Celos destructivos

Disparos frecuentes se podían escuchar a la distancia, provenientes de una área alejada de la ciudad; se trataba de un campo de tiro que había sido rentado en su totalidad por solamente tres personas.

Estas personas eran Charlotte, su jefe Zephyr y un recluta nuevo en la organización. Se encontraban en el lugar para practicar sus habilidades con las armas de fuego, aunque para Zephyr era más bien una excusa para dispararle a cualquier clase de objeto sin miedo a tener complicaciones legales más tarde, Charlotte también disfrutaba de este pasatiempo porque le resultaba relajante.

"¡DIING!" Sonó el teléfono de Charlotte indicando que había recibido un mensaje nuevo, así que dejó por un momento su papel de entrenadora para revisarlo. Era un mensaje de Jeong que decía: "Mis amigos quieren conocerte y estábamos pensando en hacer una cita doble, ¿Qué te parece la idea?"

Charlotte estaba a punto de responder al mensaje, cuando de pronto escuchó que un objeto pequeño pasó a muy alta velocidad a unos metros de ella. La experimentada joven sabía reconocer ese sonido a la perfección, era el de una bala atravesando el aire.

—¡¡Mousse!! ¡¿Qué carajo crees que estás haciendo?! —gritó muy enojada la chica.

—¡Lo siento mucho! ¡El arma se disparó sola! ¡No fue mi intención!

—¡Te juro que si no me matas de un disparo, me vas a matar de un coraje!... En fin... —respirando lentamente, Charlotte intentó recuperar la compostura—. Vamos a repasar nuevamente cómo sostener la pistola.

La joven de ojos color verde menta se acercó al nervioso chico y lo tomó de ambas manos, haciendo que sostuviera la pistola firmemente. Zephyr los observaba a ambos desde unos metros atrás.

—¿Ves? ¡Así es como debes sostener el arma correctamente! —le dijo en un tono parecido al de una madre regañando a su hijo.

—¡Ah! Entiendo... —respondió un poco avergonzado debido al regaño y al contacto con las manos de Charlotte.

—Ahora, al apuntar, debes extender ambos brazos al frente asegurándote de mantener el agarre firme para soportar el retroceso al disparar. —Mientras le daba indicaciones, Charlotte se paró detrás de Mousse al tiempo que lo ayudaba a levantar los brazos para apuntar el arma. Mousse empezó a sentirse más avergonzado aún debido a que prácticamente estaba recibiendo un abrazo de Charlotte; sin embargo, para ella esta situación no era lo que Mousse estaba imaginando.

—Pon mucha atención a la postura que debes adoptar al disparar. —Charlotte se puso de pie frente a Mousse asegurándose de estar fuera de su rango de disparo.

—Observa cómo mantengo separadas las piernas lo suficiente para tener un apoyo estable, además mis rodillas están levemente flexionadas e inclino mi cuerpo levemente hacia adelante... —Mousse observaba con atención la postura de Charlotte, la miraba haciendo un barrido con la mirada de abajo hacia arriba.

—Al hacer correctamente esta postura, debes levantar un poco el trasero, ¿Te das cuenta? —Mousse no pudo evitar mirar el trasero de Charlotte, llevaba puestos unos pantalones ajustados de estilo camo que de por sí resaltaban la figura de sus redondos glúteos; por esta razón, al adoptar la postura de disparo, su sensual silueta dejó boquiabierto al recluta en entrenamiento.

—¿Quieres tocar?

—¿Qué? —Mousse estaba desconcertado por lo que creía haber escuchado decir a Charlotte.

—Dije que si lo quieres intentar, ¿O te vas a quedar ahí parado mirándome como bobo? —replicó sarcásticamente la joven.

—¡Ah! Si, claro. —habiendo aclarado su mente, el chico volvió a intentar concentrarse en el entrenamiento.

—¡Oye, Bombón! —llamó Zephyr en voz alta a Charlotte desde lejos— Ya está siendo hora de un descanso, ¿Por qué no vas a conseguir algo para tomar?

—Claro, voy de inmediato —respondió sin objetar la preciosa mujer y salió del campo de tiro en busca de las bebidas.

—Es extraordinaria ¿Verdad? —le preguntó Zephyr al recluta.

—¿Quién? ¿Charlotte? Pues sí, es asombrosa. —respondió honestamente el chico.

—Vi cómo estabas mirándola, ¿acaso crees que tienes alguna oportunidad con ella? —El tono de voz del jefe empezaba a ponerse algo serio.

—¿Yo? No... ¿Porqué lo pregunta? —El chico estaba confundido por lo extraño de aquella interrogante.

—No creas que vas a lograr acostarte con ella frente a mis narices, pedazo de "мусор" —amenazó el hombre mientras tomaba violentamente a Mousse por la camisa.

—¡No señor! ¡Está equivocado! ¡No tengo intenciones con esa mujer! —gritaba aterrado el pobre muchacho—, de hecho, ¡Yo ya tengo una prometida! ¡Lo juro!

—"Esa mujer" me pertenece solo a mí, si vuelves a mirarla de esa manera, te voy a cortar el "пенис" con una navaja, ¿Entendido? —El rostro de Zephyr, lleno de ira y celos extremos, aterrorizó a Mousse, quien ya no sabía qué palabras pronunciar para salir de ese malentendido.

Este hombre del cual estaba tan enamorada Charlotte, escondía una faceta destructiva que era detonada cuando algo o alguien amenazaba "su propiedad", en este caso, Charlotte. Ella ya conocía este rasgo de su amante; sin embargo, creía que nunca le traería problemas debido a lo cautelosa que solía ser siempre.

No se imaginaba que un tiempo después, este mismo hombre enloquecería hasta el grado de arrebatarle todo lo que era preciado para ella...

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