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Contaminado

capítulo 1

«Siento qué me quede en ese lugar por siempre.

Pero nunca lo sabrás a menos que camines en mis zapatos»

Se escucha música en el cuarto de Rin Takashi.

Todos los empleados de la mansión Takashi estaban haciendo sus deberes nadie nunca imaginaría, que esa música a un alto volumen en el cuarto de la adolescente era para aislar el sonido de los gemidos y gritos que tenía esta, mientras mantenía uno de tantos encuentros carnales con su novio.

Taisho Sesshomaru.

Uno, dos, tres embestidas y ambos llegaron al clímax, mientras se besaban con anhelo y pasión.

—Eso fue asombroso —decía la adolescente en él oído a su novio mientras recuperaba el aliento.

Él se tumbó a su lado y besó su mejilla.

—Tú eres asombrosa —decía mientras aún recobraba el aliento, con su mano acariciaba el cabello de la castaña hasta llegar a su mejilla y la miraba con ternura.—Eres simplemente perfecta.

Ella al escuchar esas palabras se acercó y le empezó a dar muchos besos por todo el rostro.

—Espera Rin, ya casi llega tu mamá, ya no podemos hacer... —mientras Rin le daba un beso en los labios para que ya no continuará la frase.

La chica terminó el besó sin ganas y busco entre la cama su celular

«5:40 pm»

Ambos comenzaron a vestirse desganados.

—Es verdad ya llegará mi mamá, no quiero que te vayas, quédate conmigo —decía la adolescente suplicante.

—Yo me quiero quedar, pero es arriesgado, mañana nos veremos, ¿Si? —Decía Taisho sin ganas de irse, de verdad deseaba quedarse con su Rin.

—Está bien, pero promete que me extrañarás —decía la Castaña haciendo puchero.

—Solo si tú me extrañas más—dijo él besando su puchero.

Ella solo sonrió ampliamente y él quedó embelesado mirándola detenidamente, besó su mejilla y después le dio dos lamidas cerca de los labios.

—Cachorrito —dijo ella con ternura y le dio un beso en la nariz.

—Ahora si debo irme, Rin te amo — dijo él mientras la abrazaba y la acurrucaba en su pecho.

—También te amo y mucho —decía ella aferrada a él.

—No me hagas esto más difícil, de verdad debo irme no quiero que tengas problemas. —Decía Sesshomaru abrazándola con mayor fuerza.

Ambos se quedaron abrazados, y unos minutos después se separaron.

Para acercarse a la ventana, Rin la abrió con cuidado y le dio otro beso en la mejilla a su novio, el beso la frente de Rin y le dio un corto beso en los labios y empezó a bajar por la ventana.

Se dedicaron una última mirada y él continuó su trayecto.

¿Cuántas veces había hecho esto? Se preguntó.

De tantas ya había perdido la cuenta, pues ese era su pan de cada día.

Después de su "Trabajo" se escabulle todos los días a la mansión Takashi, al cuarto de la hija menor Rin Takashi.

Ellos tenían un romance a escondidas tipo Romeo y Julieta, pues los padres de Rin jamás aceptarían que su hija anduviera con alguien como

Sesshomaru Taisho.

Número uno, Él no era de su misma clase social, con eso ya estaba totalmente descartado por la familia Takashi.

Número dos, Él era lo que llaman el Bad boy de la colonia, un vago sin oficio ni beneficio y sumándole a todo esto, el "Trabajo" de Sesshomaru Taisho era asaltos pequeños a mano armada, y era bien sabido por todos que él estaba inmiscuido en la venta de pequeñas cantidades de droga, o eso hacía creer a Rin.

"Toda una fichita" decían quienes lo conocían.

Atractivo, atlético y frío como solo él podía serlo.

Mientras saltaba la gran barda que dividía la casa Takashi de la calle, recordó cómo había comenzado todo eso.

Hace un poco más de 2 años

Él tenía 15 años, su padre era un mafioso respetado, pero de bajo rango, él había prácticamente nacido en ese ambiente.

Él estaba solo en una esquina fumando un cigarrillo cuando uno de sus colegas de robo visualizó a unas jovencitas que iban muy distraídas cantando mientras tenían cada una un auricular en la oreja.

Su colega le hizo señas que iría por ellas, pero en ese instante él, observó detenidamente a la más baja de las chicas era una castaña de grandes ojos chocolate, su piel parecía porcelana y su sonrisa era simplemente hermosa, él quedó prendado esa chica era hermosa.

Así que le hizo señas a su colega que no se acercara.

Entonces la otra chica una pelirroja de ojos esmeralda los vio y con una sonrisa pícara le dijo algo en el oído a la castaña, a lo que está tratando de ser lo más discreta que pudo lo regreso a ver.

Ambos se miraron por unos segundos hasta que la castaña sonrojada desvío la mirada, y ambas se fueron mientras la pelirroja soltaba carcajadas demasiado audibles.

Las siguientes semanas se convirtieron en rutina, pues la pelirroja y castaña pasaban por ahí de lunes a viernes, con el uniforme del prestigioso colegio Shikon, así que con solo ver ese uniforme Sesshomaru sabía que se trataba de riquillas.

Pero se le hacía extraño que pasaran solas por esa calle ya que no temían algún robo o secuestro.

«Muy estúpidas» pensó el peliplata.

Pero por mucho que intentará negárselo a sí mismo había algo en esa castaña que le encantaba.

Por eso atribuyéndole todo al "destino" él siempre estaba ahí a la misma hora sin falta solo para verla pasar.

«Has estado con verdaderas mujeres, llenas de exquisitas curvas, ¿Qué tiene de interesante esa tablita? No debe tener más de 13 años»

Se reprendía el mismo todos los días.

Pero siempre que la veía pasar todo eso se esfumaba, ella lo veía de reojo discretamente siempre que pasaba por ahí, él por su parte la miraba descaradamente, desde que la veía en la esquina hasta que la adolescente se le perdía de vista.

Un día ya no eran solo la castaña y la pelirroja, tres chicas más se unían a la caminata, pero  nada de eso le importó pues como todos los días sus ojos quedaron clavados en la castaña de hermosos ojos chocolate.

—El novio de Rin—escuchó lo que dijo la pelirroja.

Todas las chicas lo miraron sonriendo pícaramente, mientras la castaña estaba sonrojada hasta las orejas, y tenía su mirada fija en el suelo.

nada de eso le importó o le sorprendió él solo se le quedó viendo como todos los días.

«Así que tu nombre es Rin» proceso la información que acabas de escuchar.

Todas iban carcajeando y haciendo sonidos de besos.

Él miró a la dirección donde se había ido la castaña hasta que la perdió de vista.

Al día siguiente a la misma hora él estaba ahí esperando solo para verla pasar, para verla sonrojada por su mirada y las bromas de sus amigas.

Y ahí estaban el grupo de ahora cinco chicas.

—Si no cumples este reto serás la mayor cobarde y te bañaremos en huevos y harina —decía la pelirroja, la castaña solo trago saliva, estaba más roja de lo normal, pero entre sus cuatro amigas la guiaron hasta donde estaba Sesshomaru y, ya que estaban cara a cara, ella levantó su rostro, se puso de puntitas y de la nada beso la mejilla del peliplata, todas sus amigas gritaban como locas y ella solo bajo la mirada y casi corría hacia otra dirección alejándose, sus amigas iban tras de ella.

Se podía escuchar carcajadas y todas gritaban al unisón "son novios, son novios"

Él peliplata tocó la mejilla donde había sido besado, y sin pensarlo se dirigió por el camino donde se habían ido las chicas a toda prisa.

En cuanto las alcanzó las seguía a cierta distancia.

Y ahí estaba de nuevo la chica pelirroja mirándolo de lejos, mientras abría sus ojos con sorpresa y le susurraba algo al oído a la castaña, ella solo gira su cabeza lentamente tratando de ser discreta.

Y lo vio, como la veía con esos fríos ojos color dorado.

Al instante se ruborizó, y bajó la mirada.

Sesshomaru estaba cansado de ese juego de solo miradas, así que se acercó a ella para hablar por fin.

Y la excusa perfecta era ese beso en la mejilla de hace unos minutos.

—Oye —dijo él poniéndose a su lado

Ella levantó la mirada con sorpresa.

— la próxima vez que quieras besarme deberás pedirme permiso —dijo serio, mirando como la castaña estaba más roja que un tomate.

—pe…per...Perdón — dijo ella tartamudeando.

—¿Cuál es tu nombre pequeña acosadora?

—Yo no... Soy eso —dijo ella con su mirada puesta en el piso.

—El mío es Sesshomaru.

—Rin, me llamo Rin —decía la castaña aun roja y sus amigas soltaban risitas.

Y varios "uuuuhh" a sus espaldas.

Ella solo jugaba con sus manos.

—¿Quieres un helado? —preguntó de la nada el chico, él no tenía citas ni nada parecido a eso su ambiente con chicas de su entorno era solo sexual, así que invitarle un helado era lo único que se le ocurrió.

—Amm... Yo… Sí.

—Tranquilízate fue un beso en la mejilla no asesinaste a alguien —le dijo burlonamente el peliplata.

Mientras le hacía una seña para que lo siguiera a un pequeño puesto de helados muy cerca de donde estaban.

—¿Sabor favorito?

—Chocolate —dijo ella tratando de tranquilizarse mientras a lo lejos veía a sus amigas quienes levantaban el pulgar dándole ánimos.

— ¿Y el tuyo?

—no tengo un favorito —dijo él secamente.

Llegaron al puesto y Sesshomaru pidió el helado de la castaña.

—Son muy tontas para pasar por estos lugares solas —dijo mientras se encaminaba a Rin con sus amigas de nuevo, después de haber comprado el helado.

—Ah.

— Podría fácilmente sacar mi navaja y someterlas a las cinco —dijo él de forma fría y seria.

Rin solo se quedó helada no sabía si era una broma o era de verdad lo que le decía, el chico estaba guapísimo, pero sí tenía toda la pinta de delincuente así que solo soltó un suspiro.

La chica se dio cuenta de que su mano estaba empapada pues el helado se estaba derritiendo, ella solo observó como escurría en su mano.

—No eres muy lista ¿cierto? —dijo Sesshomaru.

Ella solo lo miró y bajó la mirada de verdad ese chico la intimidaba demasiado.

Llegaron hasta donde estaba el grupo de 4 chicas esperando a Rin y ella solo agradeció tímidamente por el helado derretido de su mano.

Y él solo se le quedó viendo hasta que se volvió a perder de vista.

capítulo 2

Al día siguiente la volvió a esperar en él mismo lugar, pero ahora era tiempo de que esa rutina cambiara pues al verla se acercaba a ella para encaminarla y hacerle plática.

Las semanas se hicieron meses y Rin se sentía más confiada al estar a lado de Sesshomaru pudo notar que a pesar de aparentemente siempre estar de mal humor, era agradable solo no le gustaba hablar mucho, pero se esforzaba en platicar con ella.

Ellos se habían convertido extrañamente en amigos, hasta que un día Kohaku Kito un amigo y compañero de la escuela de Rin un día los vio platicando.

El joven Kito al momento se asustó pues no debían culpar en verdad él Taisho era él badboy de la colonia y cerca de una chiquilla rica, dulce e inocente como Rin simplemente el panorama no pintaba para nada bien.

Hablo con Rin al día siguiente de presenciar eso y le dijo que era una locura, que se alejara de ese chico

—Es mi amigo — decía la castaña.

—Es un delincuente, Rin no quiero que te vaya a lastimar —decía serio Kohaku.

—Es mi problema, gracias por preocuparte, pero no es tu asunto — decía la castaña a la defensiva.

Entonces ambos pasaron por él "lugar" de encuentro de Rin y Sesshomaru era más temprano de lo normal, y entonces lo vieron como estaba besuqueando con una chica mucho mayor que Rin, tenía él mismo uniforme pero la chica en cuestión tenía asentadas sus curvas y grandes pechos.

Rin al ver sintió su corazón destruirse, pero al final no podía hacer nada, en el fondo ella sabía que solo era una niña y la chica con la que estaba Sesshomaru era ya una mujer, además ellos eran solo amigos, no era como que pudiera reclamar o ponerse celosa.

Kohaku solo desvió la mirada de la escena «Hay hoteles» se dijo mentalmente pues los besos que se daban ese par insinuaban otras intenciones.

Así que suspirando y poniendo su mayor cara de despreocupación Rin pasó por ahí a lado de Kohaku, él peliplata se había separado del beso con la chica para recobrar él aliento y en eso vio a su pequeña castaña pasar, se alejó totalmente de la chica Kohaku pudo jurar que casi la avienta y Rin solo lo miro y con un ademán con su mano y una sonrisa lo saludo sin dejar de caminar.

Sesshomaru estaba confundido, se sentía culpable, pero no debía sentirse de esa forma, al final ellos solo eran amigos.

No sabía si ir tras ella, o simplemente dejarla ir, además no iba con sus amigas iba con un chico se veían de la misma edad quizás era su novio.

Pensaba él peliplata con desagrado.

Impulsado por los celos fue tras ella, la chica con quien se había besuqueado le preguntaba a dónde iba y él simplemente la ignoró.

—Ves que es un chico malo —decía Kohaku a Rin mientras seguían su camino, pues tenían planeado pasar la tarde juntos haciendo la tarea.

—Ningún chico honorable interpreta esas escenas. —decía Kohaku.

La castaña solo trataba de olvidar el asunto.

—Rin, ¿Quién es este niño? —se escuchó a sus espaldas era él peliplata quien se veía bastante molesto.

—Hola, Sesshomaru —decía Rin con un brillo en sus ojos y llena de entusiasmo.

—Él es mi amigo Kohaku, y mira Kohaku él es mi amigo Sesshomaru —decía la chica presentándolos.

Él peliplata tenía su rostro inexpresivo, pero en su mirada podía reflejarse la molestia que sentía.

Kohaku deseaba ser invisible, tenía tanto temor que solo miraba al suelo.

—Bueno debemos irnos Sesshomaru, hasta pronto —decía la castaña con una sonrisa.

Y se alejaba con Kohaku a su lado.

En ese momento Sesshomaru estaba entendiendo que lo que sentía por esa castaña era más fuerte de lo que creía.

Mientras tanto Kohaku le hacía miles de cuestionamientos a Rin y le advertía de los peligros de tener a alguien como Taisho de amigo.

Al día siguiente como siempre él la esperaba en él mismo lugar, pero esta vez pasó con todas sus amigas.

Las burlas y los gritos no se hicieron esperar.

Mientras la castaña solo pasaba apenada y lo saludaba con la mano, él como siempre caminaba hasta quedar a su lado y sus amigas se alejaban un poco mientras veían con atención el panorama.

—Sesshomaru, en una semana será mi cumpleaños, no sé si puedes y gustes venir. — decía la castaña entregándole una invitación.

—No creo poder asistir, pero gracias. —el peliplata odiaba las reuniones y más cuando se trataba de chiquillos ricos y consentidos.

—Bueno —decía Rin con entusiasmo, por dentro estaba triste en verdad le gustaba Sesshomaru, pero entendía que ella no era la chica para él, ella se sentía tan pequeña, aunque solo fueran dos años de diferencia ella simplemente se sentía tan niña y lo veía a él tan hombre y eso la hacía sentir un hueco enorme en el corazón, nunca se había enamorado al menos no había sentido por nadie lo que sentía por él Taisho.

—¿Cómo está la señora Izayoi? —preguntaba Rin con interés y también era una forma de cambiar el tema.

—Estable —decía Sesshomaru pensativo.

Pues su madrastra Izayoi tenía ya varios meses enferma y su padre había tenido que pedir prestado a su "jefe" quien le cobraba demasiados intereses y prácticamente los "Trabajos" de su padre los hacía para abonar a su deuda, así que estaban demasiado limitados, pero él había encontrado la forma de con pequeños robos a mano armada lograr sacar algo de dinero y así aportar para los gastos de la casa y de Izayoi.

—Sesshomaru, toma... —dijo Rin extendiendo un sobre, él solo se le quedó viendo imaginando que era.

—No quiero limosnas —decía bruscamente.

La chica solo bajo la mirada con tristeza ella había prácticamente guardado todo el dinero de su almuerzo por una semana para dárselos a Sesshomaru, y lo que menos quería es que él pensara que ella lo hacía para denigrarlo.

—Lo siento —dijo ella conteniendo las lágrimas, era una chica muy sensible y solo tenía 13 años.

Sesshomaru solo se le quedó viendo se sentía tan culpable de tener esa actitud tan brusca con ella.

—Rin —dijo él suavizando su voz.

—¿Si? —respondía ella mirándolo a los ojos.

—Tú me gustas mucho —dijo él sin más, estuvo planeando toda la semana como confesar sus sentimientos, al principio creyó que era una locura pues para él las "relaciones" que había tenido solo duraban semanas y solo era sexo, o tenía sexo sin ningún tipo de relación pues era muy apuesto y varias chicas solas le proponían tener una alocada noche.

No estaba interesado en nada de esas cosas románticas o al menos hasta que la conoció a ella, es que al principio fue su hermoso rostro, su sedoso cabello castaño y su preciosa sonrisa que lo tenían cautivado, pero al conocerla al platicar se enamoró de sus ocurrencias, de su sentido del humor, pero sobre todas las cosas era el ser humano más noble, bueno y caritativo que él hubiera conocido.

Recordaba como ella se había ganado su confianza, tanto como para contarle lo de Izayoi y su pequeña castaña sin dudarlo le llevaba muchas veces comida a Inuyasha al hospital, incluso llevaba para Izayoi y ella había conseguido de alguna forma comprarle un medicamento muy costoso a su madrastra, pues ellos con el asunto de la deuda estaban fatal, ya que el jefe de su padre no era un jefe cualquiera era un mafioso y de los grandes.

Naraku Haku

Ese hombre era temido y odiado por millones pues no solo se dedicaba a la trata de blancas y secuestro, también transportaba droga era todo un estuche de monerías.

Su padre Toga Taisho era solo uno de tantos que le hacían los mandados y es que Toga no quería inmiscuirse más en ese mundo delictivo pues deseaba salir y ser un hombre decente, pero la enfermedad de Izayoi lo hizo necesitar ese sucio dinero, y ahora estaba dentro de los "secuestros" que llevaba a cabo Naraku y su gente.

Simplemente Rin estaba ahí siendo un gran apoyo, era tan única simplemente ella lograba ver siempre el lado bueno en las personas.

Y él en esos 8 meses de amistad pasó del gusto físico a quererla con tanta facilidad que le asustaba, pero ya estaba en un punto sin retorno.

—Sesshomaru ah yo... Es que bueno... Tú tienes novia —decía Rin apenada, era verdad que su corazón quería salir de su pecho y las mariposas en su estómago revoloteaban tanto que sentía que iba a devolver la comida.

Pero no quería dejarse ir así sin más, pues para ella era algo increíble lo que habían escuchado sus oídos, se sentía que estaba en un sueño. Flotando en una nube, pero quería ser cautelosa.

—No es mi novia —dijo él por inercia, entonces Rin estaba demasiado confundida.

—oh, está bien —dijo ella con una sonrisa comprensiva pues era adolescente si, pero entendía que quizás su crush solo tenía pues encuentros casuales y eso no la hacía sentirse mejor, pero no quería juzgarlo al final del día todos juzgaban a Sesshomaru y lo miraban mal, lo condenaban y marginaban sin saber y ella no quería ser así.

—Pero... no soy bueno con las palabras —decía el demasiado nervioso.

—Solo sé que me gustas mucho —dijo finalmente, no sabía si decirle de ser novios o solo diciendo eso lo demás se daba por hecho.

—¿Eso qué significa? —preguntaba ella sonrojada, pues él peli plata era conocido por todos como un mujeriego ¿entonces era una propuesta indecente? Se preguntaba Rin pues no le entendía del todo.

—Pues... Yo quiero pedirte si tú quieres... bueno no sé tú como veas esto —Él estaba tan nervioso le sudaban las manos, nunca había estado tan nervioso.

Ella solo lo veía nunca lo había visto de esa forma él siempre hablaba con mucha seguridad y jamás titubeaba era demasiado extraño verlo así.

—Yo quiero, ¿Rin tú quieres ser.. Mi... Mi novia? — finalmente preguntó el chico.

Ella estaba tan sonrojada, y feliz quería correr y gritar como una loca, se pellizcó discretamente el brazo para ver si no estaba soñando.

Al asegurarse que no era un sueño.

Sonrió ampliamente.

—Yo... Sesshomaru yo... Si, si quiero ser tú... Novia —la última palabra la dijo en voz muy bajita, regresando a ver a sus amigas, quienes estaban a una distancia considerable, pero las cuatro murmuraban entre ellas.

El joven se sentía tan extraño, era una sensación nueva y diferente.

Estaba muy confundido, no era para nada experto en "noviazgo" pero se esforzaría, él tenía muy claro que solo sería un recuerdo fugaz en la vida de Rin pues él sabía que no era el hombre para ella, pero disfrutaría lo que durara su romance adolescente.

Él estaba tan contaminado y ella era luz brillante, pura y resplandeciente.

capítulo 3

Después de la extraña declaración ambos adolescentes se hicieron novios.

Rin se sentía en una nube, ella entendía que su relación con Sesshomaru no sería para nada típica ni normal, pues sabía que sus padres jamás lo aceptarían.

Pero ella era una chica adolescente enamorada, así que simplemente se las arreglaba para salir a escondidas con su chico malo.

Ponía de excusa que saldría con Ayame su pelirroja amiga, o que haría tarea en casa de Kagome, simplemente las excusas le sobraban con tal de pasar tiempo con él, y ese día que cumplían 5 meses de noviazgo no sería la excepción.

-Hola, señora, vengo para salir con su hija. -decía Kohaku tratando de sonar casual.

-Claro... Me alegra demasiado, sé que aún son bastante jóvenes, pero debo decir Kohaku que en un futuro no muy lejano, tú serías el pretendiente predilecto para mi hija. -dijo la mujer pues más allá que le gustará la personalidad del chico, o su físico le encantaba saber que venía de una familia bastante adinerada.

-Gracias. -dijo Kohaku e hizo una reverencia sonrojado.

Rin bajaba las escaleras arregladas de forma casual para su salida al cine con su amigo "Kohaku".

-Bien, nos vemos luego, te quiero mamá. -decía la castaña para salir a prisa a lado de Kohaku.

Entraron al carro conducido por un empleado de la familia de Kohaku.

-Gracias, gracias, gracias -Kohaku eres el mejor le susurraba Rin, dándole un beso en la mejilla pues al "cine" solo iría Kohaku mientras ella se escabulló para ver al Taisho.

Al llegar al cine Kohaku siguió en plan al pie de la letra, Rin se encontraría en la entrada con el Taisho y saldrían a un lugar muy cerca de ahí lo que durará la película, y el "chaperón" chófer de la familia de Kohaku ni cuenta se daría.

Y justo como fue planeado así ocurrió.

Rin y Sesshomaru se encontraron y salieron de forma muy discreta de la plaza al lugar que tenían destinado para platicar ese día, un pequeño parque muy cerca de ahí.

Al llegar ninguno pudo evitar abrazarse y darse besos sintiendo ese amor tan real, deseando que fuese tan eterno.

-Te extrañé mucho. -le decía ella entre besos.

-Yo también, demasiado. -dijo él sintiéndose tan extraño y fuera de sí, no le gustaba mucho demostrar sus sentimientos, y desde que conoció a esa chica parecía salir a veces las palabras de forma involuntaria.

-Desearía que no tengamos que esconder esto. -dijo ella colgándose de él de forma tan tierna y adorable, que él solo le sostenía la cintura y contemplaba su rostro maravillado.

-Algún día... Te prometo que no será así, algún día seré digno de ti, Rin. -dijo él de forma melancólica siendo consciente de lo poco que era para él para alguien de la altura económica y sobre todo calidad humana que era su pequeña, Rin.

-Shhh, no digas esas locuras, tú eres digno, tú eres el mejor para mí. -le dijo ella acariciando su mejilla, pues para esa adolescente de 14 años el chico frente a ella era el amor de su vida.

El solo beso su frente, atesorando ese momento.

Después de besos, pláticas y abrazos la hora de regresar fue inevitable.

Siguieron el plan con Kohaku y era momento de volver a casa.

Su madre no la cuestionó ni sospechó nada de lo ocurrido.

Y ella solo se adentraba a su habitación.

Pasaron unas horas cuando unos golpes sonaron en su ventana y ella extrañada fue a ver qué pasaba, con algo de temor.

Y ahí estaba Sesshomaru afuera de su ventana, y ella en lugar de asustarse más o reprenderlo, solo pudo emocionarse de manera casi infantil y le abrió de rápidamente.

Para abrazarlo, estuvieron platicando un rato más, y de la forma que entró a la casa Takashi salió.

Esa fue la primera vez que Sesshomaru Taisho hacía eso.

Los meses siguieron pasando y cada encuentro era mejor que el otro, Rin sentía que había encontrado su alma gemela.

Y Sesshomaru por más que deseaba negarlo se sentía tan estúpidamente enamorado, y eso hacía que entendiera un poco más a su padre y sus decisiones sobre el "trabajo", por qué sin lugar a dudas así como Izayoi hacía que Toga deseara ser una mejor persona, así él deseaba ser mejor para Rin.

-Te digo una cosa. -dijo la castaña en una banca del parque recostada en su hombro.

-¿Si?. -cuestiono él con curiosidad mientras se inclinaba de lado para besar su frente.

-Eres... El amor de mi vida. -dijo ella sonrojándose.

Él sintió que su corazón se iba a salir de su pecho, eran las palabras más hermosas que alguna vez imaginó escuchar.

-Rin... Tú, también eres el amor de mi vida. -dijo él sintiéndose tan extraño en como todo salía tan natural.

-Eso significa que un día seremos esposos. la castaña buscaba sus labios para darle un corto beso.

-Si, te prometo que algún día seremos esposos... -Sesshomaru tocó su mejilla, anhelando con todo su ser cumplir esa promesa.

Y así se abrazaban anhelando que ese momento fuera eterno.

Aniversario

Su primer año juntos llegó, y con este el cumpleaños número 15 de la Takashi.

Cómo siempre sus padres le organizaron una hermosa y gran fiesta, ella solo quería que eso terminara, deseaba tanto estar en su cuarto y esperar a su amado.

Sobre todo por lo que su mente adolescente tenía idea para ese momento. Pues ella sabía que él regaló lo que quería.

-Rin, al menos finge que te gusta el pastel... -le recriminaba Ayame.

La castaña tomó su tenedor, abrió su boca y saboreo de forma exagerada su pedazo de pastel.

-Aja. Como no es sabor Taisho. -Ayame la miraba con picardía, y Rin estaba sonrojada, ese comentario solo le hizo recordar su plan para esa noche.

Y desvió la mirada de su amiga.

Después de un tiempo que para Rin parecía una eternidad la "fiesta" terminó.

Subió a su cuarto y se dio una ducha rápida, se puso su pijama vieja y espero.

Después de unos minutos más su ventana sonaba.

Ella la abría de forma alegre, y ahí estaba el chico de su vida.

-Perdón por tardar, estaba ayudando a mi padre en unos pendientes. -se excusaba el Taisho.

Ella parecía no importarle para nada su demora pues solo lo abrazó de forma efusiva.

-Rin... Yo... Te traje esto. -dijo él sacando una pequeña cajita y la castaña al tomarla en sus manos la abrió para ver un pequeño anillo con una piedra en forma de luna.

-Sé que es una cosa muy simple a comparación de lo que estás acostumbrada... -Sesshomaru fue silenciado por uno de los dedos de la chica.

-Es perfecto, tú eres perfecto... -Sesshomaru ni siquiera alcanzó a reaccionar, pues la chica frente a él estaba de puntitas para besarlo, pero ese beso era tan intenso, tan lleno de deseo. Hizo que se estremeciera la cercanía, el olor todo era hipnotizante. Hasta que el sonido del cierre de su pantalón lo hizo volver a la realidad.

-Rin... ¿Qué haces?. -pregunto sorprendido, es decir su novia le estaba bajando el cierre del pantalón.

-Yo. Solo pensé que tú querías. -dijo ella sonrojada.

-Yo quería. ¿Qué?. -Sesshomaru estaba sorprendido porque él sabía que Rin no era ese tipo de chicas.

-Estar conmigo. -dijo ella mirándolo avergonzada.

-No, Rin no... Eso sí no, como yo querría hacerte eso... Tú eres valiosa y muy especial, yo no podría. -Taisho miro como el rostro de su castaña parecía entristecerse.

-Es… ¿Por qué soy fea?, ¿Por qué soy plana?. -cuestionó ella con tristeza.

-¡Claro que no!, No digas eso... Tú eres hermosa y toda tú eres perfecta. -le dijo acariciando su mejilla.

-Entonces hagámoslo. -dijo ella volviendo a acercarse para besarlo.

-No Rin, eso debe ser algo honroso para ti, no de esta manera. -Le dijo él apartándose con suavidad.

-Pero tú serás mi esposo.

-Pero ahora no lo soy, Rin tú eres demasiado para mí, demasiado para hacer esto. -le dijo el joven con sinceridad.

-Eso lo dices porque no te gusto.

-Rin tú haces más que gustarme, yo te amo, y deseo con locura... Pero no. - Sesshomaru la apartaba con suavidad pues su castaña estaba intentando acercarse demasiado a él.

-Por favor, por mi cumpleaños. - pedía la chica casi al borde del llanto.

-No sabes lo que pides, yo no soy bueno para ti. - Decía el peliplata mientras veía el rostro de su novia.

-Entonces... Puedes irte, por favor. -dijo ella sin poder evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.

Ella quería que él se quedará, pero no que la viera así, se sentía tan patética.

¿Qué podía ofrecerle ella?

Si solo era una mocosa.

Enana y plana.

-No, Rin no quiero que llores...

-No te preocupes, estoy bien, hablamos mañana, ¿si?. -le dijo ella tratando de sonar con tranquilidad.

Él tomó su mentón y la besó de forma suave.

-Te amo, y te deseo, tú eres para mí la única chica que quiero... No malinterpretes mis palabras. - Sesshomaru tomó la cintura de la chica y la acarició.

-Entonces hagámoslo. -le dijo ella besando su mentón.

-No... Rin. -dijo con voz entrecortada.

-Por favor... -le dijo ella para después quitarse la blusa.

Él solo la veía detenidamente, cuántas veces imaginó su cuerpo y fantaseo con besar cada centímetro de su piel.

Él solo se acercó a ella para besarla de forma intensa, la necesitaba, la amaba, y después de un momento se separaron y él comenzó a desvestirse.

-¿Estás segura de esto? -le pregunto con voz ronca, estaba demasiado deseoso, verla de esa forma sonrojada con su hermoso cabello suelto, sin blusa y sin sujetador, era su mayor fantasía hecha realidad.

Ella solo asintió y él comenzó a besar su cuello, y cada centímetro de su piel.

Un tiempo indefinido después ambos sin ropa sobre la cama, se dispusieron a empezar su acto.

Él comenzó a adentrarse de forma lenta y cuidadosa, y ella solo apretaba las sábanas luchando con todas sus fuerzas por no gritar.

-¿Estás bien?. -preguntó con preocupación el joven en un susurro.

-Sí... Solo duele mucho. -dijo ella respirando con dificultad.

-Será mejor detenerme entonces... -dijo él deseando no hacerlo.

-No...

Y el solo beso sus labios adentrándose por completo.

Y así empezaba su vaivén de forma lenta y suave, degustando la sensación que la intimidad de su amada le provocaba.

Rin empezó a acostumbrarse y a disfrutar de él, mientras los besos y las caricias no faltaban.

La chica comenzó a sentir como la poca cordura que le quedaba se perdía en el calor que comenzó a recorrer todo su cuerpo de forma intensa, él la contempló deleitándose orgulloso de hacerla sentir por primera vez.

Él solo quería complacerla.

Pero toda esa humedad, todo esa calidez que le propinaba la intimidad de su chica lo hicieron llegar poco después al clímax, sintiéndose perdido, maravillado todo con Rin se sentía mil veces mejor.

Ella era su todo.

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