Luz Marina

A la mañana siguiente, corro a la cocina a hacer el desayuno porque por el trasnocho de ayer me he levantado un poco tarde. Me doy cuenta que la casa está más que vacía y en el mesón de la cocina reposa una nota:

🧾 Ahoy! a la mar.

- No pues, estos ahora son piratas. Sonrío y niego con la cabeza, estos 2 son tan diferentes y a la vez tan parecidos. Aunque uno me alienta a explorar el otro me quiere en casa, a lo mejor los 3 podríamos pasear por la reserva algún día, los 2 necesitan salir más y tener más amigos.

Se me quitan las ganas de cocinar y saco una de las viandas de la nevera. Está delicioso, estoy segura de que Luz Marina acompañará bien a papá, pienso. Me acuerdo de su propuesta el día de ayer y decido cambiarme para visitarla aprovechando que estoy sola.

- Buenos días vecina, cómo estás? Puedo pasar? le sonrío mientras le entrego una de la cestas de regalo llena de fruta que Tomás le compró a papá.

- Claro Serena, esta también es tu casa.

No sé si quieres hablar de tu mamá o de tu papá.

- De papá no hay nada que hablar, los conozco a ambos y se que son buenas personas acompañándose el uno al otro. Son adultos y la verdad no tengo nada que opinar, más bien agradecerte por ayudarlo a alimentarse bien.

- No sé que decirte. Gracias. Definitivamente

cada día te pareces más a tú mamá.

- En serio eran muy cercanas?

- Era mi mejor amiga. Nacimos en el mismo... pueblo... y crecimos juntas. Siempre fuimos 4 conchitas hasta que tú mamá se enamoró.

- 4? pregunto intrigada.

- Si, éramos cuatro amigas inseparables, nos decíamos conchitas de cariño, eso lo inventó tu mamá, por algo así como que cada una tenía una perla o un tesoro en su interior. Diana era alegre, noble, cariñosa, inventora y sin duda la más valiente del grupo.

- Y qué pasó? Sabes de qué murió? papá no habla de eso, y no hay tumba ni cenizas, no sé, siento que se esfumó en el aire.

- Yo también sentí que se la tragó el mar Serena.

Cómo supo que eso era exactamente lo que sentía? me preguntó y la veo con el ceño fruncido.

- Quieres una taza de café? o tal vez un jugo? me pregunta.

- Ah, caclaro, titubeo saliendo de mi ensimismamiento y ella se va a la cocina.

Mientras espero en la sala, me fijo que la casa de Luzma es bastante acogedora muy femenina, muchas flores rosadas, muchos cuadros y figuritas de cerámica en pequeñas mesas de vidrio, me levanto a ver con curiosidad una pecera que tiene un rincón, y hay como 20 pececitos de colores nadando en un coral artificial.

Me pongo a ver los cuadros en la pared porque parecen pintados a juego, todos con temática del mar y puestos en orden, la playa, un barco antiguo en una tormenta, un naufragio bajo el agua, y una mujer desde una roca viendo la playa. Como si contaran una historia. Camino por la sala viendo las imágenes y llego al pie de la escalera. Tiene más cuadros en la pared que suben a los cuartos de arriba.

- Quieres algo de comer Serena? me grita desde la cocina.

- Siii por favor, muero de hambre. Respondo antes de tomar la iniciativa de subir a seguir viendo.

Claro que los cuadros cuentan una historia. La mujer en la rocas es una sirena que observa a un hombre en la playa, luego el hombre en un barco hacia el horizonte la deja, y ella vuelve al mar. El último cuadro no lo entiendo, es la playa de nuevo, en calma pero el agua está como llena de espuma, no hay nada más.

El piso de arriba es completamente diferente al de abajo, es un rellano estrecho que lleva a tres habitaciones, se parece a mi casa pero esta no tiene entrada de luz natural, se ve muy oscuro y me da un poco de miedo, así que enciendo la luz. En una mesita hay unas raras figuritas una parece una piraña de pie y otra una mujer con 2 colas de pescado y cara de malvada. Las imágenes en esta pared no parecen un cuento, o bueno sí, uno de terror o fantasía, pero no son pinturas en sí, solo dibujos unos muy feos y antiguos.

Figura de cerámica.

Detallo el primer dibujo en la pared, es feo de verdad, un pez grande, con brazos y cara de persona, hecho como a lapiz, y parece tan real, cómo su su brazo se fuese a salir del dibujo, así que acerco la mano para tocarlo.

- Es Ningyo, me dicen desde atrás.

Casi me da un infarto del susto.

(Ningyo. La Sirena Japonesa)

- Perdóname, perdóname, no quería molestar, solo estaba viendo los cuadros, no toqué ni dañé nada, lo juro, lo juro Le digo arrepentida en serio.

- Quieres que te muestre que son? dice señalando los cuadros.

-Ay yo quiero saber, pero si te molesta o es privado no te quiero incomodar.

- Tranquila Serena, es algo que tarde o temprano ibas a descubrir, y yo no lo oculto de las personas que quiero. Ve las imágenes con cuidado. Me dice mientras caminamos juntas por el pasillito

La Melusina de Francia.

Derceto. Diosa de la mitología Asiria.

- Son sirenas! le digo asombrada. Pensé que siempre eran bonitas y con poderes mágicos, por qué tienes los dibujos de las más feas?

- Yo no las veo feas, son solo formas en que las culturas las representan.

Atabey, Diosa del mar, la luna y la fertilidad de los Tainos.

- Aquí hay una bonita, digo señalando una imagen en la pared, pero no es un dibujo, más bien parece una fotografía, de una mujer en un río.

- Es Iara, la sirena del río Amazonas, en Brasil me dio esta foto alguien que dice haberla visto, pero no estoy segura, las sirenas de río no son tan expuestas.

- Súper, puedo tomarle una foto para mostrarle a una amiga?

- Claro, adelante.

- Y por qué te gustan? Entiendo que eres como la gente mayor de por aquí, que justifican todo con esos mitos y leyendas, y en serio son curiosas las imágenes. Pero, ¿piensas que pudieron existir alguna vez?

- Yo no pienso que pudieron existir, sé que aún existen.

- Creo que has llevado tanto sol como los pescadores de por aquí, LuzMa, mejor bajamos.

- Puedo contarte un secreto? me pregunta.

Asiento.

- Desde tiempos inmemoriales se han descrito criaturas míticas dueñas y señoras de las aguas, del mar y el clima, muchas eran llamadas Dioses, con cuerpo de humano y cola de pez, cómo Tritón de la mitología griega, hijo de Poseidón y Anfitrite. Pero lo que la mayoría no sabe es que Derceto de los Asirios, Mamá Cocha de los Incas y Atabey de los indios Tainos, entre muchos otros... Son en realidad mujeres, mujeres con cola pisiforme, grandes encantos y poderes sobrenaturales, que se asocian a la fertilidad. Siempre han existido, hasta para guiar a los hombres hasta el más allá, que no es para nada una tarea sencilla, algunos creen que su cuerpo o su leche da vida larga, salud y fuerza. Y cada cultura, tiene alguna historia de ellas, porque nunca han pasado desapercibidas para los hombres.

- Son historias muy interesantes. Pero éstas que tienes aquí, dan un poco de miedo. No son bonitas como en las películas.

- En otras culturas son demonios, Serena. Asesinas frías y repulsivas, bellezas mortales que llevan a la peor de las muertes a los marineros hipnotizados con su voz.

- Que fuerte. La verdad yo tampoco me como la historia de La Sirenita de Disney. Me quedo viendo bien las otras imágenes que hay de sirenas de varios países y culturas, algunas son realmente tenebrosas y otras bastante bonitas. Algunas imágenes me incomodan y me hacen recordar la pesadilla de hace meses, aunque cada vez la sueño menos con esa fuerza que me hala hacia el fondo para ahogarme.

- Qué piensas Serena?

- En un mal sueño, bajamos ya?

- Puedes contarme lo que te preocupa. Lo mismo le pasaba a tu mamá.

-Qué le pasaba?

- Las responsabilidades la ahogaban. No sabía si poner su amor y su felicidad antes que su deber.

-Qué deber tenía?

- El de velar por todos nosotros.

- Y por qué desapareció y nos dejó así? Qué le pasó realmente?

- Quizás le pasó como a las Sirenas, por ir a cumplirlo tuvo que dejar a su verdadero amor y se convirtió en bruma de mar.

No entiendo lo que me dice, mamá siempre se veía feliz en las fotos, por qué tendría un deber que cumplir fuera de su hogar?

- Más adelante entenderás Serena, estoy segura que pasará, y quizás tendrás tanta o más angustia, pero tranquila, que tú sabrás que hacer.

- No entiendo nada, le digo preocupada.

- Tranquila, lo harás. Quieres bajar ya? Puedo contarte mi propio cuento de sirenas comiendo un buen desayuno.

Asiento.

- Cuando tu mamá se vino a este pueblo y se casó con tú papá, las otras 3 conchitas la extrañamos horrores, no sabíamos porqué no volvía a casa donde tanto la necesitaban, ella tenía un trabajo muy especial en la comunidad. A diferencia de los viejos de por aquí, cómo dices tú, nosotras creíamos que las sirenas eran criaturas buenas en busca del amor de su vida para estar completas. Pero creíamos que el amor de amigas podía sustituir el amor de pareja así que vinimos a buscarla, que gran desilusión sufrieron mis amigas al ver que tu mamá se estaba casando. Se sintieron traicionadas, y se fueron echando sapos y culebras por la boca.

Yo no sabía que hacer, así que me quedé en la boda y ella me ayudó a conseguir esta casita cerca de la de ella, yo la amaba como a una hermana así que siempre la acompañé.

- Ajá pero dime qué le pasó?

- Te dije que era mi propio cuento de sirenas. Tu mamá tenía un trabajo importantísimo que cumplir, pero para hacerlo, tenía que dejar a su amor. Y cuando una sirena se separa de su amor

- Se convierte en espuma de mar, ya ya entendí eso. Y porque a tí no te pasó lo mismo, si me dices que la amabas y la perdiste.

- Mi querida Serena, después de un tiempo viendo a tu mamá y su infinito amor y libertad. Aprendí, a amarme a mí misma...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***