—Así que, te casaste con la chica... Y todo resultó un rotundo fiasco.—Kagura había escuchado la historia de su socio de negocios, y le parecía algo "triste" todo lo que le estaba pasando en los años de conocerlo se dio cuenta de que no era un santo, pero al menos trataba de salir de toda la mierda en la que alguna vez se había embarrado.
—Así como todo en mi vida de mierda. —dijo él bastante nostálgico dándose cuenta de que a pesar de cumplir sus "sueños" de convertirse en alguien poderoso y extremadamente adinerado, la realidad era que nunca se había sentido tan infeliz.
—Si pides mi consejo, lo mejor será que te divorcies y la regreses con sus manipuladores padres. —Kagura parecía bastante preocupada por la situación.
—No. —Sesshomaru dijo casi en un susurro, pero su ceño se frunció levemente.
—¿Para qué la quieres a tu lado?, Es decir no la vas a tocar, no la quieres ver, ¿Qué sentido tiene tenerla como esposa?. —preguntó Kagura mirando a ese hombre a los ojos, entonces pudo ver por unos segundos la mirada no de un hombre vengativo, ni enojado. Si no la mirada de un hombre enamorado.
—Ya veo... —dijo suspirando la pelinegra.
— Es solo el pago que me dio su padre por la deuda que tiene conmigo. —El peliplata mentía descaradamente.
—Repítelo hasta que te lo creas. —Kagura sonreía de forma burlona. Ella conoció y se metió con bastantes hombres poderosos en el pasado, sabía identificar entre un hombre que solo tenía deseos de follarse a una mujer, y el que buscaba algo más.
—Es la verdad.
—Si eso fuera verdad, por qué no la tomas. Si solo es el "pago" de una deuda la verías como un objeto más y no te importaría lo que ella sienta. — Kagura no era tonta y estaba segura de que Taisho verdaderamente guarda sentimientos por esa chica Takashi.
—No sé, te soy sincero no sé qué siento. Estar a su lado me recuerda lo asqueroso que soy, pero no puedo estar lejos de ella. —dijo él confundido y Kagura trataba de entenderlo.
—¿La amas?. —cuestionó la oji carmín.
—No, lo nuestro pasó cuando éramos muy jóvenes, estúpidos y crédulos. En ese momento todo se sentía tan real, pero ahora todo es confuso.
—¿Y si no es real por qué la quieres tener a tu lado?. —pregunto la pelinegra
—¡Carajo, que no sé!. —dijo el exaltado.
—Ay, yo no sé, al final es asunto tuyo. —la pelinegra rodó los ojos.
En ese momento el Taisho recibió una llamada a su celular.
—Bueno. —contestó con fastidio a su fiel mayordomo Jacken.
En la otra línea el hombrecillo le contaba acerca del poco apetito que estaba teniendo su esposa, pues ya eran las 6:00 pm y no había ingerido ningún alimento aún.
El bufó con fastidio.
—¡Déjala, que muera de hambre! —respondió molesto y cortó la llamada.
Él solo pensaba en lo caprichosa y berrinchuda que era esa mujer.
¿Qué mal le hacía a él, si ella no comía?
Si Rin Takashi quería dejar de ingerir alimentos hasta morir, ese era problema de ella, no de él.
—Mejor me voy a arreglar mis asuntos pendientes de trabajo, y por cierto, Asano es un mar de llantos desde que supo de tu "boda". —dijo Kagura recordando la cara de la chica, en verdad que Sarah estaba perdidamente enamorada de Taisho.
—Hablaré con ella.
—Te repito, divórciate de la Takashi y mejor concéntrate en Sarah, está loca por ti. Olvida este capítulo amargo y busca ser feliz. —aconsejo Kagura con toda la mejor intención.
—No. —dijo de forma seca Sesshomaru, él sabía que todo lo que estaba pasando con Rin era una completa locura, que solo se terminarían de amargar más la vida. Pero algo dentro de él simplemente no podía permitir dejarla ir, se sentía como un loco posesivo.
«Si no la tengo yo, no la va a tener nadie más» siempre se le venía ese pensamiento cuando le decían que lo mejor era ya alejarse de toda esa insana relación.
¡Ese no podía ser amor!
Era algo enfermo y retorcido.
Creyó que con el "tiempo", podían siquiera platicar, pero la realidad es que ese día se cumplían 2 meses de la estúpida boda.
Y cada día que pasaba era un completo martirio para ambos.
Ni siquiera soportaban la presencia el uno del otro.
Llevaban ya una semana sin verse personalmente.
Sesshomaru al estar cerca de ella solo quería discutir, y restregarle en su cara que ahora era poderoso, mucho más poderoso que su padre, mucho más rico que el imbécil de Bristol.
Su mente lo traicionaba e imaginaba que hubiera pasado si él no hubiera detenido su estúpida boda, de seguro en esos momentos estaría follando de lo lindo con ese estúpido pelirrojo.
Sus celos eran irracionales.
Izayoi y Kagome iban todos los días a consolar a Rin.
Pues cada día que ellos siquiera compartían la misma habitación por más de 10 minutos, Sesshomaru se la pasaba insultándola y llamándola de todo.
Rin no podía entender cómo el amor tan fuerte que alguna vez sintió por él, ahora se estaba convirtiendo en odio.
No soportaba mirarlo, al principio solo se quedaba callada escuchando su sin fin de locuras.
Pero recordaba como hace una semana por primera vez le contestó.
—¡Si tan puta soy, mátame y deja ya de estarme jodiendo... ¡Te odio y prefiero estar muerta que a tu lado!
Sesshomaru le dedicó una mirada asesina, apretó los puños y salió del lugar.
Después de eso no volvió a verlo.
Pero aun así se sentía desesperada en ese lugar.
Ya no quería comer, no quería dormir. Solo deseaba estar muerta.
Si algún día lograba escapar de ese lugar, volvería con sus padres a otra cárcel. Eso la hice darse cuenta de lo triste que era su vida.
Ella solo fantaseaba en algún día poder ser libre, de todo y de todos.
—Rin, me comentaba el señor Jacken que no has comido en todo el día. Por favor debes alimentarte si no te enfermaras. — Escucho la voz de la señora Izayoi asomada en la puerta de su cuarto.
—Quiero estar muerta. —fue lo único que dijo la Castaña, e Izayoi quedó completamente sorprendida.
—No digas eso Rin. —la pelinegra suspiro y se acercó a la cama para abrazarla, al hacerlo Rin rompió totalmente en llanto.
—No quiero estar aquí, no quiero estar con él. Lo odio es malo, y cruel. —la castaña sollozaba en los brazos de Izayoi.
—Él, mejor dicho ellos han pasado por muchas cosas... No los voy a justificar, pero después de todo lo que pasaron ninguno volvió hacer el mismo.
—Pero mató a varias personas en una fiesta. —dijo Rin aterrada.
Izayoi escuchó la información y quedó muy sorprendida.
—No, Rin él no mató a nadie. Tiene años que no han asesinado a nadie, con excepción de los Haku. Pero eso es porque ellos han buscado todas las formas posibles de vengar a su padre. — explicó Izayoi.
—Él me lo dijo. —la castaña parecía estar un poco más tranquila.
—Bueno... Yo te contaré la versión que conozco. Sesshomaru le pidió a tu padre desposarte, y él se negó, Sesshomaru lo amenazó y al parecer había un sujeto llamado Briscol, él fue con sus trabajadores de vuelta a su país a intimidar a tu padre... En ese periodo se dio cuenta de que el que en ese momento era tu prometido estaba en negocios bastante turbios y que el día de la fiesta de compromiso irían por él y asesinarían a toda su familia, incluyéndote a ti. Sesshomaru los contacto e hizo un trato con ellos, él pagaría por tu vida y esos tipos accedieron. Pero para estar más tranquilo fue personalmente para cerciorarse que cumplieran el trato.
Ahmed no te secuestró solo trato de ponerte a salvo de todo el caos que estaba pasando. Sesshomaru y sus hombres persiguieron al tipo, pero al parecer nadie pudo localizarlo, quizás alguien avisó a último momento que vendrían por él. —Izayoi terminaba su relato, Rin procesaba la información
—pero él me dijo... —La castaña estaba bastante sorprendida.
—Sesshomaru, trata por todos los medios de no ser ese horrible monstruo en el que Haku lo convirtió. El de verdad se ha esforzado mucho por enmendar su camino. —volvió a explicar la pelinegra.
Rin meditó en esas palabras, ella estaba siendo muy injusta con él. Pero si era sincera ambos estaban siendo injustos el uno con el otro.
—Le diré al señor Jacken que te traiga algo, por favor intenta comer. — pidió Izayoi y se despidió al parecer tenía algo pendiente que hacer con su esposo.
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