajas. Muchas veces a las personas les molesta que les digan lo que uno piensa realmente.

—Pero yo aprecio que seas honesto conmigo. ¡Hagamos esto! Dime qué prendas crees que me quedarían mejor y me las pruebo.

—Bueno... yo creo que te verías excelente usando cualquier tipo de blusa o top que te guste y unos shorts. Lo importante es que resalten tus piernas y se vean largas.

—¡Ahhh! Así que tienes un fetiche por las piernas, ¿Eh? ¿Quién lo hubiera imaginado? —Charlotte dejó salir una risa delicada—. Pero vinimos a comprar lo que a mí me guste, no a tí.

—Eso es cierto, jejeje —Jeong se rió de manera nerviosa.

Mientras Charlotte buscaba más prendas qué probarse, sonó su celular. La pantalla del teléfono mostraba el contacto de alguien llamado "Mon chéri". La jóven atendió la llamada enseguida, asegurándose de estar algo alejada de Jeong.

—Bonjour mon chéri! ¿Ya me extrañas? —dijo alegre y con un tono coqueto la pelirroja.

—Te empecé a extrañar desde el momento en que te fuiste de mi lado, bombón. —contestó el hombre al otro lado de la línea. Tenía una voz gruesa, con un ligero raspado que le agregaba un tono muy seductor—. Supongo que ya terminaste la venta, ¿Cómo te fue?

—Todo fue de maravilla, el cliente compró todo el lote. Pero surgió un pequeñísimo problema...

—¿Ah sí? Cuéntame qué pasó.

—Desafortunadamente, perdí todas mis ganancias en apuestas, y me ví en la necesidad de comprar algo de ropa para mí, tendré que usar una parte de tu dinero para pagarlas. No te molesta, ¿verdad? —preguntó Charlotte usando su tono de voz más cautivador.

—¡Por supuesto que no me molesta bombón! Después de todo, más tarde me lo pagarás con "intereses", ¿verdad?

—Ji Ji Ji, ¡Estoy ansiosa por pagar mi deuda! —respondió Charlotte continuando con el flirteo. —Regresaré contigo esta noche, ¡Bye-bye!

Tras haber colgado la llamada, Charlotte volvió junto a Jeong, quien estaba sentado esperándola en el área de los probadores de ropa. Mientras estaban pagando por la ropa, Jeong pudo observar que entre las prendas que llevaba Charlotte, se encontraban algunas de las que él le había sugerido. Esto lo puso muy feliz porque demostraba que a ella en realidad le importaba su opinión, pero prefirió no mencionar nada al respecto para evitar incomodar a la chica.

Al llegar al apartamento de Jeong, el joven se dispuso a preparar una comida para ambos. Mientras comían, conversaron sobre algunos temas triviales; sin embargo, Charlotte esperaba el momento oportuno para preguntarle a Jeong el por qué de su honestidad.

—Entonces, —inquirió Jeong—, ¿Vas a pasar la noche en la ciudad? ¿Encontraste ya algún hotel en el que puedas quedarte? —Su temblorosa voz denotaba que había algún motivo en específico por lo cual le interesaba conocer la respuesta, no era una simple pregunta para continuar con la conversación. Charlotte se dió cuenta de esto, y aprovechó la situación para molestar un poco al muchacho.

—¡Oh! ¿Te preocupa saber en dónde voy a dormir? —preguntó con un tono de voz y sonrisa burlona— Seguro quieres sugerir que me quede a dormir contigo, ¿verdad? ¿Estás pensando en hacer cosas indecentes conmigo?

—¡Sí! ¡Es cierto! —replicó el avergonzado chico—. P-pero... ¡No te obligaría a hacer nada que tú no quieras! ¡Lo juro!

Charlotte no pudo contener la risa, soltó una carcajada tan fuerte que provocó que sus ojos lagrimearan un poco ante la mirada confundida de Jeong.

—¡No lo puedo creer! —dijo entre risas—, ¡En verdad no puedes evitar decir la verdad aunque eso te incomode!

Al pasarle el ataque de risa, Charlotte continuó. —Eres verdaderamente interesante. Necesito saber la razón de por qué estás tan empeñado en no mentir jamás, ¡Anda! ¡Cuéntame!

Jeong se quedó en silencio durante un momento, estaba absorto en sus pensamientos, con la mirada fija en algún punto en específico de la mesa, mientras tenía una expresión de consternación en el rostro. Lo que sea que estaba pensando en ese momento, parecía ser bastante serio, como un acontecimiento tan traumático en su vida que lo había llevado a adoptar esa actitud tan inflexible ante las mentiras.

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