Contaminado

Contaminado

capítulo 1

«Siento qué me quede en ese lugar por siempre.

Pero nunca lo sabrás a menos que camines en mis zapatos»

Se escucha música en el cuarto de Rin Takashi.

Todos los empleados de la mansión Takashi estaban haciendo sus deberes nadie nunca imaginaría, que esa música a un alto volumen en el cuarto de la adolescente era para aislar el sonido de los gemidos y gritos que tenía esta, mientras mantenía uno de tantos encuentros carnales con su novio.

Taisho Sesshomaru.

Uno, dos, tres embestidas y ambos llegaron al clímax, mientras se besaban con anhelo y pasión.

—Eso fue asombroso —decía la adolescente en él oído a su novio mientras recuperaba el aliento.

Él se tumbó a su lado y besó su mejilla.

—Tú eres asombrosa —decía mientras aún recobraba el aliento, con su mano acariciaba el cabello de la castaña hasta llegar a su mejilla y la miraba con ternura.—Eres simplemente perfecta.

Ella al escuchar esas palabras se acercó y le empezó a dar muchos besos por todo el rostro.

—Espera Rin, ya casi llega tu mamá, ya no podemos hacer... —mientras Rin le daba un beso en los labios para que ya no continuará la frase.

La chica terminó el besó sin ganas y busco entre la cama su celular

«5:40 pm»

Ambos comenzaron a vestirse desganados.

—Es verdad ya llegará mi mamá, no quiero que te vayas, quédate conmigo —decía la adolescente suplicante.

—Yo me quiero quedar, pero es arriesgado, mañana nos veremos, ¿Si? —Decía Taisho sin ganas de irse, de verdad deseaba quedarse con su Rin.

—Está bien, pero promete que me extrañarás —decía la Castaña haciendo puchero.

—Solo si tú me extrañas más—dijo él besando su puchero.

Ella solo sonrió ampliamente y él quedó embelesado mirándola detenidamente, besó su mejilla y después le dio dos lamidas cerca de los labios.

—Cachorrito —dijo ella con ternura y le dio un beso en la nariz.

—Ahora si debo irme, Rin te amo — dijo él mientras la abrazaba y la acurrucaba en su pecho.

—También te amo y mucho —decía ella aferrada a él.

—No me hagas esto más difícil, de verdad debo irme no quiero que tengas problemas. —Decía Sesshomaru abrazándola con mayor fuerza.

Ambos se quedaron abrazados, y unos minutos después se separaron.

Para acercarse a la ventana, Rin la abrió con cuidado y le dio otro beso en la mejilla a su novio, el beso la frente de Rin y le dio un corto beso en los labios y empezó a bajar por la ventana.

Se dedicaron una última mirada y él continuó su trayecto.

¿Cuántas veces había hecho esto? Se preguntó.

De tantas ya había perdido la cuenta, pues ese era su pan de cada día.

Después de su "Trabajo" se escabulle todos los días a la mansión Takashi, al cuarto de la hija menor Rin Takashi.

Ellos tenían un romance a escondidas tipo Romeo y Julieta, pues los padres de Rin jamás aceptarían que su hija anduviera con alguien como

Sesshomaru Taisho.

Número uno, Él no era de su misma clase social, con eso ya estaba totalmente descartado por la familia Takashi.

Número dos, Él era lo que llaman el Bad boy de la colonia, un vago sin oficio ni beneficio y sumándole a todo esto, el "Trabajo" de Sesshomaru Taisho era asaltos pequeños a mano armada, y era bien sabido por todos que él estaba inmiscuido en la venta de pequeñas cantidades de droga, o eso hacía creer a Rin.

"Toda una fichita" decían quienes lo conocían.

Atractivo, atlético y frío como solo él podía serlo.

Mientras saltaba la gran barda que dividía la casa Takashi de la calle, recordó cómo había comenzado todo eso.

Hace un poco más de 2 años

Él tenía 15 años, su padre era un mafioso respetado, pero de bajo rango, él había prácticamente nacido en ese ambiente.

Él estaba solo en una esquina fumando un cigarrillo cuando uno de sus colegas de robo visualizó a unas jovencitas que iban muy distraídas cantando mientras tenían cada una un auricular en la oreja.

Su colega le hizo señas que iría por ellas, pero en ese instante él, observó detenidamente a la más baja de las chicas era una castaña de grandes ojos chocolate, su piel parecía porcelana y su sonrisa era simplemente hermosa, él quedó prendado esa chica era hermosa.

Así que le hizo señas a su colega que no se acercara.

Entonces la otra chica una pelirroja de ojos esmeralda los vio y con una sonrisa pícara le dijo algo en el oído a la castaña, a lo que está tratando de ser lo más discreta que pudo lo regreso a ver.

Ambos se miraron por unos segundos hasta que la castaña sonrojada desvío la mirada, y ambas se fueron mientras la pelirroja soltaba carcajadas demasiado audibles.

Las siguientes semanas se convirtieron en rutina, pues la pelirroja y castaña pasaban por ahí de lunes a viernes, con el uniforme del prestigioso colegio Shikon, así que con solo ver ese uniforme Sesshomaru sabía que se trataba de riquillas.

Pero se le hacía extraño que pasaran solas por esa calle ya que no temían algún robo o secuestro.

«Muy estúpidas» pensó el peliplata.

Pero por mucho que intentará negárselo a sí mismo había algo en esa castaña que le encantaba.

Por eso atribuyéndole todo al "destino" él siempre estaba ahí a la misma hora sin falta solo para verla pasar.

«Has estado con verdaderas mujeres, llenas de exquisitas curvas, ¿Qué tiene de interesante esa tablita? No debe tener más de 13 años»

Se reprendía el mismo todos los días.

Pero siempre que la veía pasar todo eso se esfumaba, ella lo veía de reojo discretamente siempre que pasaba por ahí, él por su parte la miraba descaradamente, desde que la veía en la esquina hasta que la adolescente se le perdía de vista.

Un día ya no eran solo la castaña y la pelirroja, tres chicas más se unían a la caminata, pero  nada de eso le importó pues como todos los días sus ojos quedaron clavados en la castaña de hermosos ojos chocolate.

—El novio de Rin—escuchó lo que dijo la pelirroja.

Todas las chicas lo miraron sonriendo pícaramente, mientras la castaña estaba sonrojada hasta las orejas, y tenía su mirada fija en el suelo.

nada de eso le importó o le sorprendió él solo se le quedó viendo como todos los días.

«Así que tu nombre es Rin» proceso la información que acabas de escuchar.

Todas iban carcajeando y haciendo sonidos de besos.

Él miró a la dirección donde se había ido la castaña hasta que la perdió de vista.

Al día siguiente a la misma hora él estaba ahí esperando solo para verla pasar, para verla sonrojada por su mirada y las bromas de sus amigas.

Y ahí estaban el grupo de ahora cinco chicas.

—Si no cumples este reto serás la mayor cobarde y te bañaremos en huevos y harina —decía la pelirroja, la castaña solo trago saliva, estaba más roja de lo normal, pero entre sus cuatro amigas la guiaron hasta donde estaba Sesshomaru y, ya que estaban cara a cara, ella levantó su rostro, se puso de puntitas y de la nada beso la mejilla del peliplata, todas sus amigas gritaban como locas y ella solo bajo la mirada y casi corría hacia otra dirección alejándose, sus amigas iban tras de ella.

Se podía escuchar carcajadas y todas gritaban al unisón "son novios, son novios"

Él peliplata tocó la mejilla donde había sido besado, y sin pensarlo se dirigió por el camino donde se habían ido las chicas a toda prisa.

En cuanto las alcanzó las seguía a cierta distancia.

Y ahí estaba de nuevo la chica pelirroja mirándolo de lejos, mientras abría sus ojos con sorpresa y le susurraba algo al oído a la castaña, ella solo gira su cabeza lentamente tratando de ser discreta.

Y lo vio, como la veía con esos fríos ojos color dorado.

Al instante se ruborizó, y bajó la mirada.

Sesshomaru estaba cansado de ese juego de solo miradas, así que se acercó a ella para hablar por fin.

Y la excusa perfecta era ese beso en la mejilla de hace unos minutos.

—Oye —dijo él poniéndose a su lado

Ella levantó la mirada con sorpresa.

— la próxima vez que quieras besarme deberás pedirme permiso —dijo serio, mirando como la castaña estaba más roja que un tomate.

—pe…per...Perdón — dijo ella tartamudeando.

—¿Cuál es tu nombre pequeña acosadora?

—Yo no... Soy eso —dijo ella con su mirada puesta en el piso.

—El mío es Sesshomaru.

—Rin, me llamo Rin —decía la castaña aun roja y sus amigas soltaban risitas.

Y varios "uuuuhh" a sus espaldas.

Ella solo jugaba con sus manos.

—¿Quieres un helado? —preguntó de la nada el chico, él no tenía citas ni nada parecido a eso su ambiente con chicas de su entorno era solo sexual, así que invitarle un helado era lo único que se le ocurrió.

—Amm... Yo… Sí.

—Tranquilízate fue un beso en la mejilla no asesinaste a alguien —le dijo burlonamente el peliplata.

Mientras le hacía una seña para que lo siguiera a un pequeño puesto de helados muy cerca de donde estaban.

—¿Sabor favorito?

—Chocolate —dijo ella tratando de tranquilizarse mientras a lo lejos veía a sus amigas quienes levantaban el pulgar dándole ánimos.

— ¿Y el tuyo?

—no tengo un favorito —dijo él secamente.

Llegaron al puesto y Sesshomaru pidió el helado de la castaña.

—Son muy tontas para pasar por estos lugares solas —dijo mientras se encaminaba a Rin con sus amigas de nuevo, después de haber comprado el helado.

—Ah.

— Podría fácilmente sacar mi navaja y someterlas a las cinco —dijo él de forma fría y seria.

Rin solo se quedó helada no sabía si era una broma o era de verdad lo que le decía, el chico estaba guapísimo, pero sí tenía toda la pinta de delincuente así que solo soltó un suspiro.

La chica se dio cuenta de que su mano estaba empapada pues el helado se estaba derritiendo, ella solo observó como escurría en su mano.

—No eres muy lista ¿cierto? —dijo Sesshomaru.

Ella solo lo miró y bajó la mirada de verdad ese chico la intimidaba demasiado.

Llegaron hasta donde estaba el grupo de 4 chicas esperando a Rin y ella solo agradeció tímidamente por el helado derretido de su mano.

Y él solo se le quedó viendo hasta que se volvió a perder de vista.

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Comments

Alison Mendoza Sotelo

Alison Mendoza Sotelo

me encanta la recomiendo

2022-09-16

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