No quieres nadar?

Estella todo bien? le pregunto cuando la veo salir de los vestidores, trae consigo su bolso echado al hombro. - No tenías que hacerlo, le digo.

- La verdad no, pero tenía tantas ganas de gritarle a Artina que me dejé llevar, veo una sonrisa dibujarse en sus labios como satisfecha.- No te preocupes por mí Sere, ya estoy cansada de quedarme callada, lo mejor será que no vaya a la competencia, porque capaz y la ahogo.

- Deberíamos hablar con la entrenadora, no crees Estella? Artina no puede andar por allí haciéndole la vida imposible a todas en este equipo.

- No pierdas tu tiempo Serena esa mujer hace lo que Artina quiere y de paso no creo que las demás nos apoyen. En serio estoy bien, mejor que nunca de hecho, y voy a alentarte desde las gradas, seguramente junto a tu guapo pescador. Por cierto no me has dicho cómo es?

La abrazo y salimos hacia la residencia hablando del bello de Tomás, contándole lo dulce que es, y que se quedó solito desde muy pequeño.

- Amiga pero Tomás si que ha sabido hacer las cosas, mira que pasar de hacer trueques con pescado, a convertise en un jefe portuario es admirable.

- Pues sí, pero lo más increíble es que aprendió a ser autosuficiente desde los 5 años...

- Ay vale, se burla Estella.

- Qué? le pregunto extrañada

- Mira cómo se te ilumina la cara cuando hablas de él, nunca te ví así con Martín. Estás enamorada! grita.

- No, no, cómo crees, tenemos muy poquito tiempo juntos.

- Querida no hay tiempo para definir el amor, eso solo se siente y ya, además cuando conoces a la persona indicada no hay más que pensar, solo hay que amarse.

- Wow no sabía que eras tan tan tan... cursi amiga, me burlo.

- Ríete todo lo que quieras que para el amor hay que ser valiente. Ella me lanza un golpe con el bolso y nos reímos lo que queda de camino.

Ya casi antes de dormir, cuando Teles y Estella se han dormido, pienso mucho en el entrenamiento de la tarde, me siento súper empoderada por haber ganado varias veces después de mis traspiés de los últimos meses, pero pienso en la última vuelta contra Artina, yo creí que ganaría, no tuve miedo, pero podría jurar que me jalaron hacia el fondo. Quizás son ideas mías pero algo raro está pasando.

Desde la ventana veo la luna, que poco a poco está menguando, me da mucho sueño y me duermo pensando en Tomás.

Al día siguiente, después de clases me encuentro con Tomás, que me regala una flor durante la comida, e incluso puedo ver algo de su entrenamiento con el equipo de atletismo, es rápido pero no se ve que lo disfrute mucho.

Voy a mi práctica y la tensión con las muchachas es palpable, pero no les doy gusto y me esfuerzo lo mejor que puedo, aunque no me acerco ni un poco a los logros que ayer me dieron un puesto en la competencia. La entrenadora continúa pidiéndome que de más incluso cuando las demás chicas se han ido. Al final, termino sentada al borde de la piscina pensando, y sin darme cuenta se hace la hora del entrenamiento de la selección masculina.

Saludo a varios, de los que la pasaban con Martín y después de hablar un poco debo irme cuando van a empezar, ya que los entrenamientos pre-competición son cerrados.

Al salir, veo fuera del gimnasio al bello de Tomás esperándome.

- Oye guapo a quien esperabas? le digo coqueta.

- A mi novia, pero aún no sale, dice él juguetón.

- Ah sí? Que te dejen plantado, le respondo con fingida molestia dejándolo atrás.

Me abraza.

- Eres la novia más hermosa, lista y buena.

- Oh, para no hablar mucho sabes decir las palabras exactas. Nos reímos y lo beso.

- Vamos, te acompaño a la residencia.

Dice tomando mi mano.

- Es bastante tarde, miro el reloj y son pasadas las 10 pm.

- Me preocupé porque no respondías mis mensajes, supuse que seguías aquí.

- Si, es que hoy no me fue tan bien y debo practicar, pero no es nada, aún tengo energía. Le digo bostezando.

- Se nota cielo. Me contesta con una sonrisa.

Llegamos muy rápido, me gusta pasar tiempo con él, porque es listo y divertido cuando quiere.

- ¿Por qué pones esa cara cielo? Me pregunta

- Porque no quiero dejarte, le hago un puchero

- Yo tampoco quiero, pero debes descansar. Si quieres mañana vamos a mi casa después de entrenar, ¿si?

- Claro, pero tu casa está muy lejos, sabes que mis clases son en la mañana y no debo faltar. Me encantaría ir el fin de semana entero, se puede? Quiero conocer más la reserva.

- Me encantaría mostratela, pero no me refería a la cabaña, sino al apartamento que compré por aquí cerca del campus, me gustaría que lo vieras, tal vez pueda cocinar para tí.

- Te va muy bien con la pesca no? Te compraste una reserva natural, un apartamento en la ciudad, un puerto... Y de paso cocinas.... Seguro que tienes 27 años y necesitas estudiar administración?

- Digamos que no me va mal.

- Ya veo. Está bien, nos vemos mañana; me despido con la mano y un beso en la mejilla.

- Serena, me grita cuando estoy por entrar, lleva mañana tu traje de baño.

Al otro día me espera en el mismo sitio después de entrenar. Estoy agotada y se me nota.

En el carro veo por la ventilla las luces de la ciudad y en el cielo una luna cada vez más "de cachito" brillando alto.

- Estás bien? pregunta preocupado.

- Es que estoy pensando que mi energía vital mengua con la luna, me río débilmente. En estos días me sentía super poderosa y ahora cada vez rindo menos, debo estar anémica.

- Debes tener cuidado cielo, ¿no te gustaría pasar aquí unos días?

- ¿Sabes que eres un muñeco de torta? me río. No es necesario que me cuides, soy bastante fuerte. Le digo al llegar al edificio.

Al entrar, se ve que es un lugar elegante, todo pulcro, blanco y granito, muy espacioso, con un balcón que da a la ciudad y un jacuzzi en medio. Nada que ver con el aspecto orgánico de la cabaña del risco, este lugar tiene más botones que sonidos.

- ¿Qué te parece el lugar?

- Definitivamente es... elegante, costoso y... limpio. Respondo sin sentirme tan cómoda en el estéril lugar de luces blancas.

- Lo odias, me dice y giro rápido a tomar sus manos.

- No, no lo odio solo que no parece tu estilo. Y parece una casa de revista, de esas en las que no vive nadie. No te sientes, solo aquí?

- A veces, pero ahora te tengo a tí, así que no me siento solo. Además, la compré hace poco, cuando recién te conocí, creí que te gustaría. Y como casi no paso tiempo en este lugar no había sentido, lo vacío que era.

Veo su expresión y parece desconcertado, tomo su cara entre mis manos y le doy un beso en los labios.

- Es un bello lugar, le digo, nada que unas plantas, buena música y olor a comida casera no reparen.

- Eso sí se puede arreglar. Ven que hoy haré un arroz de paella.

No mintió cuando dijo que cocinaba, y con la música de fondo y la copa de vino, en serio el lugar se hizo cálido.

- Oye, de dónde vengo te dirían que ya te puedes casar, cocinas riquísimo.

- ¿Si? Bueno saberlo, pon la fecha y nos casamos enseguida. Me dice tomando mis manos sobre la mesa.

Me río a carcajadas.

- No, no, no, deja tu invento, digo riéndome, guarda tus propuestas locas para otro día, que yo te tengo una mejor.

- Soy todo oídos, responde interesado y coqueto.

- Estuve hablando con unos amigos del equipo de natación masculino, y dicen que están abiertas las inscripciones para el reclutamiento. Estarías interesado en postularte?

Frunce el ceño y su cara cambia por completo.

- No estoy interesado, dice molesto levantándose de la mesa.

- En serio, ¿no quieres nadar? Serías el mejor, te he visto nadar antes y eres excelente, además tú cara en el atletismo fue tristísima...

- No estoy interesado Serena, me interrumpe.

- ¿Por qué? me levanto acercándome a él, eres pescador, sé que te gusta el mar, sé que sabes nadar. ¿No te gustaría? ¿Tan horrible es la idea?

- No se trata de que me guste o no nadar, es que no tiene sentido.

Cómo se altera un poco y hasta parece con miedo, tomo su mano y nos vemos directo a los ojos.

- Aún no entiendo por qué te pones así, pero podríamos pasar más tiempo juntos...

- Si quieres pasar más tiempo juntos múdate aquí conmigo, yo estaría encantado.

Sus hermosos ojos claros se ven turbios, con temor llenos de ansia. Niego con la cabeza y pongo mejilla en su pecho.

- Podríamos empezar nadando juntos en ese gran jacuzzi de ahí, ¿no te parece?

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