Estella

Amor, que cara de horror tienes, pasó algo? Me dice Serena, acercándose a mí y dándome un beso.

Las otras 5 pasan de largo, pero oigo el comentario soez de la que creo que se llama Coral.

- Guácala, vamos rápido, huele como a pescado podrido, chicas.

Serena las mira con desprecio

- La que huele es tu alma, Coral. Le grita la rubia que se ha quedado junto a nosotros, mientras las otras se alejan.

La miro con sorpresa, creía q todas estaban confabulando contra Serena.

- Amor, dice Serena sonriente, ella es Estella, mi amiga.

- Un gusto finalmente conocerte en persona Tomás, dice Estella y extiende su mano hacia mí.

Parece honesta y estrecha mi mano.

- Igualmente. Respondo.

En general, las criaturas marinas no tienen contacto físico de este tipo, básicamente todo contacto se reserva a la familia. Esto puede interpretarse cómo un "Son de paz". Tengo mis reservas, pero aprovecharé la oportunidad para saber que es lo que está pasando.

- Y bien, vamos a comer? pregunta Serena. Yo tengo muchísima hambre, bueno, hambre y sueño. Que quieren comer? Hamburguesas, pasta, pollo...?

- Pescado, interrumpe abruptamente Estella.

- Pescado, Estella tú siempre comes pescado no te aburres?

- No, para nada, dice ella. Y tú Tomás? No quisieras comer pescado? Dice burlona.

- Lo que ustedes quieran está bien, le digo, ocultando que es básicamente lo que compone mi dieta - Vamos a un restaurante que queda en la ciudad, la comida es fresca porque compran a diario en el puerto.

Los tres llegamos a un restaurante pequeño pero elegante, con un ambiente muy íntimo y con muchos comensales a pesar de la hora,

después que nos sentamos y ordenamos, las muchachas conversan muy animadamente sobre la práctica y lo odiosas qué son algunas de las compañeras, las escucho atentamente sin opinar.

- Mis amores debo ir al baño, permiso,dice Serena, tengo mucho rato aguantando.

-Te acompaño? le dice Estella

No vale, no te preocupes, mejor quédate y habla con Tomás, sé que se llevarán bien.

Ni bien se ha terminado de alejar cuando Estella me pregunta:

-Es tu sirena predestinada no? Cómo lo supiste si se conocieron hace poco?

- Eres muy directa, la respuesta es sí, y no es algo nuevo, esto empezó desde que éramos niños.

- Increíble, debes haber sufrido mucho esperándola.

- Tú ya debes saber lo que se siente.

Pone un gesto de resignación. -Puedo preguntarte qué haces aquí? En serio eres su amiga o tramas algo?

- Soy su amiga y yo no tramo nada. Contesta rápido, y parece que habla en serio.

- Definitivamente lo que vi hoy no es normal, siete sirenas juntas por Dios santo! incluso una sirena de río! definitivamente está pasando algo, qué hacen aquí? insisto

- Estoy aquí por la misma razón que tú, tratando de proteger a mi amor. Aunque no entiendo, por qué no le has dicho que es una sirena?

- No está lista, aún no se da cuenta de lo que su presencia hace sobre las cosas.

- Es verdad, pero es grande su poder, ya hizo caer una centella estando molesta.

- Qué tramas con la bruja? eres su amiga también?

- La bruja? Artina?, pregunta y yo asiento. Amiga de Artina? No, no te confundas, ella no tiene amigas, solo cómplices y amenazadas, y yo no tramo nada te repito, pero tengo que aguantarla si quiero que no le pase nada a mi pareja, lo tiene secuestrado y no parará hasta que Serena la ayude a dominar el océano, ella quiere su poder, las demás solo somos piezas en su rompecabezas.

- No pienso permitir que le hagan daño

- Puedes intentarlo y yo te ayudaré, pero cada vez se hace más fuerte, está usando la magia de todas y la de varios humanos para aumentar su energía.

- Cómo lo hará? Podríamos evitarlo.

- Serena tendría que cederle su poder, que como ya sabrás es más fuerte que el de todas nosotras, pero ella tiene que querer, y hay un rito bajo la luna nueva, será en 2...

- Bueno, bueno, pero de qué hablan por aquí? veo que están muy serios, qué paso?

- Nada amor, le decía a tu amiga que quiero que vivas conmigo. Y a ella le parece buena idea, qué opinas tú?, pregunto.

- Estella eres mi compañera de cuarto! eso es traición.

- Pensándolo detenidamente no es mala idea, Sere, con él estarás más segura y vamos a estar claras, las tres para el cuarto no damos abasto, preferiría que se fuera Teles, pero tu cama es la mejor... Nos reímos.

Fue una buena comida, Serena está feliz y la amiga parece auténtica, hablan mucho y se ríen de todo. Por un lado me tranquiliza, pero debo averiguar más sobre lo que está pasando antes de hablar con Serena sobre lo que somos en realidad.

- Deberíamos hacer esto más a menudo, dice Estella cuando las dejo a ambas en la residencia. -Buena comida y buenos amigos, hace bastante que no me sentía tan bien.

Se le ve tranquila y complacida, pero por alguna razón pareciera que se guarda muchas cosas.

-Por qué no cuadramos para ir el finde a la reserva, Tomás? me pregunta Serena. - Yo se que tú no eres de andar con mucha gente pero con nosotras seguro te divertirás. Y es hora que hagamos algo al aire libre Estella, no te parece?

- Claro que sí, yo me apunto. Claro, si Tomás me invita, no quiero andar de mal tercio.

- Entonces no hay nada que decir, el sábado hacemos una excursión por la reserva. Paso por ustedes en la mañana.

Serena nos abraza de alegría.

- Bueno nos vemos Tomás, los dejo para que se apapachen a gusto. Gracias por un buen día amiga, le dice a Estella y la abraza.

Agita la mano y se va.

- No me gusta despedirme de tí, me dice Serena colgada de mi cuello haciendo un puchero.

- Eso se soluciona muy rápido.

La cargo en brazos y la llevo de regreso al carro. Ella grita en balde muerta de risa.

- A dónde vamos? Se ríe, es tarde.

- Nos vamos a casa, cielo. Le digo besando su mano.

Así, pasan los días, compartiendo con Serena, pasamos gran parte del día juntos, puedo ver que Estella la apoya auténticamente, pero algo hace aquí, algo que aún no logro averiguar.

El día de la excursión llega pronto, se juegan una con la otra sobre sus pocas habilidades para escalar, trepar, reconocer caminos y plantas. A este paso no verán a ningún animal, los auyentaran a todos con sus carcajadas.

Yo me río mucho, sé que sí estuviéramos en el océano Estella sabría de todo, las sirenas tenemos un sentido de orientación nato, pero aquí en tierra firme no reconoce nada.

- Ay no Tomás, no sé cómo lo haces! estoy muerta de cansancio y aún no llegamos a ninguna parte, di la verdad, nos perdimos? dice Estella.

- Tranquila, tengo mucho tiempo aquí, conozco este lugar mejor que Capri.

- Cómo has podido criarte en este bosque? Es puro monte y culebra, no puedo imaginarlo, a mí me falta el aire.

- Tú no podrías hacerlo seguro, aquí en la reserva no hay maquillaje, se burla Serena, pero Tomás es valiente, inteligente y autosuficiente...

- Ay amiga, tu no lo verás de otra manera nunca. En serio Tomás, sabes a dónde vamos? Huele, huele como a mar... dice olfateando alrededor.

- Espera Estella, ya casi llegamos. Le digo.

Después de unos minutos sus ojos se quedan brillando cuando llegamos al claro que da al risco, de dónde se ve el mar en toda su extensión. Serena corre y se sienta en la banca de madera, sacando unos lápices y un cuaderno, Estella se queda junto a mí llena de añoranza, y con los ojos húmedos.

- Quieres volver Estella? No tienes que sentirte así.

- Más de lo que imaginas, pero no puedo.

- Si puedes, puedo ayudarte...

- No, no puedes, Artina es muy poderosa, si no la ayudo en el momento indicado ella matará a mi amor, lo hechizó para encerrarlo, si muere... yo también lo haré.

- Podemos hacerlo juntos, Todos juntos, he visto lo que Serena puede hacer.

- Pero no lo sabe, nosotros tampoco sabemos que tan fuerte es, nunca ha vivido en el mar, es ajena a su propio poder. Por favor Tomás, prométeme que la cuidaras!

- Con mi vida si es necesario.

- Entonces después haremos un plan. Primero tendremos que ayudarla a saber quién es.

Se limpia las lágrimas y se acerca a Serena.

- Amiga que pasó? Le pregunta, levantando los ojos del cuaderno en el que está dibujando el risco, como si fuese ella la que está viéndonos desde el mar.

- Nada Sere, estar aquí me recuerda mucho a mi casa.

- Y a Esteban?

- Sobre todo a él, no veo el día de volver a verlo.

- Cuando te gradues, nada te retendrá aquí, le dice Serena. Mientras tanto me tienes como premio de consolación.

- Osea que esto es perder perder...

- Oye, desconsiderada, que me extrañarás...

y ahí empiezan las loritas otra vez a hablar hasta por los codos y jugar. En la tierra y en el mar, así es una sirena.

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